En reacción al asesinato de seis rehenes israelíes en los túneles de Gaza por parte de Hamás el 29 de agosto de 2024, el periodista palestino Abd Al-Bari Fayyad atacó duramente a Hamás y lo acusó de un comportamiento bárbaro e inhumano que contraviene el derecho internacional, la sharía islámica y la tradición del profeta Mahoma. En un artículo publicado en el sitio web de noticias saudí Elaph, Fayyad destacó que la sharía islámica y la tradición del profeta prohíben el asesinato y ordenan tratar a los prisioneros de guerra con humanidad. Sin embargo, sostuvo el periodista, Hamás ignora cruelmente estas directivas y prefiere promover sus propios intereses y mantener su poder en Gaza a expensas de los intereses de los palestinos.

Fayyad agregó que este hecho puede marcar el final del papel de Hamás en la política palestina, ya que las llamas que ha encendido con este asesinato probablemente lo consuman antes de quemar a Israel.

Abd Al-Bari Fayyad (Imagen: Alwasattoday.com)

A continuación, se muestran extractos traducidos del artículo de Fayyad:[1]

“El asesinato de los seis rehenes israelíes fue como una bomba que explotó en el corazón de Israel, [desencadenando] una ola de tremenda rabia entre la gente del estado de ocupación y amargo llanto entre las familias de las víctimas. Este incidente fue como [encender] una cerilla en el corazón de [el primer ministro israelí Binyamin] Netanyahu, después de que la opinión pública en la entidad ocupante se volviera contra él, sus relaciones con los funcionarios de seguridad [israelíes] se volvieran hostiles y fuera acusado de sacrificar a los rehenes para salvar a su gobierno…”

“Hamás atribuyó a Israel la responsabilidad total del incidente y declaró que los seis rehenes habían muerto en el bombardeo sionista de la Franja de Gaza. Suponiendo que Hamás haya estado realmente involucrado en este incidente, es posible que se haya llevado a cabo para lograr varios objetivos, los más importantes de los cuales son: ejercer presión sobre la entidad ocupante y la comunidad internacional para cumplir objetivos específicos; tratar de disuadir [a Israel] de lanzar nuevos ataques contra la Franja de Gaza y utilizar a los rehenes restantes como moneda de cambio para obtener concesiones o un alto el fuego. Finalmente, tal vez [Hamás] quería vengarse [de Israel] por el daño que ha sufrido, especialmente dado que dio nuevas instrucciones a las personas que custodiaban a los rehenes sobre los pasos que deben tomarse si las fuerzas israelíes se acercan a los lugares donde están retenidos los rehenes, lo que refuerza la hipótesis de que los rehenes [de hecho] fueron eliminados [por Hamás]…”

“Después del estallido de la [guerra] de la Inundación de Al-Aqsa, Abu Obeida, el portavoz del [ala militar de Hamás], las Brigadas [‘Izz ad-​Din] Al-Qassam, dijo que, por cada bombardeo israelí de una casa en la Franja de Gaza, las Brigadas ejecutarían a uno de los rehenes israelíes, [porque] el enemigo no entiende el lenguaje humano ni la moralidad, así que [Hamás] le hablaría en el idioma que entiende.”

“Sin embargo, al perpetrar este acto [el asesinato de los rehenes], Hamás se comportó de manera bárbara e inhumana. Se trata de una conducta que la sharía islámica prohíbe. Porque el islam prohíbe un asesinato que tenga como objetivo inflamar la situación y hacer realidad los estrechos intereses del movimiento [Hamás], que quiere volver al poder en la Franja de Gaza y controlar todos sus asuntos, grandes y pequeños, para convertirse en la fuerza que la gobierne, a diferencia de la Autoridad Palestina, que tiende a resolver las crisis con calma y con diplomacia…”

El Tercer Convenio de Ginebra define el trato a los prisioneros de guerra desde una perspectiva humana, pero Hamás no lo respeta… El principio básico en el que se basa este Convenio es la obligación de tratar humanamente a los prisioneros de guerra en todo momento. Según el artículo 13 [del Convenio], causar la muerte o poner en peligro la salud [de un prisionero de guerra], así como la intimidación y la humillación o cualquier otro tipo de trato inhumano o degradante, constituyen violaciones de este principio básico.”

“Además, la mayoría de las leyes musulmanas relativas al tratamiento de los prisioneros de guerra se basan en precedentes que datan de marzo de 624 d.C., cuando los musulmanes capturaron a 70 combatientes enemigos en la batalla de Badr. En ausencia de una legislación que definiera el estatus de los prisioneros de guerra y de centros de detención en los que alojarlos, mantener a un número tan relativamente grande de prisioneros de guerra era un gran desafío. Y, sin embargo, en lugar de elegir la opción más fácil, que probablemente hubiera sido menos humana –como dejarlos encadenados al aire libre–, algunos de los 70 fueron retenidos en una mezquita, mientras que los demás fueron divididos entre los Compañeros del Profeta, quienes los alojaron en sus casas. El Profeta les ordenó que trataran bien a los prisioneros…”

“Además, en el Corán y en los hadices hay muchos ejemplos documentados de prisioneros de guerra que fueron tratados humanamente por los Compañeros del Profeta, de conformidad con las instrucciones [del Profeta]. Por ejemplo, en lo que respecta a la comida, algunos de los prisioneros relataron que los musulmanes les habían servido la mejor comida que pudieron proporcionar, incluso mejor que la que ellos mismos [comían], de conformidad con las instrucciones del Profeta.”

“Pero Hamás no se adhirió a las instrucciones de la sharía musulmana en lo que respecta al tratamiento de los prisioneros, ni siquiera a las de las convenciones internacionales o el derecho internacional. [En cambio] pareció emular la política bárbara que la entidad [ocupante] está implementando en Gaza…”

“Todos los musulmanes y árabes condenan la conducta de Hamás, a pesar del ‘show’ mediático que el movimiento trata continuamente de promover sobre su trato humano a los rehenes. Al comienzo de la guerra, se difundieron videos que mostraban a los rehenes siendo tratados humanamente por los combatientes de Hamás. Pero [desde entonces] el movimiento aparentemente ha cambiado sus métodos –o tal vez ha expuesto su verdadero rostro– y con ello [intenta] inflamar aún más la guerra, agitar a toda la región y transformarla en una zona de guerra abierta sin aceptar ninguna iniciativa de paz o diálogo con los negociadores del cese de fuego…”

“Tras este crimen [el asesinato de los rehenes], los próximos días pueden deparar sorpresas sobre el futuro de Hamás en Gaza. Este incidente puede ser el fin del curso político del movimiento [al servicio] del pueblo palestino, porque ha encendido una cerilla en la región, una cerilla que probablemente lo quemará primero a él antes de quemar a la entidad ocupante”.

 

[1] Elaph.com, 4 de septiembre de 2024. El artículo también fue publicado un día después en el diario emiratí Al-Arab, con sede en Londres.