En su columna publicada el 19 de septiembre, 2020 en el diario palestino Al-Ayyam, el periodista ‘Abd Al-Nasser Al-Najjar se quejó por la actitud arrogante de los palestinos hacia la pandemia del Covid-19 en los territorios palestinos, tanto por parte de la población, diciendo que estos ignoran las órdenes dadas por las autoridades refiriéndose al Covid-19, no hacen cumplir estrictamente estas órdenes lo suficiente ni tampoco castigan a los infractores. Este afirmó que la tasa de contagio en la Autoridad Palestina es muy alta, sin embargo, los palestinos permanecen indiferentes y parecen estar contando con lograr una inmunidad colectiva. Advirtiendo que los palestinos se encaminan hacia un desastre nacional, Al-Najjar les pidió que detuvieran su negligencia y comenzaran a seguir los reglamentos. 

Cabe señalar que en junio del 2020, durante la primera ola de la pandemia, ‘Abd Al-Nasser publicó un artículo similar en el que afirmaba que Hebrón se estaba convirtiendo en el «Wuhan palestino» debido a la mala gestión realizada por la Autoridad Palestina ante la crisis y la violación masiva por parte de la población a las restricciones de emergencia. 

(Fuente: alhayat-j.com, 7 de julio, 2020) 

Lo siguiente son extractos de su reciente columna:[1]

«[Al comienzo], nosotros los palestinos nos lanzamos con toda nuestra fuerza a la lucha contra la pandemia… y pensábamos que estábamos ganando. Pero de repente nos quedamos sin aliento y ya no pudimos competir y ni siquiera seguir el ritmo global de luchar contra la enfermedad. En las primeras semanas de la pandemia, cuando todavía hablábamos sobre un puñado de casos, le temíamos y utilizábamos cautela en todo lo que hacíamos. Más que ello, contraer [Covid-19] se convirtió en un estigma social, como contraer sarna, tanto es así que los funerales de las primeras víctimas dejaron una impresión muy especial. Las estrictas medidas de encierro llevadas a cabo en esa fase inicial fueron muy efectivas, aunque perjudicaron gravemente a la ya débil economía palestina. Por el bien de la salubridad pública, fue sacrificado el crecimiento y la prosperidad de algunos sectores económicos…

«Cuando arribó el verano, llegó la catástrofe, ya que el gobierno enfrentó presiones en todas direcciones para que abra totalmente la economía, renueve todas las actividades comerciales, permita la apertura de salones de banquetes y las carpas de duelo, e incluso traiga de vuelta las competencias deportivas. Como resultado pronto nos encontramos perdiendo la guerra contra la pandemia. El número de casos comenzó a aumentar, no en cifras de un solo dígito, sino en dos dígitos y no solo en una gobernación, sino en todas las provincias de la Autoridad Palestina…

«Las medidas de intervención del gobierno eran vacilantes. Este anunció precauciones, principalmente medidas de distanciamiento social, el uso de mascarillas, el cierre de lugares y restricciones sobre el tamaño de las bodas y funerales. Pero la mayoría de la gente ignoró esto, a pesar de las advertencias de que los infractores serían enjuiciados y castigados. Estos castigos quedaron únicamente en papel, excepto en casos raros, cuando la Autoridad Palestina las implementó para salvar así las apariencias. Las directivas del gobierno parecían venir de otro planeta y rara vez se tomaban precauciones – por lo que en algunas provincias no existen indicios de estas precauciones, a pesar del inmenso incremento en el número de casos. Cada semana el gobierno emitía un comunicado de prensa en el que destacaba la necesidad de tomar precauciones y advertencias contra desastres, pero nadie los escuchó y – ahora marchamos, con extraña indiferencia, hacia la inmunidad colectiva.

«Una noche, la semana pasada, visité Hebrón, donde se ha registrado el mayor número de casos y muertes, en comparación con otras gobernaciones de la Autoridad Palestina. [6] Vi celebraciones de bodas en todas partes y gente apiñada sin restricciones. Cuando pregunté sobre esto, me dijeron… que las cosas estaban fuera de control. El viernes por la mañana, me sorprendió descubrir que algunas mezquitas realizaban servicios en el interior y no en el patio, en violación a las directivas del Ministerio de Dotaciones Religiosas. Esto prueba que las directivas del gobierno permanecen en papel, mientras que la situación sobre el terreno es totalmente diferente…

«Los datos oficiales palestinos sobre el número de casos y muertes reflejan la catástrofe con bastante claridad y los expertos en salud subrayan que las verdaderas cifras son mucho más altas. Esto se debe al número limitado de pruebas y también al hecho de que muchos chiquillos contraen la enfermedad sin desarrollar síntomas, pero infectan a otros. Hoy Gaza se ha hundido repentinamente también dentro del pozo de la pandemia. Las autoridades de Hamas en el lugar seguían hablando sin parar durante meses, alardeando de que no se presentó ningún caso en Gaza, o solo un puñado de casos y que las medidas de cuarentena se estaban aplicando con absoluta rigurosidad. Esto alentó a los habitantes de Gaza a abandonar todas las precauciones y ahora, de repente… decenas han contraído la enfermedad y nadie puede controlar o limitar su propagación…

«Las cifras registradas ayer en la mayoría de los países del mundo indican que Palestina tiene la mayor tasa de infección en comparación al tamaño de su población, incluso el doble que la rata de infección en los países en listas. Estamos muy por encima de la línea roja, pero seguimos vagando sin un rumbo fijo. Se avecina una catástrofe y si todos nosotros, especialmente los gobernadores y los aparatos de seguridad no hacemos cumplir estrictamente la ley, responsabilizamos a aquellos infractores e implementamos las directivas del gobierno en su totalidad y sin negligencia, nos encontraremos deambulando en ignorancia y estupidez, hacia el querer contar con inmunidad colectiva. Cuando eso suceda, nos ahogaremos y nos agarraremos de las ramitas. Pero recuerden que el mundo en su totalidad, incluyendo a los más cercanos a nosotros es decir, los países árabes, nos está dando la espalda».


[1] Al-Ayyam (Autoridad Palestina), 19 de septiembre, 2020.