En un artículo publicado el 8 de noviembre, 2020 en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el periodista libanés Hazem Saghieh criticó a tres líderes islámicos – el Presidente turco Erdogan, al Primer Ministro paquistaní Imran Khan y al ex-primer ministro de Malasia Mahathir Muhammad, por justificar los recientes ataques terroristas islamistas en Europa y especialmente por respaldar un argumento imperante en el mundo musulmán, es decir, que Europa actúa hipócritamente porque permite publicar caricaturas ofensivas del Profeta, pero condena la negación del Holocausto. Saghieh sostiene que comparar estas dos acciones es una «tontería y una total ignorancia a los hechos», ya que negar el Holocausto no implica publicar algunas palabras e imágenes ofensivas, sino negar todas las muertes documentadas de más de seis millones de víctimas cuyos nombres y rostros se conocen. Lo que es «verdaderamente desastroso» dice, es que estos tres líderes poseen influencia sobre decenas de millones de ciudadanos. Saghieh agrega que la mentalidad reaccionaria de los tres líderes nace del hecho que, aunque estos han modernizado sus países, en última instancia, todos son islamistas. Como tales, este dice, importan todo lo relacionado a la ciencia y tecnología de Occidente mientras rechazan sus ideas; más que eso, se arman con la tecnología occidental solo para combatir contra Occidente y derrotarlo.
La siguiente es una traducción al español del artículo publicado el 8 de octubre, 2020 en el portal en inglés de Al-Arabiya TV.[1]
El periodista y escritor paquistaní Kunwar Khuldune Shahid expresó su indignación por tres líderes del mundo islámico: Recep Tayyip Erdogan, presidente de la República de Turquía, Imran Khan, Primer Ministro de Pakistán y Mahathir Mohamad ex-primer ministro de Malasia. En Un artículo publicado por el diario israelí Haaretz,[2] Khuldune hizo énfasis en las últimas acciones de los tres líderes quienes justifican los recientes actos terroristas en Francia. Estos tres líderes también han expresado su unanimidad respecto a la hipocresía de un argumento de amplia circulación en el mundo islámico, siendo este el cómo los países occidentales se hacen la vista gorda cuando se trata de publicar caricaturas ofensivas contra los musulmanes, pero al mismo tiempo, negar el Holocausto está estrictamente prohibido y denunciado.
«Tal como hemos señalado, los tres líderes expresaron el mismo argumento con el mismo nivel de hostilidad y su querella hubiese sido válida si Francia hubiese permitido la publicación del contenido que ofende al Islam, mientras prohíbe la publicación de contenido que ofende al cristianismo o al judaísmo, pero ese no es el caso.
«La gente coreó consignas mientras le prendía fuego a una pancarta con una imagen tachada del Presidente francés Emmanuel Macron durante una protesta contra las publicaciones de las caricaturas del Profeta Mahoma en Francia y los comentarios de Macron, en Karachi, Pakistán. (Reuters)
«En cuanto a esta reciente tendencia de comparar los últimos acontecimientos con la negación del Holocausto, solo puedo decir que todo esto son simples tonterías y una total ignorancia al tema. Es importante recordarle a todos que cuando se trata de debatir el delicado tema del Holocausto, no estamos hablando de unas cuantas palabras o imágenes ofensivas, estamos hablando de seis millones de víctimas conocidas cuyos nombres e imágenes están documentados. Debemos recordar que se trata de víctimas con familiares vivos que pueden contar sus historias, sin mencionar los pocos sobrevivientes del Holocausto que aun están vivos hoy y todavía viven con las cicatrices físicas y mentales de los horrores de esa época.
«Estos tres políticos son conocidos por presentar tales argumentos. También hemos sido testigos de esta obsesión de negar el Holocausto o reducir el número de víctimas expresadas en los medios de comunicación islámicos y árabes desde finales de los años cuarenta.
«Ante este contexto, lo verdaderamente desastroso es que estos tres líderes poseen influencia sobre decenas de millones de ciudadanos. Cuando los propios líderes tienen este bajo nivel de conciencia, entonces no podemos culpar a la población por su poco sofisticada y retrograda reacción. La respuesta a tales declaraciones y argumentos va desde la desesperación hasta la conmoción y lo ridículo.
Sin embargo, esta línea de pensamiento y comparaciones ingenuas no son nada nuevo en lo absoluto; de hecho, entre los años de 1962 y 1965 el Concilio Vaticano II, bajo la tutela de Pablo VI, decidió eximir a los judíos de responsabilidad colectiva por la crucifixión de Jesucristo. Esto llevó a muchas figuras árabes e islámicas a denunciar enérgicamente esta exoneración y cuestionó su exactitud histórica, a pesar de que los musulmanes primeramente ni siquiera creen que Jesús fue crucificado.
«En este sentido, nosotros podemos decir con seguridad que existe prevalencia a la ignorancia entre estos líderes. Lo que hace que esta ignorancia sea aún más peligrosa es que los tres líderes mencionados a menudo son elogiados por provocar un ‘renacimiento económico’ y a veces, un ‘renacimiento cultural’. De hecho, el primer gobierno formado por Mahathir Mohamad en Malasia (1981-7) fue testigo de una rápida industrialización y un notable crecimiento económico, a lo que se le atribuye. Esto allanó el camino al establecimiento de una infraestructura altamente impresionante para su país. Estos logros aseguraron el repetido regreso de Mahathir al poder.
Mientras tanto, Imran Khan, diez años antes de su victoria electoral en el año 2018, estableció un instituto de tecnología llamado el Instituto Namal y en el año 2005, este instituto se asoció con la Universidad de Bradford en el Reino Unido. Bajo su gobierno, Pakistán dio un gran salto como país favorable a hacer negocios. En el 2019, según la clasificación del Banco Mundial, Pakistán fue ubicado entre los 10 países del mundo que más respondieron a las reformas económicas.
El Primer Ministro de Pakistán Imran Khan, habla durante una conferencia de prensa en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York el 24 de septiembre, 2019 (AFP).
«De manera similar, Recep Tayyip Erdogan, cuya popularidad actualmente se está hundiendo[3] al mismo ritmo que la economía en colapso turca, que tuvo un comienzo sumamente exitoso. En el año 2003, durante sus primeros años en el poder como primer ministro, Turquía se recuperó de la crisis financiera que enfrentó en el 2001, negociaciones para unirse a la Unión Europea se aceleraron e intensificaron, sin mencionar las masivas inversiones que este alentó en reformas de infraestructura, incluyendo carreteras, aeropuertos y trenes de alta velocidad.
«¿Cómo podemos nosotros comenzar a justificar este dualismo? ¿Cómo explicamos la falta de alineamiento entre los resultados positivos logrados por estos líderes y sus desacertadas acciones recientes y qué tienen en común estos líderes? Estas preguntas pueden ser respondidas de dos maneras. Primero, los tres líderes son neoliberales sin mucho interés en cambiar la sociedad y fomentar nuevas convicciones que fortalezcan las relaciones entre los miembros de la sociedad estableciendo bases racionales y modernas.
En segundo lugar, además del neoliberalismo o cualquier otra doctrina ideológica occidental, estos tres líderes son todos islamistas, aunque en diversos grados. Su islamismo, en tal caso, los empuja a adoptar esa vieja teoría que dice: ‘podemos importar ciencia y tecnología de Occidente, pero debemos rechazar sus ideas’.
«La continuación de esta teoría dice lo siguiente: ‘La ciencia y tecnología son clave del poderío de Occidente y nosotros debemos adquirirlos armándonos nosotros de ciencia y tecnología a fin de ganar la batalla y derrotar a Occidente’.
«El Presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan, habla durante un evento en Ankara el 6 de octubre, 2020. (AP)
«Si combinamos estos dos justificativos, podemos entender el por qué Mahathir Mohamad hizo su última declaración sobre los actos terroristas cometidos en Francia. Este afirmó que ‘los musulmanes tienen derecho a estar enojados y a asesinar a millones de franceses por las masacres ocurridas en el pasado’.
«A mi manera de ver, nosotros podemos notar muy claramente que muchos islamistas no tienen reparos en acercarse a Occidente, aprender sus ciencias, importar su tecnología e incluso emigrar a sus países, pero al mismo tiempo, se mantienen firmes en su negativa a adoptar las creencias y valores occidentales. Los recientes crímenes pueden atribuirse a este tipo de mentalidades predominantes. Mientras ambas partes sigan creyendo que la otra parte lo que busca es su destrucción, esta animosidad mutua se seguirá incrementando».
[1] English.alarabiya.com, 8 de noviembre, 2020.
[2] Haaretz.com, 1 de noviembre, 2020.
[3] English.alarabiya.net, 3 de noviembre, 2020.