En su columna publicada el 13 de octubre del presente año 2022 en el diario kuwaití Al-Qabas, el periodista liberal Ahmad Al-Sarraf enumeró una larga lista de problemas que padecen los países islámicos, incluyendo ausencia de democracia y justicia y de respeto por los derechos humanos y los derechos de las minorías, la falta de libertad de religión, así como también corrupción y la deshonestidad junto a las altas tasas de natalidad a pesar de la rampante pobreza, el desempleo y los bajos niveles de vida. Al-Sarraf afirmó que los países musulmanes envían a sus jóvenes a estudiar en el extranjero y utilizan los inventos de otros países, pero maldicen a los inventores y los productos de dichos países basándose en un falso sentido de superioridad moral. Este además, dijo, dondequiera que vivan los musulmanes, su situación es siempre la peor, pero continúan llamándose a sí mismos la mejor nación del mundo.
Lo siguiente son extractos traducidos de la columna de Al-Sarraf:[1]
«Al gran pensador Taha Hussein (escritor e intelectual egipcio, fallecido en 1973) se le atribuye haber dicho que ‘una nación que combate la pobreza con plegarias, la ignorancia con estudios religiosos, el atraso con los fatuas, la corrupción con sermones en las mezquitas, la desunión social con sectarismo y takfir (acusaciones de herejía) y desempleo fomentando el matrimonio y los nacimientos es una nación muerta y los muertos deben ser enterrados para preservar su honor.’ La nación de la pobreza tiene hijos sin pensar ni planear, trae cada vez más víctimas y miserables al mundo y todos se arman a sí mismos con el dicho ‘los bebés traen su propio sustento’. Pero yo solo veo vagancia y desempleo, hambre y gente sin hogar, gente desnuda y descalza, montones de prisioneros liberados y millones de prisioneros aún en la cárcel. Por lo tanto, no es difícil entender por qué la nación de 1.500 millones de musulmanes es fallida en casi todas las áreas.
«Tenemos… universidades antiguas y bien arraigadas tales como Al-Zaytouna en Túnez, Al-Azhar en El Cairo, los seminarios religiosos chiitas en Al-Najaf, Qom y Karbala junto a decenas de instituciones religiosas similares, en más de miles de escuelas religiosas en las que cientos de miles de maestros enseñan la cultura islámica a miles de millones de estudiantes cada año. Además, existen miles de millones de horas de programas religiosos en la radio y en la televisión, así como también sermones en las mezquitas y lecciones sobre religión, predica y orientación. Sin embargo, a pesar de todo esto, no existen estados islámicos exitosos, excepto en algunos casos que son diferentes por razones bien conocidas, ni países islámicos democráticos, con dos o tres excepciones. La mayoría de los países que carecen de un poder judicial justo y de derechos humanos, pero son conocidos por tener innumerables prisiones y por degradar la dignidad humana.
«De todos los países del mundo, solo nosotros, todos nosotros, nos negamos a ratificar la Declaración Universal de los Derechos Humanos sin reserva alguna. Además, ninguno de nuestros países es conocido como refugio para los solicitantes de asilo… Ni uno solo de nuestros países ha abolido la pena de muerte, le otorga a las minorías todos sus derechos o les concede la libertad religiosa. Tampoco poseemos influencia ninguna internacional, excepto cuando el mundo está experimentando una crisis debido al petróleo.
“Por el contrario, somos los países más tolerantes con la mentira, a la que cariñosamente llamamos ‘naturaleza humana’ y hasta el hombre que vende sandías en el mercado está dispuesto a jurar que sus sandías son rojas, cuando no lo son. Además, ningún país islámico fabrica sus propios alimentos, ropa y medicinas y no existe un verdadero estado nuclear islámico, excepto Pakistán, que experimenta ansiedad y es una fuente de ansiedad para el mundo. La mayoría de los estudiantes extranjeros en países no-musulmanes vienen de países musulmanes, pero maldicen a los países de sus maestros. Además, los estados musulmanes son todos sectarios, racistas e intolerantes y ninguno de sus pueblos vive tranquilo y feliz… Todos ellos utilizan los inventos de otros países, pero maldicen a sus inventores y a sus productos, basados ??en un falso sentido de ‘superioridad moral’. Esto es a pesar de que los países musulmanes poseen mucho de los chicos que realizan trabajos ilegales y corrupción y carecen de mecanismos de seguro médico público y de seguridad social. Se enorgullecen de que su pueblo no come carne de cerdo, a pesar de que saben que cientos de los productos que usan y consumen contienen mucha carne de cerdo.
«Cuando uno se despierta al amanecer, uno escucha al muecín llamando desde decenas de mezquitas a su alrededor y crees que estás en una ciudad caracterizada por la virtud, pero no puedes comprar una libra de carne ¡sin ser engañado!
«Finalmente, somos la única nación en la que la situación de las minorías, quienes no son musulmanes, es mejor que la situación de la mayoría musulmana, mientras que la situación de los musulmanes que viven como minorías en otros países es ¡peor que la situación de otros en esos mismos países!
«Algunos dicen que no somos los únicos que sufren de estos problemas y eso es muy cierto, sin embargo, ninguna de las otras naciones alardeó de su historia antigua y de sus gloriosos logros o afirmó ser la cuna de la religión o la mejor nación en la tierra».
[1] Al-Qabas (Kuwait), 13 de octubre, 2022.