En una columna publicada el 16 de agosto, 2022 en el diario saudita Al-Sharq Al-Awsat, el periodista chiita libanés Nadim Koteich, conocido por su oposición a Hezbolá y a Irán, acusa a Irán de estar detrás del intento de asesinato contra el novelista Salman Rushdie y afirma que Estados Unidos lo ignora deliberadamente. Este argumenta que, incluso si no existen evidencias directas a la participación de Irán en el ataque, existen suficientes evidencias circunstanciales de que este es responsable del mismo. La principal prueba, dice, es el fatua emitido por el imam Jomeini en el año 1989 que proclamó que estaba permitido asesinar a Rushdie, siendo este «un permiso para cometer asesinatos que trasciende fronteras» y un acto de «agresión contra la libertad y contra todo el sistema internacional». Este también señala que los medios de comunicación iraníes celebraron el ataque y que el secretario general de Hezbolá Hassan Nasrallah, haya incitado a asesinarlo en el pasado. Ignorar la responsabilidad de Irán ante el apuñalamiento, agrega, es nada menos que «caer en la trampa» de este país, que comete actos terroristas en todo el mundo de formas que oscurecen su participación. Al decir que Irán goza de inmunidad porque este presenta su imagen de estado, aunque se comporte como una organización terrorista internacional, advierte que el ataque a Rushdie debería servir de alarma ante la comunidad internacional.

Nadim Koteich (Fuente: arabi21.com)
Nadim Koteich (Fuente: arabi21.com)

Lo siguiente son extractos traducidos de su columna.[1]

“El ataque contra el novelista británico-hindú Salman Rushdie revela una vez más la percepción dual de Estados Unidos del terrorismo sunita ante el chiita y el doble discurso en su actitud política liberal hacia estos. Es totalmente irrelevante si Hadi Matar, el individuo chiita que atacó a Rushdie, estuvo en contacto con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI) antes del ataque, según lo filtrado por varias fuentes de seguridad estadounidenses a los destacados medios de comunicación. Es muy posible que nunca sepamos si la decisión de llevar a cabo el ataque fue tomada por Matar siguiendo una orden explícita o implícita, o si el joven simplemente actuó por convicción religiosa de que tenía que implementar el fatua de Jomeini del año 1989 que sancionó el asesinato de Rushdie luego de la publicación de su novela Los versos satánicos. Investigar este tema debe dejársele en manos de los tribunales, con el fin de evitar politizar la presunción de inocencia. Un mal sabor a dicha politización surge de las respuestas iniciales del sistema político estadounidense, que se apresuró a negar ¡cualquier participación del CGRI en el ataque!

“El tema aquí trasciende y debería trascender, la pregunta de si algún aparato del régimen iraní estuvo técnicamente involucrado en el ataque. Nosotros debemos abordar el quid pro quo del tema, es decir, el fatua de Jomeini contra Rushdie, que encarna el problema de todo lo que el régimen iraní constituye en el mundo. Este fatua equivale a un permiso transfronterizo para cometer asesinatos. Por lo tanto, representa una agresión no solo contra la libertad, sino contra todo el sistema internacional, ya que es prácticamente una orden para cometer asesinatos, como parte de la idea de exportar la revolución iraní, siendo este el sello más destacado del régimen iraní.

“Por lo tanto, nos enfrentamos a la verdad sobre el régimen iraní, que tiene sus raíces en una ‘doctrina internacional criminal’, que este emplea como herramienta de propaganda contra sus enemigos ideológicos y como medio para combatirlos. Este régimen se caracteriza por la amplia gama de medios que utiliza para lograr sus objetivos. Uno de estos medios es la utilización profesional de una nueva generación de terroristas potenciales que viven en Occidente y sufren de una crisis de identidad. Este es el caso de Hadi Matar, cuya madre dice que este estaba furioso con ella por no darle una educación religiosa y no familiarizarlo con el islam chiita antes de emprender su propio viaje de descubrimiento.

«Por lo tanto, jugar con el suponer de que existen impulsos personales detrás de todo crimen, incluyendo el intento de asesinato contra Rushdie o el asesinato del primer ministro libanés Rafiq Al-Hariri antes que él… e ignorar las huellas dactilares del CGRI, las Fuerzas Qods o de otros organismos iraníes, significa caer una y otra vez en la trampa tendida por Irán. La inmunidad de este régimen proviene del hecho de que este tiene mucho cuidado de evadir las implicaciones y el poder de las leyes cuando y dondequiera se involucre en sus continuas actividades ilegales…

«Incluso si Hadi Matar se inspiró en el fatua de Jomeini, la ley no puede tocar a Irán mientras no haya pruebas claras de su incitación o participación en el asesinato. Sin embargo, en casi todos los incidentes, existen pruebas circunstanciales suficientes como para formular una opinión política bien definida respecto a la responsabilidad directa de Irán. Primero, tal como lo señaló Afshon Ostovar, un joven historiador estadounidense de origen iraní, autor del libro Vanguard of the Imam, el CGRI es una organización jerárquica muy hábil que opera bajo la dirección directa del líder supremo de Irán. Esto significa que cada operación fuera de Irán está autorizada primero por los niveles más altos del régimen iraní y que las acciones del CGRI son las acciones de Irán. Ostovar señala además que los asesinatos no son acciones en las que los miembros del CGRI puedan participar con el objetivo de lograr metas personales. Estas son operaciones muy serias y cuando el régimen desea asesinar a personas en el extranjero lo hace de manera deliberada. De hecho, el fatua de Jomeini se aplica no solo a Rushdie, porque en el año de 1991, el traductor y académico japonés Hitoshi Igarashi fue asesinado a puñaladas por traducir Los versos satánicos al japonés. El traductor italiano del libro también sobrevivió a un intento de asesinarlo a puñaladas y en el año 1993 el editor de la traducción noruega del libro recibió 3 disparos contra su persona… Esto refleja la gravedad del fatua y los continuos esfuerzos por implementarlo.

“Segundo, no fue muy difícil encontrar expresiones iraníes de apoyo al apuñalamiento contra Rushdie incluso antes de que esto ocurriera. Un año antes del incidente, el general Esmail Qaani, comandante de las Fuerzas Qods del CGRI, aconsejó al entonces presidente de los Estados Unidos Donald Trump y al secretario de Estado Mike Pompeo que consideren el destino del autor británico-hindú Rushdie como ‘ejemplo de cómo serían sus propias vidas a partir de ese momento’. Este agregó que ‘la derrota de los responsables del asesinato del ex-comandante de las Fuerzas Qods Qassem Soleimani en la práctica, ya había comenzado’.[2] De esta manera simple, Qaani trazó una conexión entre los objetivos del estado iraní, que desea vengarse políticamente de Washington y de las intenciones del atacante de Rushdie, aunque Irán ahora desea que su acción sea considerada como la de un solo individuo que no provee prueba alguna a la participación verdadera de ninguno de sus aparatos estatales. Aun así, los medios de comunicación estadounidenses describieron esta conexión como una de las características de la propaganda política de Irán y no como prueba de su intención criminal o acción criminal por parte de quien pronunció los comentarios (es decir, Qaani) o de aquellos a quienes este representa.

“Tercero, todos los medios de comunicación iraníes y los aparatos no-mediáticos abordaron ampliamente el incidente. Los medios de comunicación iraníes lo celebraron y antes de que sucediera, hubo también incitación por parte de figuras tales como el secretario general de la milicia Hezbolá Hassan Nasrallah, quien alentó a los creyentes a implementar dicho fatua del imam Jomeini.[3] ¡Y de hecho, el hombre que la implementó es de origen libanés y partidario de Hezbolá!

«Luego del asesinato del funcionario del CGRI Hassan Sayyad Jodaei en Teherán, en el que estuvo implicado el Mossad israelí, el entonces primer ministro israelí Naftali Bennett dijo lo siguiente: «Durante décadas, el régimen iraní ha practicado el terrorismo contra Israel y la región a través de sus agentes-estado y emisarios, pero la cabeza del pulpo, el propio Irán, siempre ha gozado de inmunidad”. Este agregó: «Tal como lo hemos dicho antes, la era de la inmunidad del régimen iraní ha finalizado. Aquellos que financian a los terroristas, aquellos que arman a los terroristas y aquellos que envían terroristas pagarán muy caro por ello». Este puede ser el desarrollo más importante que ha ocurrido dentro del enfoque político de Irán desde el año de 1979. Pero la inmunidad más significativa e importante de la que Irán sigue disfrutando proviene del hecho de que este se considera a sí mismo como estado, a pesar de que se comporta como una organización terrorista internacional. El caso de Salman Rushdie es una señal de alarma, advirtiéndonos que debemos comprender el comportamiento del régimen de Jomeini desde esta misma perspectiva».


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de agosto, 2022.

[2] Esto se refiere a los comentarios hechos por Qaani en el mes de enero, 2021 con motivo del primer aniversario de la muerte de Soleimani. Farsnews.ir, 6 de enero, 2021.

[3] Esto se refiere a los comentarios realizados por Nasrallah hace varios años, en los que expresó su pesar porque nadie ha hecho valer aún el fatua. Luego de suceder el apuñalamiento contra Rushdie, un video de estas declaraciones circuló ampliamente en las redes sociales. Eremnews.com, 13 de agosto, 2022.