Captura de pantalla del informe publicado por el equipo de supervisión de las Naciones Unidas

Los compromisos de los talibanes ante Estados Unidos

El 29 de febrero, 2020 luego de largos meses de negociaciones bajo los auspicios de Qatar, Estados Unidos y el Emirato Islámico de Afganistán (los talibanes afganos) firmaron un acuerdo sobre el futuro de Afganistán. En el acuerdo, los talibanes se comprometieron (Parte 2, artículo 3) «evitar que cualquier grupo o individuo en Afganistán amenace la seguridad de los Estados Unidos y sus aliados» y agregó que «evitarían que reclutasen, entrenen y recaudan fondos y no los acogerán, de conformidad con los compromisos de este acuerdo».[1]

Izquierda: El secretario de Estado de los Estados Unidos Mike Pompeo se da la mano con los líderes talibanes afganos en la ceremonia de firma en Doha, el 29 de febrero, 2020. El subdirector talibán Mullah Baradar Akhund se le puede ver en primer plano ataviado con un turbante negro (Fuente: Wall Street Journal) Derecha: Pompeo se reúne con el Emir qatarí Jeque Tamim bin Hamad Aal Thani el 1 de marzo, 2020. (Fuente: Embajada de los Estados Unidos, Qatar)

Unos días antes de que se firmara el acuerdo, el Secretario de Estado estadounidense Michael Pompeo, parafraseó esta cláusula, afirmando que «los talibanes deben respetar el acuerdo, específicamente en lo referente a sus promesas de cortar lazos con los terroristas». Este añadió: «No estamos obligados a irnos a menos que puedan demostrar que están cumpliendo cada uno de los elementos de su parte en el trato».[2]

Entre estos terroristas, el Acuerdo Estados Unidos-Talibán menciona específicamente a Al-Qaeda, declarando que los talibanes «no permitirán que ninguno de sus miembros, otros individuos o grupos, incluyendo Al-Qaeda, utilice suelo de Afganistán para amenazar la seguridad de los Estados Unidos».[3]

El 3 de marzo, 2020, Pompeo dijo además que los talibanes «por primera vez, han anunciado que están preparados para romper con su aliado histórico, Al-Qaeda, con quien han trabajado en demasía en perjuicio de la Estados Unidos de América». Este agregó que los talibanes «trabajarían junto a nosotros para destruir y negar recursos y hacer que Al Qaeda partiera de ese lugar [Afganistán]».[4] Sin embargo, un informe del Departamento de Defensa estadounidense publicado el 1 de julio, 2020 señaló que al menos, Al-Qaeda en el Subcontinente Hindú (AQSH), una filial de Al-Qaeda, continúa manteniendo «lazos estrechos» con los talibanes afganos y ayuda a los «líderes talibanes locales» en Afganistán.[5] Además, un informe de las Naciones Unidas publicado en junio del 2020 afirmó que hasta el día 15 de marzo Al-Qaeda tuvo vínculos fuertes y profundos con los talibanes, lo que genera dudas sobre la posibilidad de que los talibanes rompan definitivamente con su aliado.[6]

Del Informe de la ONU: Los talibanes, mientras discutían el acuerdo de paz con Estados Unidos en Doha, celebraban reuniones con líderes de Al-Qaeda

A continuación se presentan extractos del informe del Equipo de Supervisión de Sanciones y Apoyo Analítico de las Naciones Unidas, destacando los intensos lazos entre Al-Qaeda y el Emirato Islámico:[7]

  1. «El Equipo de Supervisión y Monitoreo ha destacado con mucha frecuencia el vínculo entre Al-Qaeda y los talibanes en sus informes, vínculos que evalúa se han mantenido fuertes desde la eliminación del régimen talibán hace 18 años», es decir, desde el 11-S.
  1. «Al-Qaeda y los talibanes sostuvieron reuniones a lo largo del año 2019 y a principios del 2020 para discutir la cooperación relacionada con la planificación operativa, la capacitación y la provisión por parte de los talibanes de refugios seguros para los miembros de Al-Qaeda dentro de Afganistán».
  1. «Al-Qaeda se encuentra secretamente activo en 12 provincias afganas: Badakhshan, Ghazni, Helmand, Khost, Kunar, Kunduz, Logar, Nangarhar, Nimruz, Nuristan, Paktiya y Zabul».
  1. «Si bien es difícil estar seguro de la cantidad exacta de combatientes de Al Qaeda en Afganistán, el estimado del Equipo de Supervisión y Monitoreo es de entre 400 y 600 operativos armados».
  1. «El liderazgo de Al-Qaeda detallado en las reuniones con los talibanes ha incluido a Ahmad Al-Qatari (no incluido en la lista), Jeque Abdul Rahman (no incluido), Hassan Mesri (también conocido como Abdul Rauf) (no incluido) y Abu Osman (no incluido), un miembro de Arabia Saudita perteneciente a Al-Qaeda».
  1. «El Equipo de Supervisión y Monitoreo fue informado de seis reuniones entre Al-Qaeda y altos dirigentes talibanes celebradas en los últimos 12 meses. La más notable de estas fue una reunión en la primavera del 2019 que tuvo lugar en el distrito Sarwan Qal’ah de la provincia de Helmand, en el que Sadr Ibrahim, Mullah Mohammadzai (no incluido en la lista) y ex-asesor del mulá Mohammad Omar, Gul Agha Ishakzai… supuestamente se reunió con Hamza Usama Muhammad bin Laden… para asegurarle personalmente que el Emirato Islámico no rompería por ningún precio sus históricos lazos con Al-Qaeda».
  1. «[El líder de Al-Qaeda, Ayman] Al-Zawahiri se reunió con miembros de la Red Talibán de Haqqani en febrero del 2020 [cuando Estados Unidos estuvo a punto de firmar el acuerdo Doha]. Hafiz Azizuddin Haqqani (no incluido en la lista) y Yahya Haqqani… le consultaron a al-Zawahiri sobre el acuerdo con los Estados Unidos y el proceso de paz. Yahya Haqqani ha sido el principal punto focal de la Red Haqqani para el enlace con Al Qaeda desde mediados del año 2009».

Del informe de la ONU: Vínculos Al-Qaeda-Talibán se extienden también al EIIS en Afganistán y a las organizaciones yihadistas pakistaníes

 

  1. «La presencia de Al-Qaeda en Afganistán, particularmente en forma de la organización Al-Qaeda en el Subcontinente Hindú, fue demostrada más claramente el 22 de septiembre, [2019] cuando una operación conjunta entre Estados Unidos y Afganistán tuvo como blanco una presunta reunión Talibán y Al-Qaeda en el área Shabaroz del distrito Musa Qal’ah, en la provincia Helmand».
  1. «La información adicional sugirió que se mantuviesen discusiones entre las más altas figuras de la Red Haqqani para formar una nueva unidad conjunta de 2.000 combatientes armados en cooperación y financiada por Al-Qaeda. La recién establecida unidad sería dividida en dos zonas operativas con Hafiz Azizuddin Haqqani en el mando general y las fuerzas principales en el área de Loya Paktiya (Khost, Logar, Paktika y Paktiya), mientras que la fuerza restante sería desplegada en Kunar y Nuristán bajo Shir Khan Manga, el jefe del servicio de inteligencia de la Red Haqqani».
  1. «Los talibanes parecen haber fortalecido su relación con Al-Qaeda en lugar de lo contrario. Un Estado Miembro [de la ONU] informó que la regularidad de las reuniones entre antiguas figuras de Al-Qaeda y los talibanes ‘no dio a entender ninguna noción de una ruptura entre los dos definiéndolo como mera ficción. El vínculo fue descrito no en términos simples de grupo a grupo, sino más bien como uno de profundos lazos personales (incluso a través del matrimonio) y un sentido de fraternidad a largo plazo».
  1. «Los Estados miembros observaron que si bien Al-Qaeda posee una presencia más allá de Afganistán, la conexión histórica entre el grupo terrorista y el país no se pierde en una plétora de grupos militantes alineados con Al-Qaeda que han celebrado el acuerdo [Estados Unidos-Talibán] como una victoria para la causa talibán y en consecuencia, para la causa militante global mayor».
  1. «Los estimados realizados por los Estados miembros y otros de los ingresos combinados anuales generales de los talibanes oscilan entre $300 millones y más de $1.5 billones por año. Si bien los funcionarios observaron cifras más bajas para el año 2019, tuvieron cuidado de notar que los talibanes utilizaron los recursos de manera efectiva y eficiente y no experimentaban ningún tipo de crisis de dinero en efectivo».
  1. «Los ataques en los que ISIL-K [ISIS en Afganistán] se responsabilizaban demostraron cierto grado de ‘participación, facilitación o provisión de asistencia técnica’ por parte de la Red Haqqani»; «[ISIL-K asume] su responsabilidad por las operaciones [terroristas] que, con toda probabilidad, fueron realizadas por la Red Haqqani»; «Las operaciones que resultan en bajas civiles permiten que los talibanes las nieguen, mientras que ISIL-K está dispuesto a responsabilizarse para demostrar su capacidad y relevancia».
  1. «Entre estos los grupos [extranjeros] que representan una amenaza para la seguridad, los funcionarios afganos destacaron a Tehrik-e-Talibán Pakistan…, Jaish-i-Mohammed… y Lashkare-Tayyiba… [también conocido como Lashkar-e-Taiba]»; «La presencia de estos grupos tiene su centra en las provincias orientales de Kunar, Nangarhar y Nuristán, donde operan bajo el paraguas de los talibanes afganos»; «El número total de ciudadanos pakistaníes que combaten contra los grupos terroristas en Afganistán puede que sean de 6.000 a 6.500».

Implicaciones para el futuro del acuerdo Estados Unidos-Talibán

 

El Acuerdo entre Estados Unidos y el Talibán, firmado en Doha en febrero del 2020, estuvo precedido por 18 meses de conversaciones entre los Estados Unidos y el Emirato Islámico. Durante este período, mientras los talibanes prometían a los Estados Unidos, también se comprometieron activamente con Al-Qaeda y mantuvieron algunos vínculos con el EIIS en Afganistán, tal como lo muestra el informe de las Naciones Unidas.

Sin embargo, la afirmación más relevante en el Informe de la ONU se refiere a los intrincados lazos entre los talibanes y Al-Qaeda: «Los talibanes parecen haber fortalecido su relación con Al-Qaeda en lugar de lo contrario. Un Estado miembro [de la ONU] informó que la regularidad de las reuniones entre antiguas figuras de Al-Qaeda y los talibanes «hizo que cualquier idea de una ruptura entre los dos fuese mera ficción». El vínculo fue descrito… como ‘uno de profundos lazos personales (incluso a través matrimonial) y un sentido de hermandad a longevo… Al-Qaeda capitaliza esto a través de su red de mentores y asesores quienes están integrados a los talibanes, proporcionando asesoramiento, orientación y apoyo financiero. La ofensiva talibán contra la ciudad de Ghazni en agosto del 2018 fue un excelente ejemplo del despliegue efectivo del apoyo de Al-Qaeda».

En vista de estas observaciones, las expectativas de los Estados Unidos de que los talibanes corten lazos con Al-Qaeda y los expulsen de Afganistán no es nada realista. Por lo tanto, el condicionamiento implícito del Secretario Pompeo a la continua retirada estadounidense de sus fuerzas de Afganistán en el cumplimiento de los compromisos por parte de los talibanes («No estamos obligados a irnos a menos que puedan demostrar que están cumpliendo cada uno de los elementos de su parte en el trato») se convierte en un total dilema: Estados Unidos necesitará argumentos muy convincentes para retirar sus fuerzas de Afganistán mientras Al-Qaeda aún prospere allí, o permanecer allí durante muchos años más.

¿Cómo llegó la administración estadounidense a tal situación? Esto es desconcertante cuando recordamos que Qatar, que realmente patrocinó el acuerdo de los talibanes y apoyó a los talibanes a lo largo de las negociaciones, es conocido no solo por sus lazos de largo data con las actividades terroristas de Al-Qaeda, sino también por proporcionarles refugio seguro, según Richard A. Clarke, Coordinador Nacional de Seguridad y Lucha contra el Terrorismo en las administraciones Clinton y Bush, al cerebro del 11-S Khalid Sheikh Muhammad (KSM). Qatar puso en fuga a KSM horas después de que funcionarios policiales de los Estados Unidos le pidieran al Emir de Qatar, en 1996, que lo entregase. Tal como explicó Clarke, «pocas horas después de la reunión del embajador estadounidense con el Emir [jeque Hamad bin Khalifa Aal Thani], el Jeque Muhammad se desvaneció. En la pequeña Doha, nadie pudo encontrarlo». Concluyó: «Si los qataríes nos lo hubiesen entregado tal como se solicitó en 1996, el mundo pudiera haber sido un lugar muy diferente»[8], es decir, el 11-S nunca hubiese sucedido. El papel de la familia real qatarí en la desaparición de KSM también fue subrayado en el Informe de la Comisión del 11-S.[9]

El Informe de la Comisión del 11-S describió a Khalid Sheikh Muhammad como «el principal arquitecto de los ataques del 11-S», quien mantuvo su cargo en el Ministerio de Electricidad y Agua de Qatar, pero que la familia real de Qatar le permitió escapar cuando Estados Unidos intentaron arrestarlo.

Por lo tanto, dado lo bien conocido y documentado sobre la relación de Qatar con los líderes y agentes de Al-Qaeda, ¿por qué los líderes de los Estados Unidos confiarían en Qatar durante sus negociaciones con los talibanes? Además, ¿por qué los Estados Unidos creerían seriamente que el trío de Qatar-Talibán-Al-Qaeda estaría dispuesto a producir un acuerdo creíble, que le permitiría a las fuerzas estadounidenses retirarse de Afganistán declarando la frase «Misión Cumplida»? Parece ser que las respuestas a estas preguntas solo pueden encontrarse dentro del gobierno estadounidense.

*Yigal Carmon es presidente y fundador de MEMRI; Tufail Ahmad es compañero investigador principal de la Iniciativa Islamismo y Lucha contra la Radicalización en MEMRI.


[1] State.gov (Estados Unidos), 29 de febrero, 2020.

[2] Departamento de Estado de los Estados Unidos, Remarks to the Press, Washington D.C., 25 de febrero, 2020.

[3] Estado.Gov (Estados Unidos), 29 de febrero, 2020.

[4] Michael Pompeo, Face The Nation, CBS News, 1 de marzo, 2020.

[5] ToloNews.com (Afganistán), 2 de julio, 2020.

[6] Undocs.org/S/2020/415, consultado el 11 de junio, 2020. El informe de la ONU fue titulado «Undécimo informe del equipo de apoyo analítico y monitoreo a las sanciones presentado de conformidad con la resolución 2501 (2019) sobre los talibanes y otros individuos asociados y entidades que constituyen amenazas para la paz, la estabilidad y la seguridad de Afganistán».

[7] Más aspectos destacados del informe de la ONU sobre los nuevos vínculos entre los talibanes afganos y Al-Qaeda:

  1. i) «Fue… confirmado que el líder de Al-Qaida en el Subcontinente Hindú Asim Umar, murió en el ataque, junto a varios ciudadanos extranjeros, incluyendo al delegado del grupo, su ‘mensajero’ a al-Zawahiri y varios miembros mujeres extranjeras. Umar y sus seguidores estaban siendo protegidos por las fuerzas locales talibanes, algunas de las cuales también murieron en la redada».
  1. ii) «En octubre del año 2019, 11 talibanes fueron liberados del centro de detención en el aeródromo de Bagram a cambio de tres ingenieros hindúes que fueron secuestrados en Afganistán. Esos talibanes incluyeron al ex-gobernador del gobierno a la sombra Jeque Abdul Rahim (no incluido en la lista) y Mawlawi Rashid Baluch (no incluido en la lista) Se cree que Rahim fue nombrado por la Red Haqqani, mientras que Baluch fue incluido anteriormente en la lista del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, que enfatizó su papel en ‘el nexo entre los talibanes y Al Qaeda'».

iii) «Lo estimado por los estados miembros sobre el número de combatientes talibanes oscilan entre 55.000 y 85.000. Según lo informado previamente por el Equipo de Supervisión y Monitoreo…, los facilitadores y no-combatientes talibanes pudieran llevar la cifra total a 100.000».

  1. iv) «Las fuentes indicaron en el año 2019 que dos ex-comandantes talibanes de origen étnico tayiko y uzbeko de la provincia de Kunduz, Mawlawi Satar (del distrito Imam Sahib) (no incluido en la lista) y Mawlawi Abdullah Majid (del distrito Khanabad) (no incluido) se marchó a combatir por ISIL-K [la filial del EIIS para Afganistán] en el distrito Achin de Nangarhar».
  1. v) «Si bien lo estimado por los Estados miembros sobre el poder de ISIL-K en Afganistán siguen variando, el Equipo de Supervisión y Monitoreo evalúa su poderío en aproximadamente 2.200 combatientes armados, la mayoría de ellos en la provincia de Kunar».
  1. vi) «Se afirmó que Lashkar-e-Tayyiba y Jaish-i-Mohammed tenían aproximadamente 800 y 200 combatientes armados, respectivamente, ubicados conjuntamente con las fuerzas talibanes en los distritos Mohmand Darah, Dur Baba y Sherzad de la provincia Nangarhar. Tehrik-e-Talibán Pakistan también posee presencia en el distrito Lal Pura, cercano a la zona fronteriza de Mohmand Darah, Pakistán. En la provincia Kunar, Lashkar-e-Tayyiba mantiene otros 220 combatientes y Jaish-i-Mohammed posee otros 30, todos los cuales se encentran dispersos dentro de las fuerzas talibanes».

[8] Nydailynews.com/opinion/knew-qatar-trouble-article-1.3306729, 6 de julio, 2017.

[9] Véase la serie de MEMRI Investigación y Análisis No. 1485 – El papel de Qatar en el 11-S y el acoger a los comandantes yihadistas; escondites de los talibanes afganos se trasladan a refugios seguros en Doha, 19 de noviembre, 2019.

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