En un editorial publicado el 7 de septiembre, 2017[1], titulado «Combatimos a los Radicales, No a los Musulmanes», el miembro de la junta de asesores de MEMRI Prof. Yehuda Bauer, quien es consejero académico de Yad Vashem y profesor emérito de historia y estudios del Holocausto en la Universidad Hebrea de Jerusalén, citó segmentos de videos traducidos de sermones antisemitas recientemente publicados por MEMRI, señaló el «claro paralelismo entre el islamismo contemporáneo – no el Islam – y el Nacional Socialismo» y explicó que la lucha es contra los radicales y no contra los musulmanes.
Lo siguiente es la versión de su artículo de la sección Informes Diarios de MEMRI:
En su sermón del 21 de julio de 2017, el Imam Ammar Shahin, del Centro Islámico de Davis, California, dijo: «Oh Alá, protege la Mezquita Al-Aqsa de la inmundicia de los judíos… Oh Alá, cuéntalos uno a uno y aniquílalos a todos hasta el último de ellos y no perdones a ninguno de ellos…»[2] (Este luego se disculpó con la comunidad judía ‘por el daño que cause’.)
El 26 de julio, el clérigo saudita Mamdouh Al-Harbi dijo: «El Profeta Mahoma predijo que asesinaremos a los judíos… Que nadie diga que el Profeta habló de nosotros asesinando a los sionistas… Cualquiera que afirme que nuestra guerra es con los sionistas en lugar de los judíos está totalmente errado».[3]
Existe mucha repetición en tales sermones y existen muchos de ellos. Van mucho más allá de la discriminación contra los judíos (y los cristianos) en los textos musulmanes originales, tal como aparecen en el Corán, el hadith (los dichos y hechos del Profeta) y el sharia (la ley religiosa musulmana). Allí, a los cristianos y a los judíos se les concedió el estatus de dhimmi; es decir, minorías sujetas protegidas que debían pagar un impuesto [y] no se les otorgaba ningún derecho civil o político, pero cuyas vidas y propiedades eran, en teoría aunque a menudo no en la práctica, inviolables.
Luego de la fundación de la Hermandad Musulmana en 1928, los teóricos radicales y practicantes desarrollaron la noción, inspirada por antisemitas racistas y nacionalistas europeos, de que los judíos estaban detrás de todos los enemigos de Alá y tuvieron que ser destruidos físicamente.
Existen pues, claros paralelismos entre el islamismo contemporáneo – no el islam – y el Nacional Socialismo (y credos similares), aunque no son idénticos. El Islamismo o Islam radical (los términos denotan el mismo fenómeno) no se limita a un país o región en particular, sino que es algo global, universal. La aniquilación de los judíos no es sólo uno de los elementos del islamismo, sino una característica central de un movimiento global. Al igual que el nazismo, los judíos son vistos como un elemento satánico que de alguna manera fue introducido en la sociedad humana; los judíos fueron responsables de todas las grandes catástrofes del pasado. De este modo, causaron las dos guerras mundiales y planean hoy conquistar no sólo el Medio Oriente, sino que gobiernan el mundo – al igual que ahora, según el Islam radical, controlan los medios de comunicación, la economía y los gobiernos del así llamado «Occidente» (que puede incluir a Japón, por ejemplo).
Al igual que lo señalado por muchos observadores, las víctimas del islamismo son, en su gran mayoría, musulmanes. De esta manera, los sunitas son asesinados por chiitas radicales, tal como en Yemen, aunque los houthis que ahora controlan la capital, San’a, son realmente una secta chiita pervertida. En Siria, los alauitas de Assad son los principales perpetradores. Son grupos satélites del régimen iraní que ven a los judíos (‘sionistas’) como un enemigo central. Los chiitas (y otros) son asesinados por el EIIS, Al-Qaeda y radicales sunitas similares. Boko Haram sunita en Nigeria y áreas adyacentes asesinan mayormente a cristianos, pero también a los musulmanes que no están de acuerdo con ellos.
La mayoría de los políticos occidentales ven su guerra contra los radicales sunitas como el tema de una guerra en contra del terrorismo; esta es una idea errónea. Es una lucha contra una ideología político-teológica resultante en lo que llamamos ataques terroristas y que los radicales ven como una lucha por la supremacía mundial.
Después de la derrota del EIIS, esa ideología se esparcirá. Occidente sólo está comenzando a darse cuenta de que la batalla es tanto ideológica-teológica y social como lo es también militar.
En esta lucha, los que están a la vanguardia de un contra-ataque liberal son musulmanes anti-radicales, cuya interpretación del Islam va contra la de los radicales. Las alianzas con ellos, en nombre de una interpretación liberal del destino humano, son esenciales si queremos ganar esa guerra. Los judíos no pueden luchar contra el antisemitismo islámico, excepto en alianzas con anti-radicales cristianos y musulmanes. Citando la colaboración pasada entre musulmanes y judíos, incluyendo actos de rescate durante el Holocausto reconocidos por Yad Vashem, los musulmanes anti-radicales, incluyendo a clérigos, tratan de luchar contra la ideología asesina de sus opositores radicales. En febrero del año pasado, una reunión de un gran número de tales clérigos en Marruecos, emitió una impresionante declaración anti-radical.
Cabe señalar que el Islam radical, especialmente el de los sunitas, no es sólo sobre Israel. La destrucción de Israel es, por supuesto, una parte «natural» de la ideología tanto para Irán como para los radicales chiitas y para la variante sunita, pero, tal como en la cita anterior, cuando estos hablan de sionistas se refieren a los judíos. Ellos no van tras los «sionistas»; desean asesinar a los judíos, donde sea que puedan.
La última vez que una ideología como tal se hizo sentir, en las décadas de 1930 y 1940, dio como resultado no «sólo» el asesinato masivo de los judíos y también una guerra que costó la vida a decenas de millones de no judíos. Ese es el mensaje que se le debe enviar a aquellos que creen que el islamismo desaparecerá si hay paz entre Israel y los palestinos. Un compromiso de paz allí, que en este momento no está en juego, debería ser el objetivo de los judíos por razones judías y humanistas en general, pero existen pocas razones para pensar que, si se logra, afectará a la humanidad el tema global de la amenaza del Islam radical.
[1] The Jewish Chronicle – La Crónica Judía (Reino Unido), 7 de septiembre, 2017.
[2] Sermón de los viernes en California: Imam Ammar Shahin cita hadith antisemita y ora por la aniquilación de los judíos junto a pedir se libere la Mezquita Al-Aqsa de su «suciedad», 21 de julio, 2017
[3] Clérigo saudita Mamdouh Al-Harbi: La guerra de los musulmanes no es sólo con los sionistas sino con todos los judíos, 26 de julio, 2017