Un dicho árabe muy popular dice así: «Los estadounidenses son buena gente – se les puede engañar muy fácilmente». No existe mejor prueba de esta observación que el Emirato de Qatar, que durante más de un cuarto de siglo ha engañado exitosamente a las administraciones estadounidenses, ambas republicanas como demócratas, pretendiendo ser un aliado de Estados Unidos mientras que en realidad es todo lo contrario.

Durante más de dos décadas, Qatar ha fomentado y promovido a casi todas las organizaciones terroristas que asesinaron a estadounidenses. Qatar a elogiado a Osama bin Laden y después de él a Ayman Al-Zawahiri, a los cielos. Un anfitrión de Al-Jazeera escribió en el diario de Qatar Al-Watan que la coalición anti-EIIS es una «Cruzada con nuevo disfraz». Dos meses antes del 11-S, en el canal de televisión del estado Al-Jazeera en Qatar, bin Laden fue aclamado en un programa dedicado a él. Este fue llamado «el héroe árabe e islámico No. 1» y «la conciencia del mundo árabe e islámico». El anfitrión del programa subrayó que, como «la nación tiene una profunda sed por alguien que confronte a los Estados Unidos… no con palabras ni consignas», bin Laden es «el hombre adecuado para este importante papel». Y de hecho lo fue. El mismo programa le concedió una plataforma a un reclutador de Al-Qaeda para anunciar que «hoy la nación necesita, primero y ante todo, 12.000 jóvenes muyahidines reclutados para defender la religión, tal como dijo el Profeta Mahoma: ‘12.000 no serán derrotados por unos cuantos'».

Cuando el FBI arribó en Qatar a fin de arrestar al cerebro del 11-S Khalid Sheikh Mohammad, quien halló refugio seguro allí y reveló su misión solo al Emir – KSM desapareció de la noche a la mañana. ¿Es Qatar realmente un aliado estratégico?

¿Cómo puede un emirato que ha proporcionado años y años de apoyo existencial a la Hermandad Musulmana, Hamas y Hezbolá ser considerado aliado por las autoridades estadounidenses y congresos? No importa que Qatar cultive el antisemitismo, incluso permitiendo que el líder espiritual de la Hermandad Musulmana Yousuf Al-Qaradawi, albergado y protegido durante décadas por Qatar, pida en sus mensajes radiales se realice un nuevo Holocausto «a manos de los musulmanes».

¿Cómo puede un emirato cuya televisión estatal le otorga horas en pantalla al líder de Al-Qaeda en Siria, transmite cobertura en vivo de los juramentos de lealtad al EIIS y organiza una fiesta de cumpleaños en el estudio con fuegos artificiales, una orquesta y un pastel para un terrorista de Hezbolá asesino de niños – siendo Hezbolá una organización que ha asesinado a cientos de estadounidenses en el Líbano y provee una plataforma para que otros terroristas pidan por ataques contra Estados Unidos se le considere aliado.

¿Cómo puede un emirato que frustra todas las medidas tomadas por los Estados Unidos ser considerado como aliado? Por ejemplo, cuando los Estados Unidos sancionaron a Turquía por su injusta detención al Pastor Brunson, Qatar se apresuró a ayudar a Turquía, lanzándole un salvavidas de $18 billones. Cuando los Estados Unidos presionan a las Naciones Unidas y detienen el financiar sus programas particulares, Qatar interviene de inmediato con cientos de millones en fondos de reemplazo para que los programas puedan continuar como antes lo hacían. ¿Es este un aliado? Yo podría seguir y seguir sin parar.

Sin embargo, ¿quién conoce el cómo engañar mejor que el propio Qatar? En los últimos días, el emirato ha publicado una serie de anuncios patrocinados en documentos de Washington, DC que nunca publicarían tales mentiras a menos que estuviesen bien pagados. La verdad es que nada puede borrar lo que dijo el Presidente Trump en el Rose Garden en junio, 2017: «Desafortunadamente, la nación de Qatar ha financiado históricamente el terrorismo a un nivel muy elevado… Decidí junto al Secretario de Estado Rex Tillerson, nuestros grandes generales y militares, ha llegado el momento de pedirle a Qatar que termine su financiamiento y su ideología extremista en términos de financiación». Esto fue recolectado como testimonio del Secretario de Estado Tillerson, un hombre conectado umbilicalmente a Qatar a través de la compañía Exxon Mobil. Desde que se realizaron estas declaraciones, Qatar ha invertido muchos millones y según informes en los medios de comunicación, incluso más de 1 billón de dólares, a fin de comprar a los grupos de presión en Washington con el propósito de ocultar su verdadera naturaleza y disfrazarse a sí mismos de amigo de los Estados Unidos.

Tal como dicen los árabes, «Los estadounidenses son buena gente – pueden ser engañados fácilmente».

Hoy, el Emir de Qatar está de visita en Washington; El Presidente Trump le llama «un gran amigo». Ayer, el Secretario de Defensa interino Dr. Mark T. Esper, celebró un saludo de llegada de las Fuerzas Armadas en su honor. Todos están familiarizados con la retórica de Trump – todos son «amigos» – el dictador norcoreano, el dictador chino, y también el Emir de Qatar, que heredó su trono sin la molestia de elecciones y que hoy prometió aportar casi $100 billones en proyectos de infraestructura dentro de los Estados Unidos[1]

De hecho, en todo esto, existe un hecho de gran importancia militar y estratégica: al mismo tiempo que incita a los Estados Unidos las 24 horas del día, 7 días a la semana, por medios variados y diversos, Qatar también le provee a los Estados Unidos una masiva base militar, construida específicamente para los Estados Unidos y totalmente gratis, donde se implementan tres comandos estratégicos estadounidenses. Pero esto también lo malinterpretan los estadounidenses en gran medida: Las distintas administraciones siempre se sintieron endeudadas con Qatar por recibirlos, pero la verdad es que – desde el primer día de la presencia militar estadounidense en Qatar – fue Qatar quien está en deuda con los Estados Unidos. La única garantía a la continua existencia de Qatar es la base militar estadounidense. Esta situación es ante todo del interés existencial de Qatar. Y debido a su gran temor de que un día los Estados Unidos puedan retirarse del lugar, Qatar continúa expandiéndolo; este ahora tiene planes para establecer centros urbanos para las familias de las tropas estadounidenses, a un costo de billones de dólares, para que nunca, Dios no lo permita, comiencen si quiera a pensar en mudarse a otro lugar.

Una Declaración de Posturas por parte de CENTCOM el 5 de febrero, 2019 señaló que «Qatar es un socio crítico en la Península Arábiga que le provee a CENTCOM acceso regional invaluable». Dos líneas más abajo, esta declaró: «El acceso, bases y el sobrevuelo que provee Qatar serían altamente costosos de replicar en cualquier otro lugar de la región». El autor, obviamente consciente de la ridiculez de esta afirmación, fue motivado a agregar la segunda línea indicando que dejar la base de Qatar por otra ubicación sería prohibitivamente costoso. Los sabios sacarán sus propias conclusiones.

Pero la verdad es que lo que está ocurriendo ante nuestros ojos es que, al igual que Qatar se ha comprado a todo el mundo – por ejemplo, ser anfitrión de la Copa Mundial de Futbol 2022 junto a masivas propiedades a lo largo y ancho de Occidente – también se está comprando la buena voluntad de las fuerzas armadas estadounidenses. Lo último no parece darse cuenta, o simplemente no les importa, el hecho de que este acuerdo les esté costando caro – ellos están ahí primeramente debido al cuarto siglo continuo de patrocinio al terrorismo en el mundo árabe y el Sudeste Asiático.

Pero los líderes del ejército estadounidense son estadounidenses y como todos sabemos, «los estadounidenses son buena gente…»

*Yigal Carmon es presidente de MEMRI.


[1] Al-Jazeera News, 9 de julio, 2019.