El siguiente es un artículo de opinión del Director Ejecutivo de MEMRI Steven Stalinsky que fue publicado originalmente en el diario The Wall Street Journal el día 5 de abril, 2020.
Los grupos yihadistas están siguiendo muy de cerca la propagación del nuevo coronavirus. En sus publicaciones y en las redes sociales, sus miembros publican análisis, amenazas e incluso pautas sanitarias. Los funcionarios de los cuerpos anti-terrorismo deberían monitorear estas comunicaciones para tener así una ventana a la manera de pensar de estos.
Los yihadistas y sus partidarios se han regocijado con las restricciones sanitarias promulgadas en todas partes del mundo, especialmente en los Estados Unidos. «Estos solían burlarse de las mujeres que llevaban puesto el niqab islámico – ahora ellos están haciendo lo mismo. Los ridiculizamos como ustedes nos ridiculizaron a nosotros», lee un publicado muy típico, fechado el 17 de marzo, en el canal yihadista al-Tawhid Awalan en Telegram, la aplicación de mensajería cifrada. La declaración acompañó una foto de occidentales en indumentaria con capas protectoras.
Muchos yihadistas están vitoreando el virus. Balagh, una revista mensual publicada en Idlib, Siria, por clérigos con simpatías hacia Al Qaeda, llama al virus «uno de los soldados de Alá»: El «soldado de la corona». Este es un tema bastante popular. El escritor yihadista Khalid al Sibai advirtió en el canal Telegram de la agencia de noticias Thabat que este «pequeño soldado», que ha devastado tanto a los Estados Unidos y a sus aliados, pronto pudiera unirse a los soldados yihadistas en físico – una amenaza. En el canal de televisión de Hamas Al Aqsa, el Imam Jamil al-Mutawa alardeó de que Alá «envió a un solo soldado, «el virus» y este ha afectado a los 50 estados» en los Estados Unidos, condujo a Israel al encierro, pero no afectó en lo absoluto a los palestinos.
Una de las primeras declaraciones más significativas fue un fatua del clérigo sirio Abdul Razzaq al-Mahdi publicado el 23 de enero. Este dijo que a los musulmanes se les permite orar para que el virus aniquile a los «enemigos chinos de Alá» por haber «matado, asesinado, encarcelado y oprimido a los uigures», una minoría étnica musulmana en la provincia china de Xinjiang. El Estado Islámico coincidió en su revista semanal Al Naba y también mostró las muertes por coronavirus iraníes como un signo de Alá por la «ceguera» e «insolencia» de los musulmanes chiitas, quienes deberían «abandonar el politeísmo».
Abu Muhammad al-Maqdisi, el destacado jeque en Jordania y mentor espiritual de Abu Musab al-Zarqawi, el hombre que fundó la filial de Al Qaeda que luego se convertiría en el EIIS, publicó una serie de mensajes en la aplicación Telegram sobre los «beneficios ocultos» de la pandemia para las sociedades musulmanas. Estos incluyen el cierre de bares y clubes nocturnos y que más mujeres se están cubriendo el rostro con niqabs para protegerse del virus. Recientemente al Maqdisi agregó: «No hay nada de malo en que un musulmán ore para desearle la muerte a los infieles y desee que se infecte con el coronavirus».
El comandante yihadista sirio Asif Abdul Rahman señaló en su canal en Telegram que Irán pudiera utilizar a pacientes con coronavirus «vivos o muertos» como arma biológica, tal como lo hicieron los mongoles en el siglo 14, cuando catapultaron los cuerpos de las víctimas de la peste hacia la ciudad de Kaffa (ahora Feodosia, Ucrania). Las autoridades iraníes, este agregó, ciertamente pudieran persuadir a los pacientes a morir como mártires.
Esto fue después de una amenaza hecha por el activista de la Hermandad Musulmana en Nueva York Bahgat Saber, en un video subido a la red el 1 de marzo a su página Facebook, de que si se enferma este se iría al consulado de Egipto en Nueva York para infectar a su personal como venganza contra el gobierno de Egipto. Este exhortó a otros a hacer lo mismo.
La pandemia del coronavirus también está causando que el movimiento yihadista global se concentre en evitar que la enfermedad se propague dentro de sus filas. Limpiarse, desinfectarse, tomarse la temperatura y compartir consejos de salud son parte nueva de la vida cotidiana yihadista. La edición del 12 de marzo de al-Naba, el semanario del EIIS, incluyo una colorida infografía de las «directrices pautadas en el sharia para hacerle frente a la epidemia», que aconseja lavarse las manos e incluso realizar cuarentenas: «Los sanos no deben ingresar a la tierra de la epidemia y los afectados no deberían salir de esta». El 18 de marzo Hayat Tahrir al-Sham, filial de al-Qaeda, presentó pautas de salud que citan las recomendaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos. Parece ser que los Estados Unidos no son del todo tan malos.
Muchos de los grupos y personas mencionadas anteriormente han estado involucrados en ataques contra los Estados Unidos y otros países en Occidente. Mientras el mundo lucha contra el covid-19, los yihadistas continúan buscando vulnerabilidades por el cual aprovecharse. En la edición del 19 de marzo de la revista al-Naba, el EIIS advirtió que los yihadistas no dudarán en aprovechar el caos y que las «pérdidas financieras de los cruzados y de los tiranos» – estadounidenses y sus aliados árabes – y «su preocupación por proteger a sus propios países y de sus otros enemigos «contribuirán en gran medida a» debilitar sus capacidades para combatir contra los muyahidines». Decepcionémoslos.
El Sr. Stalinsky es director ejecutivo del Instituto de Investigación de Medios de Comunicación del Medio Oriente.