En una entrevista publicada el 26 de enero, 2021 con el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el secretario general de la Liga Árabe Ahmed Abu Al-Gheit aborda el tema sobre la situación en el Medio Oriente y expresa sus esperanzas respecto a la futura política estadounidense en el lugar que, según él, debe diferir de la política estadounidense del pasado.

Tras señalar que el problema más grave que enfrenta la región son los continuos conflictos internos en Yemen, Siria, Libia y el Líbano, que causan sufrimientos humanos extremos, Abu Al-Gheit afirma que un factor común discernible en todos estos conflictos es «la maliciosa interferencia regional» impuestas por Irán y Turquía que, en algunos casos, implica una intervención armada verdadera en estos países. Todos estos conflictos, dice Al-Gheit, se beneficiarán de la diplomacia estadounidense para neutralizar la influencia iraní y turca e impulsar así soluciones políticas pacíficas en la zona.

Abu Al-Gheit enfatiza que Irán y su dossier nuclear representan un gran desafío para la política exterior de los Estados Unidos, pero que cualquier respuesta a este desafío debe ser diferente al enfoque propuesto por la administración Obama. Específicamente, esta debe involucrar a los árabes abordando sus temores y preocupaciones, asegurando así la viabilidad a largo plazo de cualquier acuerdo o trato que se llegue a realizar con Irán.

Abu Al-Gheit señala además que muchos líderes árabes están haciendo intensos esfuerzos para modernizar y reformar a sus países mientras enfrentan peligrosas fuerzas extremistas y de violencia que amenazan su seguridad y su tejido social. En esta lucha, agrega, Estados Unidos seguramente debe ponerse del lado de quienes abogan por la modernidad, la racionalidad y los valores civiles, en lugar de sus rivales. Sin embargo, advierte que las intensas presiones por parte de Occidente para acelerar el ritmo del cambio ha llevado, en el pasado a catástrofes mayores en el mundo árabe y expresa confianza en que la administración Biden podrá tomar un camino prudente que evite se produzcan tales situaciones.

Al abordar el tema palestino, el secretario general de la Liga Árabe expresa sus esperanzas de que Estados Unidos pueda restaurar su papel como mediador neutral y revivir la solución de dos estados y enfatiza que, si bien los recientes acuerdos de paz entre Israel y algunos estados árabes pueden ayudar a acelerar el proceso de paz palestino-israelí, estos no pueden considerarse como sustitutos de este proceso.

Lo siguiente son extractos de una versión traducida al inglés y luego al español de la entrevista publicada por Al-Sharq Al-Awsat.[1]

Estados Unidos juega un papel fundamental a la hora de garantizar la estabilidad global

El presidente llamado Joseph Biden se encarga ahora de manejar el timón de los Estados Unidos, en un momento crucial sea este en la escena local o internacional, ya que el mundo se enfrenta a un desafío común sin precedentes, en términos de crueldad, magnitud y repercusiones, siendo este la pandemia del Covid-19.

«Nos enfrentamos a un momento plagado de peligros y abierto a diferentes posibilidades. Es un momento que requiere de un liderazgo capaz. Creo que el presidente Biden, con su trayectoria y probada experiencia, posee calificaciones para desempeñar un papel histórico, ya sea en los Estados Unidos o en la influencia que pueda tener su país en el mundo.

«El discurso pronunciado por el presidente Biden el 20 de enero trajo claras indicaciones sobre el camino a seguir en el futuro. Este reflejó una tendencia sincera de restaurar la unidad y el consenso y superar la polarización. Estos son valores y principios que Estados Unidos y el mundo necesitan hoy día, ante la peligrosa competencia entre las principales potencias, el auge del populismo de derecha, el crecimiento de los movimientos racistas y el descenso económico a raíz de la pandemia, además del cambio climático, la degradación ambiental y otros. Todos estos son desafíos urgentes que sin duda alguna requieren de un liderazgo estadounidense cohesivo y proactivo.

«Estados Unidos juega un papel influyente y altamente crítico en la estabilidad global. Me gustaría escribir aquí específicamente sobre un aspecto clave de este papel en el mundo – el papel relativo a la política estadounidense hacia la región árabe».

«El dossier palestino es quizás uno de los temas que requerirán que la nueva administración adopte un enfoque muy diferente.

«Cualquier observador imparcial se dará cuenta de la amargura que sienten los palestinos por la injusticia y la marginalidad a la que han estado expuestos y los intentos de imponer una visión unilateral a la solución final, la cual no tiene bases en ninguna de las referencias conocidas, sino que refleja totalmente el punto de vista israelí.

«Existe una necesidad urgente de restaurar la confianza de los palestinos sobre una vía política pacífica, como la única forma de cumplir sus aspiraciones nacionales hacia el logro de un estado independiente de acuerdo a las fronteras de 1967. También existe una necesidad urgente de restaurar la confianza en el enfoque de la solución de dos Estados como base para el arreglo, un tema que ha sido sacudido y cuestionado durante el último período de gestión.

«Se espera que la nueva administración estadounidense recupere la confianza en su papel de mediador neutral en un proceso de paz, en el que participen partidos internacionales y árabes, ya sea dentro del marco del Cuarteto Internacional (después de ampliarlo con la inclusión de voces árabes), o en cualquier marco internacional que garantice la movilización de los esfuerzos para lograr la paz en el Medio Oriente.

«Los acuerdos de paz firmados recientemente entre varios estados árabes e Israel pueden contribuir a crear un clima positivo de confianza, ayudando así a abordar la esencia del conflicto. Lo más importante es que el bando israelí no debe imaginar que estos acuerdos sean una alternativa a los asentamientos y a la solución de dos estados…

El problema más peligroso que enfrenta la región sigue siendo la continuación de los conflictos internos en varios países

Nuestra región ha estado sufriendo una década inestable y de agitación que ha pesado mucho en la seguridad de sus países y en sus condiciones económicas y sociales. Las heridas no han sanado y el costo humano de los conflictos en Siria, Yemen y en Libia es realmente inconcebible.

«En otros países árabes tales como Irak, el Líbano y Sudán, los pueblos y los gobiernos luchan por alcanzar un equilibrio de estabilidad política y social, en medio de presiones que se han multiplicado debido a la pandemia y su impacto. El descenso en las actividades comerciales y económicas, la caída de los precios del petróleo y los ingresos por la industria del turismo y los viajes no afectará únicamente a los países exportadores de petróleo, sino que tendrá claras consecuencias negativas para las condiciones económicas y sociales generales de la región árabe durante muchos años.

«El problema más peligroso que enfrenta la región sigue siendo la continuación de los conflictos internos en varios países, que están causando exorbitantes pérdidas humanas.

«En Yemen, el enviado especial de las Naciones Unidas Martin Griffiths se encuentra realizando un esfuerzo notable para que las partes en conflicto acuerden realizar una declaración conjunta» que incluya un alto el fuego y otras medidas humanitarias y económicas para generar confianza y allanar el camino hacia el logro de un acuerdo político integral. No cabe la menor duda de que se requiere del peso diplomático de Estados Unidos para impulsar estas iniciativas y convertirlas en una nueva realidad que le dé a millones de personas la esperanza de que este conflicto termine, sobre todo porque sus costos humanitarios aumentan día a día, mientras la parte que lo provoca, las milicias Houtie, parecen verse indiferentes ante tal situación, de hecho, el grupo ha abandonado su voz política independiente a favor de partidos regionales conocidos que buscan prolongar el conflicto.

«En Siria, la rivalidad internacional y regional aún continúa. El país está destrozado por las agendas extranjeras, luego que casi la mitad de su población se convirtió en refugiados y en desplazados. Es una situación insostenible que golpea el corazón de la estabilidad regional. Tenemos que actuar con rapidez para salvar lo que queda de este país. El primer paso a realizar es construir el consenso necesario entre las fuerzas influyentes y los involucrados en este conflicto a partir de una solución pacífica dentro del marco de la Resolución 2254 de las Naciones Unidas.

«En Libia, estamos viendo un deseo mucho más claro de consenso entre las partes. Se encuentran en marcha conversaciones y acuerdos para organizar las elecciones a finales de este año. Se requiere del papel diplomático de los Estados Unidos para aprovechar esta oportunidad presente.

Además, este papel es necesario en el Líbano, que sufre de una parálisis política y un deterioro económico aterrante, debido a los imperantes conflictos de intereses y a la severa polarización política interna alimentada por influencias externas desfavorables. Es importante que Estados Unidos asuma una actitud positiva para que de esta manera ayude a este prestigioso país árabe a alcanzar su seguridad política y económica».

Un factor común en muchos conflictos regionales es la interferencia maliciosa de países como Irán y Turquía

«Un factor común está presente en todos estos conflictos y problemas: la maliciosa injerencia regional. Los conflictos han debilitado la estructura del sistema árabe y lo han hecho vulnerable a una injerencia peligrosa y sin precedentes de las partes que buscan tener mayor influencia en nuestra región.

«Estoy hablando aquí, con franqueza y claridad, de Irán y Turquía, que en los últimos años han practicado una especie de ‘intimidación regional’ contra los países árabes, llegando al punto de imponer una presencia militar directa en el suelo nacional de una serie de estados. Esta situación necesita de una solución integral y firme, porque lo que hace es aumentar los riesgos de conflictos en nuestra región y hace más complicadas las ya existentes batallas libradas.

«Irán y su dossier nuclear representan un gran desafío para la política exterior de los Estados Unidos en el Medio Oriente en general. De esta manera, es importante enfatizar que cualquier resolución internacional al «dossier iraní» debe tener en cuenta todas las preocupaciones árabes.

«Lo que más preocupa a los árabes, en primer lugar, es el comportamiento iraní, que no solo se caracteriza por la imprudencia y la hostilidad abierta hacia algunos de nuestros países, sino también por un egoísmo excesivo. Los árabes desean una relación de vecindad normal con Irán, con los que compartimos una larga historia y vínculos culturales, de civilización y religiosos, sobre la base de un respeto mutuo y la no-injerencia en los asuntos internos».

El enfoque de la administración Obama sobre el acuerdo nuclear no tuvo en cuenta las necesidades de todos los actores regionales

«Es importante recordar en este aspecto especifico que el enfoque impulsado por la administración Obama, en la forma del acuerdo nuclear, carecía de un elemento de sostenibilidad, porque no abordó las preocupaciones y temores de muchas de las partes.

“Creo que la nueva administración tiene la oportunidad de encontrar una forma diferente de abordar este tema de impacto extremo en la seguridad regional, en consulta y consenso con todas las partes interesadas.

«Si pasamos de las interacciones y los problemas regionales a las condiciones internas de los países árabes, notamos inmediatamente que existe un esfuerzo por parte de aquellos prometedores y sinceros líderes árabes para que cambien las sociedades y le den a los jóvenes, quienes constituyen la abrumadora mayoría de la población, un futuro mejor.

“Muchos líderes árabes libran una lucha ferviente a fin de crear un ambiente apropiado para la modernización, contra corrientes y grupos que amenazan el manto social.

«El presidente Biden, en su discurso de apertura el día de la inauguración, habló sobre la unidad del manto social como el principal objetivo de cualquier sociedad para enfrentar los desafíos. La verdad es que nuestras sociedades árabes, a su vez, enfrentan una seria amenaza a su cohesión por parte de las fuerzas que adoptan una retórica religiosa extremista y no dudan en practicar máxima violencia contra la población civil”.

Estados Unidos debe apoyar a las fuerzas de la modernidad y de la razón contra los defensores del gobierno religioso, pero evitando presiones excesivas

«La verdadera lucha por el futuro de nuestra región no es entre religiones o sectas. Más bien, yo la veo entre los defensores de la modernidad, la razón y los valores de la ciudadanía y el estado nacional por una parte y entre la ideología y el enfoque de los grupos violentos y partidarios del gobierno religioso, por la otra. Estoy seguro de que la nueva administración sabe muy bien de qué lado debe colocarse Estados Unidos en este conflicto decisivo.

«Respaldar a los partidarios de la modernización no significa una total convergencia de visiones. Ojalá logremos trabajar unidos frenando las diferencias, sin afectar nuestra capacidad de cooperar y movernos juntos para ganar esta gran batalla por el futuro de la región.

“La experiencia de los últimos diez años, a pesar de su dificultad y crueldad, nos brinda lecciones que nos permiten distinguir entre el bien y el mal.

«La intensa presión por parte de Occidente para acelerar el ritmo del cambio ha provocado el estallido de varios países árabes, a nivel político y social, con todas las consecuencias humanitarias y de seguridad que esto conlleva.

“El abordar las presiones políticas y mediáticas no cumple con el objetivo de una modernización política, económica y social de los países de la región.

«Estoy seguro de que la administración del presidente Biden tiene los conocimientos, la experiencia y la visión para llevar a cabo esta revisión necesaria por el bien del futuro».


[1] English.aawsat.com, 26 de enero, 2021.