A continuación se presentan extractos de una entrevista, en inglés, con el líder druso libanés Walid Jumblatt que fue puesta al aire en Press Tv el 1 de enero, 2008.
Para ver el portal de MEMRI Tv sobre Walid Jumblatt, visite: http://www.memritv.org/subject/en/377.htm.
«Mi padre también fue víctima del mismo carnicero, Hafez Al-Assad»
Entrevistador: «Usted siempre culpa a Siria por la muerte, pero todavía, no existen firmes evidencias. Podemos continuar… Usted sigue acusando, acusando, acusando sin firmes evidencias».
Walid Jumblatt: «Para empezar, usted se está olvidando que mi padre también fue víctima del mismo carnicero, [el ex presidente sirio] Hafez Al-Assad, y que tantos escritores prominentes, políticos y clérigos en el Líbano fueron muertos por Hafez Al-Assad – René Moawad, el Mufti [Hassan] Khaled, Salim Al-Lawzi, por supuesto Kamal Jumblatt, y tantos otros. Así que el régimen sirio tiene un registro de asesinatos fuera y dentro de Siria.
«Pero para el momento, nos obligaron a que fuésemos aliados de los sirios, porque el Líbano estaba dividido. Eso es. Cuando el Líbano se reconcilió, cuando no había ninguna razón para una guerra civil, cuando la paz fue establecida, cuando pensamos que podíamos implementar el estado del Líbano por todo el país – por todo el territorio libanés – bien, los sirios decidieron decir ‘no’, y forzaron al parlamento libanés, o parte de este -porque éramos una minoría para ese momento, 29 miembros del parlamento de 128…
«Dijimos ‘no’ a la voluntad siria de renovar el mandato del [ex presidente libanés Emil] Lahoud, y desde ese momento, la otra serie de muertes. Marwan Hamadeh casi que escapó a la muerte [sic]. Al-Hariri fue asesinado. Samir Qassir, un crítico prominente del régimen Ba’th, fue muerto. George Hawi, político prominente y jefe de la resistencia, fue muerto. El último fue Antoine Ghanem. No para decir, el General François Hajj, quien podría haber sido también blanco de los sirios».
Entrevistador: «Así que usted… Si realmente fuera… Usted dijo que su padre fue muerto por los sirios».
Walid Jumblatt: «Sí».
Entrevistador: «Grandioso, usted es un líder… Si no tiene el valor de decir que ‘los sirios mataron a mi padre’, cómo puede usted ser un líder para el momento?»
«Tuve que hacer un pacto con el diablo»
Walid Jumblatt: «Dije eso, pero yo dije…»
Entrevistador: «Usted dijo: ‘Guardé silencio durante casi 20 años. 25 años. No tuve el valor… ‘ Si no tuvo el valor, cómo puede usted liderar su partido? Cómo puede usted ser un líder en el Líbano?»
Walid Jumblatt: «Bien sucedió que tenía que proteger mi comunidad y mi partido, y el arabismo en el Líbano, contra las ambiciones israelíes en el Líbano. Así que decidí que tenía que arreglar un pacto con el diablo. Tuve que darle la mano al que mató a mi padre, Hafez Al-Assad».
Entrevistador: «Así que sólo fueron mentiras con Siria?»
Walid Jumblatt: «Sí».
Entrevistador: «Usted no fue un aliado verdadero de Siria?»
Walid Jumblatt: «No fui un verdadero aliado de Siria, no».
Entrevistador: «Entonces estaba mintiendo…»
Walid Jumblatt: «Fui un aliado a mi causa».
Entrevistador: «Usted le estaba mintiendo a los sirios?»
Walid Jumblatt: «Sí, por supuesto. Porque yo no pudiera ser…»
Entrevistador: «Así que usted no estaba trabajando para el Líbano. Usted sólo estuvo trabajando para su propia comunidad».
Walid Jumblatt: «Yo estuve trabajando por la causa del arabismo en el Líbano, contra las ambiciones israelíes y la partición del Líbano». […]
«No pude soportarlo, toda mi vida, con un manojo de asesinos llamados el régimen sirio»
Entrevistador: «Apenas puedo creer lo que dijo. Esta es la primera vez, realmente, [que] usted dijo ‘yo engañé a los sirios’. Esta es la primera vez. ¿Puede decirlo de nuevo? Usted engañó a los sirios».
Walid Jumblatt: «No pude soportarlo, toda mi vida, con un manojo de asesinos llamados el régimen sirio. Tuve que ser práctico y realista porque necesitaba armas y medios, porque también recibí armas de la Unión Soviética. No es ningún secreto. Yo me preocupo de la independencia de mi país. No quiero cuerpos extranjeros controlando a mi país. No quiero interferencia extranjera en mi país. No quiero ni a los iraníes o a los sirios que ocupan mi país».
Entrevistador: «Pero la interferencia americana es bienvenida».
Walid Jumblatt: «No creo que usted tenga reclutas en tierra libanesa, y nos negaremos a cualquier intervención militar de los americanos. Existe una ligera diferencia. Las armas están llegando…»
Entrevistador: «Sí, existe una ligera diferencia cuando no vemos a funcionarios iraníes que vienen al Líbano, y llamando a los aliados del 14 de marzo para ir y votar por un presidente, pero vemos [al ayudante del Secretario de Estado americano] David Walsh que llega al Líbano, y llama en usted a que vaya y votar por un presidente, incluso con la mitad más uno, sin un acuerdo general, y usted está listo para aceptar eso, sólo porque usted es parte del proyecto americano».
Walid Jumblatt: «Por qué está usted gritando?»
Entrevistador: «Oh, perdón».
Walid Jumblatt: Por favor, serénese».
Entrevistador: «Bien, pero solo estoy preguntando…»
Walid Jumblatt: «Existe un partido que está recibiendo armas, municiones y dinero de Siria y Teherán. Están imponiendo su voluntad».
Entrevistador: «Por la causa de que?»
Walid Jumblatt: «Por la causa de que? Están paralizando la economía».
Entrevistador: «Cómo?»
Walid Jumblatt: «Van a la ciudad. ¿Permiten las protestas en masa las autoridades iraníes o las autoridades sirias en el centro de la ciudad, paralizándola? Pienso que no».
Entrevistador: «Pero usted está paralizando a todo el país».
Walid Jumblatt: «No, no lo estoy…»
Entrevistador: «Usted está controlando…»
Walid Jumblatt: «Estoy atascado en mi casa. Estoy simplemente paralizado en mi propio hogar, esperando por otro coche bomba preparado por los sirios, los aliados del Hizbullah».
[…]
Walid Jumblatt: «Usted está muy, pero muy nervioso. ¿Por qué? Tiene que estar bien sereno».
Entrevistador: «No estoy nervioso, estoy entusiasmado».
Walid Jumblatt: «Estemos serenos, de acuerdo? Enfrentemos las cosas tal como son, de acuerdo?»
Entrevistador: «De acuerdo».
«Yo no he visto, en ninguna parte del mundo, una oposición con cohetes y armas, declarándole la guerra cuando ellos quieran, y secuestrando a soldados siempre que quieran»
Walid Jumblatt: «No es una oposición normal. Yo no he visto nada en el mundo a una oposición con cohetes y armas, declarando la guerra siempre que lo deseen, y secuestrando a soldados siempre que quieran. Nunca vi eso. No pienso que este tipo de oposición existe en Teherán. No pienso que este tipo de oposición exista en Francia o en los Estados Unidos. Es un partido [que está] sumamente armado, lleno de armamento, y deciden el destino del país. Yo me niego a decir que esto es una oposición normal. No lo es.
[…]
«Siria [nunca] ha aceptado que el Líbano es una entidad independiente. Nunca. Desde el comienzo, desde 1920, Siria nunca reconoció que el Líbano de hecho existe».
[…]
Entrevistador: «Usted no le va a dar a [la oposición] poder del veto, porque está asustado de que podría perder su popularidad…»
«Estoy acusando al Hizbullah de facilitar o ignorar los coches bombas y asesinatos de Siria»
Walid Jumblatt: «Yo no le voy a dejar el poder de veto a un grupo militar, para el Hizbullah. No. De acuerdo? ¿Está claro? Lo pueden tomar por la fuerza, sobre nuestros cadáveres, pero no dejaré el poder de veto por la causa del Hizbullah, sus aliados y el régimen sirio. Pienso que estoy claro».
Entrevistador: «Usted está claro, pero está listo para cooperar con los americanos, pero usted no coopera con sus compañeros ciudadanos».
Walid Jumblatt: «Éstos son algo diferente de mis compañeros ciudadanos. Cuando mis compañeros acepten el mandato de la democracia, sin armas o coches bomba – entonces podemos hablar».
Entrevistador: «Entonces usted está acusando al Hizbullah de estar detrás de estos asesinatos y coches bomba».
Walid Jumblatt: «Lo he dicho antes – no es un secreto – y lo diré de nuevo. Sí, estoy acusando al Hizbullah de facilitar o ignorar los asesinatos y coches bomba de Siria.
[…]
«Yo no soy el que bloqueó el centro de la ciudad, y no soy el que cerró el parlamento. Nosotros fuimos varias veces al parlamento».
Entrevistador: «Esto no es gran cosa. Son sólo algunas decenas en el corazón de la ciudad, protestando contra este gobierno, y tienen derecho a hacerlo. Por qué se da usted todo derecho de hacer lo que le plazca, de la manera que quiere, y no les da el derecho?»
Walid Jumblatt: «Ellos tienen derecho de traer armas y dinero a su milicia, y tienen derecho a destruir mi economía y mi ciudad, y su ciudad? Usted dice que eso es oposición? Son unos salvajes, no una oposición».
Entrevistador: «Usted es pobre, a tal magnitud?»
Walid Jumblatt: «No soy pobre. Lo siento, no soy un pobre hombre. Estoy aquí, estoy diciendo la verdad, y siempre he desafiado el estado del Hizbullah. Una vez que ellos acepten el estado del Líbano – bienvenidos.
Entrevistador: «Constitucionalmente, usted posee la solución. La solución está en sus manos. Usted puede colocar fácilmente la llave en la puerta, y abrirla. Usted puede fácilmente hacer eso».
«Yo no voy a hacer concesiones para alguien que está colocando un arma sobre mi cabeza»
Walid Jumblatt: «No me rendiré a su voluntad para tener el poder de veto en cada decisión de mayor o menor importancia en el gobierno».
Entrevistador: «Entonces teme usted ser derrotado?»
Walid Jumblatt: «No voy a aceptar la rendición. Así es. Si quieren derrotarme, tienen que matar a dos ministros más, y me derrotarán. Pero no va ser una victoria para ellos el tener las manos ensangrentadas, el tener otro asesinato en sus manos».
Entrevistador: «Pero no es una cuestión de derrota. Es una cuestión de concesiones. Deberíamos hacer concesiones por la causa del país».
Walid Jumblatt: «Yo no voy a darle concesiones a alguien que está colocando un arma sobre mi cabeza. ¿De acuerdo? Estoy aquí. No poseo armas. Él está colocando un arma, un cohete sobre mi cabeza. Me puede matar, pero…»
Entrevistador: «Así que él está apuntando el arma sobre su cabeza?»
Walid Jumblatt: «A las cabezas de los libaneses libres, sí, y yo no le voy a dar la satisfacción de rendirme».