La reciente visita a Rusia del presidente chino, Xi Jin Ping, animó a los líderes rusos. La duración de la visita – tres días – junto con el hecho de que fue el primer viaje al extranjero de Xi después de ser elegido para un tercer mandato, tuvo un valor simbólico, al igual que el respaldo de Xi a la posible reelección presidencial de Vladimir Putin en 2024. Aunque Putin anunció que el plan de paz de China de febrero de 2023 podría servir de base para las negociaciones, la visita de Xi no se centró realmente en el tema de Ucrania, a pesar de las expectativas generalizadas de lo contrario. El plan de paz chino favorece a Rusia en el sentido de que impulsa el levantamiento de las sanciones antes de iniciar negociaciones sobre territorios, y Putin ya descartó una posible retirada de los territorios que Rusia anexó hasta la fecha.

La economía es el área en la cual Putin podría reclamar el éxito. Primero, los acuerdos alcanzados ayudarían a los líderes a convencer a los ciudadanos de Rusia de que el país no estaba económicamente aislado. Las promesas de Putin de desarrollar el Lejano Oriente y cambiar las vías comerciales de Rusia para reemplazar sus relaciones rotas con Occidente parecen ser más realizables ahora que cuentan con el respaldo chino. Asimismo, los esfuerzos por destronar al dólar parecen haber cobrado impulso.

Quizás el tema más interesante para los medios rusos fue si Rusia y China ahora son aliados. En ningún lugar de los anuncios oficiales apareció el término «aliado». Esto no impidió que los expertos rusos argumentaran que, si bien Rusia y China no están unidos por una alianza formal, las condiciones objetivas de una nueva bipolaridad global y un rechazo compartido por parte de Occidente están convirtiendo a los dos países en aliados con la misión de modificar el actual sistema internacional dominado por Occidente y la construcción de un sistema internacional más equitativo. Un autor incluso comparó la cumbre Xi-Putin con la conferencia de Teherán de 1943, en la cual Roosevelt, Stalin, Churchill y Chiang Kai-shek debatieron sobre el orden mundial de la posguerra. Otro columnista comparó el estatus de Rusia en la alianza con el estatus de Bielorrusia en su alianza con Rusia.

El siguiente es el informe de MEMRI sobre la visita de Xi:

Vladimir Putin y Xi Jin Ping (Fuente: Pnp.ru)

Ucrania: deferencia rusa al invitado chino, pero con salvedades

Xi afirmó en Moscú que las propuestas chinas demuestran su sentido de la responsabilidad internacional y la magnanimidad de su país: «En febrero, China publicó su posición sobre la solución política de la crisis de Ucrania. Con respecto a la solución en Ucrania, me gustaría enfatizar que siempre mantuvimos nuestro compromiso inquebrantable con los objetivos y principios de la Carta Fundacional de Naciones Unidas, adoptando una posición objetiva e imparcial. Hemos sido proactivos en la promoción de la reconciliación y la reanudación de las conversaciones. En nuestro enfoque, partimos de la esencia del asunto en cuestión y solo buscamos la verdad. Siempre apoyamos la paz y el diálogo, y estamos firmemente en el lado correcto de la historia».[1]

Putin declaró que Rusia simpatiza con el plan chino, pero afirmó que Occidente insiste en frustrarlo: «Por supuesto, no ignoramos los acontecimientos en torno a Ucrania. Creemos que muchas de las disposiciones del plan de paz presentado por China están en consonancia con los enfoques rusos y puede tomarse como base para un arreglo pacífico, cuando Occidente y Kiev estén listos para ello. Sin embargo, hasta ahora, no hemos visto predisposición de su parte. Además, me acaban de informar que mientras el presidente chino y yo estábamos discutiendo la posibilidad de implementar el plan de paz chino – y el presidente chino dedicó una atención considerable a sus iniciativas de paz durante nuestra conversación personal ayer – el viceministro de defensa del Reino Unido anunció que su paísno solo suministraría tanques a Ucrania, sino también proyectiles de uranio que se les agotaron».[2]

El politólogo y columnista Georgy Bovt escribió que espera que el ucraniano Volodomyr Zelensky juegue un juego similar con las propuestas chinas en caso de que Xi converse con él. “Es poco probable que Zelensky rechace las iniciativas de paz de Beijing, al darse cuenta de que en el futuro, cuando tarde o temprano llegue a un acuerdo de paz, China estará entre los países que pueden actuar como garante de esa paz. Moscú también es consciente de ello, así como del hecho de que China hoy es en gran medida el garante de la supervivencia de la economía rusa frente a las sanciones».[3]

Yuri Ushakov, asesor principal de Putin, afirmó que la propuesta china fue discutida durante las conversaciones informales entre los dos líderes y había resultado «útil para ambas partes». Sin embargo, las marcadas diferencias entre Rusia y Occidente impidieron un progreso inmediato. Según Ushakov, «en Occidente [el plan chino de asentamiento en Ucrania] causa irritación, pero es respetado en Moscú». [4]

Académicos rusos señalaron que se trata de asuntos más profundos que el respeto y la irritación. La profesora de la Universidad de San Petersburgo, Yana Leksyutina, argumentó que Xi, en sus discursos y en un artículo del periódico oficial Rossiyskaya Gazeta, enfatiza la negativa fundamental de China a suministrar armas a Rusia o Ucrania, preservando así el papel de facilitador entre las partes en el conflicto. Sin embargo, como se desprende del artículo de Xi, las negociaciones hace un año no se interrumpieron por iniciativa de Rusia, y su reanudación solo es posible si Ucrania acepta las realidades geopolíticas actuales (es decir, el hecho de que Crimea y los nuevos territorios se conviertan en parte de Rusia). Leksyutina cree que este hecho determina el pesimismo de Moscú sobre la posibilidad de resolver la crisis de Ucrania a través de negociaciones.

Vasily Kashin, director del Centro de Estudios Integrales Europeos e Internacionales de la Escuela Superior de Economía, está de acuerdo. La iniciativa podría resultar beneficiosa para Rusia en un momento dado, ya que implica un alto el fuego y el levantamiento de sanciones, seguido de negociaciones para llegar a un acuerdo político. Al mismo tiempo, según los requisitos de la Constitución rusa, las negociaciones no tendrán ninguna posibilidad de éxito sin que Ucrania acepte y reconozca el control ruso sobre las regiones recientemente anexadas y sobre Crimea. Por lo tanto, se espera que las negociaciones lleven mucho tiempo. [5]

Acuerdos económicos: el éxito tangible de la visita

A pesar de que negoció desde una posición mucho más débil que su invitado, Putin y la mayoría de los comentaristas rusos se mostraron optimistas sobre los resultados económicos de la visita.

Quizás la descripción más entusiasta del resultado fue proporcionada por Kirill Babayev, director del Instituto de China y Asia Moderna de la Academia Rusa de Ciencias. Para Babayev, el acuerdo recuerda los días del Imperio Británico y el ferrocarril «Ciudad del Cabo a El Cairo»:

«Una ruta transcontinental moderna de alta velocidad desde el Báltico hasta el Océano Pacífico se convertiría en la encarnación del sueño de ambos pueblos, un paso decisivo hacia la creación de un gran espacio euroasiático, cuya idea fue propuesta por el presidente de Rusia. Después todo, como sabemos, fue el ferrocarril que una vez unió el oeste y el este de Estados Unidos, y posteriormente desempeñó un papel crucial en la formación de un espacio único del Imperio Británico en África, desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo. Hoy en día, solo Rusia y China tienen la oportunidad histórica de hacer realidad un proyecto de este tipo».

La visita también reflejó el surgimiento de un nuevo centro de poder económico competitivo que podría desafiar el dominio occidental:

«La visita también es importante desde el punto de vista de otro resultado a largo plazo. Envía una señal a todos los estados preocupados por la presión económica, financiera y militar de Estados Unidos de que ha aparecido un centro de poder confiable y poderoso en el mundo que construirá una nueva infraestructura, tanto en el campo de la cooperación económica, el comercio y los asentamientos, como en el campo de la política internacional”.

“Hoy, este centro de poder se distingue, por un lado, por la equidad de sus participantes, y por otro, por el deseo de una seguridad universal, conjunta, inclusiva para todos, todo lo que ni Washington ni sus aliados pueden ofrecer. El atractivo de este modelo de Rusia y China puede juzgarse por el deseo de numerosas potencias de todos los continentes de unirse a las plataformas internacionales de la OCS y el grupo BRICS».

Para Babayev, la realización de estos planes está garantizada por la estabilidad del mandato de los dos líderes.

“El viaje del líder chino está llegando a su fin, pero esto es solo el comienzo de nuevos proyectos bilaterales. Al presidente Xi le quedan al menos cinco años, y se puede contar con que todos los acuerdos, incluso los de largo plazo, serán cumplidos. Las palabras del invitado chino también dan testimonio del hecho de que las buenas relaciones entre los líderes de los dos países seguirán contribuyendo a esto. Él expresó su confianza en que en 2024 los rusos apoyarán a Vladimir Putin». [6]

Kirill Babayev (Fuente: Ria.ru)

Durante la visita, el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping, firmaron un acuerdo de cooperación económica entre los dos estados con duración hasta 2030.

Putin destacó la importancia de los acuerdos alcanzados y las perspectivas que se abren para Rusia y China en las esferas del turismo, educación, comercio, energía y desarrollo de territorios en el Lejano Oriente [ruso]. Esta última es una tarea que el gobierno ruso, financieramente atado, encontraría difícil de realizar por sí solo.

El presidente Xi declaró: «El presidente Putin y yo acordamos intensificar nuestros esfuerzos de planificación integral al más alto nivel, aumentar el comercio de energía, recursos y productos electrónicos, hacer que nuestras respectivas cadenas de valor sean más resistentes, al tiempo que ampliamos la cooperación en tecnología, economía digital, agricultura y el comercio de servicios. También acordamos desarrollar sectores comerciales convencionales junto con industrias emergentes de manera complementaria y sincronizada, y continuar brindando flujos logísticos y envíos transfronterizos ininterrumpidos”.

«Hemos destacado en forma unánime la importancia de fortalecer los cimientos de los intercambios culturales y humanitarios, construir relaciones gemelas entre provincias y regiones, intensificar los contactos entre ciudades hermanas, llevar a cabo de manera efectiva la cooperación en educación física y deportes, y permitir que nuestra gente viaje entre nuestros dos países con mayor facilidad.”[7]

Putin amplió más los conceptos sobre los resultados económicos de la visita:

«Permítanme señalar en este contexto que, en general, Rusia y China tienen la intención de desarrollar activamente corredores internacionales de transporte y logística. La idea es hacer un mayor uso del potencial de los ferrocarriles Transiberiano y Baikal-Amur, la Ruta del Mar del Norte y autopistas transasiáticas de varios carriles, para garantizar su funcionamiento estable y para hacer más eficiente el transporte de mercancías y pasajeros”.

«Por supuesto, la cooperación comercial y económica sigue siendo una prioridad para nosotros, teniendo en cuenta que China se ha establecido sólidamente como el principal socio de comercio exterior de nuestro país. Nuestros dos países han sido efectivos al trabajar juntos para expandir el comercio mutuo y mantener este impulso. Durante el úlltimo año, el comercio aumentó en un 30 % y se estableció un nuevo récord de 185 mil millones de dólares. Este año, el comercio bien puede superar los 200 mil millones de dólares, lo cual sería un umbral simbólico”.

“La declaración conjunta sobre el plan de expansión de áreas clave de cooperación económica para 2030, establece la tarea de multiplicar el volumen del comercio de bienes y servicios, profundizando los lazos en ocho áreas estratégicas, principalmente finanzas, manufactura industrial y tecnología, como así también transporte y logística Los gobiernos de Rusia y China, los círculos empresariales de nuestros dos países, deben comenzar sin demora el estudio práctico de las disposiciones de dicha declaración y acordar un conjunto de medidas para su implementación, llenas de iniciativas específicas y proyectos de beneficio mutuo «.

Putin expresó su particular satisfacción de que este comercio se realizaría cada vez más en monedas locales, lo que aislaría aún más a los países de las sanciones financieras occidentales:

«La expansión de los pagos entre nuestros países en monedas nacionales es un incentivo serio para promover la cooperación comercial y de inversión. A fines de los primeros tres trimestres de 2022, la participación del rublo y el yuan en las transacciones comerciales mutuas alcanzó el 65% y continúa creciendo. Esto nos permite proteger el comercio mutuo de la influencia de terceros países y las tendencias negativas en los mercados de divisas mundiales».[8]

En paralelo a estas declaraciones optimistas sobre el impacto de futuras relaciones comerciales más estrechas, quedó reflejada también una preocupación subyacente por parte de los expertos.

un ex diplomático de uno de los países postsoviéticos describió la situación de la siguiente manera, en una entrevista con Finam.ru:  «Sin embargo, la intensificación de la cooperación conlleva el riesgo de que la economía rusa, más débil, se vuelva dependiente de la economía china [más fuerte]. Rusia está destinada a ser un socio menor en la táctica china».

“Rusia, sin duda, es consciente de los riesgos, pero el Kremlin no tiene mucho tiempo para maniobrar dado el trasfondo de la situación de conflicto. Esto se entiende demasiado bien en Beijing”, agregó el diplomático. [9] [9]

¿Aliados en todo pero sin rótulo?

La comparación de Putin de los combates en Ucrania con Rusia en la Segunda Guerra Mundial es cuestionable, por decirlo suavemente, pero hay una clara similitud: Rusia necesita un aliado fuerte que pueda aliviar la presión económica y militar. Rusia ha estado esperando que China deje la neutralidad y extienda su apoyo económico y en términos de asistencia militar. La pregunta es si la visita de Xi acercó a Rusia a su objetivo.

Xi mostró deferencia a Rusia y Putin, y declaró:

«Inmediatamente después de la conclusión exitosa 20° edición del Congreso del Partido Comunista de China, luego de la reciente sesión del Parlamento chino, y tras de mi exitosa reelección como Secretario General del partido y presidente de la República Popular China, ustedes inmediatamente me enviaron mensajes de felicitación. Una vez más, les expreso mi profunda gratitud”.

«Soy consciente de que el próximo año se llevarán a cabo elecciones presidenciales en su país. Gracias a su fuerte liderazgo, Rusia ha logrado un progreso significativo en los últimos años en el logro de resultados y la expansión de la prosperidad. Estoy seguro de que el pueblo ruso lo apoyará firmemente en sus buenas obras.»[10]

A pesar del homenaje a Putin, algunos observadores rusos no creen que China haya cambiado radicalmente su política. Antes de la visita, Putin y Xi publicaron artículos en los periódicos oficiales del otro país. Sergei Strokan, columnista de asuntos exteriores del diario ruso Kommersant, afirmó que «el artículo del líder chino, publicado en la portada del periódico oficial del gobierno ruso [Rossiyskaya Gazeta], se caracteriza por una especial multiplicidad oriental de significados que permite que todos puedan leerlo e interpretarlo a su manera”.

“En un párrafo, Xi describe a Rusia y China como ‘vecinos importantes, socios estratégicos en una interacción integral’ y en otro como ‘compañeros de viaje en el desarrollo y el renacimiento, que harán una gran contribución al progreso de la civilización humana’. La palabra «aliados», que en la práctica internacional define la proximidad más cercana de los estados, no aparece en el artículo, ni siquiera en sentido figurado».[11]

Bovt notó una anomalía incluso en el intercambio de artículos. «En vísperas de la visita, los líderes chino y ruso publicaron artículos respectivamente en los principales periódicos de los dos países. Xi Jinping fue publicado en Rossiyskaya Gazeta, y Vladimir Putin, en el principal periódico comunista chino, Renmin Jibao [Diario del Pueblo].

«El artículo del líder chino se publicó en la primera página debajo de un gran retrato de Xi Jinping. El artículo del presidente ruso se colocó en la tercera página y no se destacó como artículo principal del periódico, ni fue seguido por un retrato de Putin.

«Otra nota discordante fue que Putin no llegó personalmente al aeropuerto de Vnukovo para encontrarse con el invitado chino de alto rango, fue el vice primer ministro Dmitry Chernyshenko, encargado de Turismo, Deportes y Cultura, quien saludó a Xi Jinping. Mientras tanto Putin estaba en un simposio en el Ministerio del Interior.”[12]

Maxim Yusin, de Kommersant, declaró sin rodeos que Rusia es un aliado de China en la misma medida en que Bielorrusia es aliado de Rusia.

«La visita del presidente chino, Xi Jinping, a Moscú puede llamarse simbólica y demostrativa al mismo tiempo. Simbólica, ya que fue el primer viaje al exterior del líder chino después de que fue reelegido triunfalmente como líder del país, como sucedió, a pesar de todas las insinuaciones y advertencias de los líderes occidentales que disuadieron a Beijing de cualquier apoyo (directo o indirecto) al presidente ruso hasta el momento en que retire las tropas de Ucrania”.

“El camarada Xi permaneció sordo a todas estas advertencias. Además, la visita resultó ser inusualmente larga: tres días completos. Si lo deseaban, las autoridades chinas podrían haberse limitado a un día, disfrazar el viaje como una visita de trabajo de rutina, sin pomposidad, solemnidad y protocolo de Estado. Pero esto no se hizo así deliberadamente. De ese modo, Xi Jinping envía una señal a los aliados occidentales, y principalmente a Estados Unidos: en la nueva situación geopolítica, Beijing se comportará como mejor le parezca, sin tener en cuenta a Washington”.

«Además, en cada oportunidad, Estados Unidos nos recuerda que su principal adversario estratégico y existencial no es Rusia en absoluto, sino China. Bueno, ¿qué quiere de las autoridades de la República Popular China en este caso? Ellos también se ven obligados – a partir de este realidad – a no abrigar ilusiones sobre ‘convivencia pacífica’ y  ‘sana competencia’. La competencia sana no funciona. Y resulta ser una batalla geopolítica a muerte. Y en esta batalla, es vital para Beijing tener a Rusia con sus recursos ilimitados en su campo. Y no solo ilimitados, sino también baratos. Habiendo perdido los mercados occidentales, Moscú se ve obligado a vender tanto gas como petróleo a Pekín a precios preferenciales, a veces súper preferenciales”.

«Rusia está cada vez más vinculado a su socio más poderoso en Asia. Y en muchos casos, en realidad se convierte en su apéndice de materia prima y, en términos políticos, en un socio menor. Por supuesto, los políticos y diplomáticos chinos tendrán suficiente inteligencia, sutileza y tacto para no enfatizar esto una vez más, por el contrario, para dar muestras de atención y respeto a un socio orgulloso, como es el caso de esta visita de tres días”.

“Pero esto no cambia la esencia del asunto. De forma gradual, pero constante, Moscú se está convirtiendo para Beijing en aproximadamente lo que Bielorrusia de Alexander Lukashenko se ha convertido para Rusia desde un momento determinado. Para un país acostumbrado a considerarse una gran potencia, esta no es la declaración más agradable. Pero si comparamos los indicadores económicos de Beijing y Moscú, si recordamos el semi-aislamiento internacional del Kremlin, no hay nada sorprendente en esto».[13]

Sergei Strokan, colega de Yusin en Kommersant, afirmó que incluso una sociedad menor es una alianza embrionaria y que los estrechos lazos económicos se extenderían a los lazos políticos. A pesar de la defensa que hacen Rusia y China, la multipolaridad es una tontería y la política mundial ha vuelto a un sistema bipolar, como el que estaba vigente durante la Guerra Fría original.

«El hecho es que no puede haber un mundo multipolar en absoluto. Existe solo en discursos y artículos, declaraciones oficiales y comunicados de prensa. En realidad, todo es diferente. El mundo bipolar de la era de la Guerra Fría fue reemplazado por un mundo unipolar, que comenzó a tomar forma después de la disolución del Pacto de Varsovia y el Consejo de Asistencia Económica Mutua (CMEA – Consejo de Asistencia Económica Mutua, la respuesta del bloque comunista a la Comunidad Económica Europea), la caída del Muro de Berlín y el colapso de la URSS”.

“Y luego el mundo llegó a una nueva bipolaridad. Hoy, un polo es Estados Unidos y esos países que solemos llamar el ‘Occidente colectivo’. El otro, Rusia y China”.

“Rusia ha sido proclamada en Occidente como una ‘amenaza inmediata’, China como un ‘desafío estratégico’. La ‘amenaza inmediata’ y el ‘desafío estratégico’, que se encontraban en el mismo barco geopolítico bajo las sanciones occidentales (que cayeron sobre Rusia de inmediato y se imponen gradualmente sobre China), se ven obligados, en un entorno externo tóxico para ellos, a forzar el acercamiento [entre ellos] para resistir al Occidente colectivo.

«¿Por qué esto no es un CMEA en un nuevo paquete? ¿Y vale la pena hablar de la ‘colonización’ de Rusia por parte de China? En el sentido económico, China es un socio principal para Rusia. Pero esto no es colonización, sino interdependencia forzada”.

“En un comunicado conjunto, dijeron Vladimir Putin y Xi Jinping  aseguraron que ´las relaciones entre Rusia y China no son una alianza político-militar como las que se formaron durante la Guerra Fría’. Y en esto, los dos líderes, en general, no se anduvieron con rodeos: realmente se enfocan en la cooperación comercial y económica, regresando en una nueva etapa en la historia a la idea del CMEA, que buscaba formas de integración económica  de los países del bloque del Este».[14]

Sergei Strokan (Fuente: Media.az)

El portavoz presidencial, Dmitry Peskov, afirmó que las declaraciones conjuntas de los líderes ruso y chino, Vladimir Putin y Xi Jinping, deben ser estudiadas cuidadosamente para lograr una mejor comprensión de los resultados de las conversaciones de Moscú.

«Fueron conversaciones muy, muy productivas, se hicieron declaraciones a los medios de comunicación. Para un análisis complementario y, quizás [una comprensión] de la atmósfera que rodea las conversaciones y los resultados de las negociaciones, es muy importante familiarizarse en detalle con el texto de las dos declaraciones que fueron firmadas por parte de los jefes de estado», declaró Peskov.

Peskov enfatizó la importancia de la declaración y pidió una intensificación de las relaciones entre los estados. La declaración contiene “una visión común del presente y las perspectivas de nuestras relaciones bilaterales, nuestra actitud común ante los procesos mundiales, ante los procesos de transformación de las relaciones internacionales”[15].

Fyodor Lukyanov, editor en jefe de Russia in Global Affairs, basó su evaluación en una comparación con el discurso de Xi hace diez años. Entonces creía que China había recorrido un largo camino hacia Rusia. Lukyanov escribió:

“China, golpeada como el resto del mundo por la pandemia del coronavirus, abordó la crisis de Ucrania con el entendimiento de que la era de la moderación ha terminado. Además, en términos de capacidades acumuladas, China está mejor preparada que muchos para un momento de conmoción. Esto no anula los riesgos, pero no hay camino sin ellos”.

«Desde finales de la década de 1980, [en Rusia y China] se ha apostado por integrarse en el sistema internacional dominado por Occidente. En este camino, [Rusia] ha logrado éxitos (que son incomparables a los chinos). Sin embargo, a fines de la década de 2000 y especialmente a principios de la década de 2010, las limitaciones se hicieron evidentes. Primero, de naturaleza económica: los actores externos, por supuesto, no estaban interesados ​​en que Rusia supere un cierto nivel […] En segundo lugar, el conflicto geopolítico comenzó a expandirse rápidamente. Rusia ha alcanzado su techo de alguna manera. Los socios [occidentales] no querían contribuir a ello. […] Además, al igual que China, Rusia sintió que el mismo sistema en el que había buscado integrarse en décadas anteriores había comenzado a cambiar”.

“Lo anterior, por supuesto, es un borrador, que deja muchos matices fuera de los paréntesis. Pero nos permite entender por qué el actual acercamiento entre Moscú y Beijing, además de varias razones oportunistas, tiene una base bastante sólida. Nuestros países, cada uno por sus propias razones, no encajan ni encajarán en el sistema internacional que se construyó bajo los auspicios de Occidente después de la Guerra Fría. Por lo tanto, están a favor de reemplazarlo. Y es más fácil cambiar las cosas juntos.»

El director del programa del grupo de expertos Valdai Discussion Club, Timofei Bordachev, afirmó que la asociación chino-rusa es más resistente que las alianzas en tiempos de guerra.

«Hubo algunas pocas excepciones [cuando los estados se unieron]: la URSS y Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, Rusia y Francia al comienzo de la Primera Guerra Mundial, e incluso más atrás en la historia: Rusia y Gran Bretaña en la lucha contra los planes agresivos de Napoleón. Hay que tener en cuenta que en todos estos casos, las grandes potencias unieron fuerzas precisamente en el contexto de las hostilidades”.

«La alianza actual entre Rusia y China es una asociación en tiempos de paz, y esta es su principal diferencia con los ejemplos dados. Originalmente no estaba dirigida contra nadie en su entorno internacional…»

Fue un error hablar de socios menores y mayores en las relaciones entre las dos naciones:

«Rusia y China nunca podrán crear un tipo de relación ‘vertical’ [de arriba hacia abajo] entre ellos; esta es la complejidad de nuestra alianza y esta es su fuerza. Por lo tanto, los artículos de Vladimir Putin y Xi Jinping enfrentaron una tarea muy difícil: no solo delinear la unidad de puntos de vista sobre los principales temas de las relaciones bilaterales y la política mundial, sino también los matices de los enfoques de ambas partes para su solución. En las relaciones internacionales, China y Rusia se enfrentan a lo que Xi Jinping llama ‘despotismo’ y Vladimir Putin llama ‘dominio esquivo’ por parte de Occidente. Ambos jefes de Estado señalan avances en las relaciones bilaterales y una enorme cantidad de obstáculos y dificultades en el ámbito internacional. Es muy importante que los líderes chino y ruso sean conscientes de cuán titánica es su misión de destruir la dictadura en los asuntos mundiales”.

«Con respecto a Occidente, la posición de Rusia es más rígida y esto se debe a un conflicto político-militar directo en torno a Ucrania. Debido al hecho de que Rusia fue la primera en ser atacada por Occidente, nuestra capacidad de hablar con Estados Unidos y sus vasallos está seriamente limitada. El enfoque chino ha sido tradicionalmente menos decisivo, pero ahora se está acercando bastante rápido al ruso. Esto es evidente en el texto del artículo de Xi Jinping. Beijing está perdiendo cada vez más la esperanza de un diálogo con Occidente. Ahora, es importante para él [Xi] evitar un choque peligroso. En este sentido, Rusia proporciona la dimensión militar de la lucha por un orden mundial más justo, mientras que China asume una misión económica y, en parte, diplomática. Las conversaciones en Beijing entre Irán y Arabia Saudita han sido un éxito no solo para la diplomacia china sino también para la rusa y, por supuesto, [representan] una derrota para Washington, que está acostumbrado a jugar un papel central en todo proceso en Medio Oriente».[16]

Timofei Bordachev (Fuente: Aif.md)

En una columna para el medio «RIA Novosti», David Narmanya comparó la cumbre con las famosas reuniones de los jefes de las naciones aliadas durante la Segunda Guerra Mundial:

«Moscú-23 es, de hecho, una nueva conferencia de Teherán, que perfila los contornos ya visibles del orden mundial post conflicto. Y, por supuesto, no se trata de la lucha contra el régimen de Kiev, sino de una confrontación mucho más importante con Occidente. Sí… la victoria queda muy lejos porque todo puede no terminar en Ucrania. Existe una alta probabilidad de que Estados Unidos y sus aliados intenten vengarse: hay muchos puntos potenciales de conflicto en todo el mundo. Pero los problemas obvios de los guardianes del viejo mundo ya se están volviendo rápidamente visibles, a saber, la incapacidad de todo el bloque de la OTAN para resistir a Rusia en Ucrania, los problemas económicos que indican una crisis cada vez más profunda, y el descontento interno [mostrado por] los habitantes de ciertos países occidentales”.

«El viejo mundo se está muriendo a causa de su injusticia. Durante muchos años, Occidente ha declarado su adhesión a los valores democráticos en su interior, mientras difunde la tiranía en el exterior. Era un intercambio sobre la idea de la libertad, pero a cambio de la idea, había que regalar la libertad real. […] Aquellos que no estaban satisfechos con tal trato estaban en línea para ser bombardeados por la OTAN”.

«Todavía habrá una lucha por el nuevo mundo, y la lucha no será fácil. Pero incluso después de su establecimiento, tendremos que confiar no solo en la fuerza, sino también en la capacidad de mantener un equilibrio de intereses, si queremos que el orden mundial sea más justo, es la única forma de asegurar su sostenibilidad.”[17]

 

[1] Kremlin.ru, 21 de marzo de 2023.

[2] Kremlin.ru, 21 de marzo de 2023.

[3] Bfm.ru 20 de marzo de 2023.

[4] Vedemosti.ru, 22 de marzo de 2023.

[5] Vedomosti.ru, 23 de marzo de 2023.

[6] Iz.ru, 21 de marzo de 2023.

[7] Kremlin.ru, 21 de marzo de 2023.

[8] Kremlin.ru, 21 de marzo de 2023.

[9] Finam.ru, 22 de marzo de 2023.

[10] Kremlin.ru, 20 de marzo de 2023.

[11] Kommersant.ru, 20 de marzo de 2023.

[12] Bfm.ru, 20 de marzo de 2023.

[13] Kommersant.ru, 21 de marzo de 2023.

[14] Kommersant.ru, 23 de marzo de 2023.

[15] Life.ru, 22 de marzo de 2023.

[16] Vz.ru, 21 de marzo de 2023.

[17] Ria.ru, 23 de marzo de 2023.