Introducción: Los hechos van guiados por las palabras

La noción simplista de que los terroristas, sean estos yihadistas musulmanes o supremacistas blancos, son simplemente unos «cobardes» y «enfermos mentales» aún prevalece incluso entre aquellos responsables de tomar decisiones vitales de alto nivel. En reacción al ataque armado en El Paso el 4 de agosto, 2019 el Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, tuiteó: «El ataque armado de hoy en El Paso, Texas, no solo fue trágico, sino que también fue un acto de cobardía». El 5 de agosto, en su declaración en la Casa Blanca luego de ocurrir un nuevo ataque armado en Dayton, Ohio Trump aludió a los supremacistas blancos como una ideología peligrosa, pero caracterizó a los atacantes de ser «individuos enfermos mentales graves». El mismo día, el jefe de gabinete interino de la Casa Blanca Mick Mulvaney explicó en el programa del canal de televisión ABC This Week que «esta es gente enferma. No se puede ser supremacista blanco y ser cuerdo mental. Estos son individuos enfermos. Uno lo sabe, yo lo sé, el presidente lo sabe».

Estas observaciones hacen eco a actitudes similares respecto al terrorismo yihadista en Europa. En mayo del 2017, luego del ataque terrorista en el Manchester Arena, la Primera Ministra del Reino Unido Theresa May, denunció el hecho como «insensible y cobarde».[1] En agosto del 2017, el Ministro del Interior francés Gérard Collomb declaró: «Estamos trabajando conjuntamente con el Ministro de Salud para intentar identificar todos y cada uno de los perfiles de aquellos individuos que pueden intentar mañana tomar acciones por su propia cuenta… el gobierno está pensando movilizar todos los hospitales psiquiátricos y psiquiatras privados para tratar de disuadir la amenaza de terroristas individualistas…»[2]

La evolución sociopolítica de las últimas décadas condujo a nuevos argumentos que se han vuelto parte del discurso de odio – es decir, que la cultura y las tradiciones europeas están en peligro por inmigrantes que las reemplazarán. Estos argumentos, que amplían el alcance del odio existente contra los afro-americanos, judíos y la comunidad LGBTQ, atraen a muchos. Aquellos participantes en el nuevo discurso disfrutan de un sentido de pertenencia a un grupo de leales, compartiendo admiración por sus héroes y utilizando jerga que fue desarrollada recientemente, que comprende de consignas pegadizas, acrónimos codificados de forma inteligente y símbolos visuales. Se están aprovechando las redes sociales para difundir rápidamente estos mensajes a una audiencia entusiasta que cuenta con miles de seguidores. Por ejemplo, un estudio reciente muestra que la cantidad de tuits que mencionan las teorías de conspiración del «Gran Reemplazo», presentada por Jean R.G. Camus en Francia en el año 2011, aumentó de 120.000 en el 2014 a 330.000 en el 2018 (principalmente en Europa).[3]

Así las cosas, en los últimos años, los profetas de esta nueva teoría supremacista han tenido bastante éxito en difundir su doctrina. Han convencido a muchos de que lo que llaman «la raza blanca» enfrenta el peligro concreto e inmediato de perder su estatus especial, o incluso de que se extinga su identidad y cultura a través del «genocidio blanco» que surge de una inmigración masiva, ya sea hacia Europa desde África y del Medio Oriente o Estados Unidos desde América Latina. Los enemigos declarados no son solo estos inmigrantes, sino también aquellos que permiten la inmigración a través de su supuesta influencia global, es decir, los judíos. Estas representaciones apocalípticas fomentan acciones urgentes y concretas a fin de superar el peligro. Los argumentos y el simbolismo desarrollados por los grupos supremacistas blancos se han vuelto muy efectivos en reclutar nuevos partidarios, inculcando en sus mentes un sentido de misión y urgencia y conducir a algunos de ellos a tomar acciones por su propia cuenta, es decir, llevando a cabo actos terroristas contra sus percibidos enemigos. Según sus declaraciones, ellos esperan lograr el propósito directo de reducir el número de estos enemigos, incluso provocando una guerra civil en los Estados Unidos y el objetivo indirecto de mostrarle el camino a otros que les seguirían. Tal como se muestra a continuación, han tenido bastante éxito en inspirar a seguidores. Por lo tanto, aunque la historia de los supremacistas blancos es relativamente corta, el efecto de su adoctrinamiento es comparable a la prédica centenaria que conduce al terrorismo yihadista. Este nuevo ritmo es por supuesto, facilitado a través de las redes sociales.

Luego del ataque armado en El Paso, se alcanzó un nuevo nivel de alerta sobre el peligro de la violencia de los supremacistas blancos en los Estados Unidos (por ejemplo, «Nosotros trabajamos para derrotar al Estado Islámico; el terrorismo nacionalista blanco es una amenaza por igual».[4]) De hecho, existen similitudes fundamentales entre los terroristas yihadistas musulmanes y los terroristas supremacistas blancos (véase la serie de MEMRI Investigación y Análisis No. 1457 – Terrorismo no-yihadista en la red: Identificando posibles amenazas, 30 de mayo, 2019), pero respecto a la lucha vital contra su instigación en los Estados Unidos existe una diferencia importante: A menos que sean yihadistas, las autoridades estadounidenses no actuarán contra los extremistas nacionales que propagan dicha instigación. Por lo tanto, en su testimonio presentado en el Comité Judicial del Senado el 23 de julio, 2019 el director del FBI Christopher Wray afirmó muy claramente: «Nosotros, el FBI, no investigamos ideologías, no importa cuán repugnante sean. Investigamos la violencia y cualquier extremismo y cualquier ideología, cuando se trata de violencia, la confrontamos en su totalidad».[5] Sin embargo, para sus víctimas, cuando la ideología se convierte en violencia, ya es demasiado tarde.

El bregar contra el terrorismo, en este caso de ambos orígenes, primero hay que darse cuenta de que los hechos están dirigidos por palabras que a su vez, reflejan la ideología. Siendo este el caso, la lucha debe comenzar en combatir contra la incitación de los supremacistas blancos en las redes sociales. Por lo tanto, la capacidad de las autoridades para hacerlo efectivamente depende de criminalizar tales incitaciones, ya que estas ayudan e incitan a cometer actos de terrorismo. En los Estados Unidos, este es un desafío formidable, ya que la libertad de expresión es altamente apreciada por los estadounidenses en todo el espectro político como un importante pilar de la democracia estadounidense. Sin embargo, los 11 ataques terroristas de los supremacistas blancos en esta década prueban que las circunstancias han cambiado drásticamente. Algunos de estos terroristas operaron luego de una cuidadosa selección de lugares y momentos para sus ataques: una iglesia episcopal metodista africana, sinagogas y mezquitas, específicamente durante los periodos de rezos – o latinos en una ciudad conocida por acoger a muchos de ellos. Por lo tanto, incitar contra «los afroamericanos», «judíos» o «inmigrantes latinos» ya no puede ser considerado una amenaza general y vaga. Tal como se muestra en este informe, estos ataques terroristas están directamente influenciados por la incitación e instigación de los supremacistas blancos y por ataques anteriores, incluso desde el otro lado de los mares. La realidad cambiante requiere de una nueva mirada a las herramientas legales necesarias para combatir este inminente peligro.

El objetivo de este informe es describir brevemente las principales fuentes de inspiración de los terroristas supremacistas blancos que han actuado desde el 2011 y mostrar que la argumentación, jerga y símbolos de los supremacistas blancos son demostrablemente contagiosos y peligrosos.

Cuadro No. 1: «Linaje» de los terroristas supremacistas blancos según lo declarado por ellos. Esta es una versión actualizada y modificada de un cuadro publicado en la serie de MEMRI Investigación y Análisis No. 1457 – Terrorismo no-yihadista en la red: Identificando posibles amenazas, 30 de mayo, 2019.

Urgencia

La propaganda de los supremacistas blancos crea la impresión de que el peligro a lo que los supremacistas se refieren como «la raza blanca» es inminente y que se necesita de una acción inmediata para revertir el proceso. El siguiente ejemplo ilustra que el adoctrinamiento respecto al destino de la mayoría blanca en los Estados Unidos: una cuenta regresiva al momento en que, según las proyecciones estadísticas, los Estados Unidos ya no poseerán mayoría blanca, lo que se supone ocurrirá en el año 2045.[6]

Cuadro 2: La continua cuenta regresiva en segundos para la pérdida de una mayoría blanca en los Estados Unidos.

Literatura ideológica

El uso de literatura ideológica como fuente de inspiración es evidente entre muchos grupos e individuos supremacistas blancos. Estos libros, a veces, incluso sirven de «guías profesionales» que proveen ideas operativas para ser implementadas en la vida real. Un ejemplo de esto salió a la luz tras el atentado de 1995 al Edificio Federal Alfred P. Murrah en Oklahoma City, cuando se encontraron páginas de Los Diarios Turner – que incluyen un llamado a atacar edificios federales – estos fueron encontrados en el vehículo de Timothy McVeigh, el perpetrador del atentado

Si bien la «biblioteca de los supremacistas blancos» incluye libros probablemente numerados en decenas, hay pocos libros que se promueven regularmente y sirven como base ideológica para la causa y operación de los supremacistas blancos: Siege (Asedio), Los Diarios Turner, El Gran Reemplazo y Mi Lucha (Mein Kampf).

Los Diarios Turner (1978)

Una novela del año 1978 escrita por el autor supremacista blanco neonazi, autor antisemita y comentarista político William Pierce. En 1973, Pierce fundó la Alianza Nacional, una organización que pretendía ser vanguardia política que finalmente crearía un movimiento nacionalista blanco que derrocaría al gobierno federal de los Estados Unidos.

Los Diarios Turner, que Pierce escribió bajo el seudónimo de Andrew Macdonald, es un relato ficticio de una guerra de guerrillas librada por una organización supremacista blanca que tiene como objetivo derrocar al gobierno de los Estados Unidos y establecer un régimen neonazi. En este libro, se producen ataques violentos y ejecuciones públicas a los «traidores de la raza blanca europea». Tales «traidores» incluyen mujeres blancas que conviven con negros, judíos u otros hombres de piel no-blanca. Los ataques tienen lugar en el sur de California el 1 de agosto, 1993, el cual es denominado como «el Día de la Soga».

Los supremacistas blancos en la red se refieren a esto con frecuencia y comparten muchos llamados a llevar a cabo lo que este describe. Por ejemplo, en el manifiesto atribuido al atacante de la sinagoga en Poward, California John Earnest, uno puede encontrar: «Algunos de ustedes han estado esperando el Día de la Soga durante años. Bueno, el Día de la Soga ya llegó».[7]

Siege (Asedio) (1992)

Este libro es una compilación de boletines escritos en la década de los años 80 por el neonazi James Mason en colaboración con el líder de la secta y asesino en masa Charles Manson. Enfocándose en el tema de la negación del Holocausto y los temas antisemitas y anti-LGBTQ, este exige el establecimiento de una red de células terroristas descentralizadas y el tomar las armas contra el «sistema». El libro es inspiración principal del grupo División Atomwaffen, que lo ha promovido junto a las ideas de Mason como «Cultura del Asedio».[8] Este libro también es un tema recurrente en los círculos supremacistas blancos, bajo la consigna «Léase Asedio».

Cuadro No. 3: La organización Iron Youth publicó la imagen de un hombre y una mujer blancos armados, recomendó Los Diarios Turner y Asedio, indicando que Los Diarios Turner «presenta un buen plan para lo que debemos hacer inmediatamente antes y después de que comience el Asedio». Los hashtags en este publicado incluyen #TheTurnerDiaries, #NatSoc, #Siege, #EcoFasc y #prepper. Iron Youth Gab, 31 de marzo, 2019. Para obtener más información sobre este grupo, consulte la serie de MEMRI Despacho Especial No. 8160 El grupo neo-nazi supremacista blanco trabaja para reclutar a nuevos miembros en las plataformas Gab, Twitter, Instagram y BitChute, con intención de tomar acciones violentas, 8 de julio, 2019.

Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes, videos y demás información pertinente al terrorismo de los supremacistas blancos copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/evolving-white-supremacy-ideology-and-its-protagonists

*Michael Davis es director del Proyecto Incitación de Supremacistas Blancos en la red; Ze’ev B. Begin es compañero investigador sénior en MEMRI; Yigal Carmon es Presidente y fundador de MEMRI.


[1] Bbc.com/news/uk-40023457, 23 de mayo, 2017.

[2] 20minutes.fr/societe/2118715-20170818-terrorisme-gerard-collomb-veut-mobiliser-hopitaux-psychiatriques-

reperer-individus-radicalises, 18 de agosto, 2017.

[3] «‘El gran reemplazo’: Las violentas consecuencias del extremismo de corriente principal», J. Davey y J. Ebner, informe del Instituto de Estrategia y Dialogo, 2019; isdglobal.org/wp-content/uploads/2019/07/The-Great-Replacement-The-Violent-Consequences-of-Mainstreamed-Extremism-by-ISD.pdf.

[4] «Trabajamos para derrotar al Estado Islámico. El terrorismo nacionalista de los blancos es una amenaza similar», J. R. Allen y B. McGurk, diario El Washington Post, 6 de agosto, 2019; Washingtonpost.com/opinions/we-worked-to-defeat-the-islamic-state-white-nationalist-terrorism-is-an-equal-threat/2019/08/06/e50c90e8-b87d-11e9-bad6-609f75bfd97f_story.html

[5] Washingtonpost.com/national-security/fbi-faces-skepticism-over-its-anti-domestic-terror-efforts/2019/08/04/c9c928bc-

b6e0-11e9-b3b4-2bb69e8c4e39_story.html, 5 de agosto, 2019.

[6] Uswhiteclock.org.

[7] Para más información sobre John T. Earnest, véase la serie de MEMRI Investigación y Análisis No. 1454 – El manifiesto anti-judío de John T. Earnest, el atacante de la sinagoga de San Diego, 15 de mayo, 2019.

[8] Spiegel.de/international/the-hate-network-an-inside-look-at-a-global-extremist-group-a-1226861.html, 2018.