A mediados de octubre, el portavoz del gobierno palestino Ghazi Hamad y Abdallah ‘Awad, redactor del diario de la Autoridad Palestina Al-Ayyam, ambos publicaron editoriales en ese diario expresando severas críticas a la situación en la sociedad palestina.

En su editorial principal, ‘Awad atacó a todas las facciones palestinas y sus líderes por sus «mentiras y falsedades», [1] y en el suyo, el Dr. Hamad representó la violencia entre los palestinos como un cáncer que la sociedad palestina está sufriendo. [2]

Lo siguiente es una traducción de extractos de ambos artículos:

Los líderes palestinos son unos mentirosos sedientos de poder

Abdallah ‘Awad escribió: «… Por qué el pueblo palestino ha perdido su fe en las facciones? ¿Cómo es que las facciones han [llegado a tal punto dónde] designan milicias para luchar entre ellos y enfrentarse entre sí – milicias que actúan, literalmente, como mercenarios? ¿Cómo es que han llegado los palestinos a [una situación en la qué] piensan voluntariamente en emigrar, e incluso lo discuten [en términos prácticos]? Por qué existe una militarización en la sociedad [palestina] que hace que [sus miembros] se enfrenten entre si? ¿Por qué se ha vaciado a la sociedad de la verdadera militarización, [qué debería dirigirse] contra la ocupación? ¿Cómo es que las facciones políticas han llevado al pueblo palestino al borde del desastre nacional, político, económico, y social? ¿Quién es responsable por el estado de caos, de los estragos, y del colapso de la moralidad, de la sociedad, y de la seguridad interna?

«Nuestros líderes no tienen nada que [decirnos] sino mentiras y falsedades, porque se han vuelto enfermizos, fracasados, y temerosos de la verdad, ya que están subyugados a la cultura de las facciones, al oportunismo, a los intereses [especiales]… y al narcisismo. Nada les interesa sino el satisfacer sus lujurias desenfrenadas y la urgencia de gobernar, su locura, su amor propio, y su amor por el poder.

«El motivo detrás de los líderes de Fatah y Hamas en estos momentos miserables es el pensamiento chauvinista dominante que no le ofrece espacio alguno al pueblo, al país, a la patria o a la historia. Todos hemos abandonado a la patria, y nos hemos hundido en emprender una guerra de dahis wal-ghabra [una guerra pre-islámica que duro 40 años y que comenzó por una carrera de caballos] sobre este régimen…

«Entretanto, los pecados de la ocupación y sus crímenes contra la tierra y el individuo están siendo borrados del diccionario… en favor de la guerra civil a la que las facciones están movilizando a [sus hombres] – después de convertir a los hombres de la resistencia en milicias privadas que actúan como el contratista de las facciones o de los líderes. Esto significa que las facciones palestinas han llegado hasta el final de su camino, y han comenzado a jugar el juego de la ocupación…»

Los planes de Hamas y Fatah están conduciendo al desastre

«… Cuando Hamas dice no al reconocimiento [de Israel], su objetivo es protegerse así mismo y su existencia, lo cual es exactamente lo que motiva a Fatah a insistir [en proteger] los acuerdos firmados, las resoluciones de las Naciones Unidas, y las resoluciones árabes. En la realidad, las palabras [de ambos] no tienen ningún valor; la tierra está bajo ocupación, y el pueblo está sujeto a la represión. Para abreviar, los planes de ambos [Fatah y Hamas] son el camino al desastre [que tratara de alcanzar] lo que resta de la causa palestina. Así Hamas y su gobierno reconozcan a [Israel] o no, y si Fatah y la Autoridad Palestina firman [acuerdos] o no, el estado hebreo continua con sus planes para erradicar a los [palestinos] geográfica y demográficamente. La visión es horrenda – pero estos líderes están totalmente ciegos, y hundidos profundamente en mentiras, mientras el pueblo arde en el fuego del Infierno.

«Noticias nos informan sobre «bajas en bombardeo por la ocupación y bajas en enfrentamientos entre elementos de Fatah y las fuerzas elites de Hamas’. Esta corta descripción [concentra] la trágica situación a la que el público ha llegado. Como si las muertes que nos produce la ocupación no son suficientes – debe haber también muertes por las facciones [palestinas]. En este drama sangriento, ni Hamas ni Fatah son inocentes».

Las facciones palestinas se han convertido en otra ocupación más represiva

«Las facciones que hasta no hace mucho eran, a los ojos del público, la garantía para librarnos a nosotros mismos de la ocupación y por la libertad y la independencia, se han convertido… en otra ocupación, más represiva que la propia ocupación [israelí]… Nosotros debemos condenar las mentiras de los líderes que quieren, si permanecen en sus cargos y en sus posiciones, llevarnos al abismo y a la próxima catástrofe. Todas las semanas hay centenares de shahids [mártires], bajas, y detenidos, y la ocupación emprende una guerra a muerte y causa que la gente emigre como si este se estuviese deleitando – pero es legítimo preguntar, dónde está la resistencia de la cual [nuestros] arrogantes líderes hablan? ¿Dónde están las bajas de las operaciones de martirio? La ocupación no escatima esfuerzos por hacer de las vidas del pueblo un infierno inaguantable, con las permanentes y temporales barricadas…, con la humillación diaria y el desdén. Así que, dónde está la resistencia?… Dónde están las operaciones de Hamas? Si este [período de] impetuosa escalada en la guerra [emprendida por] el estado hebreo no es el momento apropiado [para que la resistencia actué], cuándo [vendrá] este momento apropiado?…

«Básicamente, las facciones fueron creadas por la causa de la resistencia y para la liberación de la tierra. ¿Ha sido liberada la tierra? ¿Ha cesado la agresión? ¿Ha finalizado la empresa sionista, con fronteras claras? La respuesta es obvia; lo que no es obvio es cómo las facciones [palestinas] pueden [continuar] mintiéndole [al pueblo]…»

Es probable que la situación existente aumente la emigración

«Parece ser que nuestros ‘grandes’ líderes que nos hablan día y noche sobre la constancia, no saben de lo que están hablando. Ignoran las verdaderas estadísticas sobre emigración, que aumentan diariamente y la [creciente] inclinación del pueblo hacia la emigración… Cada mañana, nuestros líderes y nuestras facciones nos dicen que es el estado ocupante que nos está asesinando, destruyendo, expropiando, y obstruyendo – como si hubiesen descubierto o inventado [algo nuevo]. Un infante sabe esto, desde el día en que nace en una de las barricadas. Pero lo que [los líderes] no dicen es cual es su misión, y cual es su papel en este conflicto.

«La ocupación quiere completar la empresa sionista en Palestina, pero qué están ustedes líderes y facciones haciendo para confrontar esto? Sus palabras no tienen valor, ya que la realidad lo dice todo, desde la pérdida de seguridad a la seguridad económica a la mendicidad, la falta de seguridad social, de seguridad educativa, o médica, y la falta de seguridad moral, y, más allá de esto, el mandato de la ley de la selva y su preocupación con la guerra entre nosotros mismos. Son estas las bases de la constancia, o son ellas las causas de la emigración?…»

Ningún lugar está seguro de la violencia dentro de la sociedad palestina

El portavoz del gobierno palestino Dr. Ghazi Hamad escribió: «Somos nosotros realmente una sociedad violenta? ¿Hemos contraído una enfermedad crónica de violencia que nos ha hecho perder nuestra inmunidad, [y] se ha infiltrado en nuestros hogares y nos ha robado nuestra tranquilidad y seguridad? ¿Nos hemos encerrado en una prisión de violencia, condenados a llevar [esta carga] en nuestras espaldas en contra de nuestra voluntad? Creemos nosotros que todos nuestros problemas no pueden resolverse sino por la violencia: por las balas, los morteros, los panfletos llamando por ayuda, y por un lenguaje amargo? Se ha convertido la violencia en una cultura implantada en nuestros cuerpos, en nuestra carne, y en nuestros huesos, al punto que se aferra a nosotros en nuestro sueño y en nuestro despertar? Yo me temo que nos hemos rendido ante esto, y esto se ha convertido en el amo que obedecemos en todas partes – en el hogar, en el barrio, en la familia, en la tribu, [y] en las organizaciones o en la universidad – y ningún lugar permanece seguro de esto.

«La violencia juega con nosotros, nos lleva, y nos arrastra hacia el abismo!! Incluso nuestros hijos han perdido [su] inocencia y se han llenado de miedo y violencia. Esto se ha convertido en una pesadilla espantosa que nos persigue con un hacha de muerte, goteando sangre. Nos hemos convertido en cautivos a manos de la violencia que nos ha quitado lo mejor de nuestros niños y de nuestros hijos…

«Nuestras celebraciones no tienen razón o significando, a menos que durante estas disparemos una descarga de balas que hace eco junto a los chillidos de alegría de las mujeres. Bajo tristes circunstancias y en los entierros, nuestros héroes se ofrecen a ‘perforar’ el aire con centenares de disparos de sus rifles. Es inconcebible que nuestras marchas – cualquiera que sean sus metas y su color político – de no tener docenas de rifles y de bandas armadas montados en automóviles y apuntando sus rifles, y jóvenes apoyándose por las ventanas del automóvil ondeando los Kalashnikovs rugiendo de alegría».

Incluso los problemas sociales y personales son tratados por los grupos armados

Incluso los problemas familiares han sido afectados por la enfermedad crónica de la violencia!! Si existe una disputa sobre un pedazo de tierra, el disparar viene antes que las palabras. Si hay una disputa por palabras, la [solución que viene a la mente es siempre] una bomba, y si hay un divorcio o un problema marital, la solución es el Kalashnikov, en lugar de [apelar a] alguien calificado para ocuparse del contrato matrimonial y del divorcio. Las celebraciones se han convertido en un hogar de lamentos.

«La violencia ha entrado en nuestros desacuerdos políticos, para robarnos nuestra hermandad y amor y darnos a cambio odio, disgusto, y lágrimas. Nos ha robado el lenguaje de hermandad, y nos ha equipado furtivamente con armas. Nos ha robado del amor que nos ha reunido bajo el techo de la patria… nos ha robado nuestra unidad, y nos ha separado en dos bandos – inclusive en tres o en 10. Esta ha hecho peor la catástrofe insufrible entre nosotros!!

«Cuando estamos enfadados con la compañía eléctrica, no tenemos ninguna otra solución sino la de destruir sus [equipos] y romper su mobiliario. Cuando estamos enfadados con la municipalidad o con el gobernador, llamamos un grupo de pistoleros enmascarados – los héroes de nuestra edad – a que se suban a la azotea y saquen sus armas delante de los [reporteros] de canales de televisión por satélite. Con el más pequeño lamento de una batalla, las marchas no-violentas se convierten en marchas de piedras, tiroteos, y enfrentamientos. En lugar de huelgas que tienen una naturaleza civilizada y legal, estas se han convertido a veces en violencia que daña a escuelas, instituciones públicas, y caminos.

«Cuando un hombre está enfadado con su esposa, viene con un grupo de pistoleros listos para bloquearle la vía a los viajeros. Una referencia al tratamiento médico en el exterior es obtenido por la fuerza de las armas y de tácticas de armas más poderosas, y uno puede mantener su lugar en línea en el cruce de Rafah con un grupo de pistoleros. El hospital se ha vuelto presa fácil, y a los doctores se les obliga que trabajen con las armas puestas en sus rostros. Hemos destruido las escuelas con nuestra violencia, hemos atacado el Concejo Legislativo con nuestras armas, incendiado [las oficinas] del gobierno, y apuntado con armas a miembros del parlamento, ministros, y otros antiguos oficiales. Qué queda de la patria?…»

Todos los palestinos son responsables de la violencia

«Qué nos queda, cuándo usamos la violencia contra nosotros mismos, contra nuestros residentes, contra aquéllos a quienes se supone debemos proteger? ¿No deberíamos estar avergonzados de nosotros mismos, de estas conductas vergonzosas que nos deshonran ante nuestro pueblo y ante el mundo? Luego aparecemos en conferencias de prensa en ropa limpia y elegante, y le decimos a nuestro pueblo palestino; ‘La sangre palestina es sagrada’…

«La violencia no es sólo un partido o fenómeno político, sino es cultura, educación, y conducta. No debería ser tratada solo por medio de una oficina gubernamental o de leyes… Cuándo se siembra violencia en el hogar, y cuándo el establishment y las organizaciones siembran violencia, [cuándo] existe violencia en la calle, en bodas, y en entierros, quien es responsable? ¿Cargamos todos con la responsabilidad? Sí! ¿Somos [todos] cómplices de esta grave acusación? Sí! ¿Podemos nosotros eliminar la violencia de nuestro diccionario, e instituir un lenguaje de diálogo y cooperación? Sí, nosotros podemos, si existe un intento honrado, un sentimiento nacional, y un esfuerzo enérgico! Todos nosotros – el gobierno, el pueblo, las facciones, los intelectuales, los pensadores, y los autores – deben actuar en la patria para desarraigar estas groseras cizañas y hacer que las flores florezcan. Luego veremos la luz del sol…»

Los palestinos quieren sanar del cáncer de la violencia

«Nosotros no queremos ver armas en las calles, excepto [en manos del] personal de seguridad. Todos queremos que nuestras celebraciones, nuestros funerales, y nuestras marchas sean calladas y sin accidentes… nuestras armas que estén limpias y puras, libres de alguna sola gota de sangre palestina. Necesitamos paz, un poquito de tranquilidad, y de pensamiento razonable. La violencia no nos trae nada más que sangre, tristeza, peleas, panfletos [hostiles] y contra panfletos, marchas y contra marchas, [y] un largo desfile de miseria, discusiones, y un dolor interminable. Queremos sanar de este cáncer que ha consumido nuestra mente, paralizado nuestros corazones, y bloqueado las aberturas de nuestros pulmones… Queremos ver un momento de paz, un momento de pureza, un momento en el que los niños no tiemblen por el sonido de los disparos, y los transeúntes no huya de las balas perdidas.

«… Tengan piedad de nosotros [y sálvennos] de esta violencia. Por favor, no eliminen nuestra esperanza y no planten frustración en nosotros. No [rieguen] el odio en la patria. No [esparzan] el odio por medio de las armas que siempre han provisto nuestra resistencia, nuestro honor, y nuestra gloria. No [rieguen] odió en nuestras celebraciones, en nuestros funerales, y en nuestras marchas, como para no causarle satisfacción a nuestro enemigo. No causen que los canales de televisión por satélite laven nuestra ropa ante los ojos del mundo cruel. Vayamos en paz, sentémonos en paz, conduzcamos un diálogo en paz, y podamos dormir en calma.

«Debemos hablar entre nosotros mismos en una lenguaje más tranquilo y razonable que será mejor recibido. Debemos enseñarle a las próximas generaciones un idioma de paz, de comprensión mutua, y de debate civilizado. ¿Por qué no tratamos a nuestro pueblo de una manera suave y a nuestros enemigos severamente? ¿Por qué no nos entrenarnos para conquistar nuestra rabia y ser pacientes hacia cada uno de nosotros? ¿No están estas virtudes [mencionadas en el] Corán, [no son parte de] la moralidad, de los valores supremos, y las bases para [construir] la patria?

«Debemos llamar a una conferencia de ‘Honestidad y Reconciliación’ en donde expresemos pesar por errores y pecados, reconocerlos, y emprender, ante Alá y ante nuestro pueblo, el abandonar la violencia para siempre, y de aquí en adelante no usar balas, morteros, o palabras deshonrosas – [y que] el espíritu de tolerancia y amor crezca dentro de nosotros.

«Es así como se construyen las naciones, y es así como el individuo es construido. Así nos podremos mover un largo trecho en el camino hacia la independencia y la libertad…

«Permítanos recoger las armas de nuestras calles y de nuestros hogares, y alzar el lema: ‘entre nosotros – amor, diálogo, y comprensión mutua; hacia el enemigo – fuerza, resistencia y constancia’. Ésta es la fórmula apropiada. No la modifiques… «


[1] Al-Ayyam (Autoridad Palestina), 15 de octubre, 2006. Para un artículo anterior del Portavoz del Gobierno Palestino Dr. Ghazi Hamad, véase MEMRI Despacho Especial No. 1268, «Severa Autocrítica del Portavoz del Gobierno de Hamas», 29 de agosto del 2006, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP126806.

[2] Al-Ayyam (Autoridad Palestina), 17 de octubre, 2006.

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