La furiosa controversia en el Líbano por la participación de Hezbolá en la guerra de Siria junto al ejército de Assad se intensificó recientemente tras la participación de la organización en las últimas dos semanas de lucha contra Hay’at Tahrir Al-Sham (anteriormente Jabhat Al-Nusra) en Jaroud Arsal, frontera Líbano-Siria. La polémica se reflejó en las declaraciones de políticos, así como también en los artículos de prensa que apoyaban las actividades de la organización y otros que se oponían a ello. Los opositores a Hezbolá, especialmente de la facción Al-Mustaqbal, encabezados por el Primer Ministro libanés Sa’d Al-Hariri, escribieron que sólo el ejército libanés tenía derecho a operar en esa región. Al-Hariri dijo durante una visita a Washington: «No estoy de acuerdo con las actividades de Hezbolá y hubiese preferido ver al ejército libanés operando en su lugar en Jaroud Arsal. No nos gusta ver a [Hezbolá] en Siria. Las relaciones entre nosotros son tensas [debido a nuestras diferencias] en política regional…»[1] Otro argumento, expresado por muchos, pero en especial por ‘Ali Al-Husseini, columnista del diario Al-Mustaqbal, fue que Hezbolá le servía a Irán y al régimen sirio y enviaba a sus combatientes a morir por ellos.

Sin embargo, algunos dentro de la facción Al-Mustaqbal se desviaron de la postura oficial de la facción y apoyaron los combates de Hezbolá en Jaroud Arsal. Por ejemplo, Muhammad Kabani, diputado del partido Al-Mustqbal, dijo: «Hezbolá está combatiendo contra las organizaciones terroristas junto al ejército libanés… [El Primer Ministro] Al-Hariri debe ser [más] prudente al elegir sus palabras en los Estados Unidos… La delegación [a Washington] que este encabezó transmitió el mensaje de que Hezbolá está combatiendo contra las organizaciones terroristas, por lo que debemos mantener una [actitud] positiva respecto a la participación de Hezbolá en esta campaña.[2] 

Partidarios de Hezbolá alegaron que la organización estaba combatiendo contra las organizaciones terroristas en favor del Líbano. Ibrahim Al-Amin presidente de la junta directiva del diario libanés pro-Hezbolá Al-Akhbar, llegó a calificar a los opositores de Hezbolá como «espías» y «traidores» que merecen morir. Este profirió críticas directas a Al-Hariri y a otros antiguos políticos, diciendo que estos se aprovechan de la difícil situación de los refugiados sirios para beneficio propio.

Lo siguiente son extractos de dos artículos, escritos por Al-Amin y Al-Husseini.

Tropas de Hezbolá en el área de Jaroud Arsal (imagen: aljadeed.tv, 29 de julio, 2017)

Al-Husseini: Hezbolá envía a sus combatientes a morir en Jaroud Arsal por órdenes de Irán y en beneficio de Assad

El columnista de Al-Mustaqbal Ali Al-Husseini, escribió: «Jaroud Arsal es un nuevo ejemplo del desgaste de Hezbolá en sus propias tropas»: «Los jóvenes están rodeados de nuevo por la muerte aquí, enfrentados a una única opción… La campaña actual no es digna de esta movilización [de fuerzas], ni siquiera del apoyo de los medios de comunicación, pero parece ser que los justificativos a la muerte son ahora más necesarios que nunca y no hay más remedio que cubrir los repetidos fracasos mediante exposiciones públicas tales como las que se llevan a cabo en Jaroud Arsal y en el exhibir pruebas fotográficas de logros que pueden ayudar a borrar el dolor de la memoria de una sociedad cuyas heridas no han cicatrizado en seis años.

«[De manera inversa], las fotografías e imágenes de miembros de la organización terrorista del Estado islámico (EIIS) no están siendo reproducidas por Jaroud. Jabhat Al-Nusra es un grupo desviado cuya ideología y comportamiento lo colocan dentro de las organizaciones terroristas. Su erradicación de Jaroud Arsal… es un deber nacional que pertenece exclusivamente al ejército y no a los partidos [es decir, a Hezbolá] que promueve agendas extranjeras y actúan de acuerdo con intereses [extranjeros]… Pero esto no anula el hecho de que existe un terrorismo aún peor que el de Al-Nusra y sus filas, terrorismo que decapita, mutila cadáveres, quema gente viva y envía coches bomba a todas las regiones del Líbano. Terrorismo cuyo nombre es el EIIS. No hemos visto fotografías de sus miembros en Jaroud Arsal y su nombre no surgió de entre los demás – no en el contexto del conflicto ni tampoco dentro del contexto de la huida de individuos o grupos. Y aquí surge la pregunta: ¿Dónde está el terrorismo del EIIS, donde se ve involucrada la campaña de Hezbolá?

«Hezbolá una vez más está al frente, encabezando la campaña del régimen sirio… Durante los últimos dos días la organización ha traído de vuelta las imágenes de funerales y notificaciones mortuorias, que aparentemente seguirán acompañando a las familias y aumentando su dolor en un futuro cercano, a pesar de las garantías del Secretario General de Hezbolá Hassan Nasrallah, que anunció la retirada de las fuerzas de Hezbolá de la frontera entre el Líbano y Siria y luego reanudó volver a hablar de los hijos de las [familias] en la campaña de Jaroud Arsal.

«El fin de semana pasado fue un buen ejemplo del horror y crueldad de la guerra de Hezbolá en Siria, dadas las muchas pérdidas sufridas desde que intervino en esta guerra. Esta vez la organización transfirió su campaña a un punto de contacto con el ministro del interior libanes y escogió a Jaroud Arsal para que atestigüe la brutal guerra que este está llevando a cabo. [Es una guerra que] tiene muchos nombres [pero] no es más que una defensa al régimen sirio y el atrincheramiento de su gobierno incluso si esto sucede a expensas de la sangre del pueblo sirio y libanés – mujeres, chicos y ancianos. El objetivo principal es terminar de pavimentar el camino para la «Creciente Persa» y utilizar este camino, así como también el deber del yihad en Siria, tal vez incluso para llegar hasta Jerusalén, que también está en la lista de espera de lugares a ser ‘liberados’…»[3]

Ibrahim Al-Amin: Los opositores a Hezbolá son espías y traidores; El rifle de la resistencia les perseguirá donde quiera que estén

Las críticas contra Hezbolá respecto a Jaroud Arsal y otros temas provocaron una dura reacción de Ibrahim Al-Amin, quien llamó a los críticos «traidores» merecedores de la muerte. Este escribió «¿Que propósito tiene un nuevo argumento con los partidarios del terrorismo en el Líbano? ¿Que propósito tiene discutir con gente que todavía habla de una ‘revolución’ y ‘rebeldes’ después de todo lo que ha sucedido y después de todas las operaciones terroristas cometidas por parte de los grupos armados en Siria? ¿Que propósito tiene discutir con gente que le importa quién gana la guerra y no quién es derrotada? Esta gente no quiere que Israel pierda la guerra con los árabes si la victoria sobre este es lograda por miembros del eje de la resistencia. ¿Le importará derrotar a la organización terrorista más asquerosa del mundo [es decir, el EIIS]? ¿Que propósito tiene discutir con gente que piensa que la resistencia en el Líbano [es decir, Hezbolá] es una organización criminal poblada de mercenarios leales a Irán cuyas acciones no tienen ningún propósito nacional? Para estas personas, el derrocamiento de la ocupación [israelí] en el año 2000 y el prevenir su regreso en el 2006 fueron una derrota, no porque Israel perdió sino porque el eje de la resistencia ganó.

 

«¿Que propósito tiene discutir con personas que no reconocen ni siquiera un crimen cometido por Estados Unidos o Europa en nuestro mundo árabe? Con personas y elementos que no quieren contar cuántos [árabes] fueron asesinados por Estados Unidos y Occidente en la guerra de Irak y que todavía se abstienen de preguntar cuántas personas fueron asesinadas en Siria por Estados Unidos y Occidente en nombre de la guerra contra el terrorismo?

«¿Que propósito tiene discutir con los grupos que viven aprovechándose de los refugiados sirios? Una mirada de cerca a las fuentes de ingresos de los jefes de la campaña que apunta a la resistencia y al ejército [libanés] con el pretexto de combatir el racismo y una mirada a los lugares donde trabajan le revela a todos los que desean saber el por qué estos individuos son tan dedicados hacia los refugiados. La mayoría de ellos nunca han visitado a un solo refugiado en su tienda de campaña. Esta gente, al igual que los miembros del partido oficial político, de seguridad y religioso del Primer Ministro [Sa’d Al-Hariri], no desean que sepamos el cómo le pusieron las manos a los presupuestos árabes e internacionales destinados solo a los refugiados, ni [quieren que sepamos] los nombres de los organizaciones, empresas, restaurantes, farmacias, oficinas y tiendas que suplen las necesidades de los refugiados o que compran los barriles de mazut a comienzos de cada mes.

«Estos individuos quieren decidir por los refugiados de que aún no ha llegado el tiempo de regresar a su país. Claramente, el [jefe de las fuerzas libanesas] Samir Geagea, el ex secretario de las Fuerzas 14 de Marzo Fares Said el [Primer Ministro] Sa’d Al-Hariri y [el Ministro de Estado para los Refugiados y parlamentario de Al-Mustaqbal] Mu’een Al-Merhebi conocen a los refugiados por dentro y por fuera y han verificado directamente con ellos de que no desean regresar a Siria, ni tampoco a las zonas controladas por el régimen ni a las zonas controladas por la oposición. Sin embargo, [el hecho es] estos no quieren quedarse en el Líbano y se les prohíbe preguntarle a Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, a los Emiratos Árabes Unidos o a Gran Bretaña el por qué no están dispuestos a acogerlos en sus ricos países.

«¿Que propósito tiene debatir con un grupo de individuos cuya profesión no puede ser descrita más agudamente que el espionaje? Espionaje, que significa conspirar contra sus compatriotas y colaborar con los enemigos del Líbano para sus propios fines. La ironía es que aquellos hostiles a la resistencia antes de la liberación [del sur de Líbano de las garras de Israel en el año 2000], aquellos que querían aplastarla mediante la Resolución 1559 [de la ONU] y pidieron su eliminación en el 2006 y continuaron pidiendo su desarme luego del 2006 e intentaron lanzar un golpe de estado en su contra en el 2008, aquellos que están dispuestos a sitiarla y aislarla en nombre de la justicia, sanciones y la guerra al terrorismo, estos son los mismos individuos que ahora quieren que la resistencia no moleste a los takfiris en Irak, Siria y el Líbano. Son los mismos individuos que se regocijan cuando los terroristas detonan una bomba en el Dahiya o cuando hay noticias de un combatiente de la resistencia martirizado en Siria. Ellos son los que hierven con furia porque Abu Malik Al-Tali [jefe de Jabhat Al-Nusra en las áreas occidentales de Qalamoun y Jaroud Arsal] se halla en crisis. Ellos son los que están dispuestos a cometer un pecado que envía a su perpetrador al Infierno sólo para evitar que la resistencia gane alguna que otra batalla.

 

«¿No son estos individuos espías, incluso si pertenecen a partidos en el gobierno o el parlamento? Incluso si escriben en diarios y en portales día y noche y son calumniados en todas las pantallas de los canales de televisión locales o árabes? Incluso si son líderes de partidos, ministros u altos funcionarios de las instituciones políticas, de seguridad, militares o sociales del estado. Incluso si son dueños de bancos o grandes empresas o profesores universitarios, maestros, médicos, ingenieros, abogados o cualquier otra cosa? Su estatus, afiliación sectaria y lugar de residencia no importan. No son más que espías y traidores y esto debería ser la única base de nuestro tratamiento hacia ellos.

«La resistencia perseguirá a cualquier tonto, sinvergüenza, takfiri y traidor, a cualquier soldado estadounidense o israelí y a cualquier mercenario árabe o musulmán que colabore con la ocupación. El rifle de la resistencia los asesinará en cualquier estado árabe y donde quiera que ellos vayan. Cualquiera que piense de manera diferente puede ir a pavimentar el mar luego de beberse toda el agua».[4]

[1] Al-Mustaqbal (Líbano), 27 de julio, 2017.

[2] Elmashra.com, 22 de julio, 2017.

[3] Al-Mustaqbal (Líbano), 23 de julio, 2017.

[4] Al-Akhbar (Líbano), 24 de julio, 2017.