En un artículo publicado titulado «La negociación ruso-estadounidense da un giro hacia el idioma árabe», el diario Nezavisimaya Gazeta (NG) hace eco en la asistencia brindada por los saudíes y los emiratíes en el reciente intercambio de prisioneros del encarcelado traficante de armas ruso Viktor Bout y la estrella del baloncesto estadounidense Brittney Griner. El verdadero intercambio tuvo lugar en el aeropuerto de Abu Dabi en la Unión de Emiratos Árabes. Los estados del Golfo han declarado su disposición de facilitar esfuerzos humanitarios similares. El artículo cree que los estados del Golfo han entrado en este campo solo por puro pragmatismo.

Los estados del Golfo han sido testigos del éxito de Turquía al mantenerse al margen del conflicto ruso-ucraniano, mientras se mantienen del lado de los ángeles al ayudar a forjar el acuerdo de los granos que permite las exportaciones de granos desde Ucrania. Lo que si funciona para Turquía también puede funcionar para los estados del Golfo. Un mediador, a diferencia de uno neutral, muestra empatía en lugar de indiferencia y puede pedir recompensa por servicios prestados.

El artículo puede leerse a continuación:[1]

El intercambio Bout-Griner sucedió en la pista del aeropuerto de Abu Dabi (Fuente: 9111.ru)
El intercambio Bout-Griner sucedió en la pista del aeropuerto de Abu Dabi (Fuente: 9111.ru)

El Golfo Pérsico pudiera desempeñar un papel de mediador en la situación del ciudadano estadounidense Paul Whelan, condenado en Rusia por espionaje, tras el exitoso canje del ruso Viktor Bout por la estadounidense Brittney Griner. Así lo informó a «NG» una fuente diplomática de uno de los estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), al comentar sobre la asistencia de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en la última acción humanitaria sucedida. Los expertos creen que la pro-actividad de los actores del Medio Oriente persigue para sí un objetivo bastante pragmático.

La fuente «NG» consideró plausible la sugerencia de que el Golfo Pérsico era capaz de ayudar en la situación con Whelan, siempre que el Kremlin y la Casa Blanca acordaran los términos del intercambio. Así respondió a la pregunta de si Arabia Saudita y los Emiratos pudieran consolidar su éxito tras la mediación conjunta en el acuerdo Bout-Griner.

El intercambio ruso-estadounidense se produjo el día 8 de diciembre, donde el aeropuerto de Abu Dabi sirvió como territorio de tránsito. “Por qué no, tenemos buenas relaciones y canales abiertos de comunicación con ambos países, así que yo creo que es posible”, dijo la fuente. Este agregó que los estados y países árabes, como Turquía, «ofrecen una plataforma neutral para este tipo de interacción e intercambios».

Para Arabia Saudita, esta no es la primera iniciativa humanitaria desde el 24 de febrero, 2022 (el comienzo de la invasión rusa). En septiembre, se produjo un importante intercambio de prisioneros de guerra entre Moscú y Kiev, en el que los «laureles de los pacificadores» se repartieron entre Arabia Saudita y Turquía, el país que acogió las conversaciones ruso-ucranianas este año y estimuló la aprobación del llamado «acuerdo de los granos». Luego, Riad asumió la responsabilidad de devolverles a Ucrania a los mercenarios extranjeros que combatieron por Ucrania. Un avión con 10 extranjeros aterrizó en el aeropuerto de la capital saudita.

Una fuente cercana a los funcionarios turcos sugirió que es muy posible que a Riad no se le haya delegado la parte más agradable del trabajo: Ankara puede haber optado delicadamente por no participar en la resolución del destino de los mercenarios, debido a su «oscuro» estatus, este especuló.

Esta fue una acción ambigua en términos de obtener reputación, evaluó la fuente.

Una explicación habitual del entusiasmo marcadamente aumentado de los países del Golfo por resolver las disputas entre Moscú y Washington y Moscú y Kiev, es la gestión de los riesgos en referencia a la reputación. Los lazos bilaterales entre los Estados Unidos y sus aliados árabes no están pasando por momentos nada fáciles.

Washington – Los contactos de Riad han entrado en una nueva fase de crisis luego que la administración del presidente Joseph Biden no lograra persuadir al príncipe heredero a la corona Mohammed bin Salman para que coordinara sus acciones con los Estados Unidos sobre la producción de petróleo.

A su vez, la política de Abu Dabi ha suscitado críticas por parte de la Casa Blanca debido a su aparente voluntad de proveer «puerto seguro» en sospechar (desde el punto de vista del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos) del capital ruso.

Ante este contexto, los países están tratando de tranquilizarse a sí mismos. En diciembre, el ministro estatal de comercio exterior de los Emiratos Árabes Unidos Thani bin Ahmad Al-Zeyoudi, anunció que su país tiene la intención de acercarse económicamente a Kiev. “Nos esforzamos por estimular el comercio mediante la eliminación de barreras comerciales, aranceles aduaneros, tarifas, estandarización, etc. Esto dará un enorme potencial para duplicar las exportaciones y las importaciones”, remarcó el ministro. Al mismo tiempo, Abu Dabi enfatizó que las negociaciones comerciales significan otro componente clave en los esfuerzos realizados por los Emiratos en revitalizar la economía nacional de Ucrania. Los medios de comunicación occidentales caracterizaron tales medidas de los Emiratos Árabes Unidos como un intento por defenderse de las críticas por parte de Occidente a sus políticas neutrales.

Los propios actores árabes no reconocen públicamente que los propósitos de la política exterior están detrás de su mediación. Hablándole a las publicaciones británicas, el canciller de Arabia Saudita, príncipe Faisal bin Farhan, enfatizó que la participación del reino en el intercambio poseía una naturaleza puramente humanitaria y no estaba motivada por el deseo de mejorar su imagen internacional. «Creo que este es un punto de vista muy cínico», respondió el príncipe.

Sin embargo, ante su propia admisión, es difícil para los funcionarios en Occidente a cargo de la política exterior escapar a la sensación de que los países del Medio Oriente están tratando, de hecho, de convencerlos en los beneficios de mantener una relación «especial» con Moscú y obtener «indulgencia» tácita para tal relación.

En una conversación con «NG», Leonid Isayev, profesor asociado al Departamento de ciencias políticas y relaciones internacionales de la Escuela superior de economía en San Petersburgo, cuestionó la tesis de que Turquía había logrado monopolizar el proceso de negociación en torno a Ucrania este año. «En pocas palabras, Ankara ha ocupado cierto nicho donde logra ciertos resultados respecto a los temas que la afectan directamente, es decir, el paso por el Estrecho del Bósforo, el ‘corredor de granos’, etc.», le explicó el interlocutor a ‘NG’. «Quizás a los turcos les gustaría monopolizar el proceso diplomático, pero hasta ahora solo controlan una parte». Todos los demás actores, según el experto, están tratando de seguir este ejemplo turco y mediar por sus propios motivos.

«Si existe algún recurso en llevar a cabo un proceso de negociaciones (y los países del Golfo lo poseen), entonces esa es probablemente la táctica más rentable y segura para ellos», dijo Isayev, «si uno simplemente adopta una postura neutral y dice que él no está preocupado por lo que está sucediendo, uno seguirá experimentando presión, principalmente por parte de Occidente. Pero cuando uno se mantiene proactivo, incluso asume el papel de mediador, la presión en parte sería compensada. En este sentido, el Golfo, que posee recursos y no tiene deseos de ser parte en el conflicto, debe demostrar que se preocupa por la situación”. El experto señaló que Occidente pudiera culpar a los actores árabes por mantenerse al margen.

Para los actores árabes, el juego de estatus es inherente, explicó Isayev. «Dado que dentro del Golfo también existe una constante competencia entre los estados por el liderazgo y siempre que los Emiratos emprendan esfuerzos de mediación, entonces los saudíes y los cataríes tienen que hacer lo mismo», explicó el experto, «a veces es más lógico dar un paso para simplemente unir fuerzas.

Ellos se involucran en esto para, por una parte, elevar su estatus dentro de la región (después de todo, uno básicamente lo que está es mediando entre dos superpotencias) y por la otra, obtener preferencias externas de esto. Yo creo que Arabia Saudita tiene derecho a exigir algunas concesiones de los Estados Unidos, como parte de la agenda bilateral, luego de este reciente intercambio».

Isayev no descarta la posibilidad de que si otros países tuviesen los recursos para tal mediación, ellos también se unirían al proceso.

Leonid Isayev (Fuente: Svpressa.ru)
Leonid Isayev (Fuente: Svpressa.ru)

[1] Ng.ru, 11 de diciembre, 2022.