El politólogo y comentarista profesor Gevorg Mirzayan afirma que expertos en Occidente han descubierto que Moscú ha logrado forjar relaciones incluso con países que son abiertamente hostiles entre sí. Según Mirzayan, Rusia está dispuesta a contraer compromisos firmes solo con los países del espacio post-soviético. Fuera de dicha zona, el Kremlin se mantiene alejado de alianzas dudosas y de enfrentamientos superfluos. Esto da como resultado que los países se alineen entre sí con el propósito de buscar apoyo de Rusia.

El análisis de Mirzayan puede leerse a continuación:[1]

Gevorg Mirzayan (Fuente: Ru.sputnik.md)
Gevorg Mirzayan (Fuente: Ru.sputnik.md)

«En política exterior, el liderazgo ruso ha sido comparado con varios personajes. Los medios de comunicación en Occidente lo llaman el Sauron (malvado) virtual, que se esfuerza por conquistar las tierras libres de las regiones superior e inferior. En boca del presidente Obama, es un asistente de una gasolinera (donde Rusia es comparada con una gasolinera).

«Sin embargo, un número creciente de expertos lo compara con el equilibrista que atraviesa los conflictos regionales sobre una cuerda muy delgada. Expertos japoneses, hindúes, chinos, árabes e incluso occidentales coinciden en que Rusia de alguna manera se las arregla para mantenerse al margen de estos conflictos y mantener relaciones equilibradas con diferentes estados, incluyendo aquellos hostiles entre sí, es decir, Japón y China, India y China, Irán y Arabia Saudita e Israel y los estados árabes.

“La esencia de diplomacia rusa es bastante simple: ‘La lógica en política exterior rusa consiste en fortalecer el papel de Rusia como centro de poder independiente, como polo en un mundo multipolar.

«Para lograr todo esto, uno tiene que poseer una red de asociaciones equilibradas con todos los centros regionales de poder clave alrededor del mundo, no entrar en alianzas con ellos y no asumir obligaciones permanentes (por supuesto, no me refiero a los países post-soviéticos). Para los países de la ex-URSS se aplican reglas totalmente diferentes basadas en alianzas y compromisos).

“’Y cuantos más socios tengamos en Rusia, mejor’, dijo Dmitry Suslov, subdirector del Centro de Estudios Integrales Europeos e Internacionales de la Escuela Superior de Economía.

Algunos, por supuesto, pudieran argumentar que tal naturaleza en la política exterior rusa puede atribuírsele a su indecisión diplomática general (Moscú generalmente ‘expresa preocupación’), falta de recursos o problemas de confiabilidad. Varios diplomáticos iraníes y chinos le aseguraron al autor de este artículo que en el momento en que Occidente le dé la bienvenida a Rusia, este se verá nuevamente atraído hacia esta dirección, pero la razón yace en otro lugar.

«‘La estrategia rusa refleja la tendencia global de las relaciones internacionales cada vez más caóticas y un desorden global reforzado. Las actuales relaciones internacionales son mucho más turbulentas que las del período de confrontación bipolar de la Guerra Fría. Los compromisos tradicionales se han vuelto bastante dificultosos para las grandes potencias, mientras que su libertad «Al no asumir ningún compromiso firme o construir bloques centrados en Rusia fuera de la ex-Unión Soviética, Moscú simplemente sigue las tendencias globales», argumentó Dmitry Suslov.

«Por cierto, Trump se percató de esta tendencia, cuando intentó revisar la política exterior de los Estados Unidos. El estado dentro del estado, que se opuso al presidente estadounidense, le impidió hacerlo. No existe tal quinta columna en Rusia.

«Rusia ha tenido más éxito con esta política en el Medio Oriente.

«A pesar de la participación de Rusia en la guerra siria (a la que se opusieron Qatar, Arabia Saudita, Israel y en cierto momento, Turquía) y los intentos de los medios de comunicación regionales y mundiales de posicionar a Moscú de aliado del bloque chiita que lucha contra los sunitas en este bloque, el Kremlin logró no solo mantener relaciones con sus rivales en el juego sirio, sino también fortalecerlos, en gran parte debido a que las diferencias con Moscú no se extendieron más allá de los límites del conflicto sirio.

«Por ejemplo, las fuerzas rusas junto a las tropas iraníes se enfrentaron con terroristas pro-sauditas en Siria. Sin embargo, el Kremlin no participó en las operaciones de Irán contra Arabia Saudita en Yemen. Y los resultados no tardaron en llegar.

«Debido a esta estrategia, Rusia se ha convertido en el actor externo más influyente en el Medio Oriente, luego de los Estados Unidos, o tal vez incluso con su par. Mientras tanto, Moscú se ha convertido en el único actor extra-regional que ha equilibrado las relaciones con todos países del Medio Oriente sin excepción alguna. Esto le permite al Kremlin jugar un papel clave en la región sin asumir obligaciones firmes ni limitar sus opciones. Además, esto le confiere beneficios sobre los vínculos económico-comerciales, en suministros de armas y alimentos, etc.”, afirmó Dmitry Suslov».

Dmitry Suslov (fuente: Kommersant.ru)
Dmitry Suslov (fuente: Kommersant.ru)

«La situación en el sur y al este de Asia es más difícil. Es cierto que Moscú logró mantener su equidistancia en las relaciones con los otros dos puntos del triángulo ‘Rusia-India-China’, al igual que en el de «Rusia-Vietnam-China». Sin embargo, el Kremlin no logró construir un marco similar junto a Japón o incluso con Corea del Sur. Ambos estados son aliados muy cercanos de Estados Unidos y desconfían en dar pasos importantes hacia Moscú. A su vez, la Tierra del Sol Naciente posee un conflicto territorial con Rusia.

“Según los expertos, Rusia no posee alternativa alguna en el área de política exterior, ni ninguna alternativa digna (para ser más precisos).

«‘Sólo la estrategia actual le permitirá a Moscú fortalecer su papel de importante centro mundial del poder mundial. De lo contrario, Rusia se convertirá en socio minoritario de China, lo cual es inaceptable para el primero. Por lo tanto, Moscú necesita intensificar su sociedad con China y desarrollar relaciones con otros centros de poder en Asia, es decir, India, Japón, los estados miembros de la ASEAN, ‘argumentó Dmitry Suslov. Además, esto debe hacerse teniendo en cuenta las dificultades reales, que (y esto también debe recordarse) gradualmente será recompensado. Expertos japoneses y de Asia Oriental reconocen que cuanto más fuerte y agresiva se vuelve China, más buscan los países de la región un contrapeso en la forma de vínculos con el Kremlin.

«En cuanto a Europa, la política multidireccional rusa encuentra sus problemas allí. Moscú no está tratando de mediar en los conflictos internos europeos (por ejemplo, en el conflicto entre Polonia y Hungría por una parte y Bruselas por el otro) ni utiliza estos conflictos para fortalecer su influencia en tales países. Según los expertos, la razón de tal estado de cosas es bastante simple: cualquier cooperación con Moscú es un tema muy politizado.

«Si el Kremlin provee apoyo directo a los húngaros, entonces la etiqueta ‘agente del Kremlin’ pudiera pegársele al primer ministro Viktor Orban. Y para escaparse de ello, los húngaros tendrían que reducir sus relaciones con Rusia. En lo que respecta a Polonia, el apoyo al presidente Andrzej Duda y al líder del partido Ley y Justicia Jaroslaw Kaczynski no está en discusión, ya que ambos perciben a Rusia de enemigo histórico. Ellos tienen una inclinación aún más hostil hacia nuestro país que la Unión Europea. Por lo tanto, su apoyo no hará ninguna diferencia para nosotros y no redundará en una mejora en las relaciones ruso-polacas”, argumentó el experto de la RIAC (Consejo Ruso de Asuntos Internacionales) Vadim Trukhachev.

“’Las relaciones con la Unión Europea ya son bastante complicadas y no tiene sentido escalarlas basándonos en el principio de ‘la bruja Baba Yaga se opone a ello’, explicó el investigador principal de IMEMO RAN, Dmitry Ofitserov-Belsky.

«En algún momento, sin embargo, incluso Europa comprenderá la necesidad de desarrollar relaciones con Moscú. Varios líderes regionales ya han acogido con satisfacción esta política multidireccional rusa y se han beneficiado de ello. Estos lo hacen no solo por temor a China, sino también debido a sus propias ambiciones. «Una creciente independencia de los centros regionales de poder es una de las tendencias mundiales», dijo Dmitry Suslov.

«Los escépticos podrán citar el ejemplo de Europa, en la que varios estados no-miembros de la OTAN aspiran unirse a la alianza y destruir su independencia. Sin embargo, ni Ucrania, ni Georgia ni mucho menos Moldavia, pueden ser llamados centros regionales de poder. Considerando que Turquía, aunque este no se retira de la OTAN, en virtud de que Rusia acumula abiertamente su independencia dentro del bloque occidental, por ejemplo, en el campo de los acuerdos de armas que poseen connotaciones políticas (suministro de sistemas S-400); en dirección a siria (a través de los diferentes acuerdos con Rusia e Irán) y en el Cáucaso (donde Turquía se dedica a disminuir la influencia de Occidente con la ayuda de Rusia).

Egipto también está tratando de independizarse mayormente no solo de Estados Unidos, sino también de Arabia Saudita cooperando con Moscú, convirtiéndose este en el actor más tóxico a medida que transcurren los años. Este último, por cierto, también está tratando de acercarse a Moscú, para que el Kremlin le facilite sus ambiciones de liderazgo en el Golfo Pérsico.

«Por lo tanto, el poder de equilibrio está siendo solicitado en todo el mundo. La tarea principal ahora es lidiar con esta situación y no equivocarse».


[1] Vz.ru, 13 de agosto, 2021.