Yulia Sveshnikova, investigadora asociada en la Escuela Superior de Economía de la Universidad Nacional de Investigación, escribió un artículo para el diario en la red Rbc.ru,[1] titulado «Alarma en Teherán: ¿Por qué Irán esperó ansiosamente los resultados de la Cumbre de Helsinki?» en el que argumentó que un reverso en los roles ha tenido lugar en las relaciones Rusia-Irán. Si luego de la firma del acuerdo PIDAC (Plan Integral de Acción Conjunto), Rusia temía que Irán preferiría mejorar ya las relaciones con Washington a expensas de Moscú, ahora le toca a Irán preocuparse. Los iraníes temen que Rusia (con quien los iraníes comparten una historia problemática) pueda utilizar a Irán como factor utilizado en negociaciones para asegurarse concesiones de los estadounidenses en otras áreas. Dado que Teherán tiene bajas expectativas sobre los europeos, este debe tragarse los desaires de Rusia y enfatizar la cooperación militar bilateral en Siria.

La traducción por MEMRI del artículo de Sveshnikova puede leerse a continuación:

Yulia Sveshnikova (Fuente: Republic.ru)

Irán teme que Rusia acuerde con Trump

«Uno de los temas discutidos durante la reunión entre los presidentes Trump y Putin en Helsinki fue la situación de Irán en relación a la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear y los esfuerzos de Washington para restringir la influencia iraní en Siria. Los estadounidenses están tratando de presionar a Moscú para que este abandone su postura neutral sobre este tema. Teherán teme que Trump de alguna manera haya llegado a un acuerdo con Putin para que este último contribuya a la retirada total de las fuerzas iraníes y pro-iraníes del país que ha sido devastado por la guerra civil.

«Los días 12 y 13 de julio en Moscú, literalmente en vísperas a la cumbre [Trump-Putin] el asesor del líder espiritual de Irán Ayatolá Ali Jamenei Ali Akbar Velayati, trató de influir sobre la postura rusa. Esta no es su primera visita y la agenda oficial es casi siempre la misma: lazos políticos, cooperación económica en expansión, el programa nuclear iraní. Desde la visita anterior de Velayati a Moscú en febrero, 2016 el escenario ha cambiado un poco: para ese momento, analistas iraníes y rusos discutían sobre la preocupación de Rusia a un posible acercamiento iraní-estadounidense, mientras que las reuniones del 12 y 13 de julio tuvieron lugar en el período de clara exacerbación del «problema nuclear iraní». Ahora es Irán quien está discutiendo la posibilidad de convertirse en factor negociable en las relaciones entre Rusia y los Estados Unidos. ‘¿Podemos nosotros confiar en Rusia?’ – este es un tema político interno importante, por el cual evidentemente Velayati estaba tratando de encontrar una respuesta positiva en Moscú.

«A su llegada a Rusia, el asesor no entró en detalles en referencia a los dos mensajes que este le trajo a Vladimir Putin de parte de Ali Jamenei y del Presidente Hassan Rouhani, sino que por tradición llamó a las relaciones bilaterales como estratégicas. Esta caracterización todavía tiene como base la cooperación en el apoyo a Siria y Rusia al llamado acuerdo en materia nuclear del 2015, así como también a las referencias sobre una «agenda a largo plazo compartida por los dos países».

Velayati con Putin en Moscú (Fuente: Irna.ir)

«Durante la reunión del Club de [Discusión] Valdai en Moscú, Velayati confirmó que los expertos iraníes se encontraban en Siria e Irak por invitación de sus gobiernos legítimos y se marcharían de esos países solo si Damasco y Bagdad decidieran que ya no necesitaran la ayuda de los consejeros militares de Irán. Por lo tanto, Teherán se exime de responsabilidad por su presencia en el territorio de estados extranjeros. La resistencia contra la política estadounidense e israelí hacia los países de la región sirve como apoyo ideológico conveniente aquí, especialmente en una frase tal como ‘Irán y Rusia unidos contra los terroristas, alentados por Washington y Tel Aviv’.

«La reciente retórica de Moscú no contradice estas declaraciones. El 28 de junio, el representante de Rusia en los Estados Unidos Vasily Nebenzya reconoció los motivos legítimos de la presencia iraní en Siria en su discurso, aunque Moscú enfatizó muchas veces la necesidad de retirar todas las fuerzas extranjeras de ese país. Sin embargo, Moscú prefiere hablar cautelosamente sobre sus relaciones con Irán. Por ejemplo, en todas las cumbres de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), las declaraciones se repiten sobre el tema a la actitud positiva de Rusia hacia la plena membrecía de Irán (que este aplicó en el 2008) pero hasta ahora no ha habido cambios en el estatus de Teherán.

«Tras el resultado de las negociaciones en Moscú, Velayati anunció que las compañías rusas estaban listas para invertir $50 billones en el sector energético de la República Islámica y dijo que eso compensaría la retirada de la empresa europea, que debe cumplir con las sanciones de Estados Unidos contra Irán. El Kremlin, sin embargo, no se apresuró a confirmar estas inversiones y el ministro de energía y minas Alexander Novak, dijo que el ofrecimiento ruso a Irán sigue siendo el mismo: petróleo a cambio de bienes.

«Tras la decisión de Trump en mayo de retirarse del acuerdo nuclear con Irán, Teherán retuvo las expectativas al apoyo de Europa. Pero a pesar del descontento de los líderes europeos con las nuevas sanciones estadounidenses, las esperanzas de apoyo a las empresas europeas son escasas. Ese es el porqué, luego del de-facto fracaso del acuerdo nuclear, el logro principal del Presidente Rouhani, la elite conservadora de Irán se esfuerza por demostrar unidad con los países del frente antinorteamericano: Rusia y China, donde por cierto, Velayati se marcho justo después de haber estado en Moscú».

Irán se traga los insultos rusos

«Sin embargo, los iraníes tienen decenas de denuncias en contra de Rusia. Además de las que han sido discutidas hace ya mucho tiempo: la negativa de suministrar sistemas S-300 en el 2012 debido a las sanciones por la ONU, la dilatada construcción de la central nuclear de Bushehr, se han edificado otras nuevas centrales. Estas incluyen: la preparación de Rusia, junto a Arabia Saudita, para incrementar su exportación de petróleo en formato OPEC+, las visitas frecuentes del Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu a Moscú y el silencio ruso sobre el ataque contra objetivos iraníes en Siria el 10 de mayo, al día siguiente de otra reunión Netanyahu-Putin. También podemos recordar la reciente declaración del Vicecanciller Sergei Ryabkov de que la idea de elaborar un nuevo acuerdo, que complementara al ya constituido acuerdo PIDAC [Plan Integral de Acción Conjunto] ‘valía la pena investigarlo’, mientras que los iraníes afirmaron más de una vez que cualquier adición al acuerdo nuclear era inaceptable. Pero en este caso, oficialmente Teherán ha decidido mantener el desagradable reflejo para luego, organizando la reunión de Velayati con Putin un día después de la de Netanyahu y a solo unos días antes de la cumbre de Helsinki.

«La cooperación militar en Siria sigue siendo la mejor manera de enfatizar las estrechas relaciones entre los dos países. Por buenas razones, Velayati se apresuró a mencionar el acuerdo de Putin en visitar Teherán pronto para otra reunión de la» troika Astana».

«A los conservadores iraníes les encanta repetir que la gente se acostumbró desde hace ya tiempo a las sanciones, pero la verdadera situación en Irán es más grave que en el 2012, cuando la ONU introdujo sanciones mucho más duras. Es evidente que un mayor aislamiento sería altamente indeseable en este contexto y es por eso que fue necesaria la comunicación entre el Líder Supremo y el Presidente de Rusia. El intento de presentar las relaciones ruso-iraníes dentro del marco del paradigma de la Guerra Fría, cuando los Estados Unidos son el principal enemigo, parece ser el mejor escenario en Teherán, donde el nominalmente liberal y pro-occidental Presidente Rouhani ha estado bajo amenaza de ser procesado».


[1] Rbc.ru, 17 de julio, 2018