Tras el lanzamiento el 1 de julio, 2016 del informe del Cuarteto sobre el conflicto palestino-israelí, el cual pidió cese a la violencia y el avance a la solución de dos estados, Ashraf Al-‘Ajrami, ex ministro de asuntos de los prisioneros en la Autoridad Palestina (AP) y columnista del diario de la AP Al-Ayyam, escribió un artículo en respuesta al informe. ‘Ajrami condenó el informe por responsabilizar por igual a palestinos e israelíes en bloquear la resolución del conflicto. Al mismo tiempo, este dirigió también críticas al liderazgo de la AP por permitir que un informe de este tipo sea dado a conocer, así como también por su forma de gobierno en la Ribera Occidental. Este observó que la situación de seguridad se viene deteriorando de manera constante y que el apoyo popular a la AP es considerablemente bajo. Este hizo hincapié en que los palestinos deberían evitar atacar a civiles – tal como la acción del palestino que irrumpió en una casa dentro de un asentamiento de Cisjordania y apuñaló a una joven hasta morir mientras dormía – porque este tipo de ataques empañan la imagen de los palestinos y benefician a Israel. Este abogó adherirse a la resistencia no violenta que coloca a Israel en una difícil posición y hace avanzar la causa palestina en el mundo.
Ashraf Al-‘Ajrami (Imagen: pldf.net)
Lo siguiente son extractos de su artículo:[1]
«Los palestinos tienen todo el derecho de protestar el informe del Cuarteto que [incluso] el político israelí Yossi Beilin llama ‘vergonzoso’ y este es el término más ligero que puede aplicarse al mismo. Este informe sin sentido reduce el conflicto a una discusión de los pasos que cada bando debe tomar y responsabilizar a ambos por igual de la situación en la que estamos. El informe refleja un retroceso significativo de parte del Cuarteto y no ofrece nada que pueda ayudar a avanzar dentro del proceso político. Este no discute la necesidad de abordar el meollo del conflicto, es decir la ocupación y sus acciones sobre el terreno. A pesar de que señala que los asentamientos ponen en peligro la solución de dos estados, [implica] que Israel desea una solución y se limita a hacer [ciertas] medidas que pudieran retrasar o dificultar que, mientras la parte palestina es responsable por la incitación y la violencia y sabotea los esfuerzos de llegar a una solución, y tal vez es [incluso] responsable de los crímenes de la ocupación. Este informe refleja efectivamente una postura vaga o pasiva frente al conflicto sobre el parte del Cuarteto, [un conflicto] que vendría siendo un fusible que pudiese incinerar la región y afectar el ciclo de violencia y terrorismo en la cual está actualmente [atrapada].
«La respuesta de Israel al informe no se hizo esperar. No sólo Israel rechaza la noción de que los asentamientos son perjudiciales para la solución de dos estados, este desafió a la comunidad internacional con el anuncio de un hecho sin precedentes, una [ola de] construcciones en los asentamientos, [es decir] la construcción de cientos de viviendas en la Jerusalén ocupada, en los asentamientos en sus alrededores y en varias partes de Cisjordania, mientras que el emitir declaraciones [describiendo] el reforzar los asentamientos como una respuesta a lo que este llama terrorismo palestino. Esta imprudencia, el fomentar los asentamientos y los esfuerzos hacia la anexión de una gran parte de Cisjordania reflejan un consenso entre el público y el gobierno israelí…
«Podemos culpar al Cuarteto, la comunidad internacional y a las superpotencias por siempre y responsabilizarlos a todos por los resultados de la ocupación que oprime a nuestro pueblo y nuestra tierra. Podemos acusar a todos los elementos internacionales de impotencia – pero hicimos lo que se nos pidió? ¿Fue la diplomacia palestina lo suficientemente responsable en cumplir su obligación de impedir la publicación de un informe de este tipo, tal como lo hizo Israel cuando retrasó su lanzamiento e [hizo] que cambiaran su mensaje y lenguaje? Por supuesto [que no hicimos suficiente]. Nos preocupamos únicamente con cuestiones de… cómo distribuir los fondos, quien cumplirá tal posición y quien estará a cargo.
«La verdad es que estamos en la peor situación posible y nos estamos deslizando rápidamente hacia un abismo. No es sólo nuestro funcionamiento interno como órgano de gobierno que ha llegado a su punto más bajo en términos de su popularidad, [ya que] apenas un tercio de la población [la apoya]. La situación de seguridad se está deslizando de forma constante [hacia el caos]… eso beneficia a Israel. [Además], nuestro mensaje político y mediático es confuso, una especie de mezcla de racionalidad con respecto a nuestros intereses nacionales y un extremismo creciente siendo este [el resultado de] dejarse llevar por los sectores de la población que se ven más afectados por los crímenes de la ocupación. Es difícil ver nuestros medios de comunicación junto a un discurso claro lo que refleje una postura de liderazgo unificada que ayude a dar forma a la opinión pública [de manera que] promueva nuestros intereses.
«Ya no podemos distinguir entre los errores que nos hacen un daño considerable y que deben ser señalados – tales como ataques contra civiles, como el asesinato de la chica mientras dormía[2] – y las medidas que confrontan eficiente y eficazmente a la ocupación. Nosotros nos vemos arrastrados a hacer [precisamente] lo que el gobierno israelí desea, es decir, involucrarnos en la rúbrica de la lucha armada, especialmente contra la población civil. Esto no sólo nos coloca en conflicto con el ejército israelí, que posee superioridad [militar] sobre nosotros y es capaz de propinarnos daños considerables, tal como ocurrió en la Segunda Intifada. [También] puede eximir a Israel de responsabilidad política y hacernos a nosotros igual de responsables por la situación como el [propio] Israel… La violencia de las autoridades israelíes es dirigida a impedirnos participar en una resistencia popular no violenta que le causa angustia a Israel, la avergüenza en el ámbito internacional y lo coloca en conflicto con un pueblo indefenso que está exigiendo sus derechos a una maquinaria de ocupación, armada hasta los dientes, que la persigue.
«Ya no escuchamos una postura palestina valiente y explícita que refute las afirmaciones israelíes y subraye nuestra [posición] patriótica y moral, basada en un entendimiento decisivo y unánime de que es necesario enfocarse en la resistencia popular que pondrá a Israel en una esquina y expondrá su vergüenza. Por otra parte, algunas personas se dejan llevar por declaraciones que suenan muy parecidas a consignas huecas e irritantes que no pueden ser implementadas de ninguna manera y sólo [sirven para] responsabilizarnos por ‘incitar a la violencia’… Sin lugar a dudas, debemos pensar seriamente en moldear nuestro discurso político, en términos de su contenido y lenguaje, por que sirva nuestros intereses y haga avanzar nuestra causa en la arena internacional».
[1] Al-Ayyam (AP) 6 de julio, 2016.
[2] Esto se refiere a la chica de 13 años Ariel Hallel apuñalada hasta morir en su cama en Kiryat Arba el 30 de junio, 2016 por un palestino de 17 años del pueblo de Bani Naim.