Introducción

En meses recientes ha habido un esfuerzo notable de propaganda por parte de los líderes de Al-Qaeda y sus órganos mediáticos y afiliados, destinado a impulsar la moral de los combatientes de rango y fila del Jihad y sus partidarios. Puede suponerse que la organización ha puesto en marcha esta iniciativa en respuesta al pesimismo y depresión que se han asentado en sus filas como resultado de los recientes éxitos en la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo – es decir la eliminación de muchos de los líderes jihadistas clave a través de ataques aéreos no tripulados en Pakistán. De hecho, los inicios de este esfuerzo se notaron incluso antes de la eliminación del líder de la organización Osama bin Laden. Tras una serie de ataques exitosos sobre Al-Qaeda y sus aliados, los líderes del Jihad se vieron obligados a ocuparse del gran número de bajas entre sus filas.

Estos lo hicieron a través de dos tendencias propagandísticas, que se pueden ver como las dos caras de una misma moneda. La primera se caracterizó por los mensajes de consuelo y aliento ante los desastres, que incluyó ingresos sin precedentes de los contratiempos a los cuales se han enfrentado los mujahideen. El principal ejemplo de esta tendencia fue un ensayo de octubre, 2010 de la antigua figura de Al-Qaeda Abu Yahya Al-Libi, en la que este ofreció consuelo e inspiración a los combatientes consternados por la muerte y heridas de sus comandantes y compañeros y los motivó a seguir combatiendo. Cabe destacar que el ensayo, que analiza la muerte de los comandantes y combatientes jihadistas, fue escrito y publicado antes del asesinato de Osama bin Laden.

La segunda tendencia intentó representar a los mujahideen que viven la buena vida y presentan el Jihad no sólo como una cuestión de la lucha noble contra el enemigo, sino también como una cuestión de experiencias únicas, camaradería, e incluso ocio. Esta tendencia tomó la forma de videos propagandísticos, dirigidos tanto a elevar la moral entre los jihadistas y la búsqueda de nuevos reclutas.

El siguiente documento presentara varios ejemplos significativos de estas tendencias.


Portada del ensayo de Abu Yahya Al-Libi

Abu Yahya Al-Libi a los mujahideen: Estén tranquilos en saber que todo lo que acontece es por el bien de Alá

El 10 de marzo del 2011, la compañía de medios de comunicación de Al-Qaeda Al-Fajr publicó un ensayo del antiguo líder de Al-Qaeda Abu Yahyah Al-Libi titulado «Al-ribbiyyoun wa-Masirat al-nasr» («El Ejército [1] [del Profeta Mahoma] y el Camino Hacia la Victoria). En el ensayo, fechado 24 de octubre del 2010, Al-Libi alienta a los mujahideen tras el reciente asesinato de muchos de sus comandantes y camaradas, en un reconocimiento implícito a la cantidad de bajas que han sufrido recientemente.

Al-Libi subraya que el asesinato de los comandantes mujahideen y los desastres que han caído sobre ellos es parte de un conjunto de pruebas puestas por Alá para ellos y les insta a no ser flojos, débiles o sumisos, a pesar de la tristeza y la angustia que estos acontecimientos les han causado. También les insta a seguir el ejemplo de los Compañeros del Profeta, que no se desanimaron cuando el rumor de la muerte de Mahoma en la batalla llegó a sus oídos, sino que continuaron aferrándose a su camino luchando con gran tenacidad por el bien del Islam.

Al-Libi llama en los mujahideen «a superar todos los obstáculos y continuar con nuestra campaña del Jihad bendito, sin desfallecer» porque, dijo, «la caravana de los mártires continua, a pesar de los tormentos». Este sugiere que se consuelen con el hecho de que todo lo que les acontece es por la causa de Alá y en saber que sus enemigos, también, se ven acosados por las calamidades y tormentos. Este les pide que se ciñan los lomos y tomen la iniciativa de comportarse de tal manera como para asegurar la victoria – incluyendo el rechazo a someterse a sus enemigos, demostrando paciencia ante las dificultades que deben afrontar, reconociendo que las calamidades que les afligen se deben a sus pecados por lo que hay que arrepentirse sinceramente.

Lo siguiente son extractos del ensayo:

«No hay duda de que la situación y acontecimientos que afectan a los mujahideen deben ser examinados de cerca… para que podamos comprender plenamente todos los tantos acontecimientos imprevistos que en repetidas ocasiones [nos ha sobrevenido]. [Sólo] entonces seremos capaces de investigar sobre el remedio [apropiado] y entender lo que debemos hacer para superar todos los obstáculos y continuar en nuestra campaña bendita de Jihad sin desfallecer, sin vacilación, debilidad o negligencia…

«Nuestro objetivo es ser lo más firme posible en relación con las instrucciones y directrices del Corán, de manera que puedan servir como una lámpara a nuestros pies, en nuestro camino del [Jihad], que esperamos termine en el Paraíso, en el asiento de honor junto a Alá…

«Cuando se corrió el rumor entre el ejército de los musulmanes en la batalla de Uhud de que el Profeta [Mahoma] había sido asesinado, muchos de ellos se desconsolaron. Sus posturas hacia este importante tema fueron diversas. Algunos hicieron declaraciones impropias, porque su caída fue claramente no anticipada en vista de su gran fuerza… sobre todo porque esta calamidad se llevó a cabo después de la decisiva victoria de los musulmanes en la batalla de Badr… [Aquellos] cuya fe estuvo arraigada continuaron como de costumbre en aferrarse a la senda de la verdad en palabra y en hechos, ante la tormenta [provocada por] este rumor y fortaleciendo a aquellos que conmocionaron y se agitaron [por esto]…

«La respuesta a este rumor varió entre [tres grupos de personas]: los hipócritas y aquellos que esperaban el momento oportuno [para hacer el mal], los herejes y aquellos que dudaron de su fe y los hombres de firme e inquebrantable fe…

«Los escépticos y los herejes, dijeron: ‘Mahoma ha sido asesinado – [ahora] vuelvan a su religión anterior’. Aquellos que se encontraban entre los Compañeros del Profeta dijeron: ‘Combatan en el nombre de aquel por el que Mahoma, su profeta, combatió… hasta que Alá nos de la victoria o nos unamos a él [es decir, Mahoma, en la muerte’]. Y los demás dijeron: ‘Si Mahoma fue asesinado, entonces este ha completado [la misión] – por lo tanto, luchen por su religión’…

«Basados en estas declaraciones, me gustaría discutir estos versos y conectar su contenido a nuestra situación actual:

«a. En el pasado, siempre ha habido muchos casos en que los líderes, comandantes, lo mejor de los estudiosos de la religión, hombres honestos y otros han sido asesinados en el Jihad y se espera que esto [continúe]. Esto en sí mismo no es una indicación de que [los mujahideen] se están desviando del camino de la justicia… Tal como dice [el Corán]: ‘Y a cuántos ha combatido un profeta, con quienes hubo grandes bandas de hombres piadosos, para que no se volvieran débiles de corazón a causa de lo que les sucedió en el camino de Alá, ni se debilitaron, ni se humillaron y Alá ama a los que tienen paciencia… ‘[Corán 3:146] Es decir, no es algo único para un profeta que muera en una guerra específica. [Por el contrario], muchas veces un profeta ha sido asesinado, dentro o fuera de una batalla y con él muchos de sus seguidores – y el que quede de entre ellos no llorara o se debilitara, sino que continúa en el camino de sus hermanos…

«Daños físicos, pérdida de vidas, la pérdida de seres [queridos] y el devenir de la pena ni debilitan el corazón ni resuelven nada, [estos] no logran la derrota y no causan el abandono del Jihad… La caravana del Jihad continúa, a pesar del sufrimiento… La Batalla de Hamra Al-Assad [en el 625], en el que el Profeta [Mahoma] ordenó a sus compañeros emprender el Jihad a pesar de sus heridas y estos obedecieron, es considerado el ápice de la fuerza de voluntad y tenacidad… El que haya probado el trago amargo de la derrota, de los dolores de las lesiones causadas por los golpes, disparos, las punzadas de las espadas, el que ha sido totalmente absorbido por el dolor de perder a seres [queridos], rápidamente se recompuso, sintió un poco de alegría por haber evitado la muerte y habiendo alcanzado la seguridad – y luego fue llamado una vez más a la guerra santa, antes de que sus heridas se hubiesen coagulado y dejaran de sangrar y [antes] de que sus fuerzas hubiesen regresado, pero a pesar de todo esto, este se levantó y respondió a la llamada de su fuerza de voluntad… Así es como aquellos que siguen [los pasos] de los mujahideen deben hacer frente a sus calamidades y ante Alá…

«b. Los muchos muertos y heridos en la Jihad – tanto entre los comandantes y [bases] de mujahideen – es una calamidad, pero, al mismo tiempo, es una prueba que Alá dispone a sus siervos fieles, los mujahideen… No todos son asesinados o heridos, pero ya que todos son un solo cuerpo, la muerte de uno de ellos causa dolor y tristeza entre los otros… Esto es un signo de la fortaleza de su cohesión y cooperación…

«El asesinato de los comandantes y soldados entre los mujahideen disminuye necesariamente su número y vacía muchos de los frentes del Jihad [de los mujahideen]… Causa angustia y perplejidad a [los mujahideen], requiriendo el que tengan paciencia. Esto es lo que prueba la esencia interna de las personas… y expone la fuerza de los fieles que confían en Alá y creen totalmente en lo que están haciendo, ya que estas dificultades en realidad fortalecen su fe… Alá convierte [estos asesinatos] en una especie de prueba por medio del cual los pacientes, firmes y fieles mujahideen son revelados…

«[Por lo tanto,] todos aquellos a los que Alá ha permitido seguir el camino del Jihad deben prepararse mentalmente para [ver] muchos muertos entre los mejores [de los mujahideen] y por la escasez de dinero y equipo… Este no debe pensar que el convoy del Jihad siempre viaja junto al camino de la facilidad, seguridad, victorias consecutivas y situaciones cómodas y luego se ve dirigido por el primer obstáculo que este encuentra – [como parte de] la prueba a que se someterá – y dude de Alá…que provocara su muerte…

«Estas calamidades que acontecen a los mujahideen… exteriormente parecen humillantes y debilitadas… pero la gente de fe firme… no se rinde a estas y no les permite tomar el control de ellos y de sus almas, o causen fracaso, debilidad o capitulación ante sus enemigos, sino más bien los repelen con la fuerza de su fe…

«Alá señaló tres cosas oprobiosas por lo que los partidarios [del Jihad] son alabados si tienen éxito en distanciarlas de sí mismos: la flacidez, la debilidad y la capitulación. Lo que refuerza el corazón y las distancias de flacidez y capitulación ante el enemigo son: las plegarias de los mujahideen a Alá para que los refuerce…, la firmeza en la batalla sin huir [de esta ]…; siguiendo el ejemplo de los predecesores que han [demostrado] resolución, coraje y paciencia…, la comodidad del alma en el hecho de que los dolores también le ocurren a los infieles, al igual como lo hacen con los mujahideen… y que, en el Islam, no es de caballeros o noble el ser más débil [que los infieles]…; la fe [de la recompensa] será igual a la de [uno] que sufre y se angustia… [y] protegerse a toda costa contra la transgresión de los mandamientos de Alá…

«Si los mujahideen se ocupan por si mismos en prepararse para el Jihad… Alá les [garantizara] la paz entre ellos, unirán sus filas y fortalecerán su fuerza. [Pero] si se ocupan de las infraestructuras de las carreteras y las disputas del mercado y pierden el tiempo con reuniones sobre palabras vacías – desacuerdos, hostilidad, la polaridad se extenderá entre ellos y sus enemigos rápidamente tomaran la delantera…

«c. Los partidarios [del Jihad] que se distancian de la flacidez, la debilidad y la capitulación de sí mismos también son dignos de alabanza ante su paciencia a las dificultades que sus enemigos infligen sobre ellos, Alá demostrará su amor por ellos por esta paciencia… ¿Lo qué ayuda a los mujahideen a demostrar paciencia es la certeza de que todas [las calamidades] que les ocurren son por el bien de Alá…

«d. Debemos emular las características de los elegidos [es decir, los Compañeros del Profeta] y no culparnos a nosotros mismos cuando experimentamos calamidades… [Debemos] arrepentirnos totalmente… y ser fuertes y pacientes ante nuestros enemigos y humildes y mansos ante Alá… [Debemos] admitir nuestra impotencia y reconocer nuestros pecados… Una de las maneras de alcanzar fuerza y rechazar la humillación y la debilidad es dejar de pecar…

«Aparte de alistar [sus] fuerzas, preparándonos para encontrarnos con el enemigo y [esperando] pacientemente por la guerra contra este, los mujahideen deben pedir el perdón de Alá y la absolución y regresar a Él y [deben] buscar las faltas por si mismos por cada [calamidad] que sufren… Deben examinarse con mayor rigor de lo que examinan a sus compañeros… Uno debe arrepentirse de sus pecados y pedir el perdón de Alá en todo momento: antes, durante y después de la guerra…

«e. Los [Compañeros del Profeta] no le pidieron a Alá que les ayude a ser más fuertes y poder derrotar a los infieles hasta que pidieron Su perdón por sus pecados… Estos prepararon con anticipación [esta demanda] con una admisión de [sus] pecados y el arrepentimiento de estos, con el conocimiento de que [sus pecados] fueron la causa de las calamidades que les sucedió… No pidieron por una vida de riquezas y facilidad, ni siquiera por retribución y recompensa, no en este mundo o el siguiente… Por el contrario, [le pidieron a Alá] que les perdone sus pecados y les ayude a ser más fuertes y derrotar a los infieles – y le pidieron la victoria, no para ellos, sino para derrotar a la apostasía y castigar a los infieles…

«El fortalecimiento de los corazones y la fuerza está en las manos de Alá y la victoria sólo puede alcanzarse si Él lo desea. [Por lo tanto], los mujahideen [deberían] referirse a [los Compañeros del Profeta] como ejemplares, a fin de merecer los grandes resultados que estos merecieron, en este mundo y el que está por venir.

Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:
http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/5416.htm

* D. Hazan y R. Green son compañeros de investigación en MEMRI.


[1] El término original Al-Ribbiyyoun aparece sólo una vez en el Corán (3:146) y ha sido interpretado de muchas maneras, incluyendo «masas de gente», «seguidores» y «estudiosos religiosos». Al-Libi utiliza el término para referirse tanto a los Compañeros del Profeta Mahoma y a los mujahideen y sus partidarios.