El referéndum del líder kurdo iraquí Masoud Barzani el 25 de septiembre, 2017 sobre el tema de la independencia kurda desató una apasionante oposición en los países árabes, tal como fue expresado en declaraciones por los líderes y también de muchos artículos en la prensa árabe. El principal argumento planteado fue que los kurdos son como una herramienta utilizada por Israel, que trabaja para dividir a Irak y luego, al resto de los países árabes. Como prueba de esto, citaron las buenas relaciones de los kurdos con Israel y el hecho de que Israel es el único país que los apoya.
Junto a esta oposición, la prensa árabe también publicó algunos artículos defendiendo el derecho de los kurdos a la independencia y criticando a quienes se oponían a ello. Estos artículos rechazaron las teorías de conspiración, es decir, de que Israel respaldaba el referéndum, con el objetivo de desmantelar un país árabe y señalaron que la negativa de los árabes en enfrentar sus propios problemas internos representaba más un peligro que el propio Israel. También dijeron que quienes se oponen al referéndum kurdo en nombre de la unidad árabe y el tema palestino han cometido otros errores a lo largo de los años, como también apoyar el nazismo y el comunismo. Esto, mientras ellos mismos no hacían nada por los palestinos, e incluso le causaban daño a los palestinos dentro de las fronteras de sus propios países.
Escritores árabes: no es Israel quien creó el problema kurdo, sino más bien los regímenes árabes que les negaron sus derechos
El periodista jordano Fahd Al-Khitan escribió en el diario Al-Ghad bajo el título «No es una Conspiración»: «La lógica árabe inmediatamente se ideó una conspiración sionista como una explicación por la insistencia de los kurdos de separarse de Irak y en celebrar un referéndum hace ya varias semanas. Pruebas de esta conspiración existen en abundancia, ya que Israel apoyó efectivamente la demanda kurda [de independencia] y ha estado cultivando lazos con ciertos elementos kurdos desde tiempos antiguos. Pero ¿puede la causa histórica de los kurdos, que existe desde antes de la creación de Israel, ser reducida a este hecho marginal?
«Israel se aprovecha de las crisis regionales para promover sus propios intereses, hasta ahí lo más seguro es que sea así y las fuerzas regionales árabes y [otras] hacen lo mismo. Podemos presentar muchos ejemplos de disputas fronterizas y conflictos políticos entre estados que han sido aprovechados por países árabes y extranjeros, [tales como los conflictos] entre Irán e Irak, entre Bahréin y Qatar, entre Egipto y Sudán y el conflicto del Sáhara entre Marruecos y Argelia. Todos estos son verdaderos problemas y la falta de voluntad de resolverlos le da a las fuerzas extranjeras una oportunidad de aprovecharse de estos para sus propios intereses.
«Israel no creó el problema kurdo. El problema de los kurdos en Irak, Siria, Turquía e Irán es un flagrante producto nacional de países y regímenes que le negaron los derechos nacionales legítimos al pueblo [kurdo]. Como cualquier nación oprimida y perseguida, los kurdos están tratando de obtener apoyo por su causa, independientemente de cualquier otra consideración. Si Israel ha logrado infiltrarse dentro de los rangos kurdos, esto no es más que una demostración de la incapacidad por parte de los árabes de abordar su causa legítima y prueba de la fragilidad en la seguridad nacional de los árabes, la cual es violada desde todas direcciones, por Israel y por otras fuerzas. Así que no culpen a los kurdos por todo.
«La percepción del problema kurdo implica una pequeña medida de nacionalismo radical, ya que existe una extraña insistencia en fusionar los diversos componentes [de nuestras sociedades] en una identidad exclusivamente árabe y en negar el derecho de los que no son árabes a expresar su nacionalidad e identidad cultural. Quien alce la cabeza y exija sus derechos es acusado [inmediatamente] de servir a Israel. ¿Está también Israel detrás del referéndum en Cataluña? Hace varios días, algunas regiones en Italia [de igual manera] anunciaron su deseo de celebrar un referéndum sobre el tema de secesión, [pero] no escuchamos a nadie en Italia acusar a Israel y al sionismo de estar detrás de esta acción. ¿Y qué me dicen de Gran Bretaña, cuyo pueblo votó por abandonar la Unión Europea? ¿Puede Israel, que fue creado gracias a una promesa británica [la Declaración Balfour], estar detrás de esto también? Si Israel realmente motiva a los kurdos y les presiona a conspirar contra la nación árabe, ¿por qué los Estados Unidos, el primer aliado de Israel en el mundo, se oponen a la voluntad e intereses de Israel y rechaza el referéndum?
«Utilizando esta deformada lógica nacional, evitamos lidiar con nuestros problemas en el mundo árabe. Nos hemos hecho el hábito de culpar a otros por nuestro fracaso, no solo en el problema kurdo, sino en todos los desafíos que enfrentamos, antes y después de la creación de Israel. Israel es sin duda el mayor enemigo de la nación, pero el enemigo interno es mucho más peligroso.
«En los países del este que colapsan, así como también en las antiguas democracias, surge un deseo de separación e independencia. Este es un gran desafío tanto para el razonamiento árabe como para el razonamiento occidental y el enfrentarlo requiere de un pensamiento creativo e innovador».[1]
Periodista libanés: ¿Por qué todos los que lucharon por el derecho de auto-determinación de los palestinos le niegan el mismo derecho a los kurdos?
El periodista y analista político libanés Hazem Saghiya escribió en su columna en el diario saudita en Londres Al-Hayat: «Al momento en que [el líder kurdo] Masoud Barzani anunció la decisión de celebrar un referéndum [sobre la independencia kurda], comenzaron a escucharse condenas del [amor de los kurdos] por Israel: ‘ustedes son aliados, socios e incluso agentes de Israel’. Algunos comenzaron a investigar la historia, o incluso inventarla, en un esfuerzo por demostrar que la situación de las dos partes [los israelíes y los kurdos] es idéntica… [El derecho de establecer] un estado palestino independiente es un derecho que nadie razonable impugna. Idealmente, cualquiera que [demande] sus propios derechos debe apoyar e identificarse con todas las causas justas en el mundo. [Pero] la realidad política no siempre [corresponde] a este ideal, ya que en nombre de los derechos nacionales, la independencia y hostilidad a la inmigración judía, la mayoría de los árabes mostraron solidaridad con Hitler y el nazismo y luego, en nombre de los mismos derechos, [también] mostraron solidaridad con el régimen soviético del Gulag… Estas son posturas que no respetan los derechos del pueblo e incluso los socavan. Además, al día de hoy, disculparse por estos no se ha vuelto parte prominente de la cultura o ideología árabe…
«Los iraquíes que ahora chillan por la amistad entre los kurdos e Israel no dudaron en tratar a los palestinos de la peor manera posible. Esto sucedió inmediatamente después de la guerra del 2003 [en Irak] y los iraquíes y los palestinos todavía lo recuerdan… Nosotros [también] sabemos que, en Siria y el Líbano, los llamados apasionados para avanzar en la causa palestina coinciden con el trato más despreciable hacia los palestinos. ¿Cómo fue que ayudó la guerra sobre los campos [de refugiados palestinos[2] durante la década de los 80 a los palestinos a liberar Palestina?!
«El propio comportamiento de los palestinos no siempre se ha caracterizado por la justicia en cuyo nombre hablan constantemente, ya que expresaron su simpatía por el ataque que realizó Saddam Hussein a Kuwait y luego por la supresión por parte de Assad a la mayoría siria que se sublevó en demanda de libertades. Estos participaron en las guerras civiles en Jordania y el Líbano y sus crímenes contra los derechos de los libaneses y jordanos son comparables a los crímenes de los libaneses y jordanos contra sus derechos… Entonces, ¿por qué solo los kurdos deben permanecer en el marco de una correspondencia perfecta entre política y justicia? ¿O tal vez lo que se le permite al amo no le está permitido a su esclavo?…
«En cuanto a los kurdos e Israel, el estado hebreo fue el único que le dio la bienvenida al referéndum kurdo. Probablemente lo acogió por razones menos nobles, teniendo que ver con sus propios intereses, pero lo hizo mientras que otros en toda la región se les veía [amenazadores] mostrándole los dientes a los kurdos. En esta situación, ¿puede esperarse que los kurdos quemen la bandera israelí? ¿Qué hemos hecho nosotros los árabes por los kurdos para esperar que estos odien a Israel con pasión?…
«Además, desde la era de Saddam Hussein, la causa palestina ha sido utilizada más que cualquier otra causa [como medio] para socavar el problema kurdo y el derecho de los kurdos [a la independencia], al igual que Bashar Al-Assad utilizo luego la causa palestina [para combatir] los [intentos] de los sirios de derrocar a su régimen. Obviamente, tal conducta deja efectos psicológicos y cicatrices en sus víctimas, especialmente cuando no se escuchan voces palestinas que condenen y se opongan rotundamente a este uso [de su causa].
«La conclusión obvia es que, en esta región, tenemos lo que puede describirse como un mecanismo de chantaje por medio de [acusaciones de colaboración con] Israel. Los cristianos libaneses saben mejor que nadie el cómo fueron objeto de tal chantaje durante los años de patrocinio sirio [sobre el Líbano], e incluso el propio liderazgo palestino no se salvó de [este chantaje] cuando intentó tomar sus propias decisiones nacionales, independientemente de la voluntad del régimen de Assad…»[3]
Columnista de Al-Hayat: Las quejas contra los kurdos han sido refutadas
Hazem Al-Amin, otro columnista libanés del diario saudita Al-Hayat, escribió cínicamente: «Las celebraciones kurdas del mes pasado [sobre los resultados del referéndum] incluyeron el ondear banderas israelíes, que los pan-arabistas vieron e hicieron parte de las aspiraciones kurdas de independencia. [Estos denominaron al estado kurdo] «un estado artificial análogo a Israel». Aquellos con sentimientos pan-árabes heridos han ido demasiado lejos, [argumentando que] el futuro [kurdo] no es solo un producto de Israel, sino que también es socio en la creación del EIIS en Tel Aviv y desea que los 200,000 kurdos judíos en Israel retornen a este. [Estos dicen] que el futuro estado [kurdo] es parte del plan sionista de desmantelar la región en pequeñas entidades basadas en etnias y sectas…
«Se puede decir mucho en contra del referéndum de independencia… pero también tuvo un lado positivo, ya que hizo que los árabes gastaran muchísima energía escribiendo tonterías, ya que no lo habían hecho en mucho tiempo. [Esto] reveló que el [partido] Ba’th, incluyendo a sus filiales en Irak y Siria, no es un fenómeno aleatorio y fugaz dentro del sentimiento pan-árabe, pero es fundamental, de que el EIIS es su primo y se amamantó de la misma leche y que la derrota árabe durante todo el conflicto con Israel es el resultado de ignorar la verdad. Cualquiera que diga que los kurdos quieren que 200,000 judíos kurdos regresen a Kurdistán desde Israel no se da cuenta de que ellos [los kurdos], por medio de su actividad que proviene de delirios, restaurarán de hecho la situación de lo que solía ser y servirá a Palestina corrigiendo el error del pan-arabismo de Rashid ‘Ali Al-Kilani[4] y sus correligionarios árabes nacionalistas,[5] lo que les motivó a atacar a los judíos en Bagdad y enviarlos a Israel con la ayuda de la Agencia Judía.
«Mientras el pan-arabismo es perdonado por haber abandonado Palestina, a los kurdos no se les perdona el haber ondeado la bandera israelí en un momento de intoxicación nacional… Después de todo, son kurdos y no tienen derecho a la ira o a errores, al igual que no se les permite soñar con un estado que les fue quitado hace más de un siglo. Si se equivocan, entonces [el secretario general del Hezbolá] el Señor [Hassan] Nasrallah saldrá a recordarles que se opondrá a cualquier plan de [cualquier] corriente religiosa que divida a la nación – cuando él propio [Nasrallah] aparentemente desea unir a [la nación] bajo la bandera del Mandato del Jurisprudente [del régimen iraní] que no tiene conexión con ninguna corriente religiosa [sunita]…
«El EIIS también, que según la descendencia [de Rashid ‘Ali Al-Kilani y Hajj Amin Al-Husseini] le vendió territorios iraquíes a Israel a través de intermediarios kurdos, encontró un lugar en la versión [de la realidad] de los opositores del estado kurdo. Según este último, el EIIS no es árabe y no pertenece al Ba’th, [sino que es] kurdo e israelí. Los descendientes de Rashid Al-Kilani tienen en su poder documentos que prueban esto, que enviaron al Sr. Nasrallah; este los revelará en su próximo discurso…
«Las fuerzas chiitas iraquíes, una vez aliados de los kurdos en Irak, en la era posterior a Saddam, se unieron en una alianza religiosa [con el régimen chiita de Irán] que no tiene lugar a las aspiraciones de los kurdos. Y estos le recuerdan a los kurdos del arabismo de Kirkuk [que en realidad es kurdo], mientras abandonan el arabismo de [los chiitas] de Al-Najaf y de Karbala y convierten [a los sunitas] de Mosul, tras su liberación del EIIS, en una metrópolis iraní. Todo esto no perjudica a los descendientes de Rashid ‘Ali Al-Kilani [es decir, los iraquíes], siempre que lo haga un tirano fuerte [como Saddam]. Pero los débiles, como los kurdos, no tienen ningún derecho de soñar con un estado».[6]
[1] Al-Ghad (Jordania), 22 de octubre, 2017.
[2] Esto se refiere a una campaña emprendida por la milicia de Amal contra los campos de refugiados palestinos en el Líbano durante la guerra civil entre los años 1985-1986. Miles de palestinos fueron asesinados en las batallas y los campamentos de refugiados de Sabra, Shatila y Burj Al-Barajna fueron destruidos casi en su totalidad, aunque Amal nunca logró tomar los campamentos.
[3] Al-Hayat (Londres), 3 de octubre, 2017.
[4] El político iraquí Rashid ‘Ali Al-Kilani (1892-1965), tres veces primer ministro iraquí, dirigió la rebelión de 1941 que llevó a los británicos a invadir Irak; en junio de ese año se llevó a cabo el Farhud, o pogromo, contra los judíos de Bagdad. Al-Kilani huyó a la Alemania nazi y fue conocido por sus conexiones con los nazis y al Muftí de Jerusalén Hajj Amin Al-Husseini.
[5] Una referencia al movimiento nacionalista árabe, fundado en Beirut en la década de los años 1920.
[6] Al-Hayat (Londres), 3 de octubre, 2017.