En un artículo en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat publicado dos días después de la cumbre de la Liga Árabe en Dhahran, Arabia Saudita, el escritor saudita Mash’al Al-Sudairi argumentó que estas conferencias son inútiles ya que a lo largo de los años no han producido casi nada. Si bien el tema palestino encabezó la agenda en todas ellas, dijo, «todas han concluido sin ningún resultado… [ya que] los árabes son incapaces de luchar e incapaces de hacer las paces». Este acusó a los líderes palestinos, en especial al anterior gran Muftí de Jerusalén Hajj Amin Al-Husseini y al fallecido líder de la OLP Yasser Arafat, de dañar y perjudicar la justa causa palestina, criticó las jactanciosas consignas anti-israelíes utilizadas por los árabes en estas cumbres y elogió dos iniciativas de paz sauditas: la del Príncipe Heredero a la Corona Fahd en 1981 y la del Rey Abdallah en el 2002, por romper el enfoque del «todo o nada».[1]

Al-Sudairi (Fuente: Al-marsd.com, 22 de abril, 2018)

Lo siguiente son extractos traducidos del artículo de Al-Sudairi:

«En adelanto a [toda] cumbre de la Liga Árabe, comienzo a sentir escozor por escribir sobre cualquier tema político, particularmente sobre el tema palestino, un tema extremadamente justo el cual es manejado de la peor manera posible. Hasta hoy, ha habido 41 [cumbres de la Liga Árabe], desde la Cumbre Inshas de 1946 en Egipto hasta la más reciente Cumbre Al-Quds [en abril, 2018, en Arabia Saudita].[2] Encabezando la lista [de temas] en [todas] estas cumbres ha sido por supuesto el tema palestino: todas estas han concluido en nada. Desafortunadamente, los árabes son incapaces de luchar e incapaces de hacer las paces y esta es su compleja tragedia.

«Debemos admitir con franqueza de que quienes más dañaron y perjudicaron la causa [palestina] fueron algunos líderes palestinos y algunos líderes árabes. Enumerándolos uno a uno, [el entonces gran muftí de Jerusalén] Amin Al-Husseini, durante la Segunda Guerra Mundial, ingenuamente puso sus esperanzas en Hitler con todo el peso sobre el tema palestino. Dijo en un discurso: ‘Los árabes son los amigos naturales de Alemania porque tienen enemigos comunes: los británicos, los judíos y los comunistas y ellos [los árabes] están dispuestos a participar en la guerra’. Pero Hitler no tuvo postura alguna en estas declaraciones. Al-Husseini permaneció en Alemania, recibiendo un salario mensual de 150.000 marcos, pero al momento en que la derrota de Alemania se vio clara, huyó a El Cairo, fue él quien intentó combinar la ideología de la Hermandad Musulmana y la ideología nazi. Esta postura de Al-Husseini provocó la ira de Gran Bretaña, Rusia y de los Estados Unidos sobre él y agregó mucha leña al fuego al oponerse a la resolución de partición [de 1947] que daba a los palestinos el 49% del territorio, tanto que al momento de declarar el Estado de Israel, Rusia y los Estados Unidos fueron los primeros en reconocerlo.

«Lo mismo puede decirse de Yasser Arafat, quien se negó a participar en la conferencia de Mena House en El Cairo,[3] que posiblemente pudo haber recuperado Cisjordania, incluso antes de que se hubiese construido un solo asentamiento [israelí]. Varios años después y luego que Cisjordania se llenara de colonos, nuestro hermano [Arafat] nos habló de la solución distorsionada llamada los ‘Acuerdos de Oslo’.

«No hubo ninguna solución práctica o racional en todas esta serie de conferencias [cumbre de la Liga Árabe] [a lo largo de los años] a excepción de dos: la conferencia de 1980 [1981] en la que se propuso el plan de paz del Rey [saudita] Fahd y la conferencia del 2002 [en la que se propuso la iniciativa de paz del Medio Oriente][4] por el Rey saudita Abdulá…

«Según el dicho popular, ‘el que lo quiere todo pierde todo’. Al final, nada fue provechoso de las jactanciosas consignas … al igual que la conferencia de Jartum en [1967], una montaña que dio a luz a un ratón, nos alegró con su resolución de ‘no a la paz [con Israel], no a las negociaciones [con Israel] y no al reconocimiento [de Israel]’… [y finalmente] esta decisión no puso fin a Israel y no lo afectó en lo más mínimo y sirvió solo para aumentar la parálisis y drogar más las mentes de los árabes».


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 17 de abril, 2018.

[2] En la sesión de apertura de la 29ava cumbre de la Liga Árabe en Dhahran, Arabia Saudita, el Rey saudita Salman bin Abd Al-‘Aziz la apodó la «Cumbre Al-Quds [Jerusalén]».

[3] La conferencia de paz en el Hogar Mena en El Cairo, el 14 de diciembre, 1977 luego que el Presidente egipcio Anwar Sadat visitara Israel, incluyó a representantes de Israel, Egipto y de los Estados Unidos y a observadores de los Estados Unidos y de la ONU. Un representante de la OLP fue invitado pero se negó a venir.

[4] El plan de paz Fahd de ocho puntos fue propuesto en agosto, 1981 para la resolución del conflicto árabe-israelí, por el Príncipe Heredero a la Corona saudita Fahd, luego Rey Fahd.