El escritor marroquí Said Nachid le dijo al canal de televisión de los Emiratos Árabes Unidos Sky News Arabia que desde comienzos de la Primavera Árabe, ha notado una «desolación espiritual» y «enfermedad» que azota el mundo árabe y musulmán. Este realizo sus comentarios en una entrevista que fue transmitida el 24 de octubre, 2021. Nachid culpó de esto al islam político y al discurso religioso que, según dijo, hace que la gente se sienta fracasada, iracunda, sienta amargura, inferioridad, culpa, miedo y odio, en lugar de poseer paz mental y equilibrio espiritual. Nachid continuó diciendo que como resultado de dicho discurso religioso, que ve al mundo a través de una lente de guerra y de yihad, la gente no está preparada para lidiar adecuadamente con su naturaleza humana y las emociones negativas que sienten puede que «estallen» en cualquier momento. Cuando se le preguntó cuáles son las diferencias entre los musulmanes e islamistas, Nachid dijo que mientras los musulmanes piensan en el paraíso, el ser supremo, la salvación y el auto-análisis, los islamistas piensan en la conquista política del islam, en sus partidos políticos, en los castigos que Alá impone y en culpar a otros por sus fracasos.

Para ver el video del escritor marroquí Said Nachid en el portal MEMRI TV, pulse aquí o debajo.

Nuestra civilización está plagada de «enfermedades que son internas y que luego explotan en la forma de ira, amargura… odio… y a través de maldiciones que escuchamos casi a diario en nuestras mezquitas»

Said Nachid: «Cuando observé la trayectoria del terremoto que solía llamarse ‘La Primavera Árabe’, vi que muchos países árabes estaban plagados de querellas civiles, vi que estaban siendo infiltrados por el islam político y vi el estado de desolación espiritual que comenzó a atormentarnos y llegué a la conclusión de que nuestra civilización sufre de una especie de enfermedad – una enfermedad que debe ser tratada.

«No es suficiente que nuestra civilización esté derrotada y que sea todo un fracaso – debido a los sentimientos de fracaso, esta se ha infectado con diversas enfermedades, padecimientos que son internos y luego estallan en forma de ira, amargura y odio y en la manera de maldiciones que escuchamos casi todos los días en nuestras mezquitas, me refiero a las maldiciones, el principio islámico de lealtad y de repudio y la extensión de la cultura del odio y de la repugnancia.

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«En lugar de ayudar a la gente a lograr paz mental, tranquilidad y el equilibrio emocional y espiritual, el discurso islamista le inculca en los ciudadanos un conjunto de conceptos que constituyen una bomba de tiempo»

«El problema radica en el discurso religioso, que no cumple con los objetivos de la religión.

«¿Por qué? Porque en lugar de ayudar a la gente a alcanzar paz mental, tranquilidad y el equilibrio emocional y espiritual, el discurso religioso fomenta sentimientos de inferioridad, emociones negativas, miedo, ira, odio, complejo de culpa, envidia y venganza.

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«Antes de que estalle la contienda en la sociedad, esta crece dentro del individuo. Cuando uno lucha consigo mismo, con su naturaleza humana, cuando uno lucha con sus propios ojos pensando que cometen adulterio, cuando uno lucha consigo mismo y piensa que es un diablo susurrándose a sí mismo cosas malvadas, cuando uno lucha contra la mujer, pensando que son tentaciones de Satanás y demás, cuando uno lucha con todo y escucha estas voces internas toda su vida – es entonces cuando la lucha interior precede a su estallido en la sociedad. Tenemos ciudadanos que no pueden controlarse a sí mismos, no controlan sus emociones ni sus deseos. Esta ira puede estallar en cualquier momento y destruirlo todo.

«Luego está el aspecto conceptual. El discurso religioso – y no la religión en sí misma – les inculca a los ciudadanos un conjunto de conceptos que constituye una bomba de tiempo que eventualmente pudiera estallar. Dividen el mundo en una morada de guerra y una morada del islam y lealtad y de desaprobación, yihad, botín de guerra, etc.

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«El problema es que nuestro discurso religioso le ordena a la gente a que haga lo que estos no pueden hacer. Les ordena que vivan en contradicción con su naturaleza humana y cuando la gente lucha contra su propia naturaleza humana, su naturaleza indudablemente se vengará. Así que podemos ver que la gente que dice ser piadosa se vuelve peor que los demonios en un solo instante».

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«Un musulmán sueña con el paraíso, mientras que un islamista sueña con el gobierno político»

Entrevistador: «¿Cuál es la diferencia entre musulmanes e islamistas?

Nachid: «Un musulmán sueña con el paraíso, mientras que un islamista sueña con el gobierno político. Un musulmán cree que el islam cancela lo que existía antes del islam, mientras que un islamista cree que el islam político cancela lo que existía antes de ello. Un musulmán se aboca a su Señor, mientras que un islamista se aboca hacia su partido político. Un musulmán escudriña su propia fe, mientras que un islamista escudriña la fe de su vecino. Cuando un musulmán no es exitoso, reconsidera sus pasos y su conducta, pero cuando un islamista no tiene éxito, culpa a otros por su fracaso. Un musulmán predica a la gente sobre la salvación venidera, mientras que un islamista le predica a la gente sobre el castigo de Alá».