En un artículo publicado en el diario de Londres Al-Arab, el escritor marroquí Sa’id Nasheed denunció la política del régimen árabe hacia el terrorismo y el extremismo. Este escribió que, durante años, estos regímenes han adoptado una política apaciguadora y conciliadora hacia los terroristas y los radicales, en un intento por evitar luchas internas en sus países, provocando así que el mundo árabe pierda la guerra en contra del terrorismo. Este agregó que estas acciones no son sólo un fracaso militar o político de los regímenes, sino el fracaso de toda una cultura.
Lo siguiente son extractos de su artículo:[1]
Sa’id Nasheed (Imagen: Al-Arab, 27 de diciembre, 2017)
«No hay duda de que estamos a punto de perder la guerra contra el terrorismo. Estamos a punto de perderla incluso antes de comenzar. Claramente no hemos comenzado aun, al menos no con el grado mínimo de determinación requerido. No hay nada que sugiera que estamos dispuestos a unirnos a esta guerra en un futuro inmediato o intermedio. Peor aún, cuando nos levantamos para actuar, hacemos lo contrario [de lo requerido]… Cada vez que quisimos modificar los planes de estudios, especialmente los religiosos, los extremistas entre nosotros levantaban sus voces e incitaban [contra ello]. ¿Y qué hicimos?, temblamos de miedo y formulamos planes de estudio aún peores que los antiguos, en un intento por evitar conflictos internos y mantenerlos inactivos escondiéndolos bajo la superficie hasta que surja la siguiente crisis. Hacemos todo lo contrario [de lo que se requiere].
«En la guerra emprendida contra nosotros por las organizaciones terroristas mundiales takfiri, los regímenes locales insisten en mantener la misma política: una que ahoga [toda] cultura, pensamiento, conocimiento, creatividad y debate público y deja a los intelectuales solos luchando contra la «santa ignorancia» sin apoyo… A veces a los regímenes ni siquiera les importa traicionar a los intelectuales iluminados apuñalándolos por la espalda, usándolos como chivos expiatorios a fin de apaciguar a los custodios de las casas de culto, cuyo apetito es insaciable…
«Nuestra disposición [para combatir el terrorismo] disminuye constantemente. Cada año que pasa se duplica el número de predicadores y el número de intelectuales, artistas y poetas disminuye, el número de organizaciones dedicadas a la prédica [religiosa] aumenta, mientras que el número de asociaciones dedicadas al desarrollo y la cultura disminuye, Cada día se construye una nueva casa de culto, a veces incluso sin necesidad, mientras se cierran teatros, cines y centros culturales. Luego de cada presunta reforma hay más currículos religiosos que rechazan la racionalidad y a veces las leyes [ostensiblemente] legisladas para combatir el terrorismo están [en realidad] destinadas a aplastar a los liberales. [Entonces] ¿Cómo quieren decir ganarle la guerra al terrorismo?
«Casi que hemos perdido la batalla porque no entendemos su naturaleza, o, para ser más exactos, porque negamos su verdadera naturaleza». Contrariamente a lo que algunos piensan, por ejemplo la administración Obama, esto no es una guerra contra ciertos Líderes carismáticos que puede ser ganada eliminando a estos líderes a través de medidas militares o de seguridad… Más bien, esta es una guerra contra una percepción muy peligrosa que tiene diversas manifestaciones… Este no es un enemigo externo que puede ser derrotado restaurando nuestra unidad interna, sino más bien un enemigo que viene de adentro, de entre nosotros. Esta es una guerra de ideas más que una campaña militar…
«Hoy debemos reconocer que hemos perdido la guerra contra el terrorismo, la perdimos cuando se la dejamos a las fuerzas externas esperanzados en su fracaso para poder luego culparlos [por ello]. Nos bastó exonerar a [los culpables] negando [su culpabilidad] e incluso hicimos tratos con los terroristas para posponer el tener que anunciar nuestra derrota… Esto no es sólo una derrota militar o política por parte de los regímenes, sino una derrota de toda la parte que representa a una cultura».
[1] Al-Arab (Londres), 27 de diciembre, 2016.