Al escribir en el diario libanés Al-Liwa bajo el titular «Embajador de Francia en Beirut – El diplomático que comercializa la hegemonía de Irán sobre la del Líbano», el analista político Ahmad Fahed Al-Ayoubi atacó al embajador francés saliente en el Líbano Bruno Foucher y lo acusó de ser servidor de Irán y Hezbolá. Al-Ayoubi escribió que el cargo diplomático anterior de Foucher, como asesor en la embajada de Francia en Irán (2011-2016), aparentemente coloreaba su percepción de Hezbolá: mientras que la mayoría de los países del mundo definen a Hezbolá como una organización terrorista, Foucher se comporta como si estuviese «a cargo de comercializar el gobierno de Hezbolá» y «no pierde ninguna oportunidad de limpiar el nombre» de esta organización, que busca convertir al Líbano en una réplica más pequeña de Irán.
Al-Ayoubi también advirtió que Foucher pertenece a los círculos de la élite francesa que abogan por una postura pro-Irán y que busca aislar al Líbano del mundo árabe y Occidente y empujarlo en dirección al eje iraní. Al enfatizar que los movimientos de Foucher contravienen la política exterior de Francia, Al-Ayoubi instó a Francia y a su cancillería a poner fin a sus actividades «problemáticas» y a retirarlo de Beirut.
Ahmad Al-Ayoubi (Fuente: Twitter.com/TDZHqlw4uQs3EBb/photo)
Lo siguiente son extractos traducidos de su artículo:[1]
«Parece ser que los cuatro años que Bruno Foucher pasó como segundo asesor en la Embajada de Francia en Teherán continúan influyendo en sus actividades diplomáticas hasta el día de hoy, cuando está a punto de completar su turno de servicio como embajador francés en el Líbano. Este ha desarrollado su enfoque ‘cooperativo’ muy singular respecto a Irán, de modo que ahora este le ‘sirve’ a la comercialización del gobierno de Hezbolá encabezado por Hassan Diab.
«De acuerdo a la tradición diplomática francesa, dos asesores, el primero y el segundo, en cada embajada pertenecen a la seguridad externa francesa, siendo este el área en el que los iraníes se destacan al colocar trampas para reclutar a aquellos que muestran signos de parcialidad para unirse al conjunto de intereses iraníes. Foucher absorbió las ideas de proteger el plan iraní en la región y durante su servicio en Teherán actuó para convertirse en una de las élites francesas que defiende una postura pro-Irán. Tal como es bien sabido, existe en el escalafón de toma de decisiones francés, especialmente en la cancillería francesa, una lucha por el enfoque de la relación Francia-Irán. Hay quienes desean profundizar [esta relación] para obtener privilegios del régimen de los ayatolás [en Irán], mientras que otro grupo quiere que «París tome su lugar junto a las capitales del mundo libre para luchar contra la destrucción iraní y el terrorismo en la región». Este [último] grupo comprende en su totalidad la capacidad de Irán para manipular hechos y jugar las cartas de las organizaciones extremistas tales como Al-Qaeda y el EIIS que conmocionaron a París con sus ataques terroristas.
«Hasta el día de hoy, esta lucha continúa con toda su fuerza, entre el grupo que pide a Francia que se una a Alemania y designe a la organización Hezbolá de organización terrorista y [el grupo de] otros diplomáticos con conexiones a las compañías francesas de petróleo y gas natural que propone mantener relaciones con Irán para asegurarse grandes acuerdos financieros…
«El embajador, uno de los líderes del ‘grupo iraní’ en la administración francesa, no pierde la oportunidad de limpiar el nombre de Hezbolá. Fue él quien dijo, en una conferencia hace un año en la Universidad de Saint Joseph [en el Líbano], que ‘El presidente estadounidense Donald Trump, le teme a Irán «y enfatizó que Francia continúa hablando con los iraníes. Ahora con respecto a Hezbolá, este dijo que cree que» cualquiera que se oponga a las conversaciones con esta organización está equivocado, ya que [al hacerlo] se niegan a hablar con el 30% de los representantes parlamentarios del pueblo libanés». Otra postura expresada por él, después de las elecciones parlamentarias [libanesas], fue que «las elecciones han dado lugar a una nueva mayoría y el gobierno debería reunirse sobre esta base». En respuesta a la pregunta de si la naturaleza de la mayoría establecida y su alianza con Irán retrasarían la asamblea [del gobierno], Foucher dijo: «Una mayoría es una mayoría».
«Fuentes familiarizadas con la atmósfera diplomática que prevalece actualmente en París dicen que los funcionarios de la capital francesa han expresado su indignación ante la total solidaridad con Hezbolá mostrada por su embajador en Beirut Bruno Foucher – como si este fuese empleado por los iraníes y no por el cuerpo [diplomático] francés. Esto toma en cuenta los antecedentes de su servicio en la capital iraní y las relaciones que desarrolló con los distintos niveles de seguridad y con aquellos responsables políticos en Teherán, que excedieron los límites de lo habitual. Estas fuentes también dijeron que el camino tomado por el Embajador Foucher y sus partidarios en la cancillería durante sus años en el Líbano ha desviado el proceso en política exterior a rincones oscuros y presiona al Líbano para que se una al eje iraní y lo desconecte de sus entornos árabes y sus relaciones internacionales…
«Hezbolá desea convertir al Líbano en una réplica más pequeña de Irán. En lugar de una economía libre, desea una ‘economía de resistencia’[2], tal como lo declaró el Presidente [libanés] Michel Aoun. Tenemos informes de Irán sobre ello. Todo esto significa, simplemente, que el Líbano cortara relaciones con el mundo árabe, particularmente con los países del Golfo y con los Estados Unidos además de los estados miembros de la Unión Europea y que este sería empujado hacia el eje iraní [que está bajo] sanciones y un cerco [y] que este se cimienta en los delirios de alianza con Rusia y China.
«El embajador Foucher de hecho está alentando una guerra política y cultural total contra la historia, la identidad y la estabilidad del Líbano. Esto perjudica los intereses libaneses y franceses, ya que va en contra de las tendencias del Presidente francés Emmanuel Macron y de la cancillería francesa que tradicionalmente actuó por la estabilidad política y la seguridad económica del Líbano, lo que suscita muchas dudas respecto al interés del embajador Foucher en comercializar el plan de Hezbolá, mientras que la mayoría de los países del mundo lo definen como una organización terrorista.
«[Aquí le tenemos algunas] preguntas para el embajador saliente:
«El embajador Foucher ha hablado del gobierno de la mayoría, pero ignora el cómo se llegó a esta mayoría y cómo utilizo las armas, organizó un golpe de estado, paralizó las instituciones constitucionales e impuso por la fuerza una ley electoral – después de evitar el mandato de la mayoría del [bando] 14 de marzo a pesar de su victoria en varias áreas. ¿Cómo es que el embajador francés no ha notado que parte de esta «mayoría», que fue asistida por las armas, está acusado de asesinar al [ex] primer ministro Rafiq Al-Hariri, un gran amigo de Francia y de asesinar a muchos políticos y miembros de los medios libaneses? ¿Cómo [puede] aplaudir el embajador Foucher el plan financiero del gobierno de Hassan Diab… que no incluye ninguna de las reformas establecidas como condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional…?
«La historia de la ‘madre misericordiosa’ [es decir, la relación de Francia con] Líbano es de Charles de Gaulle y Francois Mitterrand y Jacques Chirac. ¿Es aceptable que un embajador juegue con la reputación y el destino de esta relación que no termina con el Líbano pero se extiende por todo el mundo árabe…?
«En resumen, un ‘Líbano iraní’ nunca obtendrá el apoyo de Occidente y de los árabes. Es [un tipo diferente de] Líbano – [el país que es] un símbolo de coexistencia, diversidad y arabismo – que la comunidad árabe e internacional hará esfuerzos para salvar y ayudar. ¿Desea Francia ser parte de este eje, o parte del eje del aislamiento, acoso y terrorismo? Esta pregunta es dirigida al Presidente francés y a la cancillería, mientras el Embajador Foucher intenta involucrar a su país en las complicaciones y crímenes de la política iraní en el Líbano… Servirá él [su mandato] en esta importante ‘posición’, o Francia lo llamará de vuelta [a Beirut] y pondrá fin a la inquietante actividad entre el Dahiya [la fortaleza de Hezbolá en Beirut] y la Residencia Pine [la residencia del embajador francés en Beirut]?
[1] Al-Liwa (Líbano), 15 de mayo, 2020.
[2] Es una frase utilizada por el Líder Supremo iraní Ali Jamenei para describir una economía iraní basada en la autosuficiencia y el rechazo a la cooperación económica con Occidente, incluyendo la inversión extranjera en Irán. Para entender la explicación dada por Jamenei al tema de la «economía de resistencia», véase la serie de MEMRI Despacho Especial No. 6088 – Discurso de Jamenei ‘Líneas Rojas’, 29 de junio, 2015.