En un artículo en el portal liberal saudita Elaph, Kifah Mahmoud Karim, autor y analista político kurdo iraquí, quien fue asesor del ex-presidente de Kurdistán Mas’oud Barzani, elogió a las fuerzas kurdas que recientemente lograron capturar el último bastión del EIIS en Siria con la ayuda de la coalición liderada por los Estados Unidos. Sin embargo, este agregó que derrotar al EIIS en el terreno no es suficiente, porque el mito del EIIS «continúa viviendo en las mentes de cientos de miles de mujeres, chicos y estudiantes» en el mundo árabe y musulmán, quienes fueron y siguen siendo inculcados con ideologías extremistas que acusan a otros de herejía y permiten su asesinato en nombre de la religión. Para erradicar totalmente al EIIS dijo, es necesario «purgar las mentes de los gérmenes que permiten desarrollar estas ideas antes de que crezcan y se difundan», examinando los planes de estudio en todas las instituciones educativas y separando la religión de lo que es política.

Kifah Mahmoud Karim (imagen: Kurdportal.net)

Lo siguiente son extractos de su artículo:[1]

«Los combatientes kurdos y otros que se unieron a las Fuerzas Democráticas Sirias dominadas por los kurdos, lograron finalmente aplastar al EIIS y su falso califato, cuyo establecimiento fue anunciado en el 2014 por un imprudente ideólogo y obsesivo defensor de masacres decretadas por el sharia llamado Abu Bakr Al-Bagdadí. Tras [sus] hombres intentar retroceder el tiempo, mientras inventaban una entidad monstruosa que se alimentaba de sangre y de ingresos prohibidos e inspiraba violaciones, robos y saqueos para mantener su oscuro y opresivo estado: estos son [ahora] condenados a la degradación y a la vergüenza eterna. Los recios combatientes de Kurdistán y sus valientes fuerzas Peshmerga lo hicieron de nuevo cuando destruyeron el mito de Hulagu[2] que el EIIS cultivo arrasando ciudades y pueblos de forma salvaje y brutal [mientras perfeccionaba su] arte de asesinato y mutilación de cuerpos…

«La condición por la interpretación desviada [del Islam] ha colapsado, pero su mito continúa viviendo en las mentes de cientos de miles de mujeres, chicos y estudiantes. Estas [mujeres, chicos y estudiantes] han sido inculcados con ideologías podridas y con una comprensión de [su] religión o escuela religiosa que es extremista al punto de permitir asesinar a otros y perfeccionar la capacidad de aniquilarlos y tomar control de sus propiedades y de sus hijos e hijas – [y todo esto] basado en uno de los justificativos ideológicos más despreciables para el crimen, [es decir] en la forma de religión.

«La mayor preocupación es que muchos que se parecen al EIIS en su conducta, e incluso a algunas de sus víctimas, responderán [a su derrota] de manera aún más criminal. Todos hemos sido testigos de la venganza contra los miembros del EIIS que fueron capturados por ciertas facciones en Irak y Siria. Por lo tanto, nos enfrentamos a un círculo vicioso, o ciclos de acción y reacción en diversas sociedades y entornos que están siendo dominados por una mentalidad tribal beduina mezclada con las creencias primitivas de personas semi-alfabetizadas que se han nombrado a sí mismos agentes de Alá o de los profetas…

«El desafío más importante que enfrentan los gobiernos de los países árabes y musulmanes es encontrar una manera de purgar las mentes [de aquellos] de los gérmenes que están muy grabados dentro de estas ideas y eliminarlas antes de que crezcan y se difundan, especialmente donde la mayoría de los currículos religiosos se enseñan en sus [instituciones educativas], desde escuelas primarias hasta seminarios religiosos, todavía inculcan ideas estrictas y extremistas que dirigen acusaciones de herejía a cualquiera que sea diferente y le permiten su asesinato a menos que se una a [los verdaderos creyentes], o que le consideren como individuo subhumano o como ciudadano de segunda categoría…

«Nunca llegaremos a eliminar el mito [del EIIS] hasta que separemos religión de política y [la mentalidad de] tribus y las costumbres y líderes tribales del estado, la nación y de la ley».


[1] Elaph.com, 23 de marzo, 2019.

[2] Una referencia al gobernante mongol Hukagu ​​Khan (1218-1265), quien conquistó Bagdad y la destruyó en 1258 mientras masacraba a cientos de miles de musulmanes, incluyendo al Califa, Al-Musta’sim y por ende puso fin al ‘Califato Abbasí.