En un artículo titulado «La Inquisición o el Holocausto», el periodista jordano Tahsin Al-Tal, quien escribe para el portal de noticias de la ciudad de Jerash, comparó la tortura de los musulmanes a manos de la Inquisición española del siglo 15 al Holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial. Este escribió que no existen evidencias tangibles de que el Holocausto judío haya ocurrido realmente, a excepción de algunas fotos circuladas por los propios judíos y que, incluso si es que sucedió, el número de víctimas judías probablemente no excedió varios miles. Los judíos, agregó Al-Tal, aprovechan el Holocausto por el bien de su patria y utilizan el fenómeno del antisemitismo para justificar su crueldad contra los palestinos y contra los musulmanes y los cristianos en general. También afirmó que los judíos perpetraron atrocidades en los países donde vivieron: «asesinaron a niños y monjes y succionaron su sangre al igual que murciélagos».

Al-Tal luego se refirió al sufrimiento de los musulmanes durante la Inquisición española y dijo que esta asesinó a cientos de miles de ellos y describió algunos de los métodos de tortura que esta utilizó. Criticó a España por concederles la ciudadanía a los descendientes de los judíos españoles mientras les cerraba las puertas a los descendientes de los musulmanes que la habían edificado. También criticó a los jóvenes musulmanes que alientan a los equipos de fútbol españoles a pesar de los crímenes históricos de España en contra de los musulmanes.

Lo siguiente son extractos traducidos de su artículo. [1]

Tahsin Al-Tal (imagen: alqalahnews.net)

«Para quienes congenian con los españoles y son fanáticos de los clubes de fútbol de Barcelona y Real Madrid, aquí les doy algunos datos concretos sobre los españoles y lo que hicieron con los musulmanes hace 500 años. Esto fue durante el período conocido como la Inquisición. ¿Saben lo que fue la Inquisición española?

«Los judíos askenazíes afirman que Alemania y su líder [Adolf] Hitler perpetraron contra ellos el mayor crimen en la historia [humana] y que las fuerzas [de Hitler] les arrojaron productos químicos y gas incinerándolos en hornos hechos especialmente para ellos, asesinando a unos 6 millones de ellos durante la Segunda Guerra Mundial. [Pero] no existen evidencias del reclamo de los judíos, excepto algunas fotos publicadas en sus diarios, portales de noticias y canales de televisión de todo el mundo. No sabemos realmente si los cuerpos presentados como víctimas del Holocausto son en realidad los cuerpos de los judíos o los cuerpos de las víctimas asesinadas en las amargas batallas de la Segunda Guerra Mundial. ¿Quién puede decir que son realmente judíos? E [incluso] asumiendo que los cadáveres en las fotos son de judíos, cuántos [judíos] podían haber existido en ese momento? Hoy, en el tercer milenio, no existen más de 15 millones de judíos. Si Hitler hubiera realmente asesinado a 6 millones de ellos, los habría exterminado totalmente, dejando solo un puñado de ellos. Este puñado no podía haber engendrado a millones de judíos desde la Segunda Guerra Mundial.

«Digamos que Hitler asesinó a unos cuantos miles de judíos, entre los millones que asesinó durante la Segunda Guerra Mundial. Las guerras matan a millones de personas, porque las armas de destrucción [masiva] no distinguen entre mujeres, niños y hombres, o entre gente con armas y [civiles] portando ramas de olivo. Estos tratan a todos por igual. En cuanto a los judíos, su problema más crónico con Alemania se debe a su capacidad de aprovechar el así llamado Holocausto al servicio de su estado en Palestina. Para serles honesto, [los judíos] a menudo tienen la capacidad de negociar, comportarse hipócritamente, cambiar sus posturas de acuerdo a sus intereses y deslizarse como serpientes para obtener lo que quieren. Tienen una capacidad asombrosa para cambiar e invertir hechos a través de sus diversos tipos de medios de comunicación y encontrar la ruta más corta para lograr sus objetivos…

«Los judíos han [exhibido] el Holocausto en sus medios y lo han utilizado para obtener lo que desean desde mediados del siglo 20. Estos pueden continuar aprovechándose del asesinato y la quema de unos cuantos miles [de judíos] hasta el final de los tiempos. Aunque Hitler asesinó a millones de personas en Europa, los judíos aparentemente creen que su raza es la más pura y que son el mejor de los pueblos sobre la tierra y que Alemania y otros países de Europa y América deben [por lo tanto] pagar por las desatinadas acciones de Hitler. Además, [estos creen que] Occidente debe vencer a los árabes y musulmanes y robarle sus activos a fin de ponerlos a disposición de los judíos y del movimiento sionista. Los judíos han utilizado el semitismo y el antisemitismo para justificar sus actos y su barbarie y perpetrar masacres depravadas no solo en Palestina y los países árabes sino también en [otros] países donde vivieron y donde se mezclaban con cristianos y musulmanes. Asesinaron a niños y monjes y succionaron su sangre al igual que murciélagos. Lanzaron y continúan lanzando acusaciones de antisemitismo contra cualquiera que se interponga en su camino o [trate de] pedirles cuentas, mientras tratan de primos a todos aquellos que los apoyan y están de su lado. [Esto], a pesar de que los musulmanes en España actuaron para protegerlos, e incluso les concedieron cargos importantes en el estado islámico.

«La notoria Inquisición española asesinó a cientos de miles de árabes en el siglo 15… Los españoles mutilaron los cuerpos de los musulmanes y los sometieron a las formas más horribles de tortura, porque la Inquisición ideó instrumentos especiales de tortura que describo con lujo de detalle debajo.

«Después que Granada, el último baluarte de los musulmanes en España, cayera en 1492, lo que significó el colapso de la nación árabe y musulmana en España, la tragedia de los musulmanes en ese país fue considerada como una de las peores de la historia. La Inquisición española en ese período llevó a cabo actos brutales á fin de purgar a España de cualquier rastro del Islam y de musulmanes y erradicar su patrimonio que floreció en la tierra durante casi 800 años. Miles de musulmanes de Andalucía emigraron a África luego que de la caída de su reino, huyendo para salvar su fe y su libertad de la persecución española. Los musulmanes que permanecieron] en España [fueron forzados a convertirse y el clima [predominante] de fanatismo hizo que los indefensos [musulmanes] fuesen perseguidos, robados e intimidados. Esta fue una sentencia de muerte para la nación árabe y para la fe [musulmana] en España.

«Los tribunales de la Inquisición perpetraron atrocidades contra los musulmanes y emitieron decenas de decisiones destinadas a despojarlos de su religión, idioma, costumbres y cultura. Decenas de miles de libros del Islam y de jurisprudencia islámica fueron incinerados y un decreto obligó a todos los recién convertidos residentes a abandonar sus libros árabes. A los musulmanes se les prohibió hablar árabe y se les obligó a ser bautizados al cristianismo. Su amor por la tierra y el miedo a la muerte los llevaron a aceptar el cristianismo… [Pero] algunos de los residentes árabes, que creían que la muerte era mil veces mejor que abandonar el Islam, huyeron [del país] o fueron asesinados en las cámaras de tortura.

«Se crearon terribles implementos para torturar a árabes y musulmanes, incluyendo implementos para aplastar huesos y pulverizar carne humana. Estos comenzaban aplastando los huesos de las piernas, luego los huesos del pecho y los brazos y finalmente la cabeza. El cuerpo era pulverizado lentamente, convirtiéndolo en una masa de hueso aplastado y carne picada ensangrentada. También había cajas de la altura de un hombre en las que colocaban al musulmán, sus manos y pies eran atados con cadenas y grillos para evitar que se moviera. La parte superior de La caja tenía un agujero, a través del cual se vertía agua fría sobre la cabeza [de la persona] hasta que enloquecía y moría por un dolor insoportable.

«Otro instrumento de tortura fue una caja en forma de ataúd forrada con clavos afilados. Colocaban a un hombre joven en el ataúd y cerraban la tapa y su cuerpo se desgarraba en pedazos cuando los clavos se introducían en este y rasgaban su carne matándolo lentamente. También existían ganchos que les clavaban en la lengua y luego se los arrancaban con la propia lengua y ganchos que le clavaban en los senos de la mujer y luego los jalaban violentamente, de modo que los pechos eran despedazados o eran desgarrados en tiras por las afiladas cuchillas…

«[Estos también] quemarían gente en la hoguera frente a las masas, porque el rey prefería ver a los árabes incinerados ante sus ojos. Este incluso instó a los tribunales de la [Inquisición] a que emita más sentencias de [muerte] a través de la hoguera y [también] el incinerar los cuerpos de mujeres y niños. Incluso a aquellos que se convirtieron y se colgaron una cruz no se les fue perdonado estos castigos. Era como si los españoles quisieran deshacerse de los árabes y musulmanes a cualquier precio posible.

«Hoy el ministro de justicia español ha decidido convocar a los descendientes de los judíos españoles para que regresen [a España] y reciban su ciudadanía española… Pero las puertas se le cerraron a los árabes y musulmanes, a pesar de que fueron ellos los que edificaron España, que más tarde fue totalmente purgado del Islam… a pesar de que la historia musulmana demuestra que [los musulmanes] nunca perjudicaron a ninguna religión o [forma de] culto y los trataron a todos a la manera en que agradó a Alá…

«Hoy día vemos lo mejor de nuestros hijos aupando al equipo español y a los clubes [deportivos españoles], como si la sangre de los árabes y los musulmanes se hubiese secado. [Lo hacen] a pesar que los gritos de dolor todavía resuenan tal como si las horribles escenas ocurrieron hace solo unos meses y no hace 500 años, cuando el estado islámico en Andalucía colapsó después de 800 años en los que la España [musulmana] fue un faro de luz, conocimiento, poderío y [visión] política para el mundo, gracias a los árabes y musulmanes».


[1] Gerasanews.com, 29 de abril