En adelanto al 75 aniversario del Día de la Independencia del Líbano, celebrado el 22 de noviembre, ‘Aql Al-Awit, columnista del diario Al-Nahar, escribió una columna titulada «El Líbano no es independiente, pero yo nunca lo lamentaré». En ella, lamentó la situación actual en el país, afirmando que este se está muriendo lentamente y que no es en lo absoluto independiente o soberano, sino que está totalmente ocupado, refiriéndose aparentemente al control que ejerce Hezbolá sobre el Líbano. Sin embargo, recalcó que nunca renunciará a su tierra natal.

Lo siguiente son extractos de su columna: [1]

‘Aql Al-Awit (imagen: Masralarabia.com)

«En vísperas al 75 aniversario del Día de la Independencia del Líbano, reconozco que este está muriendo. [Se ha estado muriendo siempre] – durante la era de las hambrunas, la pesadilla de las langostas y las plagas; en los días de humillación, guerras, derrotas, migraciones forzadas, terrorismo y expulsiones; durante el mandato [francés] y el patrocinio y ocupación de [siria], cuando arrugó ante montones de deudas y durante la propagación de la corrupción, el robo, la usurpación y el fraude… cuando se violaron las leyes y la constitución… cuando se impidieron las elecciones presidenciales y [también] cuando se eligió a [un presidente], cuándo se formó el gobierno y cuándo se le impidió establecerse; durante el período de anarquía y colapso de la política y de los políticos…

«El Líbano se está muriendo y hoy todo esto está sucediendo a la vez, con la participación y el consentimiento de todos los componentes [de la sociedad] y junto a todas las regiones del Líbano, así como también sus autoridades, sus jefes de estado, sus líderes, sus sectas y su gran nación.

«En vísperas a su 75avo Día de la Independencia, el Líbano se está muriendo, está desapareciendo. Su maldición son sus ciudadanos, sus líderes, sus sectas y sus denominaciones religiosas. Lean el Libro [Cristiano] de Revelación con la mente abierta… [y encontrarán que] no es solo un texto religioso o un mito literario. Es una realidad verdadera y tangible que se está desarrollando en suelo libanés y sus protagonistas son el dios del Líbano, sus líderes, sus políticos, sus sectas y su pueblo.

«El Líbano no es independiente. Su territorio le pertenece a cualquiera. Es una entidad desatendida [por sus guardianes]. Su existencia, su pueblo, sus leyes, su soberanía, su honor y su política, sus poderes legislativo, ejecutivo y judicial, sus controles y balances no están bien vigilados y también lo están su vida… sus cielos y sus mares… y su destino. No tiene lugar para las piedras ni los árboles… ni para la luna, ni el sol, ni ninguna canción, poema, o incluso algún rayo de esperanza.

«En vísperas de su 75 aniversario del Día de la Independencia, admito que el Líbano ha sido ocupado de cabo a rabo… de arriba a abajo, del sur al Valle Beqaa, del norte a la montaña, de este a oeste, desde el Rio Al-Kabir hasta Ras Al-Naqoura, cada punto en este, incluyendo la sede del gobierno y su soberanía en su destrozada capital junto a sus suburbios ocupados. ¿Cómo puede el Líbano ser independiente? ¿Cómo podemos celebrar en un estado moribundo y ocupado que no es de por si independiente?!

«Mi alma fue pulverizada, mi corazón está hecho trizas y yo me siento como un cadáver. Nada me salvará y nada me inspirará. Incluso la verdad no me salvará, o las palabras vacías. ¿Cómo puedo yo celebrar la independencia del Líbano?! No es independiente. Pero nunca, jamás la lloraré…»


[1] Al-Nahar (Líbano), 20 de noviembre, 2018.