Por supuesto, nadie realmente se está disculpando por el pasado en Sudán, nadie con verdadero poder en Jartum. El más cercano en hacerlo fue probablemente el general sudanés Muhammad Hamdan Daglo, apodado «Hemedti», quien admitió recientemente que el golpe de estado militar realizado el 25 de octubre, 2021 del cual quizás reaciamente fue participe, fue un total fracaso.
El llamado a disculpas provino del gobernante de Sudán y jefe de estado de facto general Abdel Fatah Al-Burhan pidiéndole a Gran Bretaña que se disculpe ante los «crímenes cometidos por el colonialismo», específicamente por un conflicto ocurrido hace 124 años. Al-Burhan hizo el llamado en una ceremonia que señaló la Batalla de Omdurman del año 1898 (conocida como la Batalla de Karari entre los sudaneses) ante el Imperio británico y el estado mahdista de Sudán. Al-Burhan calificó lo que sucedió en Karari de «crimen contra la humanidad» y lo conectó directamente con los cargos hechos en o acerca de Sudán relacionados al tema de la «limpieza étnica» o «genocidio». Más de 30.000 sudaneses fueron asesinados en cuatro días de «sacrificio intencional», añadió Al-Burhan.[1]
Al-Burhan no fue el primero en hacer tales demandas. El ex-dictador de Sudán Omar Al-Bashir realizo el mismo llamado en el 2016. Incluso mucho antes, recuerdo haber sido objeto ante una diatriba del presidente Al-Bashir, poco después de que la Corte Penal Internacional lo acusara en el 2008, ante miles de personas en El-Fasher denunciando a Estados Unidos por su trato hacia los indios-americanos, Hiroshima y Nagasaki junto a Vietnam. Aunque este les dedicó más tiempo a los estadounidenses que a los británicos en sus declaraciones de ese día, Al-Bashir también mencionó al Reino Unido. Yo recuerdo haberles dicho a mis interlocutores diplomáticos sudaneses luego, que la diatriba contra Estados Unidos era muy extraña ya que Washington no tuvo nada que ver con la acusación realizada por la Corte Penal Internacional y los sudaneses lo sabían. Estados Unidos ni siquiera era miembro de la Corte Penal Internacional.
Por supuesto, lo que hizo Al-Bashir para ese entonces y Al-Burhan fue ‘darle importancia al nacionalismo’, a menudo con una dosis de chovinismo religioso, para tratar de distraer a las masas de la terrible situación actual con acusaciones salvajes sobre el pasado. Sudán sufre hoy de un régimen militar sangriento y un gobierno desastroso con la posibilidad de que ocurra pronto una verdadera hambruna. Las fuerzas de seguridad de Al-Burhan han asesinado, herido o desaparecido a cientos de civiles sudaneses desde el mes de octubre. Este cambio de tema para distraer la atención de los problemas actuales no se limita a Sudán. Cargos similares son imputados en otros regímenes en el Medio Oriente, contra Occidente o contra los judíos (o ambos). La dictadura cleptocrática en Argelia desea disculpas de Francia. En Latinoamérica, los regímenes de izquierda tales como los de Venezuela, Colombia o Cuba arremeten contra el colonialismo español que finalizó hace dos siglos. El presidente de México, él mismo siendo de origen español, exigió recientemente una disculpa por la conquista española de los aztecas hace 500 años.
En el propio infierno de las redes sociales siendo este Twitter, me burlé del llamado de Al-Burhan y señalé que también debería pedirle a Egipto por una disculpa, que también tuvo una presencia colonial en Sudán. Gran error, ya que fui inundado por los sudaneses quienes me disputaban los detalles más precisos de la historia en los siglos 19 y 20, diciendo que en realidad no fue «Egipto» el que perjudico a Sudán, sino los regímenes gobernados por turcos o albaneses extranjeros como el de Muhammad Ali Pasha.
Lo que debí haber dicho es que Al-Burhan no le iba a pedir disculpas a Egipto o Turquía porque tal acrobacia publicitaria enfadaría a ambos regímenes autoritarios, con posibles consecuencias verdaderas. Egipto es, por supuesto, el mayor patrocinador de Al-Burhan y se supone ampliamente que planeó el golpe de estado del día 25 de octubre con él. Turquía alberga un importante canal satelital islamista sudanés que está cada vez más a favor del ejército sudanés. Es Occidente el que puede ser llamado a disculparse porque Occidente no se enojará y de igual manera se atormenta a menudo por el desprecio a sí mismo por su propio pasado además de que siempre existe la posibilidad de que este acceda a humillarse por cuenta propia.
En cuanto a si el Reino Unido debería disculparse por Karari, yo no soy británico, pero me parece una idea ridícula. Karari fue una batalla, terriblemente unilateral y brutal, pero también parte de un conflicto militar. Fue parte de una guerra inconexa entre dos imperios en expansión, el británico y el mahdiyya, que se remonta a más de 15 años y que incluyó victorias en ambos bandos. Solo pregúntenle a Hicks Pasha y a Gordon de Jartum. La diferencia en Karari es que los «británicos» superados en número (solo un tercio de las 25.000 tropas británicas eran en realidad europeas, la mayoría eran egipcias y sudanesas) estaban fuertemente armados y dotados con armamento muy moderno, artillería (115 piezas de artillería versus 5 para las fuerzas del califa) y las letales Maxim Guns contra sudaneses imprudentemente valientes, a menudo armados con espadas y lanzas. El mahdiyya fue en sí mismo un poder depredador y agresivo que a menudo estuvo en guerra con sus vecinos. En 1889, un ejército de Sudán incluso invadió Egipto y fue aniquilado por una fuerza militar anglo-egipcia en Toski.
El dominio británico en Sudán (disfrazado de dominio anglo-egipcio) sin lugar a dudas tuvo consigo todas las injusticias, violencia, estupideces y brutalidades del dominio colonial extranjero, pero para algunos el dominio británico puede parecer curiosamente leve en comparación con lo que vino después una vez que Sudán obtuvo su independencia en el año de 1956. Sudán entró inmediatamente en la guerra civil más larga de África, librada entre Jartum y sudaneses del sur no-musulmanes (1955-1972, 1983-2005), mientras que el gobierno de la capital se intercalaba entre gobiernos democráticos y dictaduras militares: nacionalistas, izquierdistas e islamistas.
En lugar de disculparse por Karari, hubiese sido más realista que los británicos se disculparan por hacer de Sudán en lo que este se convirtió: un estado gobernado por una camarilla centrada en las tribus y clanes norteños del valle del Nilo a expensas de la periferia cuyo dominio continúa hasta el día de hoy. Los británicos (y los egipcios) también podían disculparse por las fronteras y forma de Sudán. Fronteras como tantas otras en África trazadas por el poder colonial que no tienen ningún sentido. Es Gran Bretaña la que destruyó el sultanato de Darfur en el año de 1916 y lo incorporó por la fuerza a Sudán. Fueron los exploradores británicos, los colonialistas y los soldados, bajo la estandarte de la Union Jack o bajo la bandera del jedive egipcio, los que empujaron las fronteras de Sudán hacia el sur hasta el África ecuatorial – para llegar a las fuentes del Nilo, acabar con la esclavitud y mantener alejados a los franceses.
Quizás Sudán hubiese tenido una historia mucho más feliz si hubiera sido un estado ribereño más pequeño que abarcase desde Wadi Halfa a Kosti y si el sur, Darfur y Kordofan nunca hubiesen sido parte del Sudán colonial. Uno de los temas propaganda que utilizó el régimen en Sudán cuando yo estuve allí fue que Occidente quería desmembrar a Sudán y sin embargo, las fronteras de Sudán (hasta el año 2011) eran enteramente un producto artificial del colonialismo occidental. Al-Burhan, al igual que Al-Bashir antes que él, luchó para defender esas antiguas fronteras coloniales que se convirtieron en fronteras nacionales. Si no fuese por los británicos, las minas de oro de Darfur hubiesen estado en algún país extranjero. ¿Y qué diríamos de los crímenes cometidos por el ejército sudanés durante décadas en el sur y en Darfur defendiendo esas mismas fronteras coloniales que el Imperio británico les concedió a los ja’alin, los shaigiya y danagla como golpe de suerte imperial? ¿Quién se disculpará por ello? Los sudaneses comunes puede que hayan sido masacrados en Karari, pero los gobernantes de Sudán le deben mucho al Imperio británico.
*Alberto M. Fernández es vicepresidente de MEMRI y se desempeñó como encargado de negocios de Estados Unidos en Sudán desde el año 2007 al 2009.
[1] Youtube.com/watch?v=IqqM2i0xFwY, 7 de septiembre, 2022.