Lo siguiente son extractos de una producción de la televisión iraní titulada «Callejón Sin Salida 13» adaptada al estilo de imagen satírica de la serie DC Follies. El programa fue puesto al aire en el canal 2 de la televisión iraní el 27 de octubre del 2006.

Las marionetas presentadas son: Condoleezza Rice, George W. Bush, Donald Rumsfeld, Arnold Schwarzenegger y Tony Blair.

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George Bush: «Hermano, juro por tu vida que realmente me siento algo triste».

Tony Blair: «Qué te está molestando, Georgie?»

George Bush: «Escojamos algún país, y lo volvemos mierda».

Tony Blair: «Cual país, por ejemplo?»

George Bush: «No sé. Debe ser un lugar que podamos tomar – no como algunos lugares que hemos tratado, pero nos hemos quedado atascados».

Tony Blair: «Cuales sitios?»

George Bush: «No quiero que nombre nombres. Hará que me sienta mal».

Arnold Schwarzenegger: «Jefe, puedo mencionar uno de ellos? Irán».

George Bush: «Oh, espero que te atragantes, espero que te enfermes. Espero que sufras un dolor incurable. Espero que te de sarampión. Espero que te dé cólera, difteria, tétano…»

[…]

Tony Blair: «Georgie?»

George Bush: «Qué?»

Tony Blair: «Me avergüenzo de decir… Debo decir su excelencia que debo empacar lentamente mis maletas, y, en palabras del poeta, debo cantar la serenata de despedida».

George Bush: «Deberías hablar más como yo, para que puedas entender lo que estás diciendo».

Tony Blair: «Digo que… No quiero molestarte más».

George Bush: «Otra vez, No escuché lo que estabas diciendo».

Tony Blair: «No podré acompañarte más. No puedo tener el honor de tu compañía ya más».

George Bush: «Tranquilízate por un minuto… Condoleezza! ¡Condoleezza! Condo! Condoleezza! Oh, que se muera ya. Condoleezza!»

Condoleezza Rice [despertándose y bostezando]: «Condoleezza se atragantara hasta morir en dos horas…»

George Bush: «Al infierno contigo, qué tipo de idioma es ese?»

Condoleezza Rice: «Solo quería acostarme y morir».

George Bush: «Espero que te duermas y nunca te despiertes. Espero que un escorpión te pique en los bultos de tus ojos, al infierno contigo. Espero que una tarántula te muerda en el cuello. Espero que una serpiente de dos cabezas se enrolle en ti, para que pueda librarme de ti».

Condoleezza Rice: «Oh, alguien que lo detenga. Pronto tendrá a todos los animales aquí».

Tony Blair: «Georgie querido, tía Leezza, por favor mantén tu calma. Estoy hablando contigo sobre un importante asunto político».

George Bush: «Condoleezza, escucha lo qué el chico bonito aquí tiene que decir, luego te explicaré algunas cosas».

Condoleezza Rice: «Estoy escuchando. Sigue…»

Tony Blair: «Le dije a Georgie que debo empacar lentamente mis maletas, y, en palabras del poeta, cantar mi serenata de despedida».

Condoleezza Rice: «Quiere decir que te vas?»

Tony Blair: «Por fin – alguien entiende».

Condoleezza Rice: «Así que estás ignorando nuestra amistad, nuestro pacto, y todo?»

Tony Blair: «Algo así. Pero te doy mi palabra de que te enviaré una postal».

George Bush: «Disculpa, qué está pasando? Qué está pasando?»

Tony Blair: «Georgie querido, al fin entendiste lo que quise decir, correcto?»

George Bush: «Ven acá. Con quién piensas que estás hablando, muchachito de mamá?»

Tony Blair: «Yo no dije nada».

George Bush: «Me llaman Georgie cabeza-caliente. ¿Entiendes? Al infierno contigo, a quién estás viendo?»

[…]

Tony Blair: «Ahora, no tengo ninguna otra opción sino la de cantar mi serenata de despedida».

George Bush: «Ojala te atragantes hasta morir. Lo dijiste otra vez».

Donald Rumsfeld: «Mi querido amigo… Compórtate. Yo resolveré el problema».

George Bush: Muérete. ¿Que quieres decir con ‘compórtate’?

Donald Rumsfeld: «Oh querido. Alguien que le hable en su propio idioma».

Condoleezza Rice: «Permítanme, yo pondré las cosas en su lugar. Georgie querido, mírame. Presta atención. Rummy dice que seas paciente!!!!!»

George Bush: «Sí, ya se. Pero por cuanto tiempo?»

Tony Blair: «Mira, Georgie, querido, juro por la vida de mi Euan que no tengo ninguna otra alternativa».

George Bush: «Quien es UN? Debes estar jurando con la vida de nuestro sirviente».

Tony Blair: «Idiota, es el nombre de mi hijo. No tiene nada que ver con tu sirviente».

George Bush: «Pensé que estabas jurando por la vida de los Naciones Unidas».

Tony Blair: «No, no lo estaba».

Donald Rumsfeld: «No, Georgie querido. Blairie tiene un hijo, que también se llama Euan».

George Bush: «No es el que fue juzgado hace algún tiempo por alcoholismo?»

Tony Blair: «Como te atreves, pero si estás haciendo tales bajos comentarios, puedes irte al infierno. Esto se te ha probablemente escapado de la mente cuando eras joven, tocantes fondo con tu alcoholismo, idiota. Pobre tipo, cada mañana te recogen de la calle con una escoba».

George Bush: «Ahora si que te voy a golpear bien duro».

[…]

Tony Blair: «Mira, Rummy querido, todo el hedor sobre lo que yo, el partido, y lo que los tipos hicimos ha salido ahora. Es malo. Realmente malo. Todos, grandes y chicos, me están molestando. La opinión pública me está realmente presionando».

George Bush: «Discúlpame, cual es la opinión pública? Si es un terrorista, enviémosle a Guantánamo, allí lo cuidaran muy bien».

Tony Blair: «Su problema es que tu cerebro es aun más pequeño que un pedazo de alga marina. No lo entiendes».

George Bush: «Mira, hermano, tu eres mi amigo. Me preocupo por ti. Si te vas, me quedaré solo…»

Tony Blair: «No existe otra alternativa, Georgie querido. Debo decir ‘adiós adiós’ al trabajo de primer ministro británico».

[…]

George Bush: «Blairie?»

Tony Blair: «Sí, querido?»

George Bush: «Me gustaría maldecirte un poco».

Tony Blair: «Por qué?»

George Bush: «Para hacerme sentir un poquito mejor, conseguir algo de alivio».

Tony Blair: «Bien, no lo hagas tan rudo, por favor».

George Bush: De acuerdo».

Tony Blair: «Te pido que me maldigas sólo cuando estemos solos, y no haya nadie alrededor».

George Bush: «Cobarde deshonroso».

Tony Blair: «Se suponía que me maldecirías, pero estás diciendo la verdad».

George Bush: «Se paciente, mi querido».

Tony Blair: «Prosigue».

George Bush: «Espero te rompas un brazo, tu que apuñalas por la espalda. Ojala te de difteria. Te puedan poner en una tabla y laven tu cadáver. Ojala que te de tétano, sarampión, cáncer de garganta, y polio. Ojala se expanda tu válvula de corazón. Ojala te pegue el ántrax».

Tony Blair: «Georgie querido, te lo sacaste ya de tu sistema?»

George Bush: «Sí, más o menos».

Tony Blair: «Mira, el problema no será resuelto maldiciendo. Si te digo que he empacado mis maletas, no hay ninguna otra alternativa».

George Bush: «Siempre eres tal amigo justo. Juro por tu vida que me recordó lo que pasó en Bagdad. Los australianos se fueron. Los italianos se fueron. Yo contaba contigo, pero tu también mandaste todo al infierno y te marchaste».

Tony Blair: «Pero estoy seguro que eres competencia para Irak, y para todos en el Medio Oriente, todo por ti mismo».

George Bush: «De verdad? Soy tan fuerte?»

Tony Blair: «Sí, juro por tu vida».

George Bush: «No».

Tony Blair: «Seguro. Juro por tu vida».

George Bush: «De acuerdo. Estoy comenzando a gustarme un poquito».

[…]

Tony Blair: «Esta todo en orden?»

Arnold Schwarzenegger: «No, Blairie, Soy un enredo total».

Tony Blair: «Por qué, Arnoldie?»

Arnold Schwarzenegger: «Nadie me escucha. Ni siquiera hay un lugar dónde podríamos hacer explotar algunos misiles».

Tony Blair: «No te preocupes, mi querido. Mientras George y yo estemos por aquí, y disfruten del gran patrocinio del querido Israel, habrán guerras, misiles, armas…»

Arnold Schwarzenegger: «De verdad?»

Tony Blair: «Claro que tengo razón, mi querido. Por qué debería mentir?»

Arnold Schwarzenegger: «Realmente te quieres ir, Blairie?»

Tony Blair: «No preguntes, Arnie. Todos me han decepcionado».

[…]

Tony Blair: «Mira qué elegantemente estoy vestido. Soy el muchacho bonito de papá. Si no soy primer ministro, qué más puedo hacer? Párate a la orilla del camino y vende cigarrillos?»

Arnold Schwarzenegger: «No, mi querido».

Tony Blair: «Qué hay entonces?»

Arnold Schwarzenegger: «Hay dos opciones».

Tony Blair: «Cuales son?»

Arnold Schwarzenegger: «No sé».

[…]

Arnold Schwarzenegger: «Sabes que? Ven, se un actor. Estas hecho para el papel del socio de Sharon».

Tony Blair: «Está totalmente fuera de si. Sharon es ahora un vegetal. ¿No sabes que está en coma? Además, hay tantas señoras en Hollywood, por qué debo ser yo el socio activo de Sharon?»

Arnold Schwarzenegger: «Esta vez existen realmente dos opciones».

Tony Blair: «Qué?»

Arnold Schwarzenegger: «Una es para tu compañero a ser Ariel Sharon, y el otro es para tu compañero a ser Sharon Stone. El primer Sharon es hombre, y la otra Sharon es mujer».

Tony Blair: «De verdad?»

Arnold Schwarzenegger: «Juro por tu vida. Pero, como el jefe dice, hay algunas condiciones».

Tony Blair: «Grandioso. Eso es lo que yo quería. Cuales condiciones?»

Arnold Schwarzenegger: «Tienes que llevarte bien con los amigos de sión, porque [Hollywood] ha sido su propiedad privada por generaciones».

[…]

Arnold Schwarzenegger [cantando]: «Aunque defendemos a Israel como al acero,

«Mi corazón me dice que están condenados, así nos guste o no.

«Aunque defendemos a Israel como al acero,

«Mi corazón me dice que están condenados, así nos guste o no.

«Las palabras sobre la frente de Israel dicen que nació de una manera ilegítima,

«Así que no respeta ningunas reglas o leyes.

«Aunque defendemos Israel como al acero,

«Mi corazón me dice están condenados, así nos guste o no.

«Aunque defendemos a Israel como al acero,

«Mi corazón me dice que están condenados, así nos guste o no.

«Esta misma época, cada año, entramos en un frenesí».

«Temblamos como una hoja en la brisa, por miedo al Día de Jerusalén.

«Aunque defendemos a Israel igual que al acero,

«Mi corazón me dice que están condenados, así nos guste o no.

«Aunque defendemos a Israel igual que al acero,

«Mi corazón me dice que están condenados, así nos guste o no.

«Aunque en el curso de un año, inspiramos a mucha gente,

«Qué bien le hace? Lo perdemos todo en el Día de Jerusalén.

«Todo tiene dos opciones, jefe.

«Aunque defendemos a Israel igual que al acero,

«Mi corazón me dice que están condenados, así nos guste o no.

«Aunque defendemos a Israel igual que al acero,

«Mi corazón me dice que están condenados, así nos guste o no.

«Está claro para mí que Israel será erradicado.

«En el Día de Jerusalén, Palestina será restaurada».

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