Luego de las sanciones impuestas por los Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá a China en marzo del año 2021 por perseguir a la minoría uigur en Xinjiang – las cuales se suman a las sanciones impuestas a China en julio del 2020 por aprobar una ley que restringe las libertades políticas en Hong Kong, el embajador de China en Siria Feng Biao publicó un artículo en el diario sirio Al-Ba’th titulado «Basta de hipocresía estadounidense y occidental respecto a los derechos humanos y democracia». En el artículo, el embajador acusó a los Estados Unidos y a Occidente de ensombrecer sin ningún tipo de base o fundamento la reputación de China y perjudicar sus intereses junto a fomentar la insurgencia en Hong Kong. Estos lo hacen, dijo, con el pretexto de defender la democracia y los derechos humanos, pero su verdadero objetivo es provocar el caos en China con el fin de derrocar al régimen del Partido Comunista. Sin embargo, ellos no tendrán éxito, porque China hoy no es lo que era en el pasado, afirmó Biao. El embajador agregó que ningún país del mundo le dedica más esfuerzos que China al bienestar de los uigures y a la prosperidad y crecimiento de Hong Kong.

Biao afirmó además que Estados Unidos y Occidente, que pretenden ser los «faros que iluminan la democracia» y los «expertos en el tema de los derechos humanos», interfieren en los asuntos internos de otros países mientras ignoran sus propias violaciones a los derechos humanos. Este advirtió que, si continúan utilizando el pretexto de los derechos humanos para atacar a China, «pagarán muy caro por su estupidez y arrogancia».

Feng Biao (Fuente: Al-Ba'th, Siria)
Feng Biao (Fuente: Al-Ba’th, Siria)

Lo siguiente son extractos traducidos de su artículo.[1]

«Estados Unidos y otros países en Occidente siempre se promueven a sí mismos como expertos en el tema de los derechos humanos y como faros que iluminan la democracia y utilizan todo esto como herramienta para presionar y perjudicar a los países que no se someten a ellos o que difieren de ellos en términos de su régimen. Este escenario se ha repetido muchas veces en la historia de las relaciones entre China y Occidente. Últimamente, los países en Occidente han estado aprovechándose de los problemas que se suceden en Xinjiang (la región noroccidental de China donde se concentra la población uigur) y Hong Kong como nueva excusa para hacer tal cosa y han inventado mentiras y noticias falsas con el propósito de ofrecerle al mundo una nueva y ridícula farsa de difamar la reputación política de China e interferir arbitrariamente en sus asuntos internos. Con deliberada malicia, estos también sacaron a relucir el tema del cultivo del algodón en Xinjiang y acusaron falsamente a China de utilizar a los uigures a que realicen trabajos forzosos y de esterilizarlos por la fuerza. Incluso acusaron a China de genocidio y afirmaron que sus medidas para mejorar el sistema electoral en Hong Kong[2] son un acto de abandono a su democracia conduciéndolos hacia un destino lamentable. Este fue el motivo más racional de las sanciones impuestas a China por los Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea.

«Sin embargo, China ya no es como lo fue hace 100 años y las potencias occidentales no pueden vencerla con unos pocos cañones desplegados a lo largo de su costa. Esos tiempos se han ido para siempre. Las potencias occidentales también están tratando de deshacer el gran renacimiento de la nación china, hasta el punto de derrocar a su régimen, liderado por el Partido Comunista Chino, pero este intento nunca será exitoso.

“Todo el mundo sabe que Occidente y los Estados Unidos están tratando de acorralar a China dentro de un estado de caos y división, con el pretexto de promover la ‘democracia’ y la ‘libertad’. Al discutir los tres objetivos del despliegue de tropas estadounidenses en Afganistán en agosto del año 2018, Lawrence Wilkerson, coronel retirado del ejército estadounidense y ex-jefe de personal del secretario de Estado estadounidense Colin Powell, admitió que el tercer objetivo tenía que ver con la existencia de 20 millones de uigures en la China Xinjiang. La CIA quería desestabilizar China y decidió que la mejor manera de hacerlo sería utilizar a estos uigures para provocar a Pekín y derrocar a China desde su interior, aparentemente sin la participación de ninguna potencia occidental.[3]

«En este contexto, no es difícil entender las intenciones detrás de las siguientes medidas tomadas por los Estados Unidos: plantear el reclamo del llamado trabajo forzoso en relación al algodón de Xinjiang; realizar intensos esfuerzos para blanquear al Movimiento Islámico de Turkestán Oriental – que posee varios miles de individuos combatiendo en la zona de Idlib en Siria bajo el nombre de Partido Islámico de Turquestán y actuando para eliminar el nombre de este movimiento de la lista de organizaciones terroristas del Consejo de Seguridad… mientras intenta acusar al gobierno chino de llevar a cabo el llamado genocidio en Xinjiang. Pero la verdad es lo contrario de lo que este afirma ya que el cultivo de algodón en la mayor parte de Xinjiang tuvo se basó durante mucho tiempo en la utilización de maquinarias. Además, entre los años 2008 y 2010, el número de ciudadanos uigures se incrementó de 10.17 millones a 12.71 millones, es decir, en un 25%, más que cualquier otro grupo étnico en Xinjiang… Así que las mentiras del genocidio colapsan por sí mismas.

«Hong Kong, siendo esta una región administrativa especial, le pertenece a sus residentes. Ningún gobierno del mundo le ha prestado más atención en los últimos 150 años, de manera regular, a la seguridad, prosperidad y al crecimiento de Hong Kong. ¿Alguno de los gobernadores británicos de Hong Kong fueron electos por su pueblo antes de que Hong Kong regresara a la patria China? Luego de su regreso al dominio chino en el año 1997, el gobierno central chino estableció la Región Administrativa Especial de Hong Kong y comenzó a implementar la política de ‘un país, dos sistemas’[4] ‘Hong Kong gobernado por el pueblo de Hong Kong, “un alto grado de autonomía” y la elección del gobernador de Hong Kong de acuerdo a la Ley Básica de la región.

«Pero en los últimos años, elementos subversivos y anti-China comenzaron a agitar a las multitudes por la ‘independencia de Hong Kong’ con el apoyo de las potencias occidentales. Estos llevaron a cabo actividades subversivas… mientras aprovechaban las fallas del antiguo sistema electoral de Hong Kong, actividad que debilitó gravemente los sistemas político y judicial de Hong Kong y socavó gravemente su soberanía, seguridad, intereses económicos… y la estabilidad social del estado chino. La aprobación de las mejoras al sistema electoral de Hong Kong por parte del Congreso Nacional Popular de China mantendrá a estas fuerzas subversivas fuera del alcance de desmantelar al gobierno administrativo, prevenir el caos político y el malestar social, garantizar que el gobierno administrativo permanecerá en manos locales, asegurar el constante progreso de la política de ‘un país, dos sistemas’ y salvaguardar la prosperidad y estabilidad a largo plazo de Hong Kong. La decisión de la Asamblea Popular Nacional fue apoyada por el pueblo chino en todo el país, incluyendo a ciudadanos residentes de Hong Kong y a funcionarios junto a individuos de todos los círculos, sindicatos y organismos que expresaron su firme apoyo. Más de 2.38 millones de residentes en Hong Kong firmaron una petición expresando su apoyo ya sea en la red o en persona, en las casetas erigidas en las calles para este propósito. Esto refleja un amplio apoyo dentro de la sociedad de Hong Kong al principio de un ‘Hong Kong gobernado por el propio pueblo de Hong Kong’.

«En cuanto a la presunción por parte de Occidente, encabezada por los Estados Unidos, de ser ‘expertos en el tema de los derechos humanos’ y ‘faros que iluminan la democracia’, nótese cuán graves son sus propias violaciones a los derechos humanos y el cómo ignoran sus propios problemas Por lo tanto, ellos no tienen ningún derecho a realizar acusaciones sobre los temas de Xinjiang y Hong Kong o sobre cualquier otro asunto interno chino.

«En el apogeo de la pandemia del Covid-19, a toda la población estadounidense se le negaron los derechos más básicos de salud y vida, cuando los políticos estadounidenses prefirieron sus propios intereses por encima de escuchar la ciencia y dejaron que más de 30 millones de personas contrajeran el virus y 550.000 personas mueren por ello. Las minorías en los Estados Unidos sufren de una eterna discriminación sistemática; decenas de millones de afroamericanos gritaron «No puedo respirar» tras el incidente de George Floyd; en 16 ciudades se incrementó el número de crímenes de odio contra la población de asiáticos en un 150%, en comparación a marzo del año pasado 2020; incidentes en aplicación de leyes violentas se encuentran en aumento y no se ha producido ningún cambio en este sentido, ya que en febrero-noviembre del 2020 solo hubo 17 días sin que nadie fuera asesinado por aplicar las leyes. Estados Unidos se ha acostumbrado a intervenir en los asuntos de otros países con el pretexto de defender los derechos humanos, lo que ha provocado muchos desastres humanitarios en todo el mundo. Desde el año 2001, este ha lanzado una ‘campaña anti-terrorismo’ en más de 80 países del mundo, provocando la muerte de más de 800.000 personas en guerras y violencia, 335.000 de ellas siendo civiles y el desplazamiento de unos 21 millones de personas en Afganistán, Irak, Siria y otros países. Además, los Estados Unidos también han impuesto sanciones unilaterales arbitrarias a Siria y otros países, causándoles un gran sufrimiento a sus pueblos.

«Las muy despreciables acciones de los Estados Unidos han aparentemente enfurecido a la comunidad internacional, ya que en el 46avo período de sesiones del Consejo de los Derechos Humanos, los representantes de 116 países y agencias internacionales relevantes presentaron 347 propuestas relacionadas a la situación de los derechos humanos en los Estados Unidos. Esto demuestra que los Estados Unidos no es digno de representar el valor universal que destacan los derechos humanos y no tiene ningún derecho a realizar acusaciones en contra de otros países. También en esta sesión, más de 100 países expresaron… su apoyo a las acciones de China en Xinjiang y Hong Kong. Todo esto demuestra que los hechos hablan más que las palabras, porque la justicia reside en el corazón de todos los seres humanos.

«Los temas de Hong Kong y Xinjiang son asuntos puramente internos de China. China defenderá su soberanía, seguridad e intereses económicos con mucha firmeza intransigente. Es hora de poner fin a la farsa de Occidente y de Estados Unidos de querer perjudicar y criticar a China utilizando el pretexto de defender el tema de los ‘derechos humanos’ y la ‘democracia’ y si insisten en hacerlo, pagarán muy caro por su gran estupidez y arrogancia».[5]


[1] Al-Ba’th (Siria), 3 de abril, 2021.

[2] China aprobó recientemente cambios radicales en el sistema electoral de Hong Kong. Según la nueva ley, el número de diputados electos en el parlamento de Hong Kong se reducirá en casi la mitad y los candidatos serán examinados por un comité pro-Pekín para asegurar así su lealtad al régimen. Bbc.com, 30 de marzo, 2021.

[3] Como prueba de ello, el embajador proveyó con un enlace a un video de las declaraciones hechas por Wilkerson sobre este tema: www.youtube.com/watch?v=7fgwKSonqms.[4] Un principio formulado por Gran Bretaña y China que describe al gobierno de Hong Kong y de Macao luego de su regreso al dominio chino entre los años de 1997 y 1999 respectivamente. El principio establece que ellos conservarán su sistema económico capitalista y tendrán un alto grado de autonomía durante los 50 años siguientes a su regreso a China.

[5] Al-Ba’th (Siria), 3 de abril, 2021.