El siguiente informe es ahora complemento sin costo alguno del Proyecto Supervisión a la Amenaza de Irán en MEMRI (PSAI). Para información sobre como suscribirse al PSAI escriba un e-mail a memri@memri.org con el destacado «Suscripction ITMP» en el renglón asuntos

Introducción

Irán no oculta su búsqueda a la hegemonía regional, comenzando por Irak, el Líbano, Siria y Yemen. Una vez, un ayatolá iraní se jactó de que las capitales de los cuatro países estaban bajo el control de Irán.[1] Por supuesto, ninguno de estos países era modelo alguno de democracia gobernado por líderes conocidos por su probidad personal incluso antes de que Irán entrara en escena. Sin embargo, Irán ha acelerado el proceso de convertir regímenes en decadencia en estados fallidos con pocas perspectivas de emerger de nuevo como un estado político integral.

Este estudio examina el rastro que deja el caos político y económico de Irán en estos cuatro países. La Parte I del estudio, a continuación, analiza brevemente la forma en que Irán y los cuatro países bajo su influencia son calificados por los índices internacionales ya establecidos. Luego el estudio se centra en la participación de Irán en los asuntos internos de Irak. La segunda parte del estudio, que se completará más adelante, abordará los temas críticos que rigen las relaciones entre Irán y los tres países árabes restantes: el Líbano, Siria y Yemen.

Calificación de países

Para la calificación de estos países se utilizan cuatro índices reconocidos internacionalmente: el Índice democracia, el Índice percepción sobre el tema de la corrupción, el índice Doing Business y el Índice paz global. Con un par de pequeñas excepciones, todos los cinco países encuestados se hallan en el rango inferior de cada uno de estos índices.

El Índice Democracia clasifica 165 países y dos territorios sobre la base de una evaluación de 60 indicadores que se dividen en cinco categorías: proceso electoral y pluralismo; funcionamiento del gobierno; participación política; cultura política; y libertades civiles. Con base a dicha evaluación, un país es luego clasificado como uno de los cuatro tipos de régimen: «democracia plena», «democracia defectuosa», «régimen híbrido» y «régimen autoritario». El Líbano, la excepción, está clasificado como régimen híbrido (aunque es muy probable que sea degradado tras el reciente desastre en Beirut). Los cuatro países restantes están clasificados como «autoritarios».[2] Irak, Irán, Yemen y Siria ocupan los puestos 118, 151, 158 y 164 respectivamente, entre los 167 países clasificados. La mucho más alta calificación de Irak que la de Irán puede justificarse por sus medios de comunicación relativamente libres.

Según la organización Transparencia Internacional, que publica el Índice de Percepción anual al tema de la corrupción, «la corrupción erosiona la confianza, debilita la democracia, obstaculiza el desarrollo económico y agrava aún más la desigualdad, la pobreza, división social y la crisis ambiental».[3] No es de sorprender que, donde la democracia es una faltante y con la ausencia de control público y rendición de cuentas, la corrupción es muy alta. Irán, Irak, Yemen y Siria, estando estos en la parte inferior del índice de democracia, también ocupan el último escalón del índice de corrupción. El Líbano, Irán, Irak, Yemen y Siria ocupan el puesto 137, 146, 162, 177 y 178 entre los 180 países ya clasificados.

Otro índice significativo en términos de su importancia para las inversiones extranjeras directas y la gestión económica es el índice anual emitido por el Banco Mundial llamado «Doing Business – Comparación de regulaciones comerciales en 190 economías». El índice comprende varias categorías, tales como constitución de empresas, obtención de un permiso de construcción, obtención de una conexión eléctrica, acceso al crédito y ejecución de contratos. Irán, el Líbano, Irak, Siria y Yemen ocupan los puestos 127, 143, 172, 176 y 187, respectivamente, de los 190 países encuestados.[4]

Finalmente, se encuentra el Índice Paz Global 2020. El índice clasifica a Irán, el Líbano, Irak, Siria y Yemen como los países menos pacíficos del mundo. Estos se encuentran en el puesto 142, 146, 159, 161 y 162 respectivamente, entre los 163 países calificados[5]. En términos de costo, el costo económico promedio de los 10 países más afectados económicamente por la violencia fue equivalente al 41% del PIB. En cambio, en los 10 países más pacíficos, el costo económico promedio fue de 3.9%.[6] La violencia es costosa; la paz paga mayores dividendos.

Irán: Pobre y destructivo

La República Islámica del Irán se ha ganado el notorio apodo del mayor iniciador y exportador del terrorismo del mundo – un logro que se ha ganado ya sea directamente o mediante sus agente-estados que estos han cultivado meticulosa y sistemáticamente. Su propósito declarado es exportar la Revolución Islámica chiita, definida por su liderazgo como el encontrarse ahora en la segunda etapa de tres (la tercera es la hegemonía global), lo que implica la dominación desde «Bab el Mandeb al Mediterráneo», así como crear una amenaza existencial al Israel judío. Además de propagar el terrorismo y la violencia, en su intento por dominar a otros países, los esfuerzos de Irán a menudo han resultado en caos político y destrucción económica en los países que este ha tratado de dominar.

El historial económico de Irán es excepcionalmente pobre. El crecimiento económico anual entre los años de 1980 y 2020 ha promediado el 1,6%, mientras que el crecimiento económico mundial para el mismo período ha promediado más del 3%. Visto de otra manera, durante un período de 40 años la economía iraní ha crecido un 70% mientras que la población del país ha crecido de 36 millones a 83 millones, un crecimiento del 230%. La discrepancia es un indicador claro de que el poder adquisitivo de la población iraní ha disminuido apreciablemente durante los últimos 40 años de gobierno teocrático.

Ante una máxima presión por parte de la administración Trump, la economía de Irán se contrajo un 6% en el 2018 y un 8% en el año 2019, y se prevé que se contraiga otro 6% en el 2020, acumulando una caída de la economía nacional de aproximadamente una quinta parte solo en los últimos tres años. Históricamente, bajo su régimen teocrático, la economía iraní se ha contraído nueve veces desde el año 1980.[7] En el Irán de hoy, existe una propensión de culpar a las sanciones por todos los fracasos del régimen.

La perjudicial intervención de Irán en Irak

A pesar de que su economía está en descenso sistemático debido a la mala gestión, la corrupción y el impacto de las sanciones de diversos regímenes estadounidenses y de la ONU, Irán nunca se ha abstenido de socavar la estabilidad política y prosperidad económica de uno de sus vecinos más ricos – Irak. Desde que fue ocupado por los Estados Unidos en el año 2003, Irak ha sido víctima de una desestabilización política deliberada y explotación económica por parte de Irán a través de sus muchos de sus representantes chiitas, tanto partidos políticos como milicias, que operan en el país en total coordinación con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI). Hasta su asesinato perpetrado por un drone estadounidense en enero de este año, el General Qassem Soleimani, comandante de las Fuerzas Qods del CGRI que operan fuera de Irán, era libre de entrar y salir de Irak con total libertad. En su apogeo, Soleimani fue considerado el hombre más poderoso de Irak.

Irán ha empeorado la permanente corrupción en Irak

Irak es también uno de los países más corruptos del mundo. Su economía es predominantemente una economía donde predomina el dinero en efectivo, por lo que es casi imposible rastrear la cantidad o el camino que este sigue. El diario Times de Nueva York publicó recientemente en su revista un informe más completo y crítico sobre la corrupción en Irak, «Inside the Iraqi Kleptocracy (dentro de la cleptocracia iraquí)», que ofrece ejemplos amplios y variados de corrupción en los niveles más altos del gobierno.[8]

Uno de los principales centros de corrupción es el Banco Central de Irak, que subasta moneda extranjera a diario, lo que le permite a los bancos privados convertir dinares iraquíes en dólares para financiar las solicitudes de importación de los empresarios locales. La subasta diaria puede llegar hasta los 180 millones de dólares. En palabras del Times de Nueva York, la subasta de divisas es «el sistema de alcantarillado de la corrupción iraquí». Dos ejemplos dramatizarán este punto: En el año 2017, el Banco Central subastó un total de $1,66 billones para la importación de tomates ($16 millones el año anterior) y otros $2,86 billones para la importación de sandías, ambos de Irán. Un artículo en un importante diario iraquí sugiere que cualquier medida de reforma contra la corrupción «debe pasar necesariamente por las puertas del Banco Central».[9]

La corrupción ha dejado al gobierno totalmente desarticulado, sin servicios de los que hablar. Por ejemplo, la electricidad está disponible solo unas cuantas horas al día, excepto para aquellos que pueden permitirse comprar un generador privado. La mayoría de las asignaciones para la construcción de redes eléctricas han sido robadas – un robo estimado en $60 billones.[10] El ex ministro de energía eléctrica fue arrestado recientemente por contratar a 82.555 trabajadores diarios, la gran mayoría trabajadores fantasmas, a un costo de 43 billones de dinares, o alrededor de $12 billones.[11]

Al elefante de la «corrupción» se le muestra la vía de «salida». Fuente: Al-Mada, Irak, 5 de agosto, 2020

Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/irans-trail-political-and-economic-chaos-part-i-%E2%80%93-iraqi-experience

*Nimrod Raphaeli es compañero analista sénior (emérito) en MEMRI.


[1] Lawfareblog.com/sanaa-irans-fourth-arab-capital.

[2] The Economist Intelligence Unit. www.eiu.com.

[3] Transparencia.org/cpi 2020.

[4] Banco Mundial, Doing Business 2020. Washington, D.C. 2020.

[5] Índice de paz global 2020: Midiendo la paz en un mundo complejo. Visionofhumanity.org/app/uploads/2020.

[6] Índice de paz, pág. 41.

[7] Datos extraídos de los archivos del Fondo Monetario Internacional. Iranwirearabic.com/archives/4735.

[8] El Times de Nueva York, 29 de julio, 2020.

[9] Al-Mada (Irak), 13 de agosto, 2020.

[10] Al-Mada (Irak), 9 de agosto, 2020.

[11] Sot-il-iraq (Irak), 24 de agosto, 2020.