El presidente sirio Bashar Al-Assad fue reelecto para gobernar un cuarto mandato, asegurando el 95% de los votos y alargando así el control de la presidencia siria por parte de la familia Assad.[1] Tal como era de esperarse, el oficialismo ruso felicitó cordialmente al vencedor. Los Assad han sido aliados tradicionales ruso-soviéticos y para asegurar al régimen de Assad por el que Rusia intervino militarmente en la guerra civil siria. La invitación del régimen de Assad legitima la presencia militar de Rusia en Siria, una presencia que ha aprovechado el poderío ruso. Si el oficialismo ruso elogió la victoria de Assad como evidencia del apoyo popular que este obtuvo, los comentarios en la prensa fueron un poco más matizados. Esta señaló las imperfecciones del proceso electoral en Siria que privaron de sus derechos a numerosos votantes sirios; le recordó a los lectores que el «mandato» de Assad no cambió nada sobre el terreno en Siria y los problemas persistieron. Esto significaba que el polvorín sirio pudiera estallar en cualquier momento. La encuesta de MEMRI sobre las reacciones a la «victoria» de Assad puede leerse a continuación:
El oficialismo, desde Putin hasta los más bajos escalafones saludan la victoria de Assad
El 28 de mayo, 2021 la cancillería de Rusia señaló que estas elecciones se llevaron a cabo de acuerdo a la constitución y las leyes del país y sirvieron como paso importante hacia el fortalecimiento de la estabilidad interna del país.[2] El vicepresidente del Consejo de la Federación Konstantin Kosachev, dijo que la victoria de Bashar Al-Assad en las elecciones presidenciales atestiguaba el apoyo popular que disfrutaba Al-Assad.[3]
El senador Alexey Pushkov vio la victoria de Assad como una gran derrota para los Estados Unidos y por ende, los estadounidenses deberían darse cuenta de que su presencia ilegal en Siria estaba condenada al fracaso: Estados Unidos, en general, ya perdió Siria. Por mucho que afirmen que las elecciones presidenciales que se celebran allí este miércoles son ilegales, el panorama no cambiará nada. Bashar Al-Assad recibió una abrumadora mayoría de votos, controla más del 70% del territorio del país y puede reírse a carcajadas del tonto Obama, que se apresuró a declarar públicamente en marzo del 2012 «que los días de Assad estaban contados». De hecho, el término de la estadía ilegal de tropas y compañías petroleras estadounidenses en Siria ha sido tabulado. Hasta la fecha, Estados Unidos solo ha logrado asir Siria con dos dedos temblorosos. Ellos no tienen derecho a estar presentes – ni tienen permiso para extraer petróleo. Por lo tanto, sería correcto que Estados Unidos abandonara Siria después de marcharse de Afganistán. Pero, ¿hará tal cosa la administración Biden?… Después de todo, una cosa es fracasar y otra el finalmente admitirlo.[4]
El presidente ruso Vladimir Putin, al felicitar a Bashar al-Assad por su reelección a la presidencia de Siria, señaló que los resultados de la votación en la República Árabe Siria confirmaron la gran autoridad política y la confianza cívica de Assad en el curso seguido por las autoridades:
«Los resultados de la votación confirmaron plenamente su alta autoridad política, la confianza de sus conciudadanos en la política de su liderazgo para estabilizar rápidamente la situación en Siria y fortalecer sus instituciones estatales».[5]
Viktor Bondarev: Las elecciones en Siria demostraron que Assad comanda y dirige el apoyo y el respeto popular
Viktor Bondarev, presidente del Comité de Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación, reconoció que la victoria de Bashar al-Assad en las elecciones presidenciales sirias atestigua el apoyo popular y la legitimidad que disfruta el actual gobierno.
Bondarev se burló de los comentarios realizados por los «anglosajones» sobre la ilegitimidad de la presidencia de Bashar al-Assad, su naturaleza antidemocrática y su dependencia en la fuerza para de esta manera permanecer en el poder.
«También hubo críticas de los mismos medios de comunicación estadounidenses y pro-estadounidenses hacia Rusia, cuyas Fuerzas Aeroespaciales participaron en una campaña militar en Siria desde el 30 de septiembre, 2015 para eliminar a las bandas terroristas y hacer retornar a la república árabe a una vida mucho más pacífica».
«Los estadistas y líderes políticos mundiales competentes entendieron que tales declaraciones eran injustas y aprobaron o al menos no condenaron la participación de Rusia en la resolución de la crisis doméstica siria y en la lucha contra las organizaciones terroristas disfrazadas de fuerzas de la oposición».
«Las actuales elecciones fueron meticulosas y precisas. Si Bashar al-Assad fuera tan déspota tal como lo describieron los medios propagandistas estadounidenses, entonces la gente no lo hubiese reelegido por una mayoría tan total e indiscutible de votos. Las elecciones sirias poseen la atención de toda la comunidad mundial, por lo que es más difícil falsificar los resultados en Siria que en un país que goza de la lealtad estadounidense, del patrocinio estadounidense o no es de interés para el gendarme mundial de ultramar», afirmó Bondarev.
Los resultados simplemente confirmaron las impresiones de antesala de Bondarev y su compañero miembro del comité sobre sus visitas a Siria, donde estaban totalmente convencidos de que «el reelecto presidente de la Republica Árabe Siria posee el respeto y el apoyo del pueblo».[6]
Comentario de prensa: Sin voto de confianza; el destino de Assad será decidido por otros factores y principalmente por la economía
Galiya Ibragimova examinó las elecciones para la agencia de noticias RIA Novosti y señaló las fallas en el proceso electoral y sus informantes creían que nada de esto cambiara las reglas del juego.
Ella señaló que los Assad han estado en el poder durante cincuenta años y por lo tanto, los dos oponentes a los que se les permitió participar no tenían posibilidad alguna de obtener la victoria en las elecciones.
«Las autoridades controlan regiones clave en Siria y organizaron allí 12.000 centros electorales para que la población pudiera concurrir a votar.
La resistencia ante Assad permanece: «El sur del país está controlado por las fuerzas del gobierno. Sin embargo, las provocaciones también ocurrieron el día de las elecciones. En la gobernación de Dara’a se pegaron pancartas en las paredes con las inscripciones de «Siria sin Assad», «Las elecciones son una vergüenza para el país».
“Empresarios, figuras culturales y jefes de tribus firmaban peticiones con el propósito de boicotear el proceso de votación. Se escucharon explosiones cerca de los colegios electorales, pero milagrosamente nadie resultó herido. Activistas organizaron manifestaciones de protesta en las ciudades de Tafas y Jasim.
También hubo conmoción hacia la zona del noreste del país (donde se concentran los militantes kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias). Los líderes del grupo prohibieron a sus miembros participar en las elecciones. Solo los residentes de Al-Hasakah y de Al-Qamishli pudieron emitir su voto. La comisión electoral reconoció las elecciones en estas regiones como parcialmente válidas.
«La gobernación norteña de Idlib, las ciudades de Ras al-Ayn y Tell Abyad son parte del área de control de Turquía y de los grupos anti-Assad. Estos se negaron a organizar los colegios electorales, llamando a las elecciones de farsa.
«A los refugiados sirios no se les permitió votar ni en Turquía (donde residen más de 6.5 millones de ciudadanos de la Republica Árabe Siria) ni tampoco en Europa…
«Los colegios electorales se encontraban abiertos en el Líbano, pero no todos los sirios locales pudieron votar. Sólo aquellos que estaban inscritos en la embajada o recibieron el estatus oficial de refugiados pudieron emitir su voto. Estas personas constituyen una minoría en las ciudades libanesas».
El periodista entrevistó a expertos del Medio Oriente quienes coincidieron en que las elecciones efectivamente no cambiaron nada. Kirill Semyenov señaló que «las elecciones contradicen la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la reforma constitucional total y la creación de una autoridad de transición». Además, las potencias extranjeras rivales siguen siendo los principales árbitros del futuro de Siria.
«La población de Siria todavía se encuentra dividida en oponentes y partidarios de Assad. Estados Unidos y Turquía aún controlan parte del territorio del país. La influencia de Rusia e Irán también es bastante grande en Siria. Todos estos actores externos intervendrán en los procesos que se suceden en el país en la misma medida que lo hará Assad».
El experto en temas del Medio Oriente de la RIAC/siglas en inglés (Consejo Ruso de Asuntos Internacionales) Ruslan Mammadov, cree que Occidente, a pesar de su negativa por reconocer los resultados de las elecciones, tendrá que lidiar con Assad.
«La seguridad de la Unión Europea depende directamente de la situación en Siria. Si hubiese otra escalada en el país, Alemania, Gran Bretaña y Grecia se verían inundados de refugiados nuevamente. Hasta ahora, solo Assad pudo mejorar la situación y Bruselas tiene que tener en cuenta esto».
Tanto Semyenov como Mammadov creen que la situación económica determinará el futuro del próximo mandato de siete años de Assad. «Si la población no posee ingresos, entonces las protestas y las fuerzas mayores pudieran ocurrir incluso en las gobernaciones leales pro-gobierno.[7]
Dmitry Drize: ‘Este barril de pólvora puede estallar en cualquier momento’
Dmitry Drize, del diario en la red Kommersant, desestimó las elecciones de un no-evento: «El presidente en ejercicio obtuvo el 95,1% de los votos escrutados. La participación fue de aproximadamente el 79%. Bashar Al-Assad, de 55 años, fue elegido para otro mandato de siete años. Este ha gobernando el país por «solo» 21 años. Durante este periodo, hubo numerosos intentos de golpe de estado. Sin embargo, hay que tener en cuenta que antes de ello, su padre, Hafez al-Assad gobernó el país durante 29 años.
«Sin embargo, es muy probable que no sea apropiado llamar a Bashar presidente de Siria per se, porque el país está dividido en las llamadas zonas de desescalada del conflicto. Las tropas extranjeras están presentes en su territorio. Assad controla el «oasis» y su capital, Damasco.
«La Unión Europea declaró que no considera que las elecciones sean legítimas. Rusia, por el contrario, lo llamó ‘un paso importante hacia la estabilidad’ y una victoria del líder en ejercicio que ayudará a resolver una difícil situación», mientras que Occidente acusó a las elecciones de ilegitimas, «una manifestación de brutal presión política».
«Existe la opinión de que el Oriente es un tema muy delicado y que allí no es posible instaurar una verdadera democracia al estilo occidental.
Por supuesto, Assad en este sentido no es perfecto. Trata a sus oponentes brutalmente, e incluso, (tal como cree Occidente), utiliza armas químicas contra la población civil. Sin embargo, generalmente, este no es un mal tipo, principalmente porque es un gobernante secular, lo que hace que el régimen de Damasco sea aceptable (desde nuestro punto de vista europeo). Por supuesto, es importante preguntarse con qué está siendo comparado el régimen de Assad. Si uno lo comparara con el EIIS o con bárbaros medievales similares, entonces no puede haber ninguna duda de que Assad es preferible a ello.
«Existe una tácita opinión de que Assad permanece en el poder única y exclusivamente debido al apoyo de Rusia.
«Nuestras tropas ya se han retirado oficialmente de Siria al menos dos veces, pero sin embargo estas permanecen allí. Parece ser que esta situación perdurará, si no eternamente, por mucho tiempo. Aún así, se cree universalmente que Rusia salvó a este régimen del colapso total y también salvó la vida de muchos civiles laicos…
«Algunos preguntarán, ‘¿Qué sacó de bueno Moscú de todo esto?’ y ¿puede Bashar al-Assad ser considerado como aliado nuestro?’ Pero el tema siria ha caído durante mucho tiempo al segundo (o incluso al tercer) lugar en la agenda de información rusa. No existe una gran guerra y debemos dar gracias a Dios por ello. Existen enfrentamientos, por supuesto, pero esto se ha convertido en algo muy común en el lugar…
Sin embargo, uno no puede evitar la sensación de que este barril de pólvora puede estallar en cualquier momento. Ese es el temor principal. Pero hasta ahora parece ser que la situación en Siria es más o menos tranquila. Así las cosas surge la oportunidad de que Bashar al-Assad sea electo para un cuarto mandato de siete años».[8]
Experto en asuntos internacionales Lukyanov ‘Uno no debería tomarse las elecciones muy en serio’
Fyodor Lukyanov, editor en jefe de Rusia en Temas Globales, comentó con desprecio las elecciones y la condena occidental que siguió al respecto:
«En términos prácticos, el no reconocimiento de los resultados de las elecciones sirias en Occidente no significa nada. Estas elecciones no hacer mayor ni disminuyen la legitimidad de Bashar al-Assad. Estas tuvieron que celebrarse formalmente con el fin de fundamentar su próximo mandato presidencial. Y así sucedió. Los eventos posteriores en la república se desarrollarán independientemente de estos procedimientos».
Según Lukyanov, «uno no debería tomarse en serio el resultado de las elecciones… además «el resultado de las elecciones era ya algo esperado y esta situación tampoco cambia nada para los intereses rusos en Siria».
«Siria se encuentra en un estado de conflicto civil prolongado (si es que no se pudiese denominar guerra civil). Por lo tanto, unas elecciones democráticas en esta situación difícilmente es óptima».[9]
[1] News.yahoo.com, 28 de mayo, 2021.
[[2] Mid.ru, 28 de mayo, 2021.
[[3] Iz.ru, 28 de mayo, 2021.
[[4] T.me/alexey_pushkov, 30 de mayo, 2021.
[[5] Ria.ru, 28 de mayo, 2021.
[[6] Rg.ru, 28 de mayo, 2021.
[[7] Ria.ru, 28 de mayo, 2021.
[[8] Kommersant.ru, 30 de mayo, 2021.
[[9] Vz.ru, 28 de mayo, 2021.