Por: Yigal Carmon*

Las fuerzas iraníes y las milicias apoyadas por Irán se están expandiendo en Siria y se acercan a la frontera israelí. Esto está sucediendo con el total apoyo y facilidades por parte de Rusia, a pesar de que Rusia sabe muy bien que el objetivo de Irán es luchar contra el Estado de Israel y erradicarlo y que su expansión en Siria mejorará significativamente ese objetivo. Mientras el canciller de Rusia Lavrov denomina «no realista» las exigencias israelíes para que los iraníes se mantengan a una distancia de 40 km de su frontera – luego que Irán ha recorrido 2.000 km para llegar a este punto – el Ministro de Defensa ruso Shoygu tiene la audacia de venir a Israel y suplicarle que se abstenga de defenderse a sí mismo.

Los rusos creen que pueden engañar a Jerusalén. Pero hasta ahora, Israel ha decidido actuar de acuerdo a los hechos, en lugar de verse engañados por la duplicidad rusa y atacar objetivos sirios que ponen en peligro al propio Israel.

Mientras Siria e Irán disfrutan del apoyo total de Rusia, Israel no cuenta con el respaldo estadounidense contra la amenaza Rusia-Irán. Estados Unidos ni siquiera se defiende a sí mismo en Siria: justo hace unos días, Rusia, como estado deshonesto, violó el acuerdo de la zona de desconfianza que había firmado con los Estados Unidos. Por lo tanto, la expansión de Irán en toda Siria hasta la frontera israelí pronto será completada, con el pleno apoyo de Rusia y con un eventual retiro de todas las fuerzas estadounidenses de Siria.

Altos funcionarios iraníes y comandantes militares ya han aclarado que después de Siria, Israel es el próximo.

Israel tendrá que combatir solo su guerra contra el eje Irán-Rusia-Siria. Este necesitará del respaldo diplomático, equipos militares y asistencia económica de los Estados Unidos, pero nunca de tropas estadounidenses. Pero tal como están las cosas, la verdadera estrategia de Estados Unidos frente a la expansión de Irán en la región es contraria a su retórica, en oposición a esta expansión (los Estados Unidos acordaron, tanto en las conversaciones de Astaná como en el acuerdo de las zonas de reducción de conflictos con Rusia, legitimar la presencia de Irán en Siria). Esto significa que el apoyo estadounidense a Israel contra el eje Irán-Rusia no está asegurado. La política de Rusia hacia los Estados Unidos tampoco garantiza que los Estados Unidos respaldarán a Israel ante la amenaza iraní que Rusia permite.

Israel está bien equipado para responder a las amenazas existenciales si fuese necesario, incluso si estas son directa o indirectamente, rusas. Al mismo tiempo, el poderío militar de Rusia puede llegar a ser sobreestimado. Rusia actúa como si fuese una potencia mundial, pero su armamento avanzado puede fallar contra la superioridad tecnológica israelí-estadounidense. Esta puede ser la razón por la cual Rusia no tiene prisa en lanzar sus misiles cuando Israel contraataca en Siria. El ex-presidente Obama incluso llamó a Rusia un poder regional.

Esto no quiere decir que no exista una amenaza existencial para Israel. Claramente, el eje Irán-Rusia-Siria-Hezbolá representa tal amenaza, pero Israel puede superarlo, si fuese necesario. Sin embargo, su capacidad para enfrentar la amenaza depende del temprano reconocimiento de que Rusia es parte del eje enemigo.

La incapacidad de muchos en Israel y Occidente para percibir a Rusia como el enemigo se deriva de la creencia de que Rusia no posee razón alguna en el mundo para ser el enemigo de Israel. Por lo tanto, ignoran lo que ven suceder en Siria y en su lugar, brindan explicaciones complicadas sobre un conflicto inherente de intereses entre Rusia e Irán. Esta es simplemente una falla psicológica por la que Israel sufrió amargamente en su historia, al igual que otras naciones.

Entonces, ¿Cuales son las razones por la qué Rusia se alineará a si mismo política y estratégicamente a Irán?

Rusia se ve a sí mismo como una superpotencia luchando por recuperar su antiguo estatus. De hecho, para Rusia, el enemigo no es Israel. El verdadero adversario de Rusia son los Estados Unidos e Israel es un aliado histórico de ese adversario. Desde el colapso de la Unión Soviética, una Rusia cada vez más amargada ha hecho escalar sus intentos de recuperar su gloria pasada. El régimen ruso odia a los Estados Unidos (para entender esto, es suficiente leer el discurso de Putin hace unos días en la conferencia anual del Club Valdai, véase el informe del Proyecto de Medios de Comunicación Rusos en MEMRI).

Pero Rusia no puede combatir directamente contra los Estados Unidos. Los Estados Unidos se encuentra en el Mar del Norte y lo mejor que Rusia puede hacer es enviar aviones para molestar a la Marina estadounidense allí. La OTAN se está expandiendo hacia el este y las fuerzas rusas no pueden competir con ello, como lo demuestra el Coronel (ret.) Mikhail Khoradenok en la televisión rusa, consternando a su audiencia con su discurso: «Tenemos 200 aviones de guerra, mientras que la OTAN posee 3.800». Tenemos 1.600 vehículos blindados y APCs, mientras que la OTAN tiene más de 20.000… Por lo tanto, cualquiera que hable de nuestra capacidad para librar una guerra convencional contra la OTAN tiene claramente lo fueron demasiado exaltados «(véase el video del Proyecto de Medios de Comunicación Rusos en MEMRI Clip #5902, 14 de febrero, 2017) El único portaaviones anticuado de Rusia, el Almirante Kuznetsov, no puede competir con la Marina estadounidense, con sus 10 avanzados portaaviones.

Rusia no puede enfrentarse a Estados Unidos directamente y utiliza a Irán para representarle y de esta manera humillar a Estados Unidos, socavar su estatus y expulsarlo de la región. Al mismo tiempo, Rusia puede utilizar a Irán como carta bajo la manga para obtener lo que más necesita: un levantamiento de las sanciones impuestas luego que este se anexara Crimea y desmembró a Ucrania. Los grupos pensantes y medios de comunicación afiliados al régimen ruso declararon explícitamente a comienzos del 2017 que la alianza de Rusia con Irán pudiera ser una moneda de cambio; véase los informes del Proyecto de Medios de Comunicación Rusos de MEMRI, a continuación.[1]

A menos y hasta que Rusia y Occidente lleguen a un acuerdo de levantar estas sanciones a cambio de que Rusia abandone su alianza con Irán, lo cual es totalmente irreal, Rusia se aferrará a esta alianza. Esto se debe a que Irán refuerza las aspiraciones y pretensiones de la superpotencia rusa y comparte y sirve, el impulso de Rusia para humillar y socavar a los Estados Unidos. Cualquier daño causado a Israel en el proceso no figura en las consideraciones estratégicas de Rusia frente a los Estados Unidos. Peor aún si Rusia cambiase de dirección en cualquier momento en un futuro cercano, la expansión iraní habilitada por Rusia en Siria y su proximidad con Israel, se mantendrá y servirá como la plataforma de lanzamiento de la República Islámica para su guerra contra Israel.

*Yigal Carmon es Presidente de MEMRI y se desempeñó como asesor de dos primeros ministros israelíes con el objetivo de combatir contra el terrorismo.

[1] Véase Despacho Especial No. 6742 de MEMRI, Director general de grupo pensante financiado por el gobierno ruso: Las actuales relaciones entre Rusia e Irán no pueden ser llamadas alianzas estratégicas, un enemigo singular pudiera muy bien convertirse fácilmente en un aliado futuro, 16 de enero, 2017; Despacho Especial No. 6779 de MEMRI, Diario pro-Kremlin Pravda.ru: ‘Irán se está convirtiendo en un problema importante, primero y ante todo para los intereses de Rusia’, 12 de febrero, 2017; Despacho Especial No. 6808 de MEMRI, Columnista del diario ruso ‘Kommersant‘: ‘Moscú [entiende] que en Irán posee un socio realmente caprichoso e impredecible. Eso abre una cierta ventana de oportunidades para la diplomacia de Donald Trump’, 1 de marzo, 2017; Despacho Especial No. 6813 de MEMRI, Medio de comunicación ruso ‘Vzglyad‘: ‘Se espera que Teherán compense a Moscú por los costos que creará para proveerle cobertura geopolítica a Irán’, 3 de marzo, 2017).