En un artículo el 20 de octubre, 2014, Ghassan Charbel, editor en jefe del diario de Londres Al-Hayat, escribió que la toma de control de Saná por los rebeldes Houthi y el norte de Yemen es otro ejemplo de un fenómeno que caracteriza nuestra época, es decir que las organizaciones terroristas ideológicamente motivadas con pequeños ejércitos logran imponer su voluntad y dictar la agenda de los países del Medio Oriente. Grandes ejércitos, dice Charbel, ya no son relevantes, porque son impotentes frente de la determinación y eficacia de estas milicias. Por lo tanto, al igual que los houthis han impuesto su dominio sobre Sana’a, Hezbolá impone su voluntad sobre el Líbano, el EIIS se ha hecho cargo de partes de Siria e Irak y Hamas impone su voluntad sobre la Autoridad Palestina.

Lo siguiente son extractos del artículo de Charbel. [1]


Ghassan Charbel (imagen: english.alarabiya.net)

El pequeño ejército Houthi no consiguió ninguna oposición mientras marchaba sobre Sana’a

«El árabe sigue los acontecimientos en Yemen como si siguiera un programa de entretenimiento en televisión. Un pequeño ejército [es decir, la organización Houthi Ansar Allah], cuyas fortalezas en la región de la [provincia] de Sa’dah se había vuelto demasiado estrecho para este, comenzó a moverse sobre Sana’a. Fue un viaje divertido. [la organización] no se enfrentó a las fuerzas regulares del régimen, que una vez combatieron, ni ninguna patrulla de los aparatos de seguridad interna. Ningún policía de la ciudad les pidió papeles. En todo este país, con tantas armas, tribus y [facciones], Ansar Allah no encontró a nadie que combatió en su contra.

«La caída de Sana’a al igual que una fruta madura [en sus manos] agudizó el apetito de los houthis. En el segundo episodio de la serie [capturaron] la ciudad de Al-Hudaydah, su puerto marítimo, y la ruta al [mar] Bab Al-Mandeb. Un pequeño ejército avanza y un ejército grande corre para cubrirse. A medida que avanza, el pequeño ejército se enriquece en equipos [tomados] de las grandes bases del ejército: tanques, artillería y municiones.

«El Presidente [yemenita] ‘Abd Rabbuh Mansur Hadi actuó como un observador austriaco [de la ONU], y el [Asesor Especial de las Naciones Unidas en Yemen] Jamal Benomar actuó como un periodista. [Los tanques Houthi] son más tangibles que la tinta de los acuerdos [entre los houthis y el presidente]. El presidente se vio obligado a obedecer al guía [supremo espiritual] de la república de Yemen [probablemente una referencia al líder Houthi ‘Abd Al-Malik Al-Houthi]. El pueblo del sur [de Yemen] vio al pequeño ejército Houthi hacerse cargo de [todo] el norte, y reaccionó alzando la bandera de la independencia. Yemen explotó.

«[Las intenciones de los houthis] no eran ningún secreto. En marzo pasado escuché al Presidente Hadi decir que los houthis querían llegar al Mar Rojo. Este [también] dijo que aquellos quienes tenían las llaves del [estrecho de] Bab Al-Mandeb y el Estrecho de Ormuz no necesitaban una bomba atómica, implicando que Irán estaba detrás de las actividades de los Houthi… Siete meses después de que diera estas declaraciones, los houthis se dieron cuenta de su plan con una facilidad sin precedentes… Lo que es seguro es que estamos ante la aparición de un momento peligroso para Yemen y sus alrededores. Lo más peligroso que puede suceder es que Al-Qaeda se convierta en un símbolo de la resistencia sunita al plan Houthi».

«Un pequeño ejército llamado el EIIS realizó un magnífico golpe de estado y empujó a Irak hacia otra explosión»

«[Vivimos en una época] de pequeños ejércitos. Un pequeño ejército llamado el EIIS llevó a cabo un gran golpe de estado y empujó a Irak hacia otra explosión. Las divisiones del ejército iraquí colapsaron una a una ante sus ataques. Armas estadounidenses cayeron en manos de este pequeño ejército que borró la frontera entre Irak y Siria, y si no hubiese sido por otro pequeño ejército – el Peshmerga – apresurándose a unirse y permanecer firmes [en su contra], el EIIS estaría ahora disfrutado del petróleo de Kirkuk, y los kurdos habrían enfrentado algo peor que la Operación Anfal de Saddam [Hussein]. [2] El pequeño ejército dio un golpe de estado enorme, tal como lo demuestra el pánico regional e internacional que dio origen a la coalición [internacional] y los ataques aéreos contra el [EIIS]. Antes [de la formación de la coalición], el ejército iraquí temía por Bagdad, y pidió la ayuda de las masas, a saber de pequeños ejércitos [es decir, a las milicias chiitas que se estaban formando para combatir al EIIS luego de la caída de Mosul]».

El ejército sirio no hubiese podido resguardar Damasco sin la ayuda de los ejércitos pequeños: Hezbolá y Asa’ib Ahl Al-Haqq

«El ejército sirio no puede compararse al ejército iraquí. Este ha demostrado una unidad impresionante durante la larga guerra [en Siria]. Sin embargo, controla [sólo] partes del territorio de Siria, y algunos dicen que este gran ejército no hubiese podido resguardar Damasco si no hubiese sido salvado por los pequeños ejércitos enviados [a Siria] desde Irak y el Líbano con la bendición de Irán. Me refiero al Hezbolá y a [la milicia chiita iraquí] Asa’ib Ahl Al-Haqq. No es nada pequeño que el ejército del Hezbolá rescató al ejército sirio de su confrontación con el ejército de Liberación de Siria, el ejército Jabhat Al-Nusra, y el ejército del EIIS. Hezbolá cambió el curso de la crisis siria…

«El Líbano no es una excepción cuando se trata de pequeños ejércitos. Este los experimentó durante la guerra civil. [Luego,] después del 7 de mayo, 2008 Hezbolá alegó derechos de veto sobre las decisiones del régimen libanés. Un gobierno no puede formarse sin su consentimiento, y un presidente no puede ser elegido sin su bendición. Su participación en un gobierno no significa que reconoce la competencia exclusiva [del gobierno] para tomar decisiones sobre la guerra y la paz. Sus acciones en el sur del Líbano confirman esto, al igual que su intervención en Siria».

El golpe de estado organizado por el pequeño ejército de Hamas en Gaza cambió el curso de la causa palestina

«Hamas y el Jihad Islámico son [también] parte de la matriz de pequeños ejércitos. Las Brigadas ‘Izz Al-Din Al-Qassam han lanzado más de una guerra y han desarrollado su [propio] arsenal de cohetes. Hamas es única, ya que fue la única [facción] sunita en el eje de la resistencia. La profundización del conflicto sectario [entre sunitas y chiitas] en Siria la llevó a dejar [este eje], pero esto no cambia el hecho de que el golpe de estado llevado a cabo por su pequeño ejército en Gaza cambió el curso de la causa palestina».

La región está llena de pequeños ejércitos motivados ideológicamente que no reconocen las fronteras internacionales

«Estos son [todos] ejércitos pequeños e ideológicamente [motivados]. Sus guerras [trascienden las fronteras trazadas] en los mapas tradicionales, y sus fuentes de autoridad no reconocen [estas] fronteras internacionales. Estos son ejércitos bien entrenados y bien equipados. Están unidos y [demandan] disciplina absoluta… Son capaces de hacerse cargo de las tomas de decisiones en países, y de violar las fronteras internacionales. Su problema es que representan sólo a una parte de la ciudadanía, y que el daño que causan conduce que otros entren en pánico o al terrorismo. Los grandes ejércitos por sí mismos se convierten en pequeños ejércitos cuando controlan [sólo] partes de un país o se apoyan en [sólo] parte del pueblo. Es difícil para un pequeño ejército hacerse cargo de todo el mapa de un país heterogéneo. El poder de pequeños ejércitos hace trizas los mapas.

«Esta es la primera vez que vemos a un número tan [grande] de pequeños ejércitos en el mapa regional. También existen nuevos ejércitos que están surgiendo en este mismo instante. En Libia, [por ejemplo], están surgiendo pequeños ejércitos que existen a la sombra de los grandes, pero se apoyan en otras fuentes. La vida bajo la sombra de grandes ejércitos era lo [suficientemente] agotador. La vida bajo la sombra de pequeños ejércitos conduce aparentemente a mapas resquebrajados o a la formación de pequeñas patrias».


[1] Al-Hayat (Londres) 20 de octubre, 2014.

[2] La campaña de Saddam Hussein contra los kurdos del norte de Irak entre 1986-1989, que incluyó ataques con gas venenoso.