En un artículo escrito el 20 de noviembre en el diario saudita con sede en Londres Al-Hayat, el editor del diario, el libanés Ghassan Charbel, escribió que la guerra en Siria plantea una amenaza horrible para todo el Medio Oriente, ya que ha desatado una guerra sectaria en toda la región en la que sunitas y chiítas viajan a Siria de otros países a fin de luchar entre sí allí. Esto, dice, ha eliminado prácticamente las fronteras entre países y ha destrozado su cohesión interna, creando una conflagración de gravedad sin precedentes, que no puede ser controlada o contenida.
Abordando la situación en el Líbano, este fustigó tanto a sunitas y chiítas allí por apresurarse a importar la guerra siria a su propio país, en total desprecio por la amenaza que esto representa para su país y para el futuro de sus hijos. El Líbano, dice, está más allá de la etapa de «iraquización», esta está siendo testigo a asesinatos sectarios que la colocan al borde del colapso y ponen en peligro su supervivencia.
A continuación se presenta una traducción al inglés de este artículo publicado por Al-Hayat.[1]
Ghassan Charbel (imagen: al-Arabiya.net)
«¿Cómo pueden [sunitas y chiítas] coexistir en el Líbano si combaten en Siria?»
«¿Qué tan peligroso es para un libanés del norte cruzar hacia Siria a fin de combatir con la oposición [allí] porque es sunita, y cuan peligroso es para un libanés del Bekaa cruzar hacia Siria para combatir junto al régimen [allí] porque es chiíta. ¿Cuan peligroso es para un chiíta libanés matar a un sirio sunita en territorio sirio, y para un sunita del Líbano asesinar a un sirio alauita en territorio sirio. ¿Cuan peligroso es para un chiíta iraquí cruzar la frontera para combatir contra un sirio sunita en territorio sirio, y cuan peligroso es para un sunita iraquí cruzar la frontera para combatir contra un sirio alauita en territorio sirio.
«Estamos en medio de una guerra sectaria regional, donde los sentimientos fluyen como [una] inundación. El problema radica no sólo en aquellos [que] ‘regresarán de Siria’ mañana o al día siguiente; El problema es que el fuego sirio está quemando [la] cohesión nacional [de] los países cercanos y lejanos.
«Aquellos que [han ] cruzado hacia Siria [han] destruido la inmunidad de la frontera en ambas direcciones. [Han] destrozado los mapas. [Ha] quedado claro que los sunitas quieren conectarse con los sunitas en los países vecinos independientemente de la frontera, y que el chiíta quiere conectarse al alauita, independientemente de la frontera, y que los obstáculos que impiden este contacto serán tratados como objetivos para ser eliminados y cancelados. Nunca habíamos visto esto antes. ¿Cuan peligroso es para unos libaneses chiítas para matar a un libanés sunita en Siria, y viceversa. ¿Cómo pueden coexistir en el Líbano si están combatiendo en Siria?»
«Los campos de exterminio se extienden desde Bagdad a Beirut a través de Damasco»
“Los libaneses tienen derecho a sentirse muy asustados; mejor dicho, es su deber sentir una profunda consternación Lo que está sucediendo [ahora] es más grave y horrible que las guerras de los años setenta y ochenta [Las] guerras anteriores eran de naturaleza diferente. Sus fuegos y [alcance] podían [limitarse] de alguna manera, y una potencia regional podría haber sido llamada a hacer cumplir la paz y [su vigilancia], aunque a un precio. Las guerras actuales son diferentes, y no tienen límites o controles. Están teniendo lugar en una región diferente, y así vemos que los campos de la muerte se [extienden] desde Bagdad hasta Beirut pasando por Damasco. Irak está enfermo, Siria destrozada, y el Líbano es una víctima probable de asesinato.
«Estamos frente a escenas sin precedentes. No es nada sencillo que la embajada iraní en Beirut está siendo vista como objetivo, [en respuesta a la] participación iraní en Siria. No es nada sencillo para las Brigadas Abdullah Azzam de Al-Qaeda [en] responsabilizarse [y] llamar en Hezbolá para que saque sus tropas de Siria. No es nada simple para las declaraciones declarar que el ataque fue «una operación doble de martirio por dos héroes de la [secta] sunita en el Líbano».
«El nuevo ataque se produjo en un momento cuando el Líbano sigue [sufriendo] bajo el peso de los atentados de agosto. El primer atentado derramó sangre en el suburbio (chiíta) del sur de Beirut. El segundo derramó sangre en la (sunita) Trípoli atacando mezquitas durante los rezos. No existe nada que justifique [el uso del] eufemismo y el evitar [etiquetar] ya más. El Líbano se encuentra oficialmente en el escenario de los asesinatos sectarios.
«Si las declaraciones de las Brigadas Abdullah Azzam dijeron [la verdad] acerca de la identidad de los autores, el peligro se convierte en doble. Ya no estamos ante el peligro de una ‘iraquización’. La ‘iraquización’ ya es parte de la escena. El atentado en el suburbio del sur fue sin duda de este tipo, y también lo fueron los atentados en Trípoli.
«Golpes sucesivos [le han] dado a un país que ha perdido su inmunidad, un país que está dividido y es incapaz de formar un nuevo gobierno ocho meses después de que el anterior gobierno dimitiera. El Líbano es un país que vive bajo un parlamento paralizado, y un país cuyo ejército e instituciones de seguridad están tratando de eludir el fuego sin [tener que tomar el] riesgo de poder hacerle frente, por razones que tienen que ver con su unidad interna».
Los libaneses «se apresuraron a importar» La guerra siria a su país
«Los libaneses no trataron de mantener el fuego sirio lejos de su país. Fueron hacia este, lo [trajeron] y se apresuraron a importarlo. Se dividieron y se arrojaron mutuamente al fuego, algunos de forma individual y otros en una manera organizada pública. No prestaron atención al hecho de que estaban jugando con su sangre y con la sangre de sus hijos, y que este juego era mucho más de lo que el Líbano puede soportar. No se dieron cuenta de que el Líbano está en peligro de colapsar, no sólo porque el colapso de las fronteras de la región es peligroso, sino porque el colapso de la convivencia invalida la raison d’être (razón de ser) del [Líbano].
«No voy a hacer propuestas ingenuas como el retirarse de Siria y [hacer] concesiones mutuas para formar un gabinete, ambos inclusive. Siento [que] cada bando en el Líbano es rehén de sus [propias] opciones suicidas. Los vientos de ‘iraquización’ golpearon a Siria, y ahora están soplando [en] el Líbano. El Líbano va en camino [al] colapso. Las relaciones entre chiítas sunitas nunca se han deteriorado tanto como lo han hecho hasta ahora. Mientras tanto, los cristianos en el Líbano son demasiado pocos para la crisis actual y sus riesgos, y demasiado pequeños para llevar a cabo un papel histórico que renueve el sentido del Líbano y la justificación para su supervivencia».
[1] Al-Hayat (Londres), 20 de noviembre, 2013. El texto ha sido ligeramente editado para mayor claridad basado en su árabe original.