Cuadro de contenido

  • Introducción
  • Jeque de Al-Azhar critica la iniciativa del presidente de la Universidad de El Cairo en reexaminar la herencia islámica
  • Al-Azhar rechaza iniciativa del ministro de dotaciones religiosas egipcias por una lectura moderna del sunna del Profeta Mahoma
  • Graves tensiones entre el presidente egipcio y el jeque de Al-Azhar, ante oposición de Al-Azhar a la iniciativa de renovar el discurso religioso en el país
  • Jeque de Al-Azhar se opone a acusar a activistas terroristas de herejía: «Si acuso al EIIS de herejía, seré entonces como ellos»
  • Al-Azhar se opone a la iniciativa de estandarizar los sermones de los viernes en las mezquitas
  • Al-Azhar se opone a la reforma de la ley de estatus personal
  • Declaración final de la Conferencia Internacional de Al-Azhar para la renovación del pensamiento islámico refleja su negativa de avanzar en la iniciativa de reforma religiosa
  • Posturas extremistas del Jeque Al-Tayyeb como obstáculo para la reforma religiosa en Egipto

Introducción

En enero, 2020 Al-Azhar, siendo esta la principal institución religiosa en Egipto y en el mundo musulmán sunita, celebró la Conferencia Internacional sobre Renovación del Pensamiento Islámico, bajo el auspicio del Presidente ‘Abd Al-Fattah Al-Sisi. La conferencia abordó entre otras cosas, la renovación del discurso religioso, una iniciativa que el régimen de Al-Sisi ha estado tratando de promover durante años como parte de sus esfuerzos para combatir el terrorismo y el extremismo en el país.

La conferencia fue ampliamente cubierta en los medios de comunicación egipcios, principalmente debido a una severa confrontación que tuvo lugar durante esta entre el presidente de la Universidad de El Cairo profesor Muhammad Othman Al-Khosht y el Jeque de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb. Este último respondió con fuerza a la sugerencia de Al-Khosht de que la herencia islámica será renovara y se alineara a la era moderna, afirmando que el conflicto entre la modernidad y la herencia islámica es un invento creado por Occidente para mantener a raya al mundo musulmán y que una «maldita y viciosa máquina» está dirigiendo la forma en que la gente ve y opina sobre el Islam.

Las declaraciones de Al-Tayyeb reflejan la obstinada negativa de Al-Azhar en cumplir con los repetidos llamados de Al-Sisi a una «revolución religiosa» y son otro ejemplo de su oposición de larga data a todas las iniciativas de reforma del régimen, tanto las destinadas a erradicar a los extremistas como al discurso de los terroristas y lo relativo a las leyes de estatus personal. La declaración final de la conferencia, que fue leída por el Jeque de Al-Azhar Al-Tayyeb, refleja los puntos de vista conservadores de la institución y su negativa a unirse a los esfuerzos para promover un discurso religioso mucho más moderno en Egipto.

Esta negativa de Al-Azhar en cumplir con los esfuerzos de reforma del régimen no es nada sorprendente, ya que este es cónsono con las declaraciones hechas por el jefe de esta institución Ahmad Al-Tayyeb, sobre varios temas. En declaraciones a los medios a lo largo de los años, Al-Tayyeb ha afirmado, por ejemplo, que no existen pruebas de que Osama bin Laden haya sido responsable de los ataques del 11-S, hechos que ocurrieron en el año 2001, que las organizaciones terroristas islamistas son un nuevo producto del imperialismo, que Los palestinos tienen derecho a «volar por los aires lo que quieran» y que los cristianos son «infieles».

El rechazo de Al-Azhar y su líder es un obstáculo a cualquier esfuerzo presente o futuro de renovación y de reforma en Egipto y ha provocado críticas del régimen y de los medios de comunicación pertenecientes a la institución. Sin embargo, la dificultad experimentada por el régimen para renovar el discurso religioso surge no solo de la oposición a Al-Azhar y Al-Tayyeb a estos esfuerzos, sino también por la falta de voluntad de Al-Sisi, quien se presenta como un musulmán creyente y cuya esposa lleva puesto el hijab, para confrontar abiertamente a Al-Azhar a fin de hacer cumplir sus iniciativas. Presumiblemente, su renuencia proviene del temor a socavar el estatus de Al-Azhar.

El régimen egipcio y Al-Azhar – y en particular Al-Sisi y Al-Tayyeb, han desarrollado una dependencia mutua que les ha llevado a formarse interpretaciones no-escritas respecto a las relaciones entre ellos. Al-Sisi le debe su posición al Jeque de Al-Azhar Al-Tayyeb, quien lo apoyó en un momento crucial cuando en el 2013 expulsó del poder al régimen de la Hermandad Musulmana, liderado por Mohamed Morsi y que lo ha seguido apoyando a lo largo de su presidencia.[1] Al mismo tiempo, la prohibición dentro y fuera de Egipto de la Hermandad Musulmana, un movimiento que desafía las posturas de Al-Azhar en el mundo musulmán y que busca dominar el discurso islámico, ha permitido que esta institución gane más poder en Egipto y en todo el mundo islámico. Preservar la fuerza y ​​el prestigio de Al-Azhar, que durante más de un milenio ha sido la principal institución de enseñanza islámica en todo el mundo musulmán, es crucial para preservar la postura de Egipto en el mundo árabe e islámico, en medio de países competidores y fuerzas islámicas tales como La Liga Mundial Musulmana en Arabia Saudita y la Unión Internacional de Estudiosos Musulmanes, que se identifica con la Hermandad Musulmana y cuenta con el apoyo de los rivales de Egipto, Turquía y Qatar.

Si bien este se opone a las reformas promulgadas a través de regulaciones y leyes oficiales, Al-Azhar está dispuesto a promover la renovación del discurso religioso solo a nivel informativo. Sus representantes asisten a muchas de las conferencias e iniciativas en todo el mundo dedicadas al diálogo interreligioso y a la erradicación del extremismo, y lanzan varias campañas para promover la condición de la mujer en Egipto de manera que se ajuste a la interpretación conservadora del sharia islámico. Estas medidas permiten que Al-Azhar y su liderazgo se presenten como promotores de un discurso religioso moderado sin comprometerse realmente a ninguna reforma significativa en tal sentido.

Al-Sisi respeta la independencia de Al-Azhar en lo referente a los temas religiosos y cree que la reforma del discurso religioso en Egipto requiere la cooperación de su liderazgo. Por lo tanto, este tiene mucho cuidado de enfatizar que no está tratando de imponer su voluntad sobre Al-Tayyeb, sino que está pidiendo su ayuda «como [compañero] musulmán y no como el líder» de Egipto. En esto difiere claramente del Príncipe Heredero a la Corona saudita Muhammad bin Salman, por ejemplo, quien modificó las leyes de estatus personal en un atrevido desafío a los oprimidos clérigos sauditas.

Al-Tayyeb, por su parte, también es cuidadoso en evitar un choque abierto con el régimen. Si bien no coopera con los esfuerzos de reforma del régimen, también evita desafiar la autoridad del régimen o sobrepasar los límites de su papel. Por ejemplo, cuando presentó una propuesta no vinculante, redactada por Al-Azhar, para una nueva ley de estatus personal, tuvo mucho cuidado de señalar que «Al-Azhar no es un [organismo] legislativo».

Parece ser que los esfuerzos del régimen para renovar el discurso religioso no tendrán éxito mientras sus relaciones mutuas y sus entendimientos con Al-Azhar permanezcan tal como están. En otras palabras, no se avanzará en este frente mientras Al-Sisi se niegue a involucrarse directamente con la institución religiosa, tal como lo hicieron los líderes reformistas Kamal Ataturk en Turquía y Habib Bourguiba en Túnez (lo que pudiera costarle la presidencia) y mientras la autoridad para reformar el discurso religioso permanezca en manos del recalcitrante Ahmad Al-Tayyeb.

Jeque de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb asiste al anuncio de Al-Sisi sobre el derrocamiento del régimen de la Hermandad Musulmana (Fuente: Al-Masri Al-Yawm, Egipto, 1 de enero, 2014)
Jeque de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb asiste al anuncio de Al-Sisi sobre el derrocamiento del régimen de la Hermandad Musulmana (Fuente: Al-Masri Al-Yawm, Egipto, 1 de enero, 2014)

Este informe revisa la oposición de Al-Azhar a las diversas iniciativas para renovar el discurso religioso y las tensiones entre Al-Azhar y el régimen en este contexto, así como también la declaración final de la Conferencia Internacional sobre la Renovación del Pensamiento Islámico, y las posturas de Al-Tayyeb sobre diversos temas, tal como se refleja en los informes de MEMRI publicados a lo largo de los años.

Jeque de Al-Azhar critica la iniciativa del presidente de la Universidad de El Cairo para reexaminar la herencia islámica

Los medios de comunicación egipcios informaron sobre un enfrentamiento verbal que tuvo lugar recientemente, el día 28 de enero, 2020 en la Conferencia Internacional Al-Azhar sobre la Renovación del Pensamiento Islámico en El Cairo, entre el Jeque de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb y el presidente de la Universidad de El Cairo Profesor Muhammad Othman Al-Khosht, al tema renovación de la herencia islámica.

En la conferencia, que fue patrocinada por el Presidente egipcio Al-Sisi, Al-Khosht pidió renovar la herencia islámica para adaptarse a la era moderna, como parte de la implementación del plan dirigido por el Presidente Al-Sisi para renovar el discurso religioso en el país. El llamado de Al-Khosht fue abruptamente rechazado con mucha dureza y desdeñosamente por el Jeque de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb. El choque verbal provocó un tumultuoso alboroto mediático en el país.

En la conferencia Al-Khosht pidió reconstruir el discurso religioso incluyendo una nueva y moderna terminología y no conformarse con una renovación del discurso religioso tradicional existente. Este comparó la situación a la construcción de una nueva casa cuando uno ya no desea vivir en el hogar de su padre, diciendo: «Amo la casa de mi padre, pero no me gustaría vivir allí. [Del mismo modo], aprecio nuestra herencia ancestral pero deseo crear una nueva herencia para vivir». En su manera de ver, elaborar una nueva percepción religiosa requiere de socios no solo de las instituciones religiosas clásicas, tales como Al-Azhar, sino también de otras instituciones – las humanidades y las ciencias sociales.

Este explicó: «Las ciencias religiosas están en un estado de estancamiento. Estas se cimientan en duplicarse y copiarse… No existe un análisis crítico, ni análisis científico, ni ningún uso de metodologías de las humanidades o de las ciencias sociales. Todas las batallas de los viejos tiempos están siendo repetidas. Todavía vivimos en los tiempos del fitna [conflicto interno] del califa ‘Othman [ibn’ Affan].[2] Las mismas antiguas batallas están presentes hoy día. Todas las batallas del EIIS son idénticas a las batallas del advenimiento [del Islam], porque no hemos podido entrar en una nueva era. Por lo tanto, llamo al desarrollo de las ciencias religiosas y no su reactivación, porque tal reactivación significa adoptar las ciencias religiosas del pasado en forma de bloque… En el marco de la renovación [del pensamiento religioso], debemos apartarnos del círculo cerrado que representa [la religión] y abrirnos a otros círculos de las ciencias sociales y humanidades… Nosotros estamos ahora en la era de la interdisciplinariedad».

El Jeque de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb rechazó con vehemencia la propuesta de Al-Khosht, diciendo en respuesta que el término «renovación» no es moderno en lo absoluto, sino que este es tomado de la herencia islámica. Al-Tayyeb rechazó la metáfora del nuevo hogar de Al-Khosht diciendo: «Usted dijo que la renovación [religiosa] es como renovar el hogar de su padre, que amas y aprecias pero no quieres vivir en ella, así que la dejas y te vas a vivir a otra casa. Eso no es renovación, sino negligencia, abandono y declarar una falta de conexión con la casa de nuestro padre. La renovación debe ser llevada a cabo dentro del hogar del padre, de acuerdo a la forma moderna de construcción». Este añadió: «Señor, la herencia [islámica] de la cual usted se burla hoy… [Es lo que] tomó a un grupo de tribus árabes que solían combatir entre sí y que no podían distinguir derecha de izquierda y durante el transcurso de 80 años, les permitió colocar un pie en Al-Ándalus y otro en China, porque se centraron en los puntos fuertes de esta herencia… ¿Cómo fue que avanzó el mundo islámico antes de la invasión francesa [en 1798]? ¿Que hizo ponerlo en marcha? ¿No fue el sharia y la herencia [islámica]?… Por lo tanto, describir la herencia [islámica] como algo que legó debilidad y atraso es algo muy injusto a la herencia [islámica]».

Al-Tayyeb declaró además que hoy día la implementación de la herencia islámica está estrictamente limitada a temas de estatus personal diciéndole a Al-Khosht: «Entre usted y yo, ¿cree usted que la herencia [islámica] está siendo implementada hoy? No lo creo. Comemos como los europeos con cuchillo y tenedor y utilizamos ambas manos. Usamos autos europeos y estadounidenses… Pensamos como europeos. Nuestros planes de estudio escolares son como los de ellos. La herencia [islámica]… es implementada tal vez en los asuntos de matrimonios, divorcios, herencia y nada más… Yo esperaba que la gente dijera que la herencia es un faltante en nuestras vidas».

Al-Tayyeb también le dijo a Al-Khosht: «Esta guerra entre el patrimonio y la modernidad también es algo inventado para detenernos y mantenernos a raya… Usted debe ser de un pueblo. Vaya y pregúntele a cualquier aldeano detrás de su arado si lo que el EIIS está haciendo es parte del Islam. Seguramente le dirá que lo que este grupo hace no es parte del Islam. Nosotros, como estudiosos y clérigos de Al-Azhar, lo hemos dicho más de una vez y celebramos una, dos o 10 conferencias. Nosotros dijimos que el Islam y los musulmanes son inocentes de todo este terrorismo. Aun así, tuvimos que enfrentar constantes acusaciones sobre la naturaleza terrorista del Islam y tuvimos que celebrar conferencias para decir que el terrorismo no es parte del Islam. Existe una máquina maldita y viciosa que dirige la forma de lo que la gente piensa [acerca del Islam]».

Este agregó que el fitna durante la era del Califa ‘Othman ibn’ Affan mencionado por Al-Khosht fue «contra el trasfondo de la política y no como trasfondo de la herencia» y que «la política secuestra a la religión cuando [la gente] desea alcanzar un objetivo nada agradable para la religión».[3]

Para ver el video de las declaraciones de Al-Khosht y Al-Tayyeb en el portal MEMRI TV, pulse aquí o debajo:

 Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes y videos copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/dispute-al-azhars-international-conference-renewal-islamic-thought-reflects-institutions

*Y. Yehoshua es vicepresidente de investigaciones y director de MEMRI Israel.


[1] El apoyo de Al-Azhar y de Al-Tayyeb a Al-Sisi provocó un intenso fuego por parte de prominentes clérigos identificados con la Hermandad Musulmana tales como el Jeque Yusouf Al-Qaradawi. De hecho, esto causó que Al-Qaradawi renunciara al Consejo de Altos Académicos de Al-Azhar. Tras su renuncia, este dijo: «Yo esperaba que el jeque de Al-Azhar abrazara la verdad y renunciara a este tirano y opresivo régimen que, en [unos cuantos] días o semanas hizo lo que [Gamal] ‘Abd Al-Nasser, [Anwar] Sadat y [Hosni] Mubarak no hizo en 60 años». Al-Sharq (Qatar), 2 de diciembre, 2013.

[2] El asesinato del Tercer Califa, ‘Othman ibn’ Affan, en el año 635, condujo a una guerra interna en el Islam.

[3] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), Cu.edu.eg; Eremnews.com; Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 28 de enero, 2020.