En su columna publicada el 15 de agosto, 2020 en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el periodista saudita Abd Al-Rahman Al-Rashed, ex-editor en jefe del diario y ex-director general del canal saudita Al- Arabiya, expresó su apoyo al acuerdo de normalización de relaciones entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel y al derecho de todos los países árabes a establecer relaciones con Israel. Este afirmó que así como ningún elemento o estado árabe puede imponer sus decisiones sobre la causa palestina y sobre temas palestinos a los palestinos, los palestinos y los árabes no pueden decidir si algún estado árabe debe o no establecer relaciones con Israel, porque este es un tema soberano concerniente a los intereses supremos de ese estado y sus circunstancias únicas.

Al rechazar las críticas de Qatar, Turquía y de los palestinos al acuerdo entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel, este escribió que tales críticas no están relacionadas al propio acuerdo, sino que tienen que ver con disputas internas entre varios estados árabes. Este acusó a Qatar de hipocresía y señaló que fue este el primero en establecer relaciones con Israel, en 1996 y en abrir una delegación israelí en su suelo e incluso recibió en su suelo al entonces vice-primer ministro israelí Shimon Peres, cuando este cumplía con sus propósitos políticos. En referencia a los palestinos, este dijo que en lugar de beneficiarse del progreso del mundo árabe en el establecimiento de relaciones con Israel, estos optaron por sentarse de lado como observadores y enfatizó que estaban siendo muy negligentes.

Abd Al-Rahman Al-Rashed (Fuente: MBC.news, 23 de abril, 2020)

Lo siguiente es una traducción de los puntos principales de la columna de Al-Rashed:

«Existen 193 países en el mundo. [Juntos] componen la comunidad internacional de [estados miembros] de las Naciones Unidas, 163 de los cuales reconocen a Israel. Estas cifras muestran claramente que lo sucedido anteayer [es decir, el anuncio del acuerdo Emiratos Árabes Unidos-Israel] no es tan grave como parece, a pesar de todas las [críticas] que uno ha escuchado al respecto. El [establecimiento] de lazos entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel se produce 27 años después de los Acuerdos de Oslo, 40 años después [del nombramiento de] Sa’d Murtada, el primer embajador de Egipto en Tel Aviv y 24 años después del nombramiento del primer [representante] israelí en Qatar y el haber izado la bandera israelí sobre el edificio de la misión [israelí] en Doha.

 

«La historia árabe de las relaciones diplomáticas, comerciales y deportivas [con Israel] está floreciendo y aún no ha cesado. De ahí la campaña de ataques y críticas emprendida por Qatar y algunos funcionarios de la Autoridad Palestina [contra el acuerdo Emiratos Árabes Unidos-Israel] refleja [sólo] las tensas relaciones entre los países árabes y no tiene nada que ver con la acción diplomática [de los Emiratos Árabes Unidos] respecto a Israel.

 

«Dicho esto, es vital enfatizar dos aspectos importantes que tendemos a olvidar cada vez que surge el tema de las relaciones con Israel. Primero, ningún elemento árabe, individuo o estado, tiene derecho a decirles a los palestinos el qué hacer con su y sus relaciones con Israel. Estos temas son decisión exclusiva de los palestinos, por medio de su autoridad legítima en Ramala. Son ellos quienes deben decidir si quieren ponerse de acuerdo con Israel en la solución de un estado o en dos estados, o en ningún estado. Incluso cuando se trata de detalles generales, los palestinos son los únicos que tienen derecho a decidir [si] su estado incluirá a Jerusalén o no, si los refugiados regresarán o no y [si habrá] guerra o paz. El patrocinio árabe sobre la toma de decisiones palestina terminó hace medio siglo, con una resolución de la Liga Árabe [en ese sentido]. Las decisiones sobre Palestina dependen de los palestinos y no de los qataríes, sirios, iraníes, o de los propios sauditas.

«El segundo punto es que cada país árabe tiene el mismo derecho a manejar sus relaciones internacionales, incluyendo sus relaciones con Israel. Cada estado toma sus propias decisiones soberanas de acuerdo a sus propios intereses y no de acuerdo con lo que los palestinos u otros árabes deseen. Cada estado árabe tiene sus propias circunstancias individuales. Cuando se le preguntó al Presidente sudanés ‘Abd Al-Fattah Al-Burhan la razón del por qué estableció relaciones con Israel después del derrocamiento del régimen de [‘Omar] Al-Bashir, este dijo que era del interés supremo de Sudán. Los Emiratos Árabes Unidos también tienen sus intereses supremos, ante las graves crisis actuales en el mundo.

«¿Qué motivo tuvo Qatar de abrirle sus puertas a Israel desde el comienzo, en 1996, recibiendo [al entonces vice-primer ministro israelí] Shimon Peres en Doha y abriendo una oficina comercial [israelí] [en el lugar]? Esto ocurrió tres meses luego de que [el emir de Qatar] Hamad Bin Khalifa dio un golpe de estado contra su padre y tomó el trono. La razón es muy clara: quería fortalecer su estatus como gobernante. En un marco estratégico mucho más amplio, el fallecido presidente egipcio Anwar Sadat decidió [firmar] un acuerdo de paz con Israel.

«Los árabes ya han superado la etapa de establecer relaciones con Israel y el hacerlo ya no es un hecho que impacte – ya se le considera algo del pasado. Los israelíes ya han aterrizado en todos los aeropuertos de las capitales árabes y han sido recibidos oficialmente allí como diplomáticos, deportistas, agentes de seguridad o periodistas. Los que han perdido a lo largo de todos estos años son los palestinos. Las cosas se hacen en su nombre y estos no se benefician en lo absoluto de ellas: no hay devolución de territorio, no existe ningún reconocimiento como estado [palestino] y ningún servicio o ayuda proporcionada a sus residentes. Esta es la elección hecha por la Autoridad Palestina; este se siente satisfecho de observar las noticias desde la barra y reaccionar negativamente. Dado que la Autoridad Palestina no puede evitar estos desarrollos, puede [al menos] beneficiarse de estos y avanzar en todos los ámbitos que atiendan sus intereses o las necesidades de sus habitantes.

«Al mismo tiempo, realmente nos entristece ver a altos funcionarios palestinos permitirse patear como si fuese una pelota en la cancha de Qatar o Turquía en sus disputas con otros. Las pérdidas palestinas nunca han parado, una detrás de la otra, debido a su incapacidad para lidiar con la realidad y su negativa a entender las circunstancias de los países árabes que establecen relaciones con Israel, que pueden [de hecho] ser de gran ayuda [para los palestinos]».[1]


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 15 de agosto, 2020.