Este es el primero de una serie de informes que revisan las actuales tensiones en las relaciones de Irán con Turquía, que recientemente fue expresada públicamente en los medios de comunicación iraníes. El régimen iraní se ve alarmado por las ambiciones expansionistas del gobierno islamista sunita de Turquía, liderado por el Presidente Recep Tayyip Erdogan, lo cual llega a expensas del Irán islamista chiita y su eje de la resistencia.
El 10 de noviembre, 2020 el diario iraní Sobh-e Emrooz abordó este tema en un artículo titulado «¿Hasta dónde se extienden las ambiciones de Turquía? Erdogan y el sueño del gobierno otomano». El artículo afirma que Erdogan hace uso utilitario de su política islámica respecto a los pueblos de la región y especialmente con Occidente y los países europeos. Erdogan, explica el diario, defiende el Islam solo como herramienta para promover sus propios intereses y se ha convertido en un instigador del desorden global y regional que este libra en nombre del Islam, una guerra religiosa y cultural en contra de Occidente. El diario agrega que Erdogan colaboró con los países europeos en promover la ideología islámica extremista en el Medio Oriente apoyando al EIIS y ha provocado conflictos en Libia, Nagorno-Karabaj, Siria y en otros lugares. Este persigue una política cínica dirigida a crear conflictos regionales, interreligiosos e interculturales, para luego presentarse como el defensor del Islam en el mundo islámico y en Occidente y promover sus objetivos políticos y estratégicos de la mejor manera posible.
Lo siguiente es una traducción del artículo:[1]
El Presidente turco Recep Tayyip Erdogan (Fuente: Sobh-e Emrooz, Irán).
«El suroeste de Asia [es decir, el Medio Oriente] y las potencias regionales (Irán, Turquía, Egipto, Arabia Saudita y en cierta medida, Pakistán), así como también las potencias cercanas a ellos (Rusia) y las potencias fuera de la región (Estados Unidos, Francia, etc.), han estado constantemente involucrados en un juego político muy complicado destinado a mostrar fuerza y poderío junto al logro de hegemonía. Cada una de las potencias en el suroeste de Asia y el norte de África siempre se han descrito así mismos como superpotencias hegemónicas y han utilizado todos los medios a su disposición para dominar la región. Turquía es una de las grandes potencias del suroeste de Asia que siempre se ha esforzado por obtener poder y desplegarlo en toda la región e incluso más allá de ello. En las últimas dos décadas, el gobierno turco, encabezado por Recep Tayyip Erdogan ha logrado demostrar fuerza en Asia occidental y África del Norte como superpotencia y modelo de gobierno exitoso empleando una política muy completa e inteligente.
«El objetivo y sueño de Erdogan por dominar totalmente el suroeste de Asia y el norte de África para el año 2023 comenzó a tomar forma en la última década, en medio de desarrollos emergentes en el mundo árabe, es decir la Primavera Árabe. Ahora, este sueño ha alcanzado al punto en donde toda la región está en crisis y las llamas de la guerra han colocado a otros actores importantes de la zona, especialmente Irán, ante peligrosos desafíos.
«Es posible adoptar varias perspectivas sobre la nueva política generadora de tensiones del gobierno turco en relación a los acontecimientos que se suceden en Europa y sobre la confrontación política y diplomática de Turquía con los líderes europeos, tales como el Presidente francés Emmanuel Macron, una confrontación librada en nombre del Islam y que sirve a los intereses de Erdogan. El elemento principal de la política de Erdogan como principal responsable de formular las diferentes políticas de Turquía tiene como base el destacar dos aspectos de la identidad nacional de Turquía: su identidad islámica y su identidad turca. La identidad islámica se centró y fue promovida en el área árabe, mientras que la identidad turca fue promovida entre los países de habla turca en el Cáucaso y en Asia Central. El modelo de gobierno de Erdogan fue presentado como un modelo islámico exitoso y como una alternativa a las dictaduras árabes en la región, especialmente las de Túnez, Libia, Egipto, Siria, etc.
«Los esfuerzos de Erdogan para difundir su modelo de gobierno en el suroeste de Asia y África del norte fueron relativamente exitosos y aceptados por muchos en este campo. Como resultado, también fue aceptado por aquellos que diseñan la política internacional, tales como los Estados Unidos y la Unión Europea, como el modelo islámico moderno de gobierno y la apoyaron sin ningún tipo de reservas. La apariencia islámica de la política internacional de Erdogan tenía como destino engañar a la población del mundo islámico, porque en la propia Turquía, muchos ciudadanos, partidos y grupos étnicos se encuentran oprimidos y discriminados por el gobierno de Erdogan. Este antifaz islámico fue utilizado para alistar a algunos de los gobiernos y pueblos del mundo árabe, e incluso en Pakistán, en apoyo a la política de Turquía y esto se hizo con tanto éxito y eficacia que Turquía, Arabia Saudita y Qatar formaron una alianza contra el eje de la resistencia iraní.
«Cuando esta alianza entre Turquía, Arabia Saudita y Qatar colapsó, la política exterior y el modelo de gobierno de Erdogan perdieron gran influencia en el mundo árabe. Los gobiernos y pueblos del mundo árabe se dieron cuenta de algunas de las ambiciones de Turquía en reconquistar a los países árabes del antiguo Imperio Otomano y todo esto lo que hizo fue quitarle el antifaz islámico a la política de Erdogan, que en realidad se basa en identidades étnicas y lingüísticas turcas.
«Una de las expresiones abiertas de la política del gobierno turco durante la última década, justo al comienzo de la Primavera Árabe, fue su unión, acercamiento y amplia cooperación con los países occidentales, especialmente los Estados Unidos y las potencias europeas (Francia, Alemania e Inglaterra), contra el eje de la resistencia y los intereses de Irán en el suroeste de Asia [el Medio Oriente]. El acercamiento y cooperación de Turquía con los Estados Unidos y con las potencias europeas, especialmente Francia, fue tal que Erdogan a menudo pidió abiertamente a la OTAN y a los Estados Unidos que perpetraran duros y generalizados ataques en Siria y derrocaran al gobierno legal de Bashar Al-Assad. Erdogan también puso todos los medios posibles de Turquía a disposición de los grupos y organizaciones terroristas respaldados por Occidente en Siria e Irak.
Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/anti-turkish-statements-iran-%E2%80%93-part-i-iranian-daily-erdogan-pursuing-policy-religious
[1] Sobh-e Emrooz (Irán), 10 de noviembre, 2020.