Rusia ha estado concentrando fuerzas en el área de Voronezh situada esta a 240 kilómetros de la frontera con Ucrania. En Rusia surgieron informes sobre una falta de transporte ferroviario para vehículos agrícolas, debido a que el ejército se reservó los transportes ferroviarios para fines propios.[1] Occidente temía que las concentraciones de tropas, con el objetivo aparente de realizar inspecciones rápidas, representaran una repetición a la estrategia empleada en la toma y anexión de Crimea ocurrida en el año 2014, cuando los ejercicios militares sirvieron de pretexto para las fuerzas que ya habían sido concentradas. Una serie de declaraciones por parte de Occidente que expresaban su respaldo a Ucrania en un intento por evitar tal escenario siguieron tras los eventos.

El presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky recibió varias llamadas de apoyo del presidente de los Estados Unidos Joe Biden, también del primer ministro británico Boris Johnson y del secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg. El presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel intervinieron en una video-llamada con Vladimir Putin; el presidente del Estado Mayor Conjunto General Mark A. Milley llamó por teléfono a su homólogo ruso, el General Gerasimov.[2] El portavoz del Pentágono John Kirby, le pidió a Rusia que respete la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, se abstenga de provocar o hacer aumentar las tensiones y evite «decirle al mundo lo que estos están haciendo y con qué fuerzas y qué capacidades además de informar cuáles son sus verdaderas intenciones».[3]

Los comentaristas pro-gobierno intentaron culpar a Ucrania por las tensiones que ocurren alegando que Kiev estaba amenazando a las regiones separatistas pro-rusas de Lugansk y Donetsk y que Rusia tendría que defenderlas de una posible invasión. El secretario de prensa del Kremlin Dmitry Peskov comentó en el canal 1 de televisión lo siguiente: Moscú no excluye la posibilidad de que Kiev intente resolver sus problemas internos por la fuerza y ??en ese caso la situación supondría un peligro para Rusia… ¿será peligroso para nosotros? Por supuesto que será peligroso. ¿Tenemos que tomar medidas para salvaguardar nuestra seguridad? Seguro debemos hacerlo. Eso es lo que hemos hecho».[4]

Tal agresividad, argumentaron estos comentaristas, no hubiese surgido si el gobierno del presidente Vlodomyr Zelensky no hubiese recibido apoyo de los Estados Unidos y de la OTAN. Sin embargo, se les aconsejó a los ucranianos que reflexionen sobre las lecciones recibidas en el año 2008, cuando Georgia, que confiaba en el respaldo estadounidense y en la OTAN, actuó contra sus regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur solo para recibir una contundente derrota de Rusia y empeorar su posición en las regiones separatistas.

Otra escuela de pensamiento creía que ambas partes adoptaban posturas para mejorar sus posiciones antes de las negociaciones o debido a la necesidad de mejorar la popularidad de sus líderes ante la opinión nacional. Sin embargo, ellos advirtieron que todo esto pudiera llegar a exagerarse y de alguna manera llevarlo a tener consecuencias muy peligrosas.

Finalmente, hubo quienes creían que la amenaza de guerra era genuina. Algunos rusos le dieron la bienvenida a una guerra creyendo que ayudaría a poner a Kiev en su lugar y expondría el respaldo occidental como algo vacío o incluso como un posible resultado en la extinción de Ucrania como estado independiente. Del lado liberal, un comentarista creía que Europa ya le había vendido el Donbass a Rusia y Rusia solo tenía que temerle a una respuesta de los estadounidenses.

La encuesta de MEMRI sobre las reacciones rusas a las tensiones con Ucrania es publicada a continuación:

Ejercicio militar ruso cercano a la frontera con Ucrania (Fuente: Gazeta.ru)
Ejercicio militar ruso cercano a la frontera con Ucrania (Fuente: Gazeta.ru)

Los movimientos de tropas rusas fueron defensivos y estaban diseñados para disuadir a una Ucrania agresiva incitada por Occidente

La postura dominante era de que las acciones rusas eran defensivas y estaban diseñadas para evitar un ataque ucraniano en Donetsk y Lugansk. Un excelente ejemplo de este enfoque lo proporcionó el columnista principal de Mk.ru Mikhail Rostovsky en una columna publicada el 9 de abril titulada «El ultimátum de Putin impidió una guerra en Donbass”. En realidad, el ultimátum fue dado por Dmitry Kozak, subjefe de la administración presidencial, quien advirtió: «Hoy todo depende de la magnitud del fuego. Si, como dice nuestro presidente Putin, otra Srebrenica está siendo construida allí y muy probablemente tendremos que defendernos».[5] Rostovsky afirmó que la amenaza rusa de intervenir había obligado a Ucrania a retroceder. Este afirmó que Rusia había implementado con éxito el dicho de Theodore Roosevelt «Habla con suavidad y lleva contigo un gran garrote”. Si anteriormente el comandante en jefe ucraniano Ruslan Khomchak podía jactarse: «¿Estamos listos para pasar a la ofensiva hoy? ¡Estamos listos!», este cambió repentinamente su tono a «La liberación de los territorios ocupados temporalmente por la fuerza conducirá inevitablemente a la muerte de un gran número de civiles y muchas bajas entre el ejército, lo cual es inaceptable para Ucrania». La retórica del presidente de Ucrania Volodomyr Zelensky también había cambiado. La renuncia de Zelensky a su imagen de «paloma de la paz» se detuvo. Zelensky de repente comenzó a hablar en las redes sociales sobre la necesidad de restaurar una tregua en Donbass».

Rostovsky culpó a Occidente por la truculencia de Ucrania: «Existe un factor de complicación adicional en la situación formada por una postura incendiaria que parte de Occidente. Lo repito como un mantra: No sabemos lo que los estadounidenses y europeos le dicen a los líderes de Ucrania en sus conversaciones secretas con ellos». Pero la esencia de la retórica pública occidental encaja muy bien en una frase muy corta: «Rusia tiene la culpa de todo». Esto actúa como ácido en la estructura del «sistema de frenos en la política» en Kiev, corroyendo lenta pero seguramente todo a su alrededor.[6]

El politólogo Alexey Martynov, director del Instituto Internacional de los Estados Nuevos, culpó a Jens Stoltenberg, el Secretario General de la OTAN, de alentar a Ucrania y Georgia «desarrollando aún más la idea de un futuro maravilloso en la OTAN». A Kiev se le aconsejó considerar el destino de Georgia:

«Solo recordando el cómo terminó todo para Georgia en el año 2008, cuando, inspirado por el plan de acción para la alianza de miembros de la alianza y con un ejército reentrenado por instructores de la OTAN además de rearmar el acuerdo con los estándares de la OTAN, el entonces presidente de Georgia Saakashvili decidió atacar Osetia del Sur y limpiar las fuerzas de paz rusas junto a 35 mil ciudadanos rusos, que eran entonces la población de una pequeña república no reconocida. Como resultado de esta aventura militar y tras el final de una operación de las Fuerzas Armadas de Rusia para obligar a Georgia a firmar la paz, este último perdió la zona sur de Osetia y Abjasia para siempre. Y Georgia aún no se ha convertido en miembro de la OTAN».[7]

El vicepresidente del Consejo de la Federación, el senador Konstantin Kosachev, culpó a la Ucrania de Zelensky de avivar la crisis debido a su deseo por salvar su credibilidad. Aparentemente, los dos años de Zelensky dando vueltas sobre el cómo cumplir su promesa electoral de resolver el conflicto en la zona sureste han concluido. La elección fue hecha. La elección está a favor de un escenario que involucre la fuerza encubierta por la demagogia sobre la impracticabilidad de los acuerdos de Minsk, la incapacidad de negociar con la DPR [República Popular de Donetsk] y la LPR [República Popular de Lugansk], así como también la agresividad de Rusia».[8]

Kosachev también se quejó del hipócrita papel realizado por Occidente en la crisis:

“Es evidente una fuerte escalada del enfrentamiento militar por parte de Kiev… Se ve claro que Rusia tiene que reaccionar. Pero todas las medidas de represalias se están tomando dentro de las fronteras rusas (incluyendo Crimea, por supuesto). Sin embargo, Estados Unidos y la OTAN se volvieron histéricos, «¡Ayúdennos, los rusos están avanzando!» Ellos no dijeron nada sobre las maniobras militares de Ucrania, que claramente contradicen los acuerdos de Minsk y de la OSCE. Sin lugar a dudas, todo esto fue cuidadosamente planeado”.

Kosachev también notó un fuerte aumento en la ayuda militar estadounidense hacia Ucrania. En las conversaciones entre el secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin y su homólogo ucraniano Andriy Taran, Austin recordó que a partir del año 2014, Estados Unidos proporcionó más de 2 billones de dólares a Ucrania como asistencia en materia de seguridad, además de la abundante asistencia regular proporcionada por Washington a Kiev.

«Si al menos un centavo de esta enorme suma de ayuda política y militar a Ucrania hubiese sido gastado en educar a los políticos ucranianos sobre los principios del multiculturalismo, en enseñarles la forma de entender profundamente al respeto de los derechos humanos, incluyendo los derechos humanos de las minorías étnicas así como también la libertad de opinión, expresión y prensa, Ucrania se hubiese enfrentado a los riesgos de un colapso territorial desde hace ya mucho tiempo. Sin embargo, el dinero fue gastado en diferentes cosas, en política – en el cambio de autoridades en Ucrania y en las esferas militares – en la supresión forzosa de cualquier idea alterna sobre el curso del desarrollo del país… «Los estadounidenses están avanzando. No necesitan una Ucrania estable, territorialmente integral. Necesitan una Ucrania que odie a Rusia. Como siempre, ellos están tratando de ‘dividir y gobernar’ «dijo Kosachev.[9]

Konstantin Kosachev (Fuente: Rg.ru)
Konstantin Kosachev (Fuente: Rg.ru)

Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador:

https://www.memri.org/reports/russian-commentators-debate-seriousness-crisis-ukraine-donbass-and-who-bears-responsibility

*Amiel Ungar es analista y editor del Proyecto de Medios de Comunicación de Rusia en MEMRI; Anatoly Strandberg es compañero investigador en MEMRI.


[1] Rosbalt.ru, 5 de abril, 2021.

[2] Washingtonpost.com, 8 de abril, 2021.

[3] Defense.gov, 6 y 9 de abril, 2021.

[4] Rbc.ru, 11 de abril, 2021.

[5] Rbc.ru, 8 de abril, 2021.

[6] Mk.ru, 9 de abril, 2011.

[7] Russian.rt.com, 7 de abril, 2021.

[8] Rbc.ru, 7 de abril, 2021.

[9] Ria.ru, 2 de abril, 2021,