Dado el relativo aislamiento diplomático y económico de Rusia, la prensa rusa destaca a aquellos países que han mantenido estrechos vínculos con Moscú. Uno de los países más importantes de esta lista es Turquía.

Esto puede tomar la forma de resaltar una declaración insípida del asesor presidencial turco Ibrahim Kalin de que las preocupaciones en el área de seguridad de Rusia merecen ser escuchadas.[1] Del mismo modo, en estos días sombríos, es de interés periodístico una declaración dada por el canciller de Turquía Mevlet Cavusoglu, de que los empresarios y oligarcas rusos son bienvenidos en Turquía siempre que se adhieran a la ley turca.[2] Luego tenemos la técnica del hombre en la calle donde un reportero del diario Komsomolskaya Pravda puede informar felizmente a sus lectores sobre la simpatía turca por la postura rusa y que los turcos, a pesar de la presión estadounidense, no combatirían contra Rusia. Nuestro corresponsal concluye: «Deambulé por la zona del puerto hasta que oscureció, con la esperanza de encontrarme con algún turco que dijera una sola palabra en contra de Rusia, pero no tuve suerte.[3]

El comentarista principal del diario Moskovskiy Komsomolets Mikhail Rostovsky aborda la postura de Turquía en términos de realpolitik. Turquía, al negarse a tomar partido en el conflicto, ha reforzado su postura política con todos los bandos y puede aspirar a desempeñar el papel de mediador. Este puede esperar ganancias económicas suplantando a las empresas de Occidente que han abandonado el mercado ruso.

Rostovsky señala con pesar que Rusia tendrá que realizar muchos sacrificios en su búsqueda por restaurar su posición estratégica. Turquía solo tiene que quedarse quieto y sonreírle a todo el mundo. Si Rusia logra ser exitoso, Turquía se entrometerá en sus asuntos; si las cosas se ponen algo feas, el amigo indispensable Erdogan le dictará las condiciones a Rusia.

En estos días en que las críticas a la política rusa conllevan el peligro de ser despedidos o algo peor, los elogios a la perspicacia política de Erdogan quizás puedan verse como una crítica no muy clara ante quienes colocaron de piloto al voluble Erdogan.

El artículo de Rostovsky puede leerse a continuación:[4]

El canciller de Turquía Mevlet Cavusoglu, se interpone entre sus homólogos de Ucrania y Rusia, Dmytro Kuleba y Sergey Lavrov y destaca el papel de mediación de Turquía en el conflicto. (Fuente: Trt.world)
El canciller de Turquía Mevlet Cavusoglu, se interpone entre sus homólogos de Ucrania y Rusia, Dmytro Kuleba y Sergey Lavrov y destaca el papel de mediación de Turquía en el conflicto. (Fuente: Trt.world)

«Predecir el mayor desarrollo de la crisis en Ucrania y sus alrededores significa, como analista, cavar mi propia ‘tumba profesional’. La situación es demasiado maleable, demasiado fluida, demasiado dependiente de millones de circunstancias aleatorias, así como también el efecto de millones de factores humanos superpuestos entre sí, sin embargo, tal como es sabido, existen excepciones a toda regla.

«El primer grupo de los que saldrán vencedores (o más bien ya han surgido) del conflicto ucraniano es evidente incluso en este momento. Estos son los estados que, por una parte, han tomado la decisión en principio de permanecer por encima de la contienda y por otro lado, poseen suficientes recursos y márgenes de seguridad para adherirse a esta postura a pesar de las poderosas presiones externas ejercidas. El ejemplo más llamativo de tales estados es Turquía.

“Cuando comencé a escribir este texto, me topé convenientemente con un dicho del icónico escritor brasileño Paulo Coelho en las redes sociales: ‘La libertad absoluta no existe. Solo existe la libertad de elección. Y una vez que eliges, te conviertes en rehén de tu decisión.

«Qué gente tan estrecha de mente vive en Brasil (y, si me llegan a entender, no solo en Brasil). Uno puede tomar la decisión de no tomar una decisión y como buen bono ganado, recibir una libertad política casi absoluta.

«El portavoz presidencial turco Ibrahim, Kalin, dijo este fin de semana lo siguiente: ‘Entendemos los sentimientos y las posturas de otros estados (respecto a Moscú – MK). Sin embargo, creemos que debemos mantener un contacto abierto con Rusia».

«Si todos destruyen sus relaciones con Rusia, ¿quién hablará con ellos? Turquía debería abrir canales de comunicación principales con Rusia y tratar de comprender las preocupaciones en materia de seguridad de Moscú. ¡Qué postura tan razonable y equilibrada es esta! Qué agradable debería ser para el oído ruso (y cuán beneficioso para la propia Turquía).

“Al asumir esta postura, el presidente Erdogan aumentó dramáticamente su ‘capitalización política’. Este permaneció ‘en buena posición’ con Occidente y se mantuvo firme en Rusia. Amplio diplomático (¿quién más entre los vecinos social y geográficamente cercanos de Rusia puede competir honestamente por el papel de mediador entre Moscú y Kiev, Rusia y Occidente?) y oportunidades económicas (siempre que las empresas occidentales, demasiado controladas por restricciones políticas, se retiren voluntariamente del mercado ruso, entonces, ¿quién puede evitar que las empresas turcas, libres de restricciones similares, tomen el lugar repentinamente vacante?)

«La crisis ucraniana se ha convertido para Erdogan en una ‘mina de oro’ con la que nunca pudo haber soñado antes. No es habitual comparar a Turquía con Rusia. Tenemos culturas y tradiciones muy diferentes. Pero si tuviésemos que ir en contra de esta tendencia, sería demasiado evidente por lo que políticamente tenemos mucho en común.

«Al igual que Rusia, Turquía sufrió de una conmoción política ‘sísmica’ a comienzos del siglo 20, perdiendo su estatus como centro del imperio y convirtiéndose en víctima de varios depredadores invasores extranjeros. Al igual que Moscú, Ankara sufrió su segunda conmoción política a la vuelta de los siglos 20 y 21, tratando de integrarse seriamente en Occidente, pero descubrió que no se le permite ir más allá de las premisas de Occidente.

«Turquía ha sido miembro de la OTAN desde el año de 1952. Pero solicitó unirse a la Comunidad Económica Europea (así se le llamaba a la Unión Europea para ese entonces) en 1987 y todavía está esperando una respuesta positiva (es muy poco probable que el país reciba una respuesta en un futuro previsible.

«Tenemos dos poderosos estados euroasiáticos con un sentido de orgullo nacional igualmente perjudicados. Y aquí se encuentra la paradoja con la que terminamos: el intento decisivo actual de Rusia de restaurar su dignidad estratégica violada le concede a Turquía una oportunidad similar. Sin embargo, existe una pequeña diferencia.

«Por el bien de la etapa actual de ‘levantarse luego de estar arrodillado’, Moscú tuvo (y todavía tendrá que) hacer enormes sacrificios. Sin embargo, Ankara no tiene que sacrificar nada. Solo tiene que esperar pacientemente, sonreírle a todos, pronunciarle palabras sabias a todo el mundo, maniobrar con elegancia entre otros centros de poder mundial y jugar con sus contradicciones no con menos elegancia.

«¿Por qué coloqué ‘esperar pacientemente’ en la parte superior de esta lista? Porque, en términos de estrategia política a largo plazo, esto es lo más importante para Turquía en este momento. Erdogan, como todos saben muy bien, es un líder con grandes ambiciones geopolíticas y un mayor apetito geopolítico. Bríndenle la libertad y la oportunidad y con mucho gusto este pondrá sus manos en las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central, e incluso en Crimea y otras tierras rusas. Pero Erdogan tiene más sentido común que los líderes de la OTAN (es extraño escribir eso sobre un político conocido por definir su política excéntrica, pero estos son hechos consumados). En años anteriores los líderes de la OTAN se han entrometido obstinadamente y han ignorado las feroces advertencias de Moscú de ‘¡basta ya!’

“El líder turco actúa de acuerdo al principio de ‘Cruzar el arroyo por donde sea menos profundo’. Al demostrar una amistad muy importante para Rusia ahora, Erdogan se esfuerza por entrometerse en nuestros asuntos lo más profundo que pueda, para convertirse así en un «socio indispensable» para Moscú.

“Luego, todo depende de qué tan exitosa sea la actual estrategia geopolítica de Rusia. Si ese éxito es grandioso o al menos moderado, Turquía mantendrá su línea política equilibrada. Pero el propio Erdogan, yo sospecho, agradecería tener un escenario diferente, en el que pudiera decir ‘¡ay de aquellos vencidos!’ y comenzar, entre otras cosas, a dictarnos las condiciones de su ultimátum. Ese es el tipo de ‘socios comprensivos y confiables’ que Rusia tiene ahora. Y, desafortunadamente, no hay otros a la vista».


[1] Rbc.ru, 27 de marzo, 2022.

[2] Kommersant.ru, 26 de marzo, 2022.

[3] Kp.ru, 19 de marzo, 2022.

[4] Mk.ru, 20 de marzo, 2022.