En las elecciones celebradas en la Unión de Estudiantes el día 18 de mayo del presente año 2022 en la Universidad de Birzeit en Ramala, Hamás por primera vez en años obtuvo una contundente y abrumadora victoria. La facción afiliada a este Al-Wafa’ Al-Islamiyya, obtuvo 28 escaños de 51, con 18 de estos para la facción Fatah Yasser Arafat. La victoria de Hamás produjo regocijo entre los principales miembros y simpatizantes de Hamás, quienes lo ven como evidencia ante la creciente popularidad del movimiento entre la población palestina.
Los miembros de Fatah expresaron su decepción y frustración, argumentando que su movimiento paga muy caro por los errores cometidos por los líderes de la Autoridad Palestina; sin embargo, varios días antes estos se consolaron con la victoria de Fatah en las elecciones del Colegio de Abogados de Palestina en Cisjordania y en la Franja de Gaza.
Luego de las elecciones celebradas en la Unión de estudiantes de Birzeit y las reacciones a su resultado, el comentarista político palestino Akram Attallah criticó la manera en que son percibidos la democracia y las elecciones en la arena política palestina, afirmando que tanto Hamás como Fatah son hipócritas al respecto. En su artículo, publicado en el diario palestino Al-Ayyam, este afirmó que ambos movimientos consideran a la democracia y las elecciones como un medio para afianzar el poder, sin cultivar ninguna cultura democrática bajo su gobierno y sin permitir que se celebren otras elecciones en su territorio, citando como ejemplos el que Hamás previno las elecciones municipales en Gaza y el que Fatah haya cancelado las elecciones del Consejo Legislativo en la Autoridad Palestina.
Lo siguiente son extractos traducidos del artículo de Akram Attallah:
«El polvo de las elecciones en Birzeit se ha asentado, dándonos una visión mucho más clara y permitiendo una discusión más tranquila lejos de las opiniones emocionales publicadas inmediatamente después de que se conocieron los resultados. Estas opiniones tal como es costumbre, fueron divididas en dos bandos. Uno de ellos (ed. Hamás, el vencedor), trató de describir el resultado como la mejor representación de la voluntad de la patria, mientras que el otro (es decir, Fatah) trató de consolarse y encontrar excusas. Este fenómeno se repite en cada contienda entre Fatah y Hamás. Dependiendo de los resultados, los análisis publicados después generalmente buscan establecer un discurso que se ajuste a los intereses del bando particular y el resultado de las elecciones, ya sea exagerando una victoria o minimizando una derrota.
«No existen dudas de que las elecciones de Birzeit han sido consideradas durante décadas las elecciones sindicales de estudiantes más importantes, debido a lo singular de la universidad. Esto fue cierto incluso antes de que comenzara el cisma entre los dos grandes movimientos (Fatah y Hamás) y antes de que comenzaran a competir por el dominio en la esfera pública palestina. La razón del alboroto por varias elecciones es que todas son llevadas a cabo en medio de una intensa tensión y división y en ausencia de logros nacionales. Esto convierte cualquier victoria local en una especie de compensación por la falta de respuestas a los grandes interrogantes, que las facciones prefieren olvidar.
“Las elecciones son un acto democrático y la aspiración de todos los palestinos. Pero existe un momento de ironía que nos obliga a preguntarnos sobre una celebración de victoria tan alegre en medio de un montón de escombros. Esto es muy cierto tanto para Fatah como para Hamás, quienes acogen las elecciones no como una acción social y política, sino sólo como el final de un resultado y celebran o no según se defina el resultado.
“La semana pasada, se llevaron a cabo las elecciones del Colegio de Abogados de Palestina y Fatah celebró su resultado en el que triunfó como si estas reflejaran la opinión pública, mientras que Hamás permaneció en silencio e intentó encontrar excusas y minimizar la victoria de Fatah. Inmediatamente después de ello, llegaron las elecciones de Birzeit y la situación se invirtió: Hamás celebró, viendo los resultados como un reflejo de la opinión pública, mientras que Fatah buscó excusas por haber perdido.
«Dado que la gente elige estudiar en universidades que se adaptan a sus inclinaciones políticas, organizativas y sociales, naturalmente sabemos de antemano que Fatah ganará las elecciones de la Asociación de dentistas palestinos, mientras que las elecciones de la Asociación de ingenieros y del Colegio de abogados irán para Hamás: No existen sorpresas aquí y esto revela muy poco sobre la opinión pública general…
“Pero existe otro aspecto en medio de la alegría o la tristeza de las facciones, su victoria o derrota y su celebración o silencio. Ya que en el momento en que estos salen victoriosos… se olvidan de que ellos son la razón por la que otras elecciones son canceladas y se le impide que la gente que las celebre, lo que revela la naturaleza tortuosa del discurso de las facciones. Esto socava aún más la confianza en estas, no solo porque su discurso va en desacuerdo con la realidad y su discurso sobre las papeletas y la democracia va en desacuerdo con su tiranía en el terreno, sino porque insultan la inteligencia de la población cuando asumen que la gente son ??lo suficientemente tontas como para tolerar dicha contradicción.
“Hamás, que celebra los resultados de las elecciones en Bir Zeit, impide que se celebren elecciones municipales en la Franja de Gaza, convocando en su lugar a un puñado de sus partidarios y eligiendo a uno como alcalde. Pero el movimiento ignora esto en su momento de embriaguez por su victoria en Birzeit. En cuanto a Fatah, que celebra su victoria en las elecciones en el Colegio de la asociación de abogados y la universidad de Belén, canceló las elecciones generales del Consejo Legislativo. Y este parece ser el caso con las otras facciones también: Existe un profundo abismo entre el discurso de las facciones y sus acciones, que expone su enfoque para gobernar al estado y al pueblo.
«Otro hecho conspicuo es que cada facción pierde hasta cierto punto en el área que este controla y que la población en cada área vota por la facción que no está en el poder. Esto revela algo mayor que la victoria y la derrota, lo cual plantea muchas interrogantes sobre fracasos administrativos y sobre el fracaso de los modelos de gobierno que ya han sido probados Fatah perdió la mayoría de las elecciones municipales en Cisjordania, como por ejemplo Hebrón, el más llamativo de todos.
“Por otro lado, ¿y si por ejemplo se hubiesen celebrado, elecciones municipales en la Franja de Gaza, o en la Universidad Abierta de Al-Quds? Hamás, que impide estas elecciones, sabe muy bien lo que hubiese pasado… ¿Qué revela esto sobre la relación entre el ciudadano y las autoridades cuando los ciudadanos responden votando de esta manera? Esto es lo que las facciones deben entender cuando celebran estos pequeños detalles mientras luchan contra los principios generales, o impiden todo permitiendo partes de ello (es decir, cuando permiten algunas elecciones a escala más pequeña pero rechazan los principios generales de la democracia al no permitir elecciones generales y municipales, de acuerdo a sus intereses…
“Cuando un partido obtiene una victoria, le agradece al pueblo y elogia su conciencia, su brújula moral y perspicacia. Pero cuando su rival es elegido, acusa al pueblo, a veces por ignorancia y otras veces por corrupción o por desear a líderes corruptos. De esta manera, a las facciones, la boleta electoral y los resultados electorales muestran si el pueblo está consciente o tonto. Las decisiones de los elementos del poder político son aceptadas de acuerdo a los intereses, sin importar contradicciones en el discurso…
«¿Realmente creen estas facciones, que celebran una victoria aquí o allá, en la transferencia del poder a través de elecciones? Casi seguro que no – ya que el cancelar elecciones y nuestra continúa experiencia con ello suscitan un gran pesimismo. Las facciones saludan los logros de su particular partido político, pero no el proceso democrático de celebrar elecciones populares, que ellos mismos impiden.
«La crisis palestina se encuentra arraigada en el hecho de que los poderes ven las elecciones como un medio para alcanzar el poder y no como un medio utilizado dentro del marco de una acción política. Si de vez en cuando existe también una crisis cultural que no es menos grave que la política, ¡cómo puede uno sorprender a alguien continuando con esta desastrosa situación!!!”[1]
[1] Al-Ayyam (Autoridad Palestina), 22 de mayo, 2022.