En su columna para el diario Novaya Gazeta, titulada «Fecha Tope para las Palomas», el filósofo y teórico político Kirill Martynov, quien también se desempeña como editor político de Novaya Gazeta, compartió su conclusión de que Rusia está comenzando a darse cuenta de que no está preparada para asumir un conflicto con el «mundo entero». Martynov explicó que a pesar de que Rusia desempeña el papel de una superpotencia, su participación en la economía global es de solo 3.5% y continúa en declive. «Nuestro PIB ya es solo la mitad del de California, por no hablar de todo los Estados Unidos o China. En unos pocos años, la participación de nuestra economía en el mundo puede reducirse a un mínimo histórico del 2.5%. Nunca ha existido un país tan grande como Rusia que haya producido tan poco a lo largo de toda la historia contemporánea», escribió Martynov.

Dadas las limitaciones de Rusia, Moscú está ahora listo para atenuar su retórica y negociar en materia de política exterior. Sin embargo, según Martynov, este cambio de actitud ocurrió demasiado tarde, puesto que Occidente ya abandonó la «política de esperar y ver» hacia Moscú. «Los intentos actuales del Kremlin de acomodarse a los gobiernos occidentales encuentran una resolución creciente en Washington para finalmente ‘tratar con esos rusos'», argumentó Martynov.

A continuación se pueden leer extractos del artículo de Martynov:[1]

Kirill Martynov (Fuente: Journal.ru)

‘La realización al hecho de que Rusia no está preparada para un conflicto con el mundo en su totalidad ha llegado demasiado tarde

«Cuando hablamos de la así llamada geopolítica, vale la pena tener en cuenta una cifra: la participación de Rusia en la economía mundial es del 3.5% ahora y continua disminuyendo. Nuestro PIB ya es solo la mitad del de California, por no hablar de todo los Estados Unidos, o China. En solo algunos años, la participación de nuestra economía en el mundo puede reducirse al mínimo histórico del 2,5%. Nunca un país tan grande como Rusia ha producido tan poco, a lo largo de toda la historia contemporánea.

«En consecuencia, cada noticia sobre las operaciones de la fuerza aérea rusa en varias partes del mundo plantea la siguiente pregunta: ¿cuánto cuesta en relación a nuestros niveles de ingresos? ¿Qué parte de nuestros recursos que menguan está gastando Rusia en esta operación militar?

«Estados Unidos también se involucra constantemente en conflictos en diferentes partes del mundo, pero esto es consistente con el crecimiento de la economía estadounidense y el alto nivel de vida de sus ciudadanos. China, que crece agresivamente y cuya economía está alcanzando gradualmente las primeras posiciones del mundo se niega, demostrablemente a llevar a cabo operaciones militares más allá de sus fronteras. Es posible ser una verdadera superpotencia y no apresurarse a presentar sus fuerzas para resolver los conflictos del Medio Oriente o en África, a pesar de que uno invierta fuertemente en estas regiones.

«Una parte significativa de la elite actual de Rusia ve perfectamente el problema. Si uno deja de lado la ideología, todo se aclara: nuestros recursos se están agotando. Rusia es hoy una economía regional estancada, que reclama el estatus de superpotencia debido a su potencial nuclear, legado por la URSS y su disposición a involucrarse en acciones venturosas más allá de sus fronteras.

«En víspera de las elecciones, los intentos rusos de desligarse de su conflicto con el mundo entero, comenzados en el 2014 [con Crimea], parecen bastante obvios. Las autoridades anunciaron el fin de las operaciones militares en Siria hace unos meses, así que si los estadounidenses bombardearon a alguien allí, oficialmente no fuimos nosotros.

«Simultáneamente, se está debatiendo seriamente la entrada de fuerzas internacionales para mantener la paz en el este de Ucrania (de kazajos, suecos e incluso argentinos). Durante casi cuatro años, las autoridades rusas no consideraron que esto fuese posible porque el personal de mantenimiento de la paz cerraría las fronteras y de facto abolirá los regímenes [separatistas] ‘DNR/LNR’, que dependen de los ‘suministros humanitarios’ de Rusia. De repente, en las últimas semanas, nuestros negociadores han hecho un gesto mayor tras otro. Todos entienden que la reintegración de las «repúblicas de los pueblos» en Ucrania ayudarán a desmantelar el régimen de sanciones.

«Incluso la retórica está cambiando: Dmitry Peskov, por ejemplo, es notablemente cortés cuando habla acerca de los funcionarios estadounidenses que investigan la participación de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Pero el entender que Rusia no está preparada para un conflicto con el mundo entero ha llegado demasiado tarde.

«Desde el 2014, los países occidentales encabezados por los Estados Unidos adoptaron una política de esperar-y-ver hacia Moscú. Y cualquier análisis racional mostró que la guerra iría en contra de los intereses nacionales de nuestro país. Los políticos de Occidente esperaron tres años y medio para que Rusia lo entienda también.

«Una investigación criminal abierta en los Estados Unidos contra ciudadanos rusos sospechosos de intentar manipular el sistema electoral estadounidense, demuestra que Occidente ya no espera buenas noticias de Rusia. En el momento en que la inutilidad de una mayor escalada de conflictos se haga evidente incluso para nuestros halcones, la paciencia de nuestros «socios» termina a la inversa. Los intentos actuales del Kremlin de acomodarse a los gobiernos occidentales encuentran una resolución creciente en Washington para finalmente ‘tratar con estos rusos'».


[1] Novayagazeta.ru, 19 de febrero, 2018.