En un artículo publicado en el diario kuwaití en inglés Arab Times, el columnista Ahmad Al-Sarraf denuncia discriminación contra la mujer en las sociedades musulmanas. Luego de mencionar brevemente la desigualdad de sexos en derechos relacionados al matrimonio, el tema de la custodia de los hijos y la herencia, este se centra en dos fenómenos relacionados con la atención médica en Kuwait. Una es el hecho de que las madres no pueden autorizar procedimientos médicos para sus hijos, porque solo un miembro varón de la familia puede hacerlo. El otro es el hecho en donde la mujer que busque tratamiento médico para enfermedades de transmisión sexual debe demostrar que está casada; de lo contrario, los hospitales pueden negarles la atención sanitaria. Señalando que a ningún hombre se le exigirá que muestre un certificado de matrimonio antes de ser tratado por una enfermedad de transmisión sexual, este llama a esta práctica «escandalosa» y «vergonzosa», y enfatiza que el papel del sistema de salud es dispensar el tratamiento hacia todos aquellos que lo requieran y no actuar como guardián moral de la población.

Lo siguiente son extractos del artículo de Al-Sarraf, tal como fue publicado en el diario.[1]

Ahmad Al-Sarraf (Fuente: Arab Times, Kuwait)

«Es difícil para la mayoría de los hombres comprender la realidad del sufrimiento de la mujer en los países musulmanes y es [aún] más difícil explicar dicho sufrimiento y retener todos sus aspectos. Solo unas pocas mujeres pueden entender la magnitud de ese sufrimiento e intentaremos en este artículo hablar sobre este tema, tanto como podamos – [sobre] algunas formas de tal sufrimiento.

«No escribiré aquí sobre el sufrimiento psicológico de la mujer. No escribiré sobre las injusticias sufridas por una solterona, una mujer casada o divorciada o una viuda, la sociedad parece estar en contra de ellas en todas las circunstancias y casos, especialmente si [su] estado material no es nada solido.

«No hablaré sobre sus ‘subdesarrollados’ derechos que vemos en muchos países respecto al matrimonio, obligándola a casarse con alguien a quien ella odia o no le gusta, no tiene derecho a hacer lo que desee con su parte conyugal y aparte de los problemas de divorcio, su parte de la herencia, si es que la obtiene; su derecho a la custodia de sus hijos… Más bien, abordaremos dos temas que conciernen a grandes segmentos de la sociedad kuwaití.

«El primero se refiere al derecho de una madre hacia sus hijos menores de edad, específicamente en los hospitales. Los hospitales del gobierno se niegan a realizar cualquier operación a cualquier menor de edad, excepto en presencia de un miembro varón de la familia del menor para que firme una garantía. Existen instrucciones estrictas de que una madre no puede firmar dichos documentos y la ley insiste en que solo un miembro varón de la familia puede hacerlo porque creen que un abuelo o hermano o tío conoce el interés del menor más que su madre.

«Muchos han sufrido de esta militancia injustificada, que a menudo es aplicada a los más débiles, a diferencia de aquellos otros que poseen apoyo y respaldo.

«El segundo tema se refiere a las nuevas instrucciones que un paciente está experimentando en los hospitales, especialmente en los [hospitales] del gobierno, respecto a las enfermedades ginecológicas. El proceso requiere la presentación de un certificado de matrimonio, y si el paciente está divorciado o es viudo [ella] es la parte que debería demostrarlo, pero si son solteronas tienen que recurrir a hospitales privados, ya que los hospitales del gobierno se niegan a tratarlas o realizar pruebas de laboratorio sobre ellas, tal vez debido a su «comportamiento».

«Históricamente, de manera lógica y desde un punto de vista humanitario, el trabajo de un médico es brindar tratamiento a quienes lo necesitan, independientemente de la raza, sexo o religión del paciente. Lo que el Ministerio de Salud practica en Kuwait con mujeres divorciadas o solteras es indignante. Este es un acto vergonzoso y lamentable. El papel del Ministerio es tratar a los que están enfermos y darles medicamentos y no hacer trabajos de investigación sobre el entorno social de un paciente, o actuar como tutor de los ciudadanos y residentes preocupados.

«Tengan en cuenta que el Ministerio, por ejemplo, no le pide al paciente varón, si está infectado con alguna enfermedad sexual, que traiga consigo el contrato de matrimonio».


[1] Arab Times (Kuwait), 4 de diciembre, 2019. El artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad.