El 28 de noviembre, 2016 en una sesión del comité legislativo del parlamento egipcio que discutía los cambios en el código penal relativo a las reglas de publicación, se produjo un choque verbal entre varios diputados sobre el tema de lo que constituye una ofensa a las sensibilidades públicas. El parlamentario Abu Al-Ma’ati Mustafa dijo que el fallecido autor y ganador del premio Nobel Naguib Mahfouz mereció ser castigado,[1] señalando que las novelas de Mahfouz, el ‘Palacio del Deseo’ y ‘Calle de Azúcar’[2] «ofendían la sensibilidad del público y Naguib Mahfouz debió haber sido castigado [por estos], pero para ese momento, nadie presentó cargos legales en su contra».
La declaración de Mustafa provocó tumultos en los círculos políticos, culturales y de medios de comunicación egipcios. El ex ministro de cultura Gaber ‘Asfour dijo: «El Artículo 67 de la constitución prohíbe la violación de las libertades sobre temas relacionados a la publicación, pensamiento o creatividad y este parlamentario claramente no puede distinguir entre obras literarias y no literarias… Este es un inculto y no entiende el valor que representa Naguib Mahfouz… Si aceptamos sus comentarios, estaríamos obligados a castigar a la mayoría de los autores del mundo». Asfour agregó que el término «ofender las sensibilidades públicas» se le considero incierto y que su significado pudiera cambiar según el tiempo y el lugar.[3]
A pesar de las duras críticas, Mustafa se negó a retractarse y pidió que se castigaran a todos los actores, directores y productores involucrados en películas basadas en el trabajo de Mahfouz.[4] En un comunicado, el Frente Creativo Egipcio censuró a Mustafa, argumentando que sus palabras pudieran conducir a que el parlamento egipcio se transforme en el Estado Islámico (EIIS) o en la Hermandad Musulmana (HM).[5] El jefe de la Unión de Autores de Egipto, el Dr. Alaa ‘Abd Al-Hadi, dijo: «No aceptaremos que ninguna institución religiosa en el país se convierta en censor». La propia sociedad agregó, puede ser el único censor de la creatividad cultural egipcia, la cual posee una historia que data de 7.000 años y que no necesita asesoramiento de nadie sobre lo que esta produce.[6] Adicionalmente, un líder salafista ‘Abd Al-Ghafour Shamis, llamó a Mahfouz un ícono literario y dijo que nadie tiene derecho a exigir un boicot a las obras literarias.[7]
Muchos otros columnistas en Egipto criticaron las declaraciones de Mustafa. En su columna el 4 de diciembre, 2016 en el diario egipcio Al-Masri Al-Yawm, Muhammad ‘Ali Ibrahim, cercano al régimen de Mubarak, escribió que el parlamento egipcio se está inclinando hacia la escuela wahabí y está acercándose al modelo de la policía religiosa saudita. Egipto, dijo, sólo pretende luchar contra el extremismo, porque sus aparatos de seguridad dan rienda suelta a la incitación en las mezquitas.
Lo siguiente son extractos traducidos de la columna de Ibrahim:
Naguib Mahfouz (imagen: spanish.ahram.org.eg)
Me conmovió la postura del parlamentario Abu Al-Ma’ati Mustafa, quien derramó su ira sobre el más importante escritor egipcio Naguib Mahfouz. Este insistió en que sus obras ofendían la sensibilidad del público y que si este estuviera vivo, se hubiera enfrentado el castigo.
De esta manera, el parlamento ha demostrado ser más salafista-wahabí que la HM. Los tribunales de Inquisición, que desaparecieron de Europa en la Edad Media, han reaparecido en El Cairo del siglo 21. La polarización en nuestra sociedad me entristece. Ofendemos las sensibilidades públicas con casi todas las palabras, miradas o comportamientos y luego predicar el respeto, las buenas acciones y la humildad. Lo triste es que el parlamentario [Mustafa] es doctor en derecho – queriendo decir que posee prestigio cultural. Este es el lugar para preguntar si el parlamentario ha incluso leído el trabajo de Mahfouz…? Yo lo dudo…
«Es triste que un doctor en derecho descienda al nivel de reparador de bicicletas que apuñaló a Mahfouz en el cuello en 1994 mientras realizaba su paseo diario por las orillas del Nilo en Al-Agouza. Este dijo durante las investigaciones que [Mahfouz] era un apóstata. Preguntado, ‘¿Ha leído su obra?’ este dijo que no y añadió que el individuo era un analfabeta…[8]
«Naguib Mahfouz es como un cirujano con un excelente bisturí, con el que expone los contrastes y las divisiones de la sociedad. Acusarlo de ofender las sensibilidades públicas es en sí mismo una prueba de que no hemos abandonado el legado de las contradicciones. Mahfouz no es el único acusado de ofender al público – antes que él estuvo Abu Nuwas,[9] Al-Mutanabbi,[10] Al-Ma’arri,[11] y Las Mil y Una Noches Árabes. Incluso Hassan bin Thabit[12], el profeta poeta, no se salvó de esta acusación.
«Tristemente, el propio país ha comenzado a volcarse hacia el wahabismo – los aparatos de seguridad actúan hipócritamente respecto a los salafistas y no resuelven los problemas de hostilidad sectaria y de incitación contra los coptos, lo cual emana del púlpito de las mezquitas. El doble discurso del estado es algo muy bizarro. Este dice que combate contra el terrorismo, pero que al mismo tiempo ignora toda la ideología terrorista salafista y la violencia salafista que impregna las instituciones constitucionales y legales.
¿Qué impide a un ignorante incendiar una biblioteca que contiene los escritos de Mahfouz porque ofenden la sensibilidad pública? ¿Por qué no debería algún loco intentar asesinar a Islam Behery,[13] Fátima Naoot,[14] o Ahmed Naji[15] porque ofendieron las sensibilidades públicas o las religiones? ¿Y han olvidado ustedes el asesinato de Farag Foda[16] y la expulsión de Nasr Hamid Abu Zayd?[17]
«Algunos… están dispuestos a asesinar a los apóstatas enemigos del estado con el fin de poder entrar en el Paraíso. No sólo sus jeques quienes los inducen a creerse esto; el estado también lo cree, ya que las sentencias que este le impone a los intelectuales y a los liberales] crean una atmósfera que fomenta el extremismo. ¿Qué tan diferente es el parlamento del 30 de junio (es decir, el actual parlamento) a la asamblea popular de la HM?
«Estamos asesinando nuestra cultura y nuestros símbolos, sin darnos cuenta de que estamos importando la cultura de las áridas y desérticas tierras baldías que se especializan en prohibiciones, incriminaciones y fatuas acusando a otros de apostasía. No sé cómo nos convertimos en una sociedad tan tonta. ¿Cómo convence uno a la gente de que uno está luchando contra el extremismo y pidiendo que se renueve el discurso religioso mientras los bombardean y asesinan desde la mañana hasta la noche? «Le hemos cerrado la ventana a la ilustración y hemos abierto las puertas del infierno… Temo por Egipto, la cuna de la civilización…
«Mahfouz no es la única víctima de aquellos con pensamiento retrogrado. Algunos parlamentarios, ministros y gobernadores se oponen a las libertades y a la creatividad y no respetan la constitución que juran defender. No entiendo por qué el parlamento siempre es una fuente de ataques a la creatividad».
«Desafortunadamente, el parlamento se ha convertido en una imagen espejo de la policía religiosa de Arabia Saudita y la opinión pública egipcia esta bajo la impresión de que la HM sigue en el poder ya que, a excepción de tres diputados, todos los miembros del comité legislativo apoyaron el castigo en prisión por asuntos relacionados a ofender las sensibilidades públicas… Egipto se ha convertido en un faro del atraso, un portador de la antorcha reaccionaria y en un refugio a los fanáticos…»[18]
[1] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 28 de noviembre, 2016.
[2] La segunda y tercera novelas de la Trilogía del Cairo de Mahfouz, publicadas en los años 1956-57. La primera novela en la trilogía es el Paseo del Palacio. La trilogía representa 25 años en la vida de una familia egipcia en El Cairo, desde la Primera Guerra Mundial hasta el final de la Segunda Guerra Mundial y explora los cambios en la mentalidad y la historia durante esa época.
[3] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 29 de noviembre, 2016.
[4] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 28 de noviembre, 2016.
[5] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 28 de noviembre, 2016.
[6] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 28 de noviembre, 2016.
[7] Albawabanews.com, 29 de noviembre, 2016.
[8] El atacante dijo que actuaba por órdenes del líder de Al-Gama’a Al-Islamiyya, basado en fatuas del Jeque ‘Omar ‘Abd Al-Rahman. Véase Al-Ittihad (Emiratos Árabes Unidos), 8 de diciembre, 2011.
[9] Abu Nuwas (765-814 dC) – poeta árabe cuyo trabajo apareció en Las Mil y Una Noches Árabes.
[10] Al-Mutanabbi (915-965 dC) – poeta abasí que vivió en Irak.
[11] Al-Ma’arri (953-1057 CE) – poeta sirio.
[12] Hassan bin Thabit (murió en 674 dC) fue compañero del Profeta Mahoma, quien se convirtió en su poeta luego de la hégira.
[13] Islam Behery, investigador y filósofo egipcio acusado de perjudicar a la religión y que fue recientemente liberado como parte del perdón a 82 presos ordenado por el Presidente Al-Sisi. Véase Al-Hayat (Londres), 17 de noviembre, 2016.
[14] Fátima Naoot, periodista y poeta egipcia condenada a tres años de prisión por ofender a la religión. Su condena fue reducida a seis meses de prisión. Véase Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 24 de noviembre, 2016.
[15] Ahmed Naji, autor egipcio condenado a dos años de prisión por «perjudicar y dañar la sensibilidad pública» en violación del Artículo 67 de la constitución egipcia. Véase Al-Hayat (Londres), 22 de febrero, 2016.
[16] Farag Foda, autor egipcio y filósofo asesinado por dos activistas de Al-Gama’a Al-Islamiyya en 1992, luego de que esta organización lo declarara apóstata debido a sus posturas reformistas.
[17] Nasr Hamid Abu Zayd, académico egipcio y experto en investigación islámica, cuyos escritos causaron una tormenta en los medios de comunicación, luego del cual se marchó de Egipto a Holanda con su esposa.
[18] -Masri Al-Yawm (Egipto), 4 de diciembre, 2016.