El siguiente informe es cortesía del Proyecto Supervisión a la Amenaza Terrorista y Jihad en MEMRI (PSATJ). Para información sobre como subscribirse al PSATJ, haga clic aquí.

El 12 de junio del 2014, la oficina de información para el Estado Islámico de Irak y Siria (EIIS) en la provincia iraquí de Nínive emitió un código de conducta y una serie de directrices para los miembros del EIIS y para los residentes de la zona. Esto le sigue a la reciente toma por el EIIS de varias ciudades clave en la provincia, incluyendo Mosul. El código de conducta, que incluye 16 cláusulas, se basa en el sharia, y denuncia las leyes que existían hasta el momento bajo el gobierno de Al-Maliki, al que llaman «el gobierno chiita infiel».


El texto del código de conducta

El código es aparentemente un intento de tranquilizar a la gente del lugar y minimizar su oposición, al mismo tiempo mantenerlos a raya. Este abre con un saludo a la nación islámica y en especial a los «leones del EIIS», felicitándolos por sus recientes victorias gloriosas en el camino hacia el establecimiento del califato islámico. La introducción afirma que el objetivo del EIIS es uno solo: «promulgar la ley de Alá alrededor del mundo, ampliar la influencia del sharia, y arrancar de raíz las leyes de la selva de las tierras musulmanas».

Lo siguiente es un resumen de sus principales puntos: [1]

En la primera cláusula del documento, el EIIS se jacta de que ha logrado liberar a los presos de las cárceles de las provincias. En el segundo, explica que sus miembros se han comprometido a derrocar al régimen que oprimía al pueblo, y se comprometen retirar «las serpientes chitas que se han enrolladlo en los cuellos de los [musulmanes sunitas]».

En la cláusula tercera, el EIIS se compromete a tratar a cada individuo como una página en blanco, sin prejuicios y a no sospechar o acusar a nadie excepto a los que colaboran con los «criminales».

La cuarta cláusula garantiza que todos los residentes estarán seguros y protegidos bajo el dominio islámico de la organización, lo que garantizará los derechos de los ciudadanos y restablecerá los derechos de los oprimidos. Abordando la cuestión de los locales, que fueron enemigos del EIIS, dice: «Aquellos que hasta ayer guardaron rencor sobre nosotros hoy día se convierten en ciudadanos seguros, a menos que [nos] den la espalda o [nos] calumnien, o renuncien al Islam».

La cláusula cinco declara que los fondos públicos y bienes le pertenecen al Imam de los musulmanes, quien será el responsable por su uso para el beneficio de los musulmanes. Cualquier persona que ponga sus manos sobre este dinero – o en el dinero o bienes particulares – será juzgada de acuerdo al sharia y enfrentará un castigo disuasivo.

En la cláusula sexta, el EIIS hace referencia a las mezquitas, y llama en todos los musulmanes a asistir a todos los rezos y orar con la congregación, no en privado. Tal como se dijo en un hadith: «Una oración como parte de una congregación equivale a 25 oraciones por uno mismo». La cláusula séptima aborda a los clérigos tribales y jeques y pide que apoyen a la organización y trabajen hombro a hombro con esta para «repeler la virulenta agresión chiita».

Las cláusulas octava y novena llaman a no cooperar con el gobierno de Al-Maliki, cuya herejía se ha hecho evidente. Los miembros de las fuerzas de seguridad «apóstatas» iraquíes están llamados a arrepentirse, o de lo contrario se enfrentan a la pena de muerte. La cláusula ocho también prohíbe el consumo y la venta de alcohol, cigarrillos, drogas y otro tipo de contrabando. Las cláusulas diez y once llaman a la unidad y prohíben celebrar reuniones, agitar banderas y portar armas, y la cláusula duodécima establece que la promulgación de la ley del sharia liberará a los lugareños del yugo de las «podridas leyes creadas por el hombre». La cláusula decimotercera condena la adoración de tumbas, que calificó de «idolatría» y «politeísmo». La decimocuarta insta a las mujeres a vestir modestamente y evitar salir de sus casas sin necesidad.

La cláusula decimoquinta invita a los musulmanes a vivir en felicidad bajo un gobierno islámico justo y pacifico, en un mundo en el que los musulmanes tienen el poder. En el artículo décimo sexto y último, el EIIS aborda a los residentes de la provincia y les recuerda que ellos ya han experimentado todo tipo de regímenes seculares, todos los cuales les humillaron y quitaron sus derechos, su honor y sus propiedades. El EIIS promete que, de ahora en adelante, bajo el gobierno de Abu Bakr Al-Baghdadi, se encontrarán bendecidos con un nuevo tipo de régimen – uno bondadoso, y beneficioso, que pondrá fin a su sufrimiento.


[1] Alplatformmedia.com, 12 de junio, 2014.