Este artículo apareció originalmente en el Middle East Quarterly (Trimestral del Medio Oriente), Diciembre del 2000.

El 31 de mayo de 1994, Kifaya Husayn, una muchacha jordana de 16 años, fue azotada en una silla por su hermano de 32 años. Le dio un sorbo de agua para beber y le pidió que recitara un rezo islámico. Luego la degolló. Inmediatamente después, corrió hacia la calle, ondeando el cuchillo sangriento y llorando, ‘He matado a mi hermana y limpiado mi honor’. ¿El crimen de Kifaya? Fue violada por otro hermano, un hombre de 21 años. Su juez y jurado? Sus propios tíos, que convencieron a su hermano mayor de que Kifaya era una desgracia para el honor de la familia y se le permitiera vivir». [1] El asesino fue sentenciado a quince años, pero la sentencia fue subsecuentemente reducida a siete años y medio, un castigo extremadamente severo para los estándares jordanos.

Hoy, las muertes por honor prevalecen principalmente entre la población musulmana. [2] Este artículo analiza las circunstancias sociales, legales y religiosas de las muertes por honor en un estado musulmán jordano dónde, según informes oficiales jordanos, los crímenes por honor conducen anualmente a la muerte de 20 a 25 mujeres. (La verdadera cifra es probablemente mucho más alta, con asesinatos ocultados como suicidios o accidentes; un informe del Departamento de Estado estima el número anual en aproximadamente 100). [3] Jordania es de un interés particular debido a una campaña lanzada en el verano de 1999 para abolir las reducidas penas por crímenes de honor, que enfrentaron feroz oposición por las fuerzas conservadoras en el parlamento jordano. Este debate dio argumentos explícitos que normalmente son mantenidos en silencio y tienen implicaciones para los musulmanes en todos los lugares, incluso en Occidente. El artículo también incluye ejemplos de las sociedades palestinas y egipcias.

Dos tipos de honor

Entendiendo la naturaleza de estos crímenes requiere de una corta revisión de la noción de honor en la sociedad árabe tradicional, dónde una distinción es hecha entre dos clases de honor: sharaf e ‘ird. [4] Sharaf se relaciona al honor de una unidad social, tal como la tribu árabe o familia, así como también individuos, y puede fluctuar hacia arriba o hacia abajo. El fracaso de un individuo en seguir lo que se define como conducta moral adecuada debilita la condición social de la unidad familiar o tribal. Por otro lado, los sharaf de la familia pueden ser aumentados por la conducta ejemplar tales como la hospitalidad, la generosidad, el valor en la batalla, etc. En suma, sharaf traduce ligeramente como el concepto occidental de «dignidad».

En contraste, el ‘ird de relaciona únicamente al honor de las mujeres y su valor sólo puede disminuir. Este traduce ligeramente como el concepto occidental de «castidad» o «pureza». Y como en castidad o pureza, la conducta moral ejemplar no puede aumentar el ‘ird de una mujer sino que la mala conducta la reduce. Además, el ‘ird triunfa sobre el sharaf: el honor de la familia árabe o tribu, el respeto otorgado a este, puede ser gravemente dañado cuando la castidad de sus mujeres es violada o cuando su reputación es corrompida. Por consiguiente, la violación del honor de una mujer requiere de una acción severa, tal como Tarrad Fayiz, un líder tribal jordano, explica: «Una mujer es como un árbol de olivo. Cuando su rama se llena de gusanos, tiene que ser podado para que la sociedad esté limpia y pura». [5]

La conducta equivalente a una violación del honor familiar no está precisamente codificada. Básicamente esta involucra un contacto no supervisado de una mujer con un hombre que puede ser interpretado por la sociedad como íntimo. Tal contacto puede ser trivial: una muchacha jordana de 15 años fue apedreada hasta morir por su hermano quien la descubrió «caminando hacia una casa dónde jóvenes muchachos vivían solos». [6] En cuanto a la violación, la sociedad percibe a la mujer violada no como una víctima que necesita protección sino como alguien que deshonró el honor familiar, y los parientes optarán por deshacerse de la vergüenza quitándole la vida. El fracaso en hacer esto deshonra más a la familia.

Pero el asesinato no es el único remedio por violación u otras violaciones de la castidad de una mujer. Una alternativa es casarse con la mujer. Se supone que el matrimonio sea con la persona que violó su honor, aunque casar a la mujer con otra persona es una alternativa. Por ejemplo, en casos dónde el violador es un hermano, y el matrimonio es imposible, la familia puede encontrar a otra persona diferente quien se casará con la víctima. Este procedimiento de casar a la mujer es sentido como para rectificar la ofensa supuestamente cometida por la víctima de violación contra su familia y como tal ha ganado la aprobación legal del estado. [7] Si el matrimonio de una víctima de violación tiene lugar en Jordania o en algunos otros estados del Medio Oriente, la investigación delictiva es detenida, aunque el violador todavía pueda enfrentar cargos por delito si se divorcia de su esposa en los próximos cinco años «sin una razón legítima». [8] Esta costumbre disfruta del apoyo en algunos lugares improbables; un abogado en un grupo de defensores de derechos humanos dice que «colocar a un violador en la cárcel no ayuda a nadie… pero si se casa con la víctima, entonces esto ayuda a ambos, dándoles una oportunidad de comenzar frescos y proteger a la muchacha del estigma social». [9] Sin embargo, las autoridades islámicas ambas en Jordania y Egipto han expresado recientemente oposición a esta ley, denunciar tal procedimiento no está prescrito por el Islam, y ha exigido su abolición. [10]

Presión social

El asesinato de mujeres para salvar el honor de su familia es el resultado en buena parte de la presión social y psicológica sentida por los asesinos, tal como ellos explican en sus confesiones. Los asesinos testifican repetidamente que su círculo social inmediato, familia, clan, pueblo, u otros esperaba de ellos que cometieran el asesinato. Desde la perspectiva de la sociedad, el abstenerse de matar a la mujer degrada a sus parientes. A continuación cinco ejemplos:

Un jordano asesinó a su hermana quien fue violada por otro hermano. La familia intentó salvar su honor casando a la víctima en principio con un hombre mayor, pero este nuevo marido la convirtió en una prostituta y ella se le escapó. El asesino confesó que si tuviera que pasar por todo esto de nuevo no la mataría, sino que mataría a su padre, madre, tíos, y a todos los parientes que lo presionaron a asesinar y lo llevaron a la cárcel. En lugar de matar a su hermana e ir a la cárcel, él dijo que debería haberla «atado con una soga al igual que una cabra y permitirle pasar el resto de su vida de esa manera hasta que se muera». [11]

Un egipcio que estranguló a su hija embarazada soltera hasta morir y luego cortó su cadáver en ocho pedazos y los tiró al retrete: «La vergüenza me perseguía hacia dondequiera que iba [antes del asesinato]. La gente del pueblo no tuvo misericordia en mí. Hacían chistes y se burlaban de mí. No podía soportarlo y decidí poner fin a esta vergüenza». [12]

Un palestino de 25 años quién colgó a su hermana con una soga: «Yo no la maté, sino más bien la ayude a suicidarse y lleve a cabo la pena de muerte a la cual ella misma se sentenció. Lo hice para lavar con su sangre el honor de la familia que fue violado debido a ella y en respuesta a la voluntad de la sociedad que no hubiera tenido misericordia en mí si no lo hiciera… La sociedad nos enseñó desde la niñez que la sangre es la única solución para lavar el honor». [13]

Un joven palestino que asesinó a su hermana que había sido asaltada sexualmente: «Antes del incidente, bebí té y su sabor era amargo porque mi honor fue violado. Después de que la mate me sentí mucho mejor… No le deseo a nadie el estado mental en el cual yo estaba. Estuve bajo una tremenda presión mental». [14]

Otro palestino que asesinó a su hermana: «Tuve que matarla porque yo era el miembro de mayor edad [varón] de la familia. Mi único motivo para matarla era [mi deseo] de librarme de lo qué la gente estaba diciendo. Ellos me culpaban que yo la estaba alentando a que fornicara… Yo le permití escoger la forma en que me libraría de ella: degollándola o envenenándola. Ella escogió el veneno». [15]

Estos testimonios están en línea con el análisis de ‘Izzat Muhaysin, un psiquiatra en el Programa para la Salud Mental de Gaza, que dice que la cultura de la sociedad lo percibe a uno que se abstiene de «lavar la vergüenza con sangre» como «un cobarde que no es digno de vivir». Muchas veces, él agrega, tal persona es descrita como inferior a un hombre. [16]

En algunos casos, la decisión de cometer el asesinato tiene una cualidad de ser disputada. En el caso de Kifaya Husayn abriendo este artículo, los tíos de la víctima de hecho nombraron a su hermano para que cometiera el crimen en nombre de la familia. El asesino en el quinto caso citado arriba se sintió obligado a cometer el crimen como el varón de mayor edad de la familia.

El asesinato tiene su efecto social intencional, permitiéndole a la familia recobrar su estado social originario. El asesino en el cuarto caso citado arriba seguía diciendo en como casi diez mil personas asistieron al entierro de su hermana; ya muerta, la sociedad abrazó a la familia de nuevo.

La indulgencia para los asesinos de parientes mujeres, especialmente esposas, no es totalmente externa a la sociedad occidental. Por ejemplo, en 1989, un juez en la ciudad de Nueva York sentenció a un hombre a sólo cinco años en condición de prueba por asesinar a su esposa adúltera, en luz de la «gran vergüenza y humillación» el hombre se sintió como si pensaran que estuviese loco. [17] En 1994, un juez de Maryland sentenció a un hombre a sólo dieciocho meses en prisión por matar a su esposa, a quien había atrapado en una relación de adulterio – y, en reconocimiento a la tensión a la que estuvo, el juez se disculpó por haberle dado tal rigurosa sentencia. [18] Sin embargo, en Occidente tales casos son una rareza; en los estados árabes, la indulgencia hacia los asesinos por honor de la familia es la norma y también está tipificado en la ley penal.

El código legal de Jordania

Algunos estados árabes distinguen legalmente entre los asesinatos por honor y otros tipos de asesinato. Los anteriores son tratados por una cláusula separada en el código penal que le permite a los asesinos beneficiarse de penas reducidas o incluso evitar el castigo en conjunto. En Jordania, por ejemplo, las sentencias para los asesinos por honor van normalmente de tres meses a dos años de cárcel. [19] Este ligero tratamiento va en acuerdo al código penal jordano dónde dos artículos tratan con este asunto:

Artículo 98: Él que comete un crimen debido a su ira extrema causado por un acto ilegal, y de tal magnitud peligroso, cometido por la víctima se beneficia de una pena reducida.

Artículo 340: (a) Él que descubra a su esposa, o a alguna de su maharim [parientes mujeres de tal grado de consanguinidad como lo prevee el matrimonio], mientras comete adulterio con otro hombre y da muerte, hiere, o daña a uno o a ambos, está exento de cualquier pena; (b) Él que descubra a su esposa, o a una de sus hermanas o parientes mujeres, con otro en una cama ilegítima, y le da muerte, hiere, o daña a [uno o a ambos] se beneficia de una reducción de la pena. [20]

En la mayoría de los casos, los asesinos construyen su defensa en base al Artículo 98, cuyo lenguaje es algo recordativo del concepto occidental de «locura temporal». De hecho, los políticos jordanos, como el Senador Muhammad Kaylani, creen que es así. «Si un hombre encuentra a su esposa en la cama con otro, y le da muerte al instante», Kaylani explicó, «entonces no debería ser castigado porque estaba agobiado por sus emociones». [21] Las cortes jordanas usan la noción de locura temporal muy libremente, tal como puede verse del caso siguiente: Un hombre asesinó a su hermana porque creía que su conducta «inmoral» lo había llevado a su propio divorcio. La trascripción de la corte dice que el 4 de octubre de 1999, el demandado se escondió detrás de unos automóviles estacionados esperando por su hermana. Cuando la vio caminar en la calle con dos hombres, se enfureció», sacó un arma, y le disparó tres veces en la cabeza. Después del asesinato – cuando al parecer ya estaba calmado – se sentó al lado del cadáver de su hermana, se fumó un cigarrillo, y esperó por la policía. La corte se basó en el Artículo 98 y lo sentenció a seis meses de cárcel porque cometió su crimen «en un acto de furia». [22]

A mediados de 1999, activistas de derechos humanos jordanos pudieron alistar a la corona jordana y al gobierno en asistirlos en su campaña en conseguir penas más duras para los asesinos por honor. Aunque la historia legal jordana registra sólo un caso en que un asesino fue exento de la pena en base al Artículo 340, la campaña de derechos humanos se enfoca en este artículo porque este explícitamente perdona los asesinatos por honor. Su enmienda es más que simbólica, sin embargo, para la indulgencia permitida por el Artículo 98 moralmente continua del Artículo 340; en palabras del activista de Derechos Humanos ‘Abd al-Hadi Kabariti, el Artículo 340 es «una licencia para matar». [23] (Que dijo, la campaña también apunta al Artículo 98, qué el gobierno jordano también ha prometido reconsiderar)

Las propuestas del gobierno para abolir o enmendar el Artículo 340 fueron confrontadas con feroz resistencia por el público y sus líderes por igual. Claramente, los asesinatos por honor disfrutan de la aprobación de la mayoría de la sociedad jordana. Una encuesta del Times de Jordania reveló que el 62 por ciento de los jordanos se oponen a la enmienda del Artículo 340, principalmente por el miedo a la «corrupción moral en la sociedad». [24] Para responder a este miedo y mejorar las perspectivas de la ley, el gobierno añadió a esta penas más fuertes por adulterio (el Artículo 282 ya estipula que el adulterio es una ofensa castigable de seis meses a dos años de cárcel) El senado jordano pasó estos cambios pero la cámara baja los rechazó en noviembre de 1999.

Durante las sesiones de la cámara baja, estuvo claro que en el asunto de los asesinatos por honor, los miembros jordanos del parlamento (MPs) comparten los sentimientos del pueblo. La mayoría de los MPs argumentaron que la ley contradijo la naturaleza conservadora de la sociedad jordana. El MP Mahmud al-Kharabsha, hablando en nombre de treinta y un compañeros MPs, advirtió que la enmienda perjudicaría a la familia jordana y removería el elemento de disuasión implicado por el Artículo 340. [25] Algunos políticos expresaron inclusive la simpatía expresada con los asesinos donde no puede esperarse que controlen sus sentimientos. «Un hombre, como regla, no puede tolerar actos de inmoralidad», explicó el MP ‘Abd al-Majid al-Aqtash, «entonces como puede esperarse que tolere un acto de inmoralidad que está relacionado personalmente a él?» [26] «Qué espera usted de un hombre que camina hacia su casa y halla a su esposa en la cama con otro hombre», se pregunto Kharabsha, «darle una rosa?» de hecho, Kharabsha también explicó que las mujeres son «una herramienta de control» debido a que, si se preservan a si mismas, pueden prevenir el adulterio en la sociedad como un todo. [27] Así, él aceptó la lógica de los asesinatos por honor como un medio alterno para limpiar a la sociedad de la corrupción.

En un intento por resolver sus discordancias con la cámara baja, el comité constitucional del senado jordano llegó a la propuesta siguiente: apliquen la misma inmunidad a las mujeres que matan a sus maridos descubiertos en adulterio. Sorprendentemente, esta propuesta, que muy improbablemente no salve a las mujeres de que sean muertas, ganó el apoyo de algunos elementos en el movimiento de los derechos de las mujeres. No obstante, fue torpedeado por el Movimiento Islámico que objetó tal igualdad en «la licencia para matar». El Jeque ‘Abd al-‘Aziz al-Khayyat, un ex ministro jordano de asuntos religiosos (awqaf), emitió incluso un fatwa (edicto religioso islámico) estipulando que el shari‘a no le da el derecho a la esposa de asesinar a su marido si lo descubre con otra mujer. Tal caso, Khayyat explicó, no llega a una ofensa contra el honor familiar sino más bien, contra la vida matrimonial de la pareja, y lo más que a la esposa se le permite hacer es pedir el divorcio. [28] Otro político islámico, ‘Abd al-Baqi Qammu, del senado jordano, explicó luego «así nos guste o no, las mujeres no son iguales a los hombres en el Islam. Las mujeres adúlteras son mucho peores que los hombres adúlteros, porque las mujeres determinan el linaje». [29] Estas declaraciones fueron un preludio al endoso inequívoco de crímenes por honor del movimiento islámico jordano.

El debate jordano sobre el Artículo 340 muestra cómo los representantes de la corriente principal cierran sus líneas con los islamistas en temas relacionados con las mujeres. De los 80 MPs en la cámara baja, 55 quiénes en su mayoría están afiliados con el gobierno entregaron una propuesta para implementar el shari‘a como ley del estado. La propuesta fue que el shari’a sería la ley en todas las áreas y no sólo en esta área. Aun así se vio como un signo del gobierno y la corona y no ir demasiado lejos respecto al Artículo 340. [30]

A finales de enero, un segundo intento del gobierno por pasar su ley fue de nuevo bloqueado por la cámara baja luego de una simple discusión de tres minutos. De hecho, el destino de Artículo 340 será determinado más adelante en un futuro en una sesión conjunta de la cámara baja. Sin embargo, las sesiones conjuntas celebradas desde entonces en total ignoraron el Artículo 340, colocando un signo de interrogación en la resolución del gobierno para tratar luego con esta papa caliente.

¿Avala el Islam las muertes por honor?

¿Cuál es el punto de vista islámico en los asesinatos por honor? La respuesta a esta pregunta depende de si uno adopta un acercamiento legalista o cultural en definir el Islam. La campaña jordana respecto al Artículo 340 generó una disputa reveladora entre las autoridades musulmanas respecto al papel del Islam en la evolución de los asesinatos por honor. El establishment religioso afirma que los asesinatos por honor están desconectados de la religión islámica; en contraste, el partido islamista en el parlamento jordano ve los asesinatos por honor como parte del código del Islam.

El establishment religioso en Jordania ve los asesinatos por honor como un remanente del tribalismo árabe pre-islámico, ya que el Islam prohíbe «tomarse la ley por sus propias manos». El consejero del rey jordano en asuntos islámicos, Jeque ‘Izz ad-Din at-Tamimi, declaró que si a una mujer se le encuentra culpable de adulterio, la persona titulada para llevar a cabo su castigo es «un empleado especializado» designado por el gobierno para tal propósito. [31] La prohibición en tomar la ley por su cuenta no conlleva a una denuncia moral de los crímenes por honor; más bien, es una crítica a la trasgresión técnica de autoridad. Esta noción es convencional en el mundo árabe; así el Concejo de la Universidad Al-Azhar Ifta de Egipto, una autoridad religiosa principal del sunni Islam, emitió un fatwa declarando que el aplicar castigo a una mujer que comete adulterio o es encontrada en una situación adúltera, «debería ser a juicio del gobernante». [32] Siguiendo a esta misma lógica, el mufti de Gaza, Jeque ‘Abd al-Karim Kahlut, va más allá como para demandar la pena de muerte a los asesinos por honor, porque no están autorizados para llevar a cabo [el castigo] en las mujeres». [33]

Oficiales religiosos tienen sólo desacuerdos menores respecto al castigo islámico apropiado que el estado debe aplicar a los adúlteros. Hamdi Murad, oficial del Ministerio Jordano de Awqaf explica que si un adúltero, hombre o mujer, tienen una previa reputación intachable, el castigo islámico apropiado son cien latigazos, mientras si la reputación del adúltero está manchada, el castigo es apedreamiento hasta la muerte. [34] El ministro jordano de awqaf (fundaciones religiosas), ‘Abd as-Salam ‘Abadi, encuentra que en el caso de una mujer adúltera soltera, «el shari’a es claro y debería ser azotada ochenta veces». [35]

El Frente de Acción Islámico jordano (FAI) discrepa. Al calor del debate jordano, esta coalición parlamentaria de varios grupos islamistas, la mayoría de quienes están afiliados con la Hermandad Musulmana, emitieron un fatwa que declaraba los asesinatos de honor vistos como favorables por el Islam; los parientes masculinos deberían castigar a sus parientes femeninas y no dejarle este deber al estado. Ibrahim Zayd al-Kaylani, encabezado del comité Ifta del FAI, dijo que un hombre que se restringe a si mismo de cometer un asesinato por honor, dejándole esta carga desagradable al gobierno, «niega los valores de la virilidad defendidos por el Islam». El Artículo 340, Kaylani agregó, está basado en «el principio islámico que le permite a un musulmán defender su honor, su propiedad, y su sangre». [36] Muhammad ‘Uwayda, decano de la Universidad Zarqa del Shari‘a y miembro de la cámara baja, declaró que mientras el shari‘a prohíbe a individuos tomarse la ley por su propia cuenta, «casos dónde un hombre descubre a su esposa cometiendo adulterio son la excepción». [37] El FAI emitió un fatwa al efecto de que «cancelando el Artículo 340 contradeciría el shari‘a». [38] Así el Movimiento Islámico jordano ha de repente declarado que los asesinatos por honor son parte del dogma islámico en lugar de un remanente detestable del paganismo tribal.

El establishment islámico adopta un acercamiento legalista a las enseñanzas del Islam, argumentando que los asesinatos de honor no están prescritos en el Corán. Los islamistas, en contraste, ven los asesinatos de honor en el contexto cultural de las enseñanzas islámicas y lo encuentran consistente con «los valores de virilidad».

¿Una práctica islámica?

Por varias razones, el punto de vista islamista de la relación entre el Islam y los asesinatos por honor están más conectados a la realidad de la influencia religiosa en la práctica de los asesinatos por honor que las del establishment religioso. En otras palabras, la influencia del Islam en la conducta de los musulmanes no está limitada a lo que está escrito en los textos sagrados; más bien, este incluye percepciones culturales del Islam. Primero, existe el hecho, denotado anteriormente, que el pueblo jordano y sus representantes elegidos por un margen de casi 2:1 avalan a los hombres que castigan a sus mujeres parientes. Esta costumbre está, en otras palabras, profundamente arraigada en una sociedad devota que no ve los asesinatos por honor como una aberración de las enseñanzas del Islam. De hecho, no es raro escuchar a los asesinos por honor clamar que creen que lo que hicieron formaba parte de su religión. [39]

Segundo, si los asesinatos por honor se originan en el tribalismo árabe pre-islámico, este hace mucho tiempo desde que ha sido incorporado en la sociedad islámica y por consiguiente se ha vuelto común a lo largo del mundo musulmán, incluyendo India, [40] Pakistán, Turquía, y los Balcanes. En Kosovo musulmán, por ejemplo, miles de mujeres musulmanas violadas por serbios durante la guerra fueron abandonadas por sus maridos. De hecho, tal como observó un observador, la mayoría de las víctimas no reportan los crímenes porque en la sociedad albanesa la violación trae la vergüenza en las víctimas. Las mujeres que dieron a luz como resultado de la violación, abandonaron a sus bebés y escaparon del hospital para vivir, «sin una identidad que prevenga la divulgación de su situación, la cual convertiría su vida en un infierno». [41]

Tercero, los asesinatos por honor se ajustan a un modelo más amplio de costumbres que fluyen de la textura de la vida musulmana sin específicamente ser requeridos por el Islam, aun así todavía disfruta de la bendición de las autoridades musulmanas. La circuncisión femenina, hoy más conocida aun como la mutilación genital femenina, es otro ejemplo: común principalmente en los países africanos musulmanes, no es mencionada en los sagrados textos del Islam y no se originó en el Islam. Aun así en esos países, las autoridades religiosas asocian esta práctica con el Islam. En otras palabras, la mutilación genital femenina, una costumbre claramente pre-islámica, fue adoptada por las autoridades islámicas modernas, que declararon la circuncisión femenina de ser la conducta islámica digna. El Mufti Sa’id al-Hijawi de Jordania, refiriéndose a la práctica de la circuncisión femenina en una tribu en el pueblo de Rahma en Jordania sur, decretó que la esta es «un rasgo noble aceptado por el Islam aunque no sea una necesidad». [42] Este fatwa está en línea con las decisiones de muchas antiguas autoridades islámicas egipcias en décadas recientes. El anterior Jeque de Al-Azhar, Jadd al-Haq ‘Ali Jadd al-Haq, por ejemplo, decreto en 1983 que es imposible abandonar las lecciones del Profeta Muhammad a favor de las enseñanzas de otros, incluyendo a doctores, porque la ciencia médica evoluciona y no permanece constante. La responsabilidad de la circuncisión femenina yace con los padres y con aquéllos a cargo del bienestar de la muchacha. Aquéllos que no cumplen no hacen su deber. [43] Es de notar que el Jeque Muhammad Sayyid at-Tantawi emitió un fatwa contradictorio en su capacidad anterior como gran mufti de Egypto declarando que la decisión en la circuncisión femenina debe ser diferida a la opinión de los doctores. [44] El Jeque Tantawi todavía otorga estos fatwas al actual Jeque de Al-Azhar.

Cuarto, este porta la notificación de que la política de «no tomar la ley en sus propias manos» las cuales dominan los círculos de las autoridades islámicas, es menos que una prohibición moral y religiosa inequívoca de los asesinato por honor. La negativa de las autoridades islámicas para denunciar inequívocamente los asesinatos de honor le señala al pueblo que esta práctica no necesariamente contradice al Islam.

Quinto, la ya ambigua objeción islámica de honrar los asesinatos por honor se vuelve incluso menos eficaz cuando se considera la manera en que la corriente principal de los estudiosos islámicos interpretan el verso del Corán (4:34) que legitima el golpear a la esposa. Este verso declara: «Los hombres son responsables por las mujeres… Así que las mujeres virtuosas obedecen a [sus maridos]… Amonesten a aquéllos en cuya parte ustedes aprehendan desobediencia, y mantenlos fuera de tu cama, y golpéalos». Varios gobernantes islámicos han contemplado este verso en un intento por regular las golpizas. El Jeque Yusuf al-Qaradawi, decano del shari‘a en la Universidad de Qatar y líder de la Hermandad Musulmana, defiende las golpizas no dolorosas:

Si el marido siente que los sentimientos de desobediencia y rebeldía van en aumento en contra de él en su esposa, debería intentar lo mejor para rectificar su actitud con palabras amables, persuasión gentil, y el razonar con ella. Si esto no ayuda, debería dormir separada de ella, intentando despertar su agradable naturaleza femenina para que la serenidad pueda ser restaurada, y pueda responder a él de una forma armoniosa. Si este acercamiento fracasa, le está permitido golpearla ligeramente con sus manos, evitando su cara y otras partes sensibles. En ningún caso debería usar el recurso de una vara o cualquier otro instrumento que pudiera causar dolor y lesión. [45]

Otros estudiosos islámicos han propuesto sus propias recomendaciones en golpear a la esposa. Algunos descartan el quebrar huesos y enfatizan que en ningún caso deberían las golpizas estar acompañadas con un «ataque verbal». [46] La sección de decisiones islámicas del diario de la Autoridad Palestina prohíbe el apuñalamiento. [47] Existe un consenso de que el marido debería evitar dejar magulladuras en el cuerpo de su esposa, y todos los estudiosos están de acuerdo que el golpear a la esposa es el último recurso del marido. Aun así, se recomienda cuando una pareja se encuentra al borde del divorcio: «Es mejor para el marido golpear poco a su esposa, para hacerle sentir que estaba equivocada, que destruir la familia a través del divorcio». [48]

La fe, para abreviar, no puede ser confinada a los límites estrechos del Corán y otras tempranas fuentes santas. Este incluye los desarrollos e interpretaciones que ocurrieron después de que aparecieron los textos sagrados. Si esta lectura cultural de las enseñanzas del Islam es aceptada, entonces el papel de la corriente principal del propio establishment islámico es revelado nutriendo los «valores de virilidad» que conducen a los asesinatos por honor.

El mundo externo

Aunque el movimiento para acabar los asesinatos por honor debe provenir desde dentro de las sociedades musulmanas, estas pueden ser ayudadas por el mundo externo. La comunidad internacional debería, primero y por encima de todo, establecer su postura sobre este problema. Un informe de las Naciones Unidas emitido en enero del 2000 tratando con lo extra judicial, el sumario, o las ejecuciones arbitrarias estuvieron cerca de establecer a los asesinatos por honor como una violación de los derechos humanos básicos. La reportera especial, Asma Jahangir, condenó los asesinatos por honor como «prácticas que afectan el derecho a la vida». [49] Su informe condenó específicamente a gobiernos que mantienen penas de inmunidad para los asesinos por honor; ella condenó al gobierno jordano y a la corona por su iniciativa en enmendar el código penal jordano para ajustarse a las normas internacionales.

Pero una corte de inmigración americana en diciembre de 1997 no aceptó el punto de vista de que la existencia de los asesinatos de honor constituye una razón para conceder el asilo. Una mujer jordana que se había comprometido en sexo pre marital huyó a los Estados Unidos por miedo a ser asesinada. El historial de la corte judicial indica que su padre les pidió a sus hermanos que la mataran, y ella pidió asilo sobre esta base. [50] Para ser elegible a asilo, tuvo que demostrar que los asesinatos de honor son un modelo general de persecución de un grupo social definido en parte por los sexos, y el que persigue es o el gobierno mismo o un grupo que el gobierno es incapaz o involuntariamente de controlar. El juez no aceptó que esta situación fuese lograda. En agosto de 1999, la Junta de Apelaciones en Inmigración sostuvo la decisión del juez y mantuvo que el temor de la mujer en ser asesinada era especulativo y el resultado de «una disputa familiar personal», en lugar de una persecución oficial o semi-oficial. Así, la Junta denotó «que los esfuerzos del gobierno jordano por proporcionar algún grado de protección a sus sujetos femeninos y castigar a aquéllos que le hacen daño a las mujeres por violar las normas sociales», aun cuando no lo hagan a la magnitud que debería. (En contraste, Fauziya Kasinga, una mujer africana que huye de su país por miedo a la circuncisión femenina, obtuvo asilo en los Estados Unidos en 1996) [51]

A pesar del exitoso caso de Kasinga, parece ser que las autoridades de inmigración de los Estado Unidos todavía están confundidas por las apelaciones de asilo no-políticas. Legitimas, aunque no necesariamente justificadas, los miedos a una inmigración en masa chocan con la inclinación natural para ayudar a un individuo en desgracia. En el caso de Kasinga, las autoridades judiciales enfatizaron la resolución moral; en el caso de la mujer jordana, enfatizaron al idioma de la ley. La diferencia puede ser rastreada fuera de la corte de justicia. La campaña contra la mutilación genital femenina ha ganado un alto perfil en los medios de comunicación en años recientes con mujeres que testifican terribles experiencias personales. [52] La falta de tal perfil en los medios de comunicación acerca de los asesinatos por honor puede haber perjudicado el caso de la mujer jordana.

Conclusión

El fenómeno de los asesinatos por honor se ha convertido en una plaga social en muchas sociedades musulmanas alrededor del mundo. A pesar de sus claros orígenes pre-islámicos paganos, las autoridades islámicas contemporáneas usualmente se abstienen inequívocamente de condenarlo. Algunos estudiosos islámicos importantes en Jordania han incluso ido más allá declarando a los crímenes de honor un imperativo islámico que deriva de los «valores de virilidad defendidos por el Islam». Este desarrollo mal recibido no viene de una sorpresa cuando la aprobación casi consensual de ambos el pueblo musulmán y el liderazgo son considerados. Puede pasar un tiempo antes que las reducidas sentencias para los asesinos por honor sean abolidas de las leyes de los estados árabes. Aun así la campaña en contra del Artículo 340 del código penal jordano ya se ha demostrado exitosa en por lo menos un aspecto importante: quebró el silencio que escudaba a estas atrocidades.

* Yotam Feldner es el Director del proyecto MEMRI Tv.


[1] Chicago Tribune, 3 de mayo, 1998.

[2] Informe de las Naciones Unidas de la Reportera Especial, Señorita Asma Jahangir, sobre Derechos Civiles y Políticos, Incluyendo Preguntas de Desapariciones y Ejecuciones Sumariales (Nueva York: Naciones Unidas, enero, 2000), pág. 27.

[3] El Washington Post, 2 de febrero, 2000.

[4] Joseph Ginat, Venganza de Sangre: Honor Familiar, Mediación, y los Excluidos (Brighton, Inglaterra: Prensa Académica Sussex, 1997), pp. 129-130.

[5] El Times de Jordania (Aman), 15 de febrero, 2000.

[6] El Times de Jordania, 15 de junio, 2000.

[7] Tales procedimientos legales son aparentemente comunes en las sociedades tradicionales en otras partes del mundo, incluyendo América Latina: véase El Times de Nueva York, marzo. 8, 1997.

[8] ‘Lyad al-Luzi, director general del Ministerio de Justicia de Jordania, Al-Ayyam (Ramallah), oct. 7, 1998.

[9] ‘Lyad al-Luzi, director general del Ministerio de Justicia de Jordania, Al-Ayyam (Ramallah), oct. 7, 1998.

[10] Al-Hayat al-Jadida (Ramallah), 5 de abril, 1999; también el Mufti de Gaza, Jeque ‘Abd al-Karim Kahlut, Al-Hayat al-Jadida, 22 de abril, 1999.

[11] Ash-Sh’ab (Ramallah), 24 de julio, 2000.

[12] Al-Hayat al-Jadida, 6 de mayo, 2000.

[13] Al-Ayyam, 1 de junio, 2000.

[14] Al-Hayat al-Jadida, 12 de junio, 1999.

[15] Ar-Risala (Gaza), 11 de junio, 1998.

[16] Al-Ayyam, 1 de junio, 2000.

[17] Newsday, 1 de abril, 1989.

[18] El Times de Nueva York, octubre 21, 1994.

[19] El Times de Jordania, 22 de julio, 1999.

[20] Según The Star (Aman), noviembre 30, 1999, leyes similares existen en la Autoridad Palestina, Egipto (Artículo 237 del Código Penal), Siria (Artículo 548), y Líbano (Articulo 562).

[21] El Times de Jordania, noviembre 11, 1999.

[22] El Times de Jordania, 15 de febrero, 2000.

[23] El Times de Jordania, marzo 10, 2000.

[24] El Times de Jordania, noviembre 9, 1999.

[25] Ad-Dustur (Aman), noviembre 30, 1999.

[26] Ad-Dustur, noviembre 30, 1999.

[27] El Times de Jordania, 18 de mayo, 2000.

[28] Ad-Dustur, noviembre 30, 1999.

[29] El Times de Jordania, Noviembre 30, 1999.

[30] Al-Ayyam, 25 de febrero, 2000.

[31] El Times de Jordania, noviembre 9, 1999.

[32] El Times de Jordania, 24 de febrero, 2000.

[33] Ar-Risala, 11 de julio, 1998.

[34] El Times de Jordania, Marzo 14, 2000.

[35] El Times de Jordania, noviembre 30, 1999.

[36] Al-Quds (Jerusalén), 23 de febrero, 2000.

[37] El Times de Jordania, 25 de febrero, 2000.

[38] El Times de Jordania, 24 de febrero, 2000.

[39] Al-Hayat al-Jadida, 12 de junio, 1999.

[40] El Hindú, 25 de abril, 1999.

[41] Al-Quds, 17 de enero, 2000.

[42] Al-Quds, 17 de enero, 2000.

[43] Gad al-Haq, Gad al-Haq ‘Ali: Khitan al-banat, Al-fatawi al-islamiyyah min dar al-ifta‘ al-masriyyah, Wazarat al-awqaf, el Cairo, 9 (1983): 3119-3125, citados en Sami A. ad-Deeb Abu Sahlieh, «Para Mutilar en Nombre de Jehovah o Alá: Legitimización del Varón y la Circuncisión Femenina, julio de 1994, http://www.cirp.org/library/cultural/aldeeb1/.

[44] «Egipto: La Corte Afirma el Derecho de los Doctores a Realizar la Mutilación Genital Femenina (MGF)», julio de 1997, http://www.equalitynow.org./action_eng_8_3.html.

[45] Yusef al-Karadhawi, Lo Legal y lo Prohibido en el Islam (Beirut: La Casa Editora del Santo Corán, 1985), pág. 205.

[46] Ar-Risala (Gaza), octubre 1, 1998.

[47] Al-Hayat al-Jadida, octubre 2, 1998.

[48] Ar-Risala, octubre 1, 1998.

[49] Informe de las Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y Políticos, pp. 27-29.

[50] El Washington Post, febrero 2, 2000.

[51] El Washington Post, 2 de feb. del 2000; Junta Directiva de Apelaciones de Inmigración en http://www.uchastings.edu/cgrs/law/bia/a-_bia.pdf.

[52] Waris Dirie y Cathleen Miller, Flor del Desierto: El Extraordinario Viaje de un Nómada del Desierto (Nueva York: William Morrow & Co, 1999).

Artículo anteriorProyecto de Supervisión de Portales Islamistas No. 57
Artículo siguienteEmpeoran relaciones entre el régimen egipcio y la Hermandad Musulmana
El Instituto de Investigación de Medios de Información del Medio Oriente (MEMRI) explora el Medio Oriente a través de los medios informativos de la región. MEMRI establece un puente entre el vacío idiomático existente entre Occidente y el Medio Oriente, proporcionando traducciones oportunas de los medios árabes, hebreos y farsi, así como un análisis genuino de las tendencias políticas, ideológicas, intelectuales, sociales, culturales y religiosas del Medio Oriente. Fundado en Febrero de 1998 para informar sobre el debate de la política estadounidense en el Medio Oriente, MEMRI es una organización 501 (c)3, independiente, no partidista, sin fines de lucro. MEMRI mantiene oficinas en Berlín, Londres y Jerusalén y traduce su material al inglés, alemán, italiano, francés, hebreo, español, turco y ruso.