La salida de los Estados Unidos de Afganistán y la toma del país por parte de los talibanes provocaron una ola de reacciones en los medios de comunicación árabes. Muchos artículos presentaban la retirada estadounidense de derrota y agregaban que no era nada sorprendente, ya que, en sus 20 años en el país, Estados Unidos no logró establecer allí un régimen pro-estadounidense estable que pudiera desarrollar el país y ser aceptado por todos los componentes de la población afgana. Los artículos confirmaron además que la derrota de los Estados Unidos en Afganistán, al igual que su derrota anterior en Irak, tendrá consecuencias mayores y de gran alcance, incluyendo una disminución en el estatus de Estados Unidos y un incremento en el estatus de sus rivales, tales como China y Rusia.

Lo siguiente son extractos traducidos de dos de estos artículos.

Líderes talibanes en el palacio presidencial de Kabul (Fuente: Aljazeera.com, 15 de agosto, 2021)
Líderes talibanes en el palacio presidencial de Kabul (Fuente: Aljazeera.com, 15 de agosto, 2021)

Editorial de Al-Quds Al-Arabi: Estados Unidos debe aprender por la derrota en Afganistán

El editorial publicado el 16 de agosto, 2021 en el diario londinense Al-Quds Al-Arabi fue titulado «¿Es exacto comparar los sucesos de Afganistán con los de Vietnam?». Este declaró: «Muchos medios de comunicación publicaron imágenes de enormes helicópteros evacuando estadounidenses de la embajada en Kabul… junto a fotografías similares de helicópteros evacuando a estadounidenses de Saigón luego que las fuerzas del Vietcong y del Ejército Popular de Vietnam entraran en la capital de Vietnam del Sur en Abril del año 1975. Esto claramente insinuó la similitud entre los dos eventos y los presentó como las mayores derrotas en la historia moderna de la mayor superpotencia del mundo, los Estados Unidos.

En respuesta a esta comparación y a la presentación de los hechos de derrota para su país, el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken dijo, en entrevistas dadas a las cadenas de televisión CNN y ABC, que lo que está sucediendo en Kabul es claramente diferente de lo sucedido en Saigón, porque Estados Unidos ha logrado su misión en Afganistán. Estas dos afirmaciones son un intento de vaciar su verdadero significado por la retirada estadounidense de Afganistán, siendo el más importante de estos la derrota de las fuerzas estadounidenses y de sus muchos aliados en Afganistán en la práctica y eso es lo que los obligó a abandonar el país. Blinken también está tratando de engañar a su pueblo diciendo que los objetivos de la invasión militar estadounidense a Afganistán han sido logrados. Lo que sucedió en la práctica es que la ofensiva estadounidense en el año 2001 fue destinada a derrocar al régimen de los talibanes – que se negaron a entregar al líder de Al-Qaeda Osama bin Laden, pero el esfuerzo de 20 años de Estados Unidos por establecer un régimen pro-estadounidense en Kabul y ayudarlo a sobrevivir término en un catastrófico fracaso. Así que, luego de la guerra más larga de su historia, Estados Unidos se vio obligado a retirarse en medio de una ofensiva de los talibanes afganos, que, tras algunas breves maniobras, retornaron al poder en Afganistán.

«Blinken trató de culpar por los hechos al régimen político afgano, cuyo presidente, Ashraf Ghani, anunció su renuncia ayer (15 de agosto) y huyó al vecino Tayikistán. Blinken dijo que cuatro administraciones estadounidenses» invirtieron billones de dólares en las fuerzas armadas afganas, pero no han podido hacer retroceder el avance de los talibanes. ”Estas declaraciones también son inútiles, porque la responsabilidad política de este tema recae principalmente sobre las consecutivas administraciones estadounidenses.

«Para los afganos (y los estadounidenses), el objetivo principal – más importante que el enorme desperdicio de fondos en mantener las fuerzas estadounidenses que operaban en suelo afgano y en el entrenamiento del ejército y las fuerzas de seguridad afganas – fue el establecimiento de un mecanismo para reconstruir a la nación afgana…

«Todo lo anterior, así como las enormes oleadas de afganos desplazados que huyen del avance de las fuerzas de los talibanes, las claras indicaciones dadas por los talibanes sobre su futuro trato a la mujer y sus derechos… y las amenazas del país occidental en imponer sanciones al país si el movimiento Talibán toma el poder en el lugar – indican claramente que Afganistán se enfrenta a un destino muy amargo y el mundo seguirá los acontecimientos allí con mucha preocupación…

«Lo que sucedió es un gran evento que tendrá repercusiones regionales y globales de gran alcance y todos, especialmente los Estados Unidos deberían sacar conclusiones y hablar honestamente sobre la derrota allí, en lugar de esconderse detrás de declaraciones que no hacen nada que explique la realidad o la modifique».[1]

Artículo del diario saudí Al-Watan: Se tenían esperanzas de que la ocupación estadounidense fuese reemplazada por una ocupación talibán

El periodista ‘Abd Al-Wahhab Badrakhan escribió en su columna del diario saudí Al-Watan: «La invasión estadounidense engañó a los afganos haciéndoles creer que la pesadilla de los talibanes había sido eliminada y les permitió soñar con un país en el que pudieran vivir y ahora la retirada estadounidense ha acelerado el regreso de la pesadilla y ha acabado con todos los sueños. Lo que ha sido derrotado en Afganistán no es el poderío militar, sino más bien el plan norteamericano, en todos los aspectos. Washington es responsable de ello, así como del liderazgo político en Afganistán, que perdió una oportunidad histórica por los inconcebibles niveles de corrupción y las interminables disputas partidistas.

«Washington es el primero en ser culpable porque formó un régimen en Kabul que fue el menor de todos los males y los afganos tienen la culpa porque, durante 20 años, no invirtieron esfuerzos necesarios para reparar este régimen y desarrollarlo». Además, ignoraron las razones por la continua existencia del movimiento Talibán, con sus fuerzas militares y sus bastiones. Si solo una pequeña parte de los dos billones de dólares invertidos por Estados Unidos en Afganistán se hubiese dedicado a desarrollar partes del país, junto al gasto militar, los talibanes no hubiesen logrado utilizar la corrupción del escalafón gobernante para incitar a su población en su contra. Finalmente, quizás el mayor fracaso afgano-estadounidense fue que no se estableció una autoridad nacional aceptada que pudiera reunificar al país y forman una alternativa ante los talibanes.

“El plan estadounidense también fue derrotado en Irak. Antes de su retirada en el año 2011, la ocupación se apresuró por formar un nuevo régimen allí y comenzó a desmantelar el estado existente y a su ejército para complacer a los ‘nuevos gobernantes’. Estos parecían ser muy capaces, excepto cuando se trataba de establecer un estado para todos los iraquíes. Luego de recibir grandes sobornos de los estadounidenses, comenzaron a proclamar abiertamente su lealtad al gobernante jurisprudente en Irán, consolidar su corrupción y formar mini-estados para sus partidos y milicias. Al mismo tiempo, todas las disputas y sedimentos históricos volvieron a surgir, provocando un fitna (querella civil) que dio origen al EIIS, más criminal y más cruel incluso que Al-Qaeda.

«En este punto también el fracaso en establecer un régimen estable fue culpa de Estados Unidos y no menos de Irán e Irak. Posteriormente, la guerra contra el terrorismo arruinó la economía y le dio a Irán y a sus milicias la oportunidad de otorgarle a las Unidades de Movilización Popular[2] un estatus paralelo al de las fuerzas armadas oficiales. Aunque el gobierno de Al-Qadhimi logró sumar algunos puntos para el estado, se vio obligado a solicitar una reducción de la presencia estadounidense en Irak, mientras que la presencia iraní se afianzó aun más y con más crueldad, como si estuviese inspirado por el modelo de los talibanes.

«Dos guerras y dos ocupaciones, en Irak y Afganistán, arrojaron los mismos resultados catastróficos, con sólo pequeñas diferencias. Pero sus costos y repercusiones tendrán efectos de gran alcance a nivel geoestratégico, ya que ayudaron a fortalecer a China, que ahora desea competir con Estados Unidos y no solo a nivel comercial. Rusia también ha retomado su papel de actor en la arena internacional… Naturalmente, Washington espera mayores enfrentamientos en el sudeste asiático, pero su dolorosa derrota en Afganistán ha expuesto la debacle en su estatus, que pronto tendrá un efecto visible en todos los roles que este solía cumplir, o monopolizar, en el «Gran Medio Oriente». Miren donde miren hoy, verán conflictos en los que Estados Unidos participó encendiendo y avivando las llamas, por varias razones, pero otras fuerzas compiten con este, e incluso derrotándolo, con el fin de lograr estos objetivos.

«La administración estadounidense ve que su margen de intervención se ha ido reduciendo en Afganistán, Siria, Irak, Yemen, el Líbano y en Palestina. Durante un tiempo, se pensó comúnmente que Estados Unidos había llegado a acuerdos con los talibanes sobre la implementación de una hoja de ruta para la retirada estadounidense y para el período posterior, especialmente la etapa provisional. Pero el rápido avance del movimiento de los talibanes y su determinación de lograr el control militar total del país, demuestran sin lugar a dudas que los talibanes solo consideraron un escenario: siendo este una retirada estadounidense y el regreso de los talibanes al poder tras derrotar al ejército afgano a pesar de su superioridad numérica y apoderarse de las avanzadas armas estadounidenses que este posee. El gobierno de Kabul ya no se le ve humillado sino más bien marginado y su único posible destino es caer. Esto no es sorpresa alguna, porque estamos lidiando con los talibanes, quienes tenían como destino reemplazar la invasión y ocupación de los Estados Unidos con una invasión y ocupación propias. El hecho de que los talibanes son parte integral de Afganistán es irrelevante, siempre que este someta al pueblo a persecuciones y expulsión».[3]


[1] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 16 de agosto, 2021.

[2] En referencia a una organización paraguas en Irak, que consiste principalmente en milicias chiitas pro-iraníes, que opera en paralelo a las fuerzas armadas iraquíes.

[3] Al-Watan (Arabia Saudita), 16 de agosto, 2021.

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