El 1 de febrero del presente año 2023, el diario Wall Street Journal publicó un artículo de opinión titulado «Mantengan fuera de Twitter al EIIS» escrito por el director ejecutivo de MEMRI Steven Stalinsky. Lo siguiente es una versión extendida del artículo de opinión. La versión que apareció en el diario Wall Street Journal puede leerse aquí.
En septiembre del 2016, les informé a los ejecutivos del cuartel general de Twitter en San Francisco sobre las investigaciones en el uso de su plataforma por parte de terroristas yihadistas y sobre ideas de lo que pudieran estar haciendo al respecto. La reunión fue un marcado contraste con las que tuve con otras empresas, ciertamente no como las sesiones informativas que tuve con Facebook y Google/YouTube.
Fui conducido a una sala de conferencias de analistas y de aquellos encargados de formular políticas, incluyendo una transmisión en vivo de una conferencia con un equipo en el extranjero. Mi escolta me pidió que no revelara mi identidad y propósito en ningún otro lugar que no fuese esa habitación. Estuve allí para informarles sobre el uso terrorista de la plataforma y las ideas sobre la forma de cómo contrarrestarlo. Esta se basó en una investigación realizada por mi organización, el Instituto de investigación de los medios de comunicación del Medio Oriente (MEMRI). Estuvimos proveyendo discretamente nuestros hallazgos al equipo de la compañía que se ocupaba del tema correspondiente al contenido terrorista.
MEMRI había mantenido una relación bastante polémica con Twitter durante años. Antes que cualquier otra organización, le pedimos a Twitter que tomara medidas para que la plataforma no se infestase de yihadistas – y fuimos ignorados.
Desde sus inicios en el año 2006 hasta el 2011, Twitter albergó poca o ninguna actividad terrorista. Luego, en el 2011, los talibanes comenzaron a tuitear, al igual que Al-Shabaab, la filial de Al-Qaeda en Somalia. Estos fueron seguidos por yihadistas del Reino Unido, tales como el predicador y activista pro-EIIS Anjem Choudary, una figura destacada en organizaciones ilegales tales como Al-Muhajiroun.
Cuando comencé a monitorear Twitter, solo había unos cuantos yihadistas en la plataforma, pero rápidamente se multiplicaron exponencialmente. Mis extensas investigaciones sobre las actividades resaltaron el cómo utilizaron Twitter para difundir sus mensajes, llamar a ataques contra los intereses occidentales, reclutar a nuevos miembros, crear simpatizantes y recaudar fondos, todo lo cual fue documentado en informes sobre sus actividades terroristas en la red, incluyendo un registro al uso de la plataforma Twitter por parte de yihadistas y terroristas.
Entre los años 2011 y 2016, MEMRI publicó cientos de informes sobre las actividades de los yihadistas en Twitter que fueron utilizados por funcionarios anti-terroristas de los Estados Unidos y en otras agencias gubernamentales. Esto llevó al año 2011, cuando los legisladores comenzaron a apelar directamente a Twitter para que tomara medidas. La compañía hizo muy poco para detener la proliferación de terroristas en su plataforma e ignoró los llamados hechos por MEMRI para hacerlo – pero el país estaba cada vez más alarmado. Twitter se había convertido en la principal plataforma en la que casi todos los grupos yihadistas se encontraban activos; en diciembre del 2015, el EIIS les decía a sus seguidores que este app y Facebook deberían usarse como las principales plataformas en las redes sociales «donde se encuentra el público en general». Si no hubiera sido por Twitter, no hubiese existido el EIIS.
Surgieron nuevos desafíos en el mes de septiembre, 2013 cuando Al-Shabaab tuiteó en vivo su ataque terrorista de cuatro días sobre el Westgate Mall en Nairobi, Kenia, donde murieron 62 inocentes compradores. El grupo tuiteó lo siguiente: «Los muyahidines entraron al #Westgate Mall hoy alrededor del mediodía y todavía están dentro del centro comercial, luchando contra los #Kenyan Kuffar (infieles) dentro de su propio territorio». Su portavoz dijo que el centro comercial fue atacado porque albergaba «tiendas judías y estadounidenses» y era destino para turistas internacionales, diplomáticos y para aquellos encargados de tomar las decisiones en Kenia. Esta filial de Al-Qaeda impulsó el yihad global, utilizando Twitter como herramienta para la divulgación yihadista en la red.
El EIIS vio el impacto de Al-Shabaab a través de Twitter y lo llevó a otro nivel. Después de tuitear con impunidad desde el año 2011 hasta gran parte del 2014, la comprensión del EIIS a la efectividad de las redes sociales culminó en su decisión estratégica de compartir la decapitación del periodista estadounidense James Foley en el mes de agosto del 2014. Este primero subió el video a YouTube y luego tuiteó una serie de fotogramas que muestran el cuchillo cortando su garganta, la extracción de su cabeza y la colocación de su cabeza cortada sobre su cuerpo sin vida. Los tuits se volvieron virales y sacudieron al mundo.
Luego de ello, el EIIS anunció cuatro decapitaciones más de estadounidenses y británicos en Twitter. El número de tuits yihadistas gráficos sobre decapitaciones y ejecuciones alcanzó su punto máximo cuatro meses después. A pesar de las declaraciones por parte de Twitter sobre la eliminación de «imágenes gráficas», este mantuvo su enfoque reactivo. El EIIS continuó prosperando en Twitter y las cuentas suspendidas reaparecieron rápidamente, a veces más de 100 veces.
Después del mes de agosto del 2014, las extensas investigaciones de MEMRI descubrieron a Twitter como la plataforma de referencia del EIIS para sus comunicaciones, recaudación de fondos, divulgación y reclutamiento. Las ingeniosas producciones de video mostraron la camaradería de la vida yihadista diaria en el califato. Un tema muy tuiteado fue el «martirio», el cual incluía fotografías horribles de los cadáveres de sus combatientes y las cabezas cercenadas de civiles locales decapitados por el grupo. Otro tema favorito fueron los castigos religiosos islámicos, incluyendo las amputaciones y ejecuciones de homosexuales mediante lapidación, fusilamientos y arrojamiento desde los edificios más altos. También fueron tuiteadas miles de fotografías de chicos siendo adoctrinados y entrenados en el arte de librar el yihad.
En el año 2014 y 2015, el EIIS utilizó Twitter para promover muchos «puntos mediáticos», incluyendo medios de comunicación móviles en camionetas, para distribuir propaganda y material de divulgación en Siria, Irak y en Libia. El grupo también utilizó la plataforma para documentar el asesinato masivo de cristianos, yazidíes y civiles en todo el Medio Oriente con el fin de infundir miedo, captar la atención de los medios de comunicación del mundo y recaudar fondos para la compra de equipos militares.
Fueron necesarios años de exposición pública, mala cobertura por parte de los medios de comunicación y presión de los legisladores y de otras agencias para que Twitter finalmente tomara medidas para eliminar el contenido terrorista. Por todo el daño que causó como herramienta del EIIS y otros yihadistas, la compañía tuvo la suerte de no tener que rendir cuentas por permitir que los grupos terroristas liderados por el EIIS la usaran durante tanto tiempo junto a un contenido tan horripilante.
Hoy vuelve a estar en boga el tema del terrorismo en Twitter. La Corte Suprema escuchará múltiples casos relacionados con la facilitación de las plataformas a los ataques perpetrados por el EIIS. Esto incluye un nuevo escrutinio del contenido anterior en Twitter y de la Sección 230 de la Ley de decencia en las comunicaciones, que se refiere a la protección legal para las aplicaciones y portales. En respuesta, Twitter argumentó que «no está nada claro el qué puede hacer un proveedor común de servicios para evitar caer en terrorismo, ya que un demandante puede alegar fácilmente que el demandado pudo haber hecho más para evitar su uso por parte de los terroristas». Esta nueva atención pudiera reabrir críticas sobre el evadir responsabilidades por parte de Twitter.
En los ocho años transcurridos desde que Twitter comenzó a eliminar a los grupos terroristas en la red, los yihadistas no han dejado de intentar tuitear nuevamente. A pesar de todas sus fallas – Twitter ha sido consistente en mantener con éxito a grupos tales como el EIIS, Al-Qaeda, Hezbolá, Hamás y a otros grupos terroristas fuera de su plataforma. Ahora, con el cambio de dueño en Twitter y la restauración de muchas cuentas por parte de Elon Musk, que habían sido cerradas, todo esto puede cambiar. Musk pudiera ser considerado responsable por las violaciones pasadas de Twitter, en especial si a los yihadistas se les vuelve a conceder el acceso.
*Steven Stalinsky es director ejecutivo de MEMRI (Instituto de investigación de los medios de comunicación del Medio Oriente), quien trabaja activamente con el Congreso y las empresas tecnológicas a fin de combatir contra el yihad en el ciberespacio a través de su portal Proyecto supervisión a la amenaza terrorista y yihad.