Desde que ocurrió el estallido de la crisis en Ucrania, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita han evitado adoptar una postura clara sobre el conflicto y respaldar la postura de Estados Unidos, su principal aliado, tal como pudiera esperarse. Las declaraciones oficiales emitidas por los dos países fueron redactadas diplomáticamente y llamaron a ambos bandos del conflicto a resolver sus diferencias a través del diálogo.[1] Esta reservada postura también fue evidente en los editoriales publicados por los diarios estatales de estos países, absteniéndose de denunciar a Rusia y sus acciones. A medida que pasaban los días, se hizo cada vez más claro que los dos países se negaban a condenar a Rusia, debido a sus crecientes lazos políticos, militares y económicos con esta y también debido a su evaluación de que es muy probable que Rusia se convierta en una potencia prominente en el nuevo orden mundial que se está gestando actualmente. Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos votaron a favor de condenar a Rusia en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 2 de marzo del presente año 2022, pero los Emiratos Árabes Unidos se abstuvieron en una votación similar en el Consejo de Seguridad el día 25 de febrero, lo que fue visto como un acto de negarse a apoyar y estar junto a los Estados Unidos
Otra razón por la postura de estos países es que sus relaciones con la administración del presidente estadounidense Joe Biden han sido tensas desde el principio, al igual que sus relaciones con la administración Obama para ese momento. Esto se debe a la actitud de Biden hacia el príncipe heredero a la corona saudita Muhammad bin Salman y especialmente a su postura indulgente ante Irán y sus esfuerzos por firmar un acuerdo nuclear con este, similar al formulado por la administración Obama en el año 2015. A medida que avanzaban las conversaciones en materia nuclear entre Irán y Estados Unidos en Viena y según informes, las partes se acercaban más a un acuerdo, la tensión entre Estados Unidos y los estados del Golfo aumentó constantemente. De hecho, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos están cada vez más decepcionados con los Estados Unidos, que sienten que ha abandonado a sus aliados e ignora la creciente amenaza que representa para ellos Irán.
Una señal conspicua a las tensas relaciones de estos estados del Golfo con los Estados Unidos es su insistencia en mantener el acuerdo entre los países de la OPEP+ (lo cual incluye a Rusia)[2] y abstenerse de incrementar la producción del crudo. Esto desagrada a la administración estadounidense, que desea aumentar la producción en el próximo período para detener el incremento del precio del petróleo, que perjudica a las economías de los Estados Unidos y Europa.[3] La ira de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes Unidos contra los Estados Unidos fue revelada el 3 de marzo del presente año 2022, cuando el embajador emiratí en Washington Yousef Al-Otaiba dijo, en una declaración inusualmente contundente, que las relaciones entre los Estados Unidos y Arabia Saudita estaban «pasando por una prueba de mucho estrés».[4] El mismo día, la revista estadounidense The Atlantic publicó una entrevista con el príncipe heredero a la corona saudita Muhammad bin Salman, en la que habló muy tajante sobre las relaciones de su país con los Estados Unidos. Este dijo, por ejemplo, que no le interesa la opinión de Biden sobre su persona y que nadie tiene derecho a interferir en los asuntos internos de Arabia Saudita o dictarle cátedra alguna. También insinuó que Arabia Saudita está preparada para reducir sus lazos con Estados Unidos y en su lugar impulsar sus relaciones con China.[5] La tensión aumentó el día 8 de marzo, cuando se informó que tanto bin Salman como el príncipe heredero emiratí Muhammad bin Zayed se negaron a aceptar llamadas telefónicas de Biden sobre el incremento de la producción de petróleo.[6]
Los informes de los días siguientes indicaron un mayor deterioro de las relaciones. El 15 de marzo, el diario El Wall Street Journal informó que Arabia Saudita consideraba aceptar yuanes en lugar de dólares para algunas de sus ventas de petróleo, lo que pudiera fortalecer a la moneda china y socavar el dominio del dólar estadounidense en el mercado petrolero mundial.[7] El 16 de marzo, el primer ministro británico Boris Johnson visitó Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos en un intento por persuadirlos a aumentar la producción de petróleo para bajar de esta manera su precio. Sin embargo, muchos informes afirman que la visita no fue un éxito y que ambos países aclararon que mantendrían el acuerdo estipulado por la OPEP+.[8] Dos días después, el 18 de marzo, el presidente sirio Bashar Al-Assad realizó una visita oficial a los Emiratos Árabes Unidos y recibió una cálida bienvenida. La visita fue considerada como un acto de desafío emiratí en contra de los Estados Unidos, que se opone a restaurar la legitimidad de Assad.[9] El diario emiratí Al-Arab afirmó que el mensaje transmitido a los Estados Unidos con esta visita es que los Emiratos Árabes Unidos formulan sus posturas en función de sus propios intereses sin considerar la opinión de los Estados Unidos, al igual que Estados Unidos adopta posturas en función a sus propios intereses sin considerar la opinión de los Emiratos Árabes Unidos.[10]
La figura de los medios de comunicación árabes y analista político ‘Abd Al-Bari ‘Atwan, editor del diario en la red Raialyoum.com, escribió que los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, los principales aliados de Estados Unidos en el Golfo, han comenzado a rebelarse contra su hegemonía y se están uniendo gradualmente al eje ruso-chino, cuya influencia va en aumento. Su negativa a aceptar las llamadas telefónicas de Biden, dijo, fue nada menos que «una bofetada» lo cual indica que estos países «han comenzado a sacudirse el manto estadounidense y basan sus relaciones con las superpotencias y especialmente con los Estados Unidos, en igualdad y respeto mutuo y no en subordinación y rendición», tal como ha sido el caso hasta ahora.[11]
Las tensas relaciones de los dos países con los Estados Unidos también se reflejaron en su prensa escrita. Los artículos afirmaban que, desde hace un año, Estados Unidos ha sido hostil hacia Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos y los ha tratado con arrogancia y rencor y que estos países ya no estaban dispuestos a tolerar nada de esto. Las razones principales a las tensas relaciones y la negativa de los dos países a ponerse del lado de los Estados Unidos en la crisis de Ucrania, dijeron, fue su desprecio por la creciente amenaza que representa Irán para su seguridad y su insistencia en continuar las conversaciones para renovar el acuerdo nuclear con este a pesar de todas sus preocupaciones. Los artículos afirmaban además que, desde que Biden se convirtió en presidente, Estados Unidos ha sido muy vacilante y apaciguador en sus relaciones con Irán. Como ejemplos mencionaron la decisión de revocar la designación impuesta a los houties de terroristas, el desprecio por los ataques de los houties sobre Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos y la cancelación del acuerdo para vender aviones de combate F-35 a los Emiratos Árabes Unidos promovido por la ex-administración estadounidense.
Ante todo esto, agregan los artículos, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos sienten que ya no pueden contar con los Estados Unidos y poner sus intereses y seguridad en sus manos y en su lugar han comenzado a cultivar sus relaciones con Rusia y China. Estados Unidos no puede esperar que lo apoyen e incluso participen en su guerra económica y diplomática ante Rusia, argumentaron ellos, cuando se niega a ponerse del lado de ellos en contra de la amenaza que representa «la Rusia de la región», es decir, Irán. “La defensa de los aliados ante los intereses de los demás debe ser mutua, o no debería existir en lo absoluto”, dijeron.
Lo siguiente son extractos traducidos de algunos de estos artículos.
Haitham Al-Zubaidi, editor del diario emiratí Al-Arab: Estados Unidos espera que lo apoyemos cuando nos abandona y es hostil con nosotros
En un artículo críticamente mordaz publicado el día 7 de marzo del 2022, Haitham Al-Zubaidi, editor en jefe y presidente de la junta del diario emiratí en Londres Al-Arab, afirmó que, después de un año en el que Estados Unidos persiguió una política hostil y arrogante hacia Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, estos países ahora se han dado cuenta de que la opción correcta es ignorarlo. Este escribió lo siguiente:
«Abu Dabi se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas respecto a condenar la invasión rusa a Ucrania… No sabemos exactamente cómo reaccionó Estados Unidos ante la postura de los Emiratos Árabes Unidos, pero el jueves por la mañana 3 de marzo, las declaraciones del embajador emiratí en Washington Yousef Al-Otaiba, fueron más que claras cuando expresó el descontento de los Emiratos Árabes Unidos con la postura de la administración Biden…
«En esta fatídica coyuntura histórica, la administración estadounidense ha decidido renunciar en gran medida a su responsabilidad en el Golfo… No solo tomó esta postura respecto a la seguridad del Golfo, sino que mostró hostilidad hacia los países influyentes del Golfo, siendo esta hostilidad un regalo para Irán además de hacerle el juego a este país, a las organizaciones políticas del islam y a sus partidarios más conocidos.
«Luego ese mismo día, la agencia de noticias saudí publicó la transcripción de la entrevista con el príncipe heredero a la corona de Arabia Saudita Muhammad bin Salman… Fue una entrevista honesta con la revista The Atlantic, en la que el príncipe saldó cuentas con la administración Biden…
«Los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita son ??los dos principales aliados de Estados Unidos en la región. Hace un año, la administración Biden lanzó un ataque mediático en contra de ellos, pero permanecieron en silencio. Todos recordamos la demostración de fuerza realizada por la administración en sus primeros días cuando publicó el informe de inteligencia sobre la muerte del periodista saudita Jamal Khashoggi.
“Con una ingenuidad inusual, la administración estadounidense comenzó a diferenciar entre dos líderes saudíes, manteniendo contactos con el rey Salman bin ‘Abd Al-’Aziz mientras ignoraba al príncipe heredero a la corona Muhamad bin Salman. La hostilidad de la administración Biden hacia los Emiratos Árabes Unidos fue mucho más sutil, pero ¿qué puede significar cuando los Estados Unidos torpedea un acuerdo estratégico como el acuerdo de la compra de los aviones F-35, o elimina a los houties de la lista de organizaciones terroristas? Los Emiratos Árabes Unidos en respuesta, tomaron medidas y cambiaron algunos de los parámetros de su política regional y de la política internacional, adoptando una política de ‘problemas cero’, junto a un enfoque en una amplia percepción de la seguridad en el Medio Oriente, en la que Israel juega un papel muy importante. Abu Dabi también aumentó su apertura hacia China y Rusia. Cuando Estados Unidos fue aún más lejos en su hostilidad, vimos la abstención de los Emiratos Árabes Unidos en la votación del Consejo de Seguridad y las declaraciones contundentes del embajador Al-‘Otaiba, una de las personas más versadas entre los pro y contras de las relaciones entre Estados Unidos y los Emiratos.
«El tono mordaz que tomaron los estadounidenses durante un año, su arrogancia irresponsable hacia sus aliados, su acercamiento injustificado con Irán en un esfuerzo por renovar el acuerdo nuclear con este, todo indica un enfriamiento en las relaciones. Pero el tono mordaz también estuvo acompañado por la débil postura estadounidense que el mundo está presenciando en la actualidad, hecho evidente en la entrada de los talibanes en Kabul el verano pasado, incluso antes de que los estadounidenses la abandonaran. Lo que vimos allí fue una reminiscencia de la humillante retirada estadounidense de Saigón en la década de los años 1970. Y en otoño surgió la crisis con Ucrania…
«La debilidad de Estados Unidos en la crisis de Ucrania se reflejó en su incapacidad de presentar una opción militar para disuadir a Rusia, pero un aspecto más grave de su impotencia fue la pérdida de control sobre los precios mundiales en el rublo de energía. Después del patético intento de proponer el cuento de hadas a la alternativa de Qatar y afirmar que el gas provisto por Doha compensaría la pérdida del gas ruso, el mercado reaccionó a la guerra con un aumento significativo en el precio del petróleo.
“La impotencia estadounidense también se manifestó en la incapacidad de persuadir a la OPEP+ para que aumentara la producción del crudo. La OPEP+ se ha convertido en una coalición de países que están furiosos con la política estadounidense y rechazan sus presiones y extorsiones. Es una coalición que entienda lo débil que se ha vuelto Estados Unidos y que sería un error contar con Washington como potencia disuasoria con una influencia efectiva en el Golfo o como potencia que puede asustar a los rusos en Europa.
«La entrevista concedida por el príncipe Muhammad bin Salman a la revista The Atlantic causó furor por el carácter y las implicaciones de sus declaraciones. Pero la tormenta que desató sobre el terreno fue simple y directa: el precio del petróleo ahora se sitúa en 120 dólares el barril…
«Ahora el mordaz Washington se queda repentinamente sin palabras. Prometió liberar al menos la mitad de sus Reservas Estratégicas de Petróleo,[12] pero los precios subieron en lugar de bajar. El informe del servicio de inteligencia respecto al caso Khashoggi y los planes para expandir a la OTAN hasta Ucrania conllevan una lección muy seria para Estados Unidos, es decir, que no puede adoptar una postura hostil hacia un país (es decir, Arabia Saudita) y luego esperar que este país lo rescate aumentando su producción de petróleo. La seguridad del Golfo no es compatible con apaciguar a Irán. El ataque del año 2019 contra Abqaiq en Arabia Saudita y los ataques con drones sobre los Emiratos Árabes Unidos son ejemplos de ello…
“Biden sirvió muchos años en el Congreso y ocho años como vicepresidente de Barack Obama. No le falta experiencia y conocimiento. Por lo tanto, su postura sobre la seguridad del Golfo, sobre Irán y sobre los temas de energía no puede explicarse sino de política deliberada. Esta impresión es lo que motiva las posturas de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes Unidos hacia la actual administración estadounidense. Esta administración solo entiende el lenguaje del ser ignorado, un lenguaje que dice, lo que Biden desea saber sobre mí».[13] Lo que el presidente estadounidense necesita saber ahora se le transmite a través de mensajes diplomáticos en el Consejo de Seguridad y mediante indicaciones como por ejemplo la cantidad de petróleo en el mercado y su precio. Todos los demás detalles están en manos de Moscú en Ucrania».[14]
Occidente se niega a escuchar sobre «los crímenes de las milicias iraníes» (Al-Iqtisadiyya, Arabia Saudita, 21 de marzo, 2022)
Para ver el resto del despacho en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/saudi-arabia-uae-refuse-side-us-against-russia-due-us-refusal-side-them-against-iran
*H. Varulkar es director de investigaciones en MEMRI.
[1] Twitter.com/AnwarGargashm 27 de febrero, 2022; Al-Khaleej (EAU), 26 de febrero, 2022; Al-Riyadh (Arabia Saudita), 2 de marzo, 2022; Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 3 de marzo, 2022.
[2] OPEP+ es una entidad compuesta por los países de la OPEP más otros diez países exportadores de petróleo, entre ellos Rusia.
[3] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 28 de febrero, 2022; Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 1 y 3 de marzo, 2022; Raialyoum.com, 28 de febrero, 2022, 1 de marzo, 2022; Twitter.com/HESuhail, 10 de marzo, 2022.
[4] Reuters.com, 3 de marzo, 2022.
[5] Para consultar la entrevista, véase Saudi Gazette (Arabia Saudita), 3 de marzo, 2022; El Atlantic (Estados Unidos), 3 de marzo, 2022, la serie de MEMRI Despacho Especial No. 9822 – Diarios saudíes publican transcripción completa de la entrevista del príncipe heredero a la corona saudita bin Salman con ‘El Atlantic’: El islam wahabí no es sinónimo de Arabia Saudita; las reformas sociales y culturales sirven a nuestros intereses; nos oponemos a un acuerdo nuclear débil con Irán; Israel no es un enemigo, 11 de marzo, 2022.
[6] El Wall Street Journal (Estados Unidos), 8 de marzo, 2022.
[7] El Wall Street Journal (Estados Unidos), 15 de marzo, 2022. Cabe señalar que el portal independentarabia.com afirmó el mismo día, citando a una fuente saudita bien informada, que el informe del diario Wall Street Journal era falso y que esta opción nunca fue discutida.
[8] Elaph.com, 15 de marzo, 2022; Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de marzo, 2022; Al-Arab (Londres), 16 y 17 de marzo, 2022; raialyoum.com, 17 y 19 de marzo, 2022.
[9] El portavoz del Departamento de Estado estadounidense Ned Price, dijo que Washington estaba “profundamente decepcionado y preocupado por este aparente intento de legitimar a Bashar al-Assad, quien sigue siendo responsable de la muerte y el sufrimiento de innumerables sirios, el desplazamiento de más de la mitad de la población siria antes de la guerra y la detención arbitraria y desaparición de más de 150.000 hombres, mujeres y niños sirios” (El Times de Nueva York, Estados Unidos, 18 de marzo, 2022). Este agregó que Estados Unidos no apoyó los intentos de volver a legitimar a Assad o los intentos de otros de normalizar las relaciones con su gobierno. Alhurra.com, 19 de marzo, 2022.
[10] Al-Arab (EAU), Al-Watan (EAU), 20 de marzo, 2021.
[11] Raialyoum.com, 9 de marzo, 2022.
[12] Aparentemente es una referencia a las declaraciones hechas por el presidente de los Estados Unidos Joe Biden en una conferencia de prensa el 24 de febrero, 2022 en la que anunció que los Estados Unidos «trabajaban activamente con países de todo el mundo para evaluar una liberación colectiva de las Reservas Estratégicas de Petróleo de los principales países consumidores de energía». Consulte Whitehouse.gov, 24 de febrero, 2022.
[13] Una referencia a un comentario hecho por el príncipe heredero a la corona saudita Muhammad bin Salman en su entrevista realizada el 3 de marzo del presente año 2022 con El Atlantic. Cuando se le preguntó si Biden malinterpretaba algo sobre él, este respondió que no le importaba el tema.
[14] Al-Arab (Londres), 7 de marzo, 2022.